miércoles, 24 de junio de 2015

Confesaos pues los pecados unos a otros, y orad unos por otros para que seáis sanados. La petición eficaz del justo puede mucho.

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
 
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Ingredientes de una oración eficaz

Dios responde con poder a nuestras oraciones
Título: Ingredientes de una oración eficaz
 
Base Bíblica: Santiago 5:16; Salmo 34:9, 10
 
Introducción:
 
La vida del cristiano debe estar avivada. No se puede ser creyente y a la vez vivir desconectados de Dios, que es la fuente de nuestro poder. La única forma de ser eficaces es dependiendo de Él enteramente. Él puede obrar poderosamente en aquellos que disponen su corazón para estar en la Presencia divina. El Señor es quien nos asegura la victoria siempre. ¿Cuánto tiempo pasa usted en la Presencia del Señor? Hoy es el día para que evalúe su vida y se disponga a mantener una vida de intimidad con Él.
 
I. Dios está atento a nuestras oraciones
 
1. Dios espera que elevemos oraciones delante de Su Presencia (Jeremías 33:39
a. Es necesario clamar
b. Es necesario creer
c. Es necesario disponer el corazón para perseverar en Dios
2. Dios escucha nuestras oraciones y responde con poder (Salmo 34:4; 6)
a. Vamos a Dios en procura de que transforme nuestras circunstancias
b. Vamos a Dios creyendo que tiene cuidado de nosotros
 
II. Dios responde a nuestras oraciones
 
1. La oración delante de Dios debe estar revestida de fe (Santiago 5:16 a)
2. Cuando tenemos fe, estamos dando por sentado que Dios obrará con poder en respuesta a nuestras oraciones (Marcos 11:24 y siguientes)
3. Nuestro amado Dios no deja en vergüenza a quienes se atreven a creer (Salmo 34:5)
4. Dios nos provee en las dimensiones física y espiritual (Salmo 34:9, 10)
 
III. Dios valora nuestro compromiso y perseverancia en la oración
 
1. Si tan solo tenemos fe, lo imposible se hará posible con la oración (Mateo 17:20)
2. El Señor advirtió sobre la necesidad de estar alerta, dispuestos para orar y evitar que haya pecado en nuestra vida (Lucas 18:8)
3. Al orar dejamos de lado todo asomo de duda (Mateo 20:21, 22)
4. Si apartamos el pecado de nuestra vida, Dios responderá con poder (Juan 9:31)
5. Si perseveramos en la oración, Dios responderá de una manera sobrenatural (Lucas 18:1)
 
Conclusión:
 
Cuando vamos al Señor en Oración, es necesario que tengamos conciencia de que no sólo es la voluntad de Él, sino que nuestro amado Padre celestial responde con poder a nuestro clamor. No podemos perder el horizonte, desconociendo que lo posible se hace posible, cuando oramos, creemos y si es necesario, perseveramos hasta alcanzar el milagro. Hay que tener en cuenta que hay factores que pueden poner tropiezo a la oración, de ahí la necesidad de perseverar en el clamor.

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¡Ten piedad de mí, oh ’Elohim, conforme a tu misericordia... Conforme a la multitud de tus piedades, borra mis trasgresiones!

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6



 
 
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El pecado: sus consecuencias y el perdón divino
El pecado nos separa de Dios y nos lleva
a una espiral sin fondo de destrucción física y espiritual

Título: El pecado: sus consecuencias y el perdón divino
Base Escritural: Salmo 51:1-12

Introducción:

El pecado nos separa de Dios, cauteriza nuestra conciencia y desencadena en nuestras vidas consecuencias que se evidencian en el plano físico, emocional y espiritual. Es necesario volvernos a Dios en procura de su perdón.

 
I.- ¿Qué produce el pecado?

1.- Va en contra  de los principios de Dios (v.4).

2.- Va en detrimento de nuestra salud (v.8).
            a.- Trae consecuencias físicas.
            b.- Trae consecuencias emocionales.

3.- Va en contravía de una íntima relación con Dios (v.11).

II.- ¿Cuándo no alcanzamos el perdón divino?

1.- Cuando nos negamos a admitir que hemos pecado.

2.- Cuando tenemos una conciencia cauterizada (El pecado no nos afecta).

III.- ¿Cómo se produce el perdón divino?

1.- Cuando reconocemos:
            a.- Nuestras rebeliones (v.1).
            b.- Nuestra maldad (v.2).
            c.- Nuestra suciedad por el pecado (v.2).
            d.- Nuestra naturaleza inclinada al pecado (vv.3,5).

