lunes, 2 de noviembre de 2015

Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




Símbolos que son anatema


SÍMBOLOS SATÁNICOS

      El satanismo se caracteriza por sus símbolos. Sin embargo, la palabra de Dios se opone enfáticamente a todo lo que es satánico.

“No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti”.
(Deuteronomio 18:10–12)

                                                                      Anarquía


El símbolo de la anarquía representa la abolición de toda ley y autoridad.

Mateo 28:18
“Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra”.


                                                              Triángulo

Con frecuencia, se dibuja el triángulo en el piso, representando el lugar donde el demonio se coloca cuando aparece durante un ritual.

Deuteronomio 32:17–18
“Sacrificaron a los demonios, y no a Dios… De la Roca que te creó te olvidaste; te has olvidado de Dios tu creador”.




Círculo

El círculo simboliza la protección del mal que está afuera y la capacidad de contener el poder que está adentro.

2 Tesalonicenses 3:2–3
“Y para que seamos librados de hombres perversos y malos; porque no es de todos la fe. Pero fiel es el Señor, que os afirmará y guardará del mal”.




Cruz de confusión

Este símbolo romano antiguo cuestiona la existencia y validez del cristianismo.

1 Corintios 1:18
“Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios”.




Anti-justicia

La justicia romana era un hacha vertical de doble filo. Los seguidores del satanismo, para sostener su postura a favor de la anarquía, invierten el hacha para representar la “anti-justicia”.

Salmos 9:16
“Jehová se ha hecho conocer en el juicio que ejecutó; en la obra de sus manos fue enlazado el malo”.




Diana y Lucifer

Este símbolo representa a Diana, la diosa de la luna, y a Lucifer que es la estrella de la mañana. Cuando la luna está a la derecha, representa algo bueno. Cuando está del lado izquierdo, representa el mal.

Isaías 14:12–15
“¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo”.




Marca de la bestia

Estos son los símbolos para representar la marca de la bestia o de Satanás que menciona la Biblia en el libro de Apocalipsis 13:16–18. La letra “F” es la sexta letra del abecedario.

Apocalipsis 13:17–18
“Y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre… y su número es seiscientos sesenta y seis”.




Cruz de Nerón

La cruz invertida con el madero inclinado hacia abajo simboliza que es mentira la profecía que dice: “no será quebrado hueso suyo”

Juan 19:36
“Porque estas cosas sucedieron para que se cumpliese la Escritura: No será quebrado hueso suyo”.




Pentagrama invertido o Baphomet

Este es estrictamente un símbolo satánico con dos picos hacia arriba que representan los cuernos del cabrito sabático atacando al cielo con sus cuernos. El cabrito representa a la lujuria.

Mateo 25:32–33
“Y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda”.




Suástica o cruz quebrada

La suástica al revés representa los elementos en discordancia y contra la naturaleza. Originalmente representó a los cuatro vientos, las cuatro estaciones y los cuatro puntos cardinales con cuatro brazos en ángulo de 90° grados, mostrando la armonía de la naturaleza.

Colosenses 1:16–17
“Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él”.




Pentagrama

La estrella de cinco picos con el pico superior hacia arriba simboliza el poder para alejar al mal. El pico superior representa al espíritu y los otros cuatro representan el viento, fuego, tierra y agua.

1 Juan 4:1
“Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo”.




Mano en posición de cuernos

Este es un símbolo con el que se identifican los que están involucrados con lo oculto.

2 Corintios 6:17
“Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré”.




La cruz al revés

Este símbolo es una blasfemia contra la cruz cristiana. Ridiculiza el sacrificio de Cristo y niega el poder de la cruz.

Colosenses 2:15
“Y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz”.




Hexagrama

El hexagrama es uno de los símbolos más poderosos de lo oculto. Se le conoce como el sello de Salomón.

Efesios 3:16
“Que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu”.
.
DESCARGAR


Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás. ¡El hombre que pecare, morirá!

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6








Tentación - Pecado - Muerte
Génesis 3:1-24
1Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? 2Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; 3pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. 4Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; 5sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. 

6Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. 7Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.

8Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. 9Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? 10Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. 11Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses? 12Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí. 13Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí. 

14Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. 15Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. 16A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti. 

17Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. 18Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. 19Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás. 20Y llamó Adán el nombre de su mujer, Eva, por cuanto ella era madre de todos los vivientes. 21Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.

22Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre. 23Y lo sacó Jehová del huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado. 24Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.
                       Reina Valera Revisada (1960). 1998 (Gn 3.1-24). Miami: Sociedades Bı́blicas Unidas.
Título

Génesis 3:1–7. Estos vv. nos proporcionan tanto el registro de la caída histórica del hombre como el prototipo de la tentación. Este pasaje es un perfecto caso para estudiar la tentación, ya que aquí no puede culparse a la herencia o al medio ambiente como causantes del pecado.

Génesis 1–2 narra lo que Dios dijo; pero la serpiente (el diablo, Ap. 20:2) habla ahora. La palabra de Dios trajo vida y orden; la de la serpiente produjo caos y muerte. La verdad es más antigua que la falsedad; la palabra divina vino antes que las mentiras satánicas.

En hebr., Génesis 3:1 se relaciona con 2:25 haciendo un juego de palabras: Adán y Eva estaban “desnudos” (ʿărûmmîm); y la serpiente era astuta (ʿārûm, “taimada”), más que todos. La desnudez representa el hecho de que el hombre y la mujer estaban ajenos a la maldad, porque no sabían en qué consistían sus trampas, mientras que Satanás usó su astucia para aprovecharse de su integridad. Ese aspecto de sagacidad o sutileza no es malo de por sí (de hecho, uno de los propósitos de la Biblia es dar sagacidad al creyente, según Pr. 1:4, donde ʿārmâh se trad. como “sagacidad”). Pero aquí se usó con un propósito malévolo.

El tentador era una serpiente (Satanás con la forma de una víbora), lo cual sugiere que la tentación se presenta disfrazada, inesperadamente, y que a menudo procede de un subordinado (alguien sobre quien se puede ejercer dominio; cf. Gn. 1:28). Asimismo, puede verse un elemento polémico aquí, ya que la serpiente era adorada por los paganos. 

Para ellos, era símbolo de la vida y sin embargo, era la causa de la muerte. La divinidad no se alcanza (según la promesa hecha por Satanás en 3:5) siguiendo las creencias y símbolos paganos, los cuales son el camino a la muerte, no a la vida.

O Eva no conocía muy bien el mandato de Dios o bien no quiso recordarlo. En contraste, Cristo obtuvo la victoria sobre Satanás gracias a su perfecto conocimiento de la palabra de Dios (Mt. 4:4, 7, 10). (V. el cuadro “Tentaciones de Eva y Jesús” en el Apéndice, pág. 305.) Eva se expresó con ligereza acerca de los privilegios que tenían, añadió palabras a la prohibición de Dios y minimizó el castigo—lo cual se aprecia al contrastar sus palabras (Gn. 3:3) con los mandatos originales dados por Dios (Gn. 2:16–17). 

Después de que Satanás escuchó esto, desvergonzadamente negó la pena de muerte que Dios había expresado (3:4). Satanás es mentiroso desde el principio (Jn. 8:44), y esta es su mentira: que uno puede pecar sin tener que sufrir las consecuencias. Pero la muerte es la paga del pecado (Gn. 2:17).

Asimismo, el tentador arrojó dudas sobre el carácter divino, sugiriendo que Dios estaba celoso y trataba de evitar que ellos cumplieran su destino (3:5). Ellos vendrían a ser como Dios cuando comieran—y según Satanás, Dios lo sabía. Así que puso ante ellos la promesa de ser divinos—sabiendo el bien y el mal.