2.- Cuando reconocemos:
            a.- La piedad de Dios. (v.1).
            b.- La misericordia de Dios (v.1).
            c.- El poder de Dios para perdonar.

IV.- ¿Qué produce el perdón divino?

1.- Nos permite recobrar la conciencia del bien y del mal (v.6).
            “Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría”

2.- Nos permite gozar nuevamente de limpieza espiritual (v.7).

3.- Nos permite emprender un nuevo camino (v.10).

4.- Nos permite tener de nuevo paz espiritual (v.12).

Conclusión:

Cuando acudimos al perdón divino, recobramos la conciencia de qué es pecado y cuáles son sus consecuencias. Se despierta en nuestras vidas un deseo de cambio y de caminar en transparencia y la satisfacción de una renovada relación con Dios.

lunes, 22 de junio de 2015

¿No saben que los malvados no heredarán el reino de Dios? ¡No se dejen engañar! Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los sodomitas, ni los pervertidos sexuales,

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
 
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La homosexualidad: consideraciones exegéticas y hermenéuticas (y otras apreciaciones)


Hoy en día, para muchas cristianas y cristianos evangélicos, el tema de la homosexualidad [1] es el más espinoso y angustioso de todos.  Como evangélicos, herederos de la Reforma protestante, respetamos con toda seriedad el testimonio de las Sagradas Escrituras como nuestra norma de fe y conducta. Por otro lado, nos encontramos muy desafiados por la revolución sexual de nuestro tiempo y específicamente por los debates actuales sobre la homosexualidad.  Somos sensibles — o debemos serlo — al valor humano y la situación delicada de este sector de nuestra sociedad actual. Algunos tenemos parientes o cercanos amigos y amigas que son homosexuales, y sufrimos con ellos su situación difícil.
Dada la importancia central del problema bíblico, comenzaré con ese aspecto. Intentaré analizar las evidencias bíblicas primero desde una perspectiva exegética y después desde la perspectiva hermenéutica, para terminar con unas observaciones eclesiales. Por “exegética” voy a entender, para efectos de este ensayo, el esfuerzo de aclarar el texto lo mejor posible en su contexto original de hace muchos siglos. En lenguaje evangélico, significa escuchar atentamente “lo que Dios dijo” a su pueblo en aquel entonces. Para esto, es esencial la exégesis histórico-gramatical.  Por “hermenéutica” vamos a entender la relectura fiel de ese mismo mensaje ahora para nuestro contexto actual. Significa “escuchar lo que Dios está diciendo”, aquí y ahora  en el mismo texto.[2]
Consideraciones exegéticas
Los textos bíblicos que pueden relacionarse con la homosexualidad, aunque no muy numerosos, parecen ser bastante explícitos. Como punto inicial de referencia, podemos citar los textos principales según la Nueva Versión Internacional:[3]
- Lev 18.22: No te acostarás con un hombre como quien se acuesta con una mujer. Eso es una abominación.
- Lev 20.13: Si alguien se acuesta con otro hombre como quien se acuesta con una mujer, comete un acto abominable y los dos serán condenados a muerte…
- Dt 22.5: La mujer no se pondrá ropa de hombre, ni el hombre se pondrá ropa de mujer, porque Yahvéh tu Dios detesta a cualquiera que hace tal cosa.
- Ro 1.26-27: Por tanto, Dios los entregó a pasiones vergonzosas. En efecto las mujeres cambiaron las relaciones naturales por las que van contra la naturaleza. Así mismo los hombres dejaron las relaciones naturales con la mujer y se encendieron en pasiones lujuriosas los unos con los otros.
Hombres con hombres cometieron actos indecentes, y en sí mismos recibieron el castigo que merecía su perversión.
- 1Cor 6.9: ¿No saben que los malvados no heredarán el reino de Dios?… Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los sodomitas,[4] ni los pervertidos sexuales… heredarán el reino de Dios.
- 1Tm 1.10: La ley es para… los adúlteros y los homosexuales…[5]