Con esto, el trabajo de Satanás quedó concluido. La mujer fue dejada a solas para que diera rienda suelta a sus deseos naturales y apetitos físicos. La palabra que se trad. codiciable (neḥmāḏ, v. 6) se relaciona con un término que aparece posteriormente en el mandamiento, “No codiciarás” (ṯaḥmōḏ, Éx. 20:17). Lo físicamente práctico (bueno para comer), la belleza estética (agradable a los ojos) y el potencial para alcanzar sabiduría—para “saberlo todo”—son las cosas que empujan a una persona a hacer caso omiso de las prohibiciones una vez que desaparece el temor al castigo.

Por supuesto que los resultados no fueron los que ellos esperaban. La promesa de alcanzar sabiduría nunca se cumplió. Ambos vieron y comieron, pero al hacerlo, se contaminaron. Ya no estaban a gusto uno con el otro (surgió la desconfianza y la separación) ni con Dios (estaban temerosos y escondiéndose de él). Las promesas de Satanás nunca se cumplen. La sabiduría nunca se obtiene desobedeciendo la palabra de Dios. Al contrario, el principio de la sabiduría es el temor de Jehová (Pr. 1:7).

Génesis 3:8–13. El resto de este cap. se puede dividir en tres secciones: (a) la confrontación con Jehová Dios, en la cual los dos pecadores, al escuchar su voz, temieron y se escondieron de la presencia de Jehová … entre los árboles (vv. 8–13); (b) la profecía de Dios en la cual incluye nuevas reglas para la serpiente, la mujer y el hombre (vv. 14–19); y (c) las vestiduras hechas por el Señor como una provisión del nuevo orden de cosas (vv. 20–24).

Los efectos del pecado son el castigo y la provisión. Aunque el hombre y su mujer conservaron la vida, también murieron; donde había placer, ahora había dolor; en contraste con la abundancia, ahora tenían que obtener una magra subsistencia por medio del duro trabajo; en contraste con un compañerismo perfecto, ahora vivían separados y en conflicto.

Las características dominantes del cap. 3—la muerte, el duro trabajo, el sudor, las espinas, el árbol, la lucha y la simiente—posteriormente fueron todas trazadas hasta Cristo. Él es el segundo Adán, que se hizo maldición, quien sudó grandes gotas de sangre cuando agonizaba amargamente, quien llevó la corona de espinas, quien fue colgado de un madero hasta morir y quien fue depositado en el polvo de la tierra.

Génesis 3:14–19. Jehová Dios habló a la serpiente (vv. 14–15), a la mujer (v. 16) y al hombre (vv. 17–19). Las palabras divinas a la serpiente incluyeron (a) el anuncio de que se arrastraría y comería polvo, lo cual sería un recordatorio perpetuo a la humanidad de la tentación y la caída y (b) una profecía acerca del poder que hay detrás de la serpiente. Dios dijo que iba a haber una enemistad permanente entre las fuerzas satánicas y el hombre; entre Satanás y la mujer y entre sus respectivas “simientes”. 

La simiente de la mujer fue Caín, luego toda la humanidad, y por último Cristo y aquellos que colectivamente están en él. La simiente de la serpiente incluye a los demonios y a cualquiera que promueva su reino de tinieblas, aquellos cuyo “padre” es el diablo (Jn. 8:44). Satanás herirá a la humanidad (tú le herirás en el calcañar), pero la simiente, que es Cristo, lo derrotará definitivamente (ésta te herirá en la cabeza).

Después, Dios dijo a la mujer que con dolor daría a luz a sus hijos y que su marido, a quien ella deseaba, se enseñorearía de ella. Debido a que el deseo de Eva probablemente se refiere en este contexto a que ella indujo a Adán a pecar, es mejor trad. este v. como “tu deseo fue para tu marido”. Habiendo ella saltado los límites impuestos por Dios en esto, de ahí en adelante ella sería dominada por él.

Entonces Dios dijo a Adán que experimentaría grandes penas para poder arrancar el sustento de la tierra (3:17–19). (Con dolor es trad. de la misma palabra usada en el v. 16 para referirse a los dolores de parto. Esta palabra aparece sólo tres veces en todo el A.T., en los vv. 16–17 y en 5:29.) Su fin sería la muerte—regresaría a la tierra (ʾădāmâh, lo cual fue una provisión misericordiosa en vista del sufrimiento que experimentaría). 

Además le dijo: al polvo volverás, lo cual haría que se convirtiera en presa de la serpiente nuevamente (cf. 3:14). ¡Ahí terminaron las absurdas pretensiones de alcanzar la divinidad! El hombre puede tratar de ser como Dios, pero en realidad, es polvo.

Estos castigos representan la justicia retributiva. Adán y Eva pecaron al comer del fruto prohibido; por lo tanto, tendrían que sufrir para poder comer. Ella manipuló a su esposo; él se enseñorearía de ella. La serpiente destruyó a la raza humana y ella también será destruida.

Dios hizo también provisiones de misericordia porque la raza humana tiene que morir y no vivir para siempre en ese estado caótico. Y nacerán niños (v. 16) para que la humanidad resista y permanezca. La victoria final vendrá a través de Cristo, la simiente (Gá. 3:16) de la mujer (cf. Gá. 4:4, “nacido de mujer”).

No importa cuánto trate la gente de eliminar el yugo del hombre, el trabajo extenuante, los partos dolorosos y la muerte, estos males continuarán, porque el pecado sigue presente y estos son los frutos del pecado.

Génesis 3:20–24. En estos vv. se pueden apreciar la fe de Adán y la provisión de Dios. El Señor los salvaría para asegurar que no tuvieran que vivir en ese estado de caos para siempre. La fe de Adán se aprecia en el acto de dar el nombre de … Eva (lit., “viviente”) a su mujer. De esta manera, Adán estaba mirando hacia el futuro, y no principalmente a la muerte. La fe de Eva se observa posteriormente (4:1), cuando nombra a su primogénito Caín, porque fue dado por Jehová.

Todos los tratos de Dios con los pecadores pueden ser trazados hasta este acto de desobediencia de Adán y Eva. Sin embargo, Jehová Dios es un Dios que salva, y el hecho de que haya vestido a Adán y a Eva con pieles, da testimonio de ello. Un animal fue sacrificado para hacerles túnicas de pieles, y más tarde, todos los sacrificios animales de Israel serían parte de la provisión divina para remediar la maldición—vida por vida. 

¡El hombre que pecare, morirá! (Ez. 18:20; Ro. 6:23) pero puede vivir si deposita su fe en el Señor, quien ha provisto a un sustituto. La piel con la que Dios vistió a Adán y Eva es un recordatorio perpetuo de la provisión divina. De igual forma, cuando llegó el cumplimiento del tiempo, Dios aceptó el sacrificio de Cristo, y con base en esa expiación, él viste de justicia a los creyentes (Ro. 3:21–26).




concupiscencia 
DESCARGAR

sábado, 31 de octubre de 2015

El hombre bajo presión y lleva gran carga, reconoce su necesidad y responde, el individuo quetien e todo no reconoce la responsabilidad de obedecer a Dios

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6








El Remanente está enfermo
Hageo es un corto libro que se encuentra casi al final del Antiguo Testamento. Forma parte de lo que los creyentes gentiles denominan “profetas menores”. Es necesario hacer constar que no se les aplicó ese título porque fueran de poca importancia o menos inspirados que “los profetas mayores”. Más bien, son libros más breves que los mayores. Aun Oseas y Zacarías, los más largos de los menores con sus 14 capítulos, no pueden compararse con el libro del profeta Isaías, cuyo contenido abarca 66 capítulos. Estos libros fueron denominados así, “menores”, desde los tiempos de Agustín y Jerónimo.

Por otro lado, es interesante notar que esa docena de libros que conocemos como “profetas menores” fueron coleccionados por los judíos en un solo tomo llamado “los doce”. Posiblemente lo hicieron así porque, siendo tan cortos, se corría el riesgo de perder un rollo individual de un libro tan diminuto.

Los últimos tres libros de los profetas menores y, por ende, del Antiguo Testamento, pertenecen al período histórico de los judíos conocido como “posexílico”. Fueron escritos especialmente para aquellos relativamente pocos judíos que regresaron de Babilonia a “la tierra prometida” para vivir entre los que no fueron llevados al cautiverio y otra gente que había sido trasladada para allá. Es cierto que volvieron pocos, pero los que retornaron recibieron una gran e importantísima comisión; reconstruir el templo. En efecto, el propósito del remanente era más religioso que político. Se podría decir que el libro de Hageo gira alrededor del versículo ocho del primer capítulo: “Subid al monte, y traed madera y reedificad la casa; y pondré en ella mi voluntad, y seré glorificado, ha dicho Jehová”.
EL AUTOR
Hageo tuvo el privilegio y responsabilidad de ser la primera voz profética del período posexílico, tarea sumamente importante por dos razones: (1) en aquellos días escaseaba la palabra profética de Dios y (2) la situación y responsabilidad que tenía el remanente. En casi todas las ocasiones en donde aparece el nombre del autor, tanto en su propio libro como en el libro de Esdras, el Espíritu Santo lo llama: “el profeta”. Y, para decir verdad, eso es todo lo que se sabe con certidumbre de su persona. Como en los casos de Abdías y Habacuc, la Biblia no ofrece datos biográficos de Hageo.
Se cree que su nombre tenía el sentido de “festivo”, posiblemente indicando que había nacido en día de fiesta. También se piensa que ya era un hombre de edad avanzada cuando predicó sus mensajes y que probablemente murió poco después de entregarlos. Eso se basa en que desapareció de la escena cuando terminó su último mensaje. A continuación, Zacarías se encargó de llevar la batuta para dirigir la misma partitura.
La tradición agrega que Hageo, habiendo nacido en Babilonia, regresó de joven a Jerusalén y que en el transcurso del tiempo contempló la reedificación del templo. Pero esta no deja de ser una especulación, lo que nos obliga a dejar casi en blanco las páginas biográficas de Hageo. Sin embargo, es interesante notar que entre los eruditos, esa falta de datos biográficos no pone en duda de ninguna manera el carácter genuino del profeta, su mensaje o su libro.
SUS TIEMPOS
Fecha del texto
Para entender cualquier libro de la Biblia es necesario indagar su contexto histórico y religioso. Los profetas menores se deben leer siguiendo esa regla de interpretación a pesar del deseo de algunos de espiritualizarlos (¡equivocadamente!) o, de la misma manera, sacar de ellos los principios que han de gobernar la iglesia. La Biblia es un libro multidimensional, y el factor interpretativo clave de los profetas menores en general, y Hageo en especial, es la historia de Israel. Específicamente se trata del pueblo de Dios que estaba pasando por una etapa singular de su historia. Se ampliará ese tema más adelante.

La primera alusión a la fecha la tenemos en el texto mismo de Hageo. Sus profecías, tal y como el autor las citó, gozan de una identificación histórica admirable (Véase 1:1, 15; 2:1, 10, 20). Dicha atención a las fechas exactas contribuye mucho al correcto entendimiento del profeta y sus tiempos, como se notará enseguida, más que una sencilla colocación de los eventos en un almanaque. En primer lugar se aprecia que después del cautiverio en Babilonia el sistema para fechar había cambiado. Antes, cuando los judíos todavía eran gobernados por su propia realeza, se acostumbraba fijar la fecha de un suceso mediante el nombre de alguno de los reyes de Judá o de Israel.

Pero después del cautiverio. Hageo empleó los nombres de reyes de las naciones gentiles. ¡Con cuánta razón! Es que el cautiverio señaló que había comenzado lo que Lucas 21:24 llama: “los tiempos de los gentiles”. Efectivamente, ese período abarca todo el tiempo en el cual Jerusalén ha estado bajo el dominio gentil. Dicho sea de paso, “los tiempos de los gentiles” no terminarán sino hasta que venga el Señor Jesucristo, el Mesías de Israel, para establecer su reino milenial. El suyo, será un reino literal por el cual gobernará la tierra.

En segundo lugar, las fechas señaladas revelan la brevedad del ministerio del profeta. Sólo quince meses separan la fecha de su primer mensaje (1:1) y la de su última presentación (2:20). Su actuación en la vida de Israel no duró mucho, pero impactó grandemente la vida del pueblo y de sus líderes.

Ahora bien, conviene aquí echar un vistazo a unas cuantas páginas de la historia de esa nación para conocer mejor el ambiente de Hageo.
Condiciones de los exilados y algunos resultados
Naturalmente el antecedente más catastrófico de los cien años anteriores fue la caída de Jerusalén en el año 586 a.C. Grandes cantidades de judíos fueron llevados presos a Babilonia. Iban “presos” en el sentido de que fueron llevados contra su voluntad, no como criminales en cadenas. (Aunque hubo uno que otro individuo que escapó a ellas.) En general, más parecían colonizadores que esclavos. Babilonia en el año 586 a.C. no era como Egipto de 1400 a.C. Sin embargo, despojar a toda o la mayor parte de una población de sus bienes y aun de su tierra y colocarla en un ambiente totalmente extraño al suyo, era parte de los métodos empleados por los babilonios para mantener sometido a un pueblo conquistado. Además, acostumbraban poblar la tierra así abandonada con gente de distintas nacionalidades, pero con el mismo fin (mantenerlos sometidos).

En Babilonia, los judíos, que traían un trasfondo agrícola de su propio país, encontraron en su nuevo “hogar” una nación de industria y comercio, situación que no dejó de impresionar a los cautivos. ¿Será que en eso se encuentra el origen del famoso éxito comercial de los judíos de la actualidad? Y una pregunta más al respecto: ¿será por eso que tan pocos judíos regresaron a Jerusalén, porque la mayoría sintió la atracción del comercio de Babilonia?
¡REFLEXIONEMOS!
De acuerdo a lo que sabemos del éxodo de Egipto, no hubo ninguna dificultad para convencer a los judíos oprimidos de que salieran. En ese caso se ofreció libertad a los esclavos; eran gente privada de sus derechos, que recibieron la oferta de ir a vivir a una tierra que fluía leche y miel. En otras palabras, se ofreció una salida a todo el sufrimiento. En cambio, la situación no era exactamente así en Babilonia. Muchos de los judíos, con todo y sus gemidos y lamentaciones por no estar en su país, aprendieron bien la ciencia y el arte del comercio; se habían adaptado a la vida en Mesopotamia y eligieron quedarse. Parece que con ello se ilustra el principio todavía vigente de que el hombre que está bajo presión y que lleva una gran carga, reconoce su necesidad y responde, mientras que el individuo que lo tiene todo no reconoce la responsabilidad de obedecer a Dios.
Además, recibieron otras impresiones cuando fueron llevados a Babilonia. Después de haber vivido en las montañas, colinas y los valles de la tierra prometida, tuvieron que ir a vivir en una zona de horizontes interminables, de grandes planicies como las de Mesopotamia. El espacio les causó agrofobia. Aun así, esa zona, que estaba cerca del río Quebar (que era un canal de irrigación) ofrecía oportunidades para la agricultura para quienes quisieran dedicarse a ello.

Bien es cierto que aunque algunos manifestaban resentimiento contra Dios por todo lo que les había pasado, otros se arrepintieron de todo corazón y reevaluaron su vida. Y a pesar de que unos aceptaron cambiar los suyos por nombres babilónicos y aun adorar a dioses ajenos, el cautiverio ayudó en gran manera a que los judíos abandonasen la idolatría de las imágenes cananeas desde entonces hasta el día de hoy. (Es posible que muchos de esos ídolos fueran reemplazados por la idolatría hacia el dinero y el materialismo.)

Una vez, hace años, en la ciudad capital de Guatemala, su servidor hablaba del evangelio con un finísimo amigo judío. Sus padres habían tenido el buen gusto de nombrarlo “Alberto”. Bueno, él me preguntó, “¿Sabes por qué me caen muy bien los evangélicos?” Le contesté negativamente y mi tocayo dijo, “Porque no llevan a mi compatriota Jesús por las calles” Tuve que pensar por un momento hasta darme cuenta que se refería al hecho de que los evangélicos no tienen ídolos y no pasean imágenes de Cristo por las calles. Los judíos odian la idolatría, y Dios usó el cautiverio para producir eso.

Aquí cabe mencionar que otro de los resultados del cautiverio fue el establecimiento de las sinagogas. Mientras los judíos vivían en su propia tierra, el centro de su religión era el templo. La combinación de la destrucción de Jerusalén (y el templo) y la situación de los exilados produjo la necesidad de crear un centro religioso para el estudio de la Tora, la oración y reuniones de los judíos religiosos. No se construyeron “templos” en Babilonia, puesto que solamente en Jerusalén podría estar el templo. Entonces, la sinagoga llegó a ser el centro de la comunidad de la vida religiosa judaica en el cautiverio. Al principio, el término se refería solamente a los judíos que se congregaban, pero poco a poco el edificio en que se reunían también tomó el mismo nombre. Al regresar a su tierra, el remanente llevó consigo ese concepto. Es interesante notar que en los tiempos de la vida terrenal de nuestro Señor Jesucristo había aproximadamente 1,500 sinagogas en Tierra Santa, 450 de ellas en la ciudad de Jerusalén.
SUS CONTEMPORÁNEOS
Personas y acontecimientos de la historia secular del ministerio de Hageo
Los nombres de quienes reinaron, de quienes hicieron guerra y de quienes dirigieron los asuntos religiosos a través de la historia, sobre todo del Medio Oriente, son para el occidental a la vez raros y difíciles de pronunciar. Sin embargo, no podemos pasar por alto el impacto que los principales de ellos tuvieron en la historia bíblica.
Gobernantes babilónicos asociados con el cautiverio
1. Nabucodonosor, sin duda el más conocido de los reyes babilonios, fue el general encargado de las conquistas planeadas por su padre el rey Nabopolasar. Consolidó su posición y tomó el trono de Babilonia al morir su padre en el año 605 a.C. Estaba presente personalmente en la Tierra Santa cuando cayó Jerusalén. Después se enalteció demasiado y en castigo, por un tiempo vivió como un animal.
2. Evil-merodac, hijo de Nabucodonosor. Reinó por sólo dos años, pero de acuerdo con 2 Reyes 25:27–30, fue quien “libertó a Joaquín, rey de Judá, sacándolo de la cárcel”.
3. Neriglisar se casó con la hija de Nabucodonosor y asesinó a Evil-merodac, usurpando el trono.
4. Labash-marduk, el hijo de Neriglisar, reinó apenas nueve meses y fue asesinado.
5. Nabónido llegó al trono nombrado por el partido religioso después de la muerte de Labash-marduk. Reinó por diecisiete años, pero no se distinguió como rey, ni general, ni hombre de estado, sino como erudito. En sus últimos años dejó que su hijo Belsasar llevara la responsabilidad de gobernar como virrey. El estudiante bíblico reconocerá el nombre de éste último como el monarca que vio la mano escribiendo en la pared (Daniel 5:5). Parece que Belsasar murió aquella misma noche mientras que su padre fue capturado y encarcelado.
Gobernantes persas asociados con el retorno
Los habitantes de Babilonia estaban disgustados con Nabónido porque daba preferencia a los dioses de otras regiones y otrospueblos, desatendiendo la religión local. Tal era el descontento del pueblo contra su rey, que un general babilónico famoso y muy capaz, desertó al bando de los persas y encabezó un ataque sobre la ciudad capital. Parece que la gente, decepcionada con Nabónido y Belsasar, recibió bien a los persas.

El siguiente cuadro procura identificar tanto a los gobernantes persas como los acontecimientos relacionados con el retorno de los exiliados a Jerusalén.
Decreto
Gobernante
Fecha
Propóstio
Referencia
1
Ciro
536 a.C.
Reconstruir el Templo
Esdras 1
2
Cambises
535 a.C.
Desistir
Esdras 4:17–23
3
Dario (el Grande)
529 a.C.
Completar la construcción
Esdras 4:24; 6:1–15
4
Artajerjes (Longimando)
458 a.C.
Adornar el Templo y restaurar el servicio
Esdras 7:27
5
Artajerjes
445 a.C.
Reconstrucción de la ciudad
Nehemías 2:5
Religiosos judíos contemporáneos de Hageo
El más destacado fue el sumo sacerdote Josué. Era hijo de Josadac, cuyo padre era Seraías, el sumo sacerdote de Jerusalén, que murió poco después de la caída de Jerusalén. Gozaba de la posición de sumo sacerdote por su relación familiar. (De igual manera el líder político, Zorobabel, había sido nombrado gobernador por ser del linaje de David.) Como sumo sacerdote era responsable de todos los asuntos “eclesiásticos” de la comunidad posexílica. Se nota su prominencia en la reconstrucción del altar mencionada en Esdras 3:2.

Esdras, cuyo nombre no aparece mencionado en el libro de Hageo, fue un líder religioso sumamente importante y un hombre que el estudiante de la época bíblica posexílica tiene que tomar en cuenta. Como Josué, también era sacerdote, aunque por sus nexos políticos y logros sociales es posible que el lector no contemple con suficiente atención su contribución espiritual. Se describe en Esdras 7:6 de la siguiente manera, “Era escriba diligente en la ley de Moisés”. Pero no solamente era un erudito, sino que “…Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos” (Esdras 7:10).

El nombre del profeta Zacarías tampoco está en el libro de Hageo, pero figura prominentemente en la historia religiosa posexílica. Era contemporáneo de Hageo pero empezó su ministerio un par de meses después del profeta que estudiamos. Su contribución profética se combinó con la de Hageo para lograr que se terminara la reconstrucción del templo. Cuantitativamente, su ministerio duró mucho más tiempo que el de Hageo. Como los dos religiosos ya mencionados aquí, Zacarías era de familia de sacerdotes.
BOSQUEJO DEL LIBRO
I.
Primer mensaje: palabras de reprensión
A. Prioridades torcidas 1:1–6
B. Calamidades toleradas 1:7–11
1:1–11
II.
Segundo mensaje: pocas palabras, presencia poderosa
A. Disposición del pueblo a responder 1:12
B. Disposición de Dios: su presencia 1:13
C. Disposición del pueblo a trabajar 1:14–15
1:12–15
III.
Tercer mensaje: palabras de aliento
A. El pueblo abatido 2:1–3
B. Palabras de aliento 2:4–5
c. Propósito del templo 2:6–9
2:1–9
IV.
Cuarto mensaje: palabras de bendición
A. El mal: su teoría 2:10–13
B. La maldad: su práctica 2:14–17
c. La obediencia trae bendición 2:18–19
2:10–19
V.
Quinto mensaje: palabras de promesa
A. Poder del Soberano 2:20–22
B. Promesa del Soberano 2:23
2:20–23
Se ha dicho que los que no leen y estudian la historia están condenados a repetir los mismos errores que cometieron sus antecesores. Más específicamente, el Nuevo Testamento enseña el gran valor del Antiguo Testamento, sobre todo cuando se trata de la historia de Israel: “Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes hemos alcanzado los fines de los siglos” (1 Corintios 10:11). Esto nos proporciona una razón de peso para estudiar el libro histórico/profético de Hageo.


DESCARGAR


https://story.ad/site/file_download/smartpublicity1467919561neTNIrOs.html