Algunos defensores de derechos homosexuales minimizan estos datos bíblicos; “cuatro frasecitas”, dijo uno. “¿Qué dice la Biblia sobre la homosexualidad?”, pregunta otro, y contesta, “Casi nada”. Otros reinterpretan los textos de diferentes maneras. Irene Foulkes (1Cor p.166) infiere del término malakoi (“suave”) en 1Cor 6:9 que se refiere a los niños víctimas de pederastia y que arsenokoitai se limita a los pederastas y no a los homosexuales en general.[6]  Renato Lings, filólogo y biblista danés, en Biblia y homosexualidad: ¿Se equivocaron los traductores? (UBL 2011) propone una traducción alternativa de Lev 18:22 como “Con un familiar varón no te acostarás como tampoco lo harás ilícitamente con una familiar hembra” (p. 96) para que sea prohibición de incesto pero no de homosexualidad. El mismo Lings reconoce que su propuesta es sólo una posibilidad, y es dudoso que haya demostrado que sea la mejor posibilidad o el sentido más probable del texto.
Es casi imposible que los que buscan soluciones exegéticas a este tema logren explicar positivamente todos los textos relacionados con el tema. Algunos de los textos tienen problemas exegéticos muy difíciles (p.ej. la relación sintáctica de “yaceres de mujer” con la oración principal de Lev 18:22 y 20:13, o el sentido de malakoi y arsenokoitês en 1Cor 6:9). Para “deshomofobicar” la Biblia de una manera convincente para los y las creyentes, tendrían que explicar todos los textos pertinentes y demostrar que ninguno condena la homosexualidad y que algún texto lo aprobara, por lo menos implícitamente.
Pareciera que la vía exegética nos deja con un dilema: ¿Biblia errada o Biblia homofóbica?
Consideraciones hermenéuticas
La lectura hermenéutica de un texto es por su naturaleza una relectura del texto para serle fiel en un nuevo contexto. La hermenéutica es un continuo diálogo entre la Biblia y la cultura, el pasado y el presente, el texto y el contexto. Con los siglos algunos textos cambian de sentido o pierden la vigencia que tenían, como los que suponían una tierra plana y cuadrangular o que parecían defender la esclavitud, la conquista y la monarquía y se empleaban en defensa de esas causas. Cambios culturales pueden afectar el significado; el lavar los pies hoy no significa lo que significaba en tiempos de Jesús y hasta puede significar lo contrario (ostentación, falsa humildad). La Palabra de Dios permanece para siempre, pero somos nosotros, en oración y en la comunidad de fe movida por el Espíritu, que la interpretamos, decidimos qué pasajes enfatizar y cómo aplicarlos.
Es importante observar que todos los pasajes del N.T. que mencionan la homosexualidad condenan, en términos iguales, muchas otras conductas, especialmente la avaricia, la calumnia y la envidia. Y si el amor a Dios y al prójimo son los mandamientos mayores de Dios, entonces no amar (aun al homosexual) es el mayor de todos los pecados. Hacia los que sufren, el amor se manifiesta como compasión (“sentir-con”) y misericordia. Otro principio central en la Biblia es la justicia. ¿Cómo debemos expresar nuestra compasión, misericordia y sed de justicia hacia los homosexuales y lesbianas?
Hermenéuticamente, el debate sobre la homosexualidad plantea una pregunta fundamental para la iglesia hoy: ¿estas enseñanzas y otras parecidas tuvieron la intención de establecer para siempre un código de conducta para todos, en todas las culturas? ¿Estamos ante un peligro de literalismo y legalismo más allá de la intención del texto? Creo que aquí funciona la diferencia entre un fundamentalismo de la letra y la ley, y una perspectiva evangélica (ni liberal ni fundamentalista) que “examina todas las cosas” y busca una ética más razonada, de convicciones más profundas y sólidas.
No pretendo decidir, para el tema de la homosexualidad, cuál de esas dos perspectivas es preferible, pero sí podemos señalar las consecuencias si el N.T. se toma como un código “por los siglos de los siglos” para nuestra conducta:
- El divorcio podría aceptarse sólo por causa de adulterio, ni aun por violencia doméstica y jamás por incompatibilidad; si no es por adulterio, segundas nupcias son pecado y son prohibidas;
- Las mujeres no pueden hablar en el culto, mucho menos predicar;
- Las esposas deben someterse al esposo;
- Ninguna mujer debe gobernar sobre hombres, ni en la iglesia ni en la sociedad; países hoy con presidentas están en pecado;
- Los varones deben llevar el cabello corto y las mujeres cubrir la cabeza;
- No podemos comer morcilla (Hch 15:20,29).[7]
Algunos cristianos y cristianas, y algunas iglesias, entienden el N.T. de esta manera e intentan aplicar todo este código de conducta. Ellos son los fundamentalistas, y merecen también nuestro respeto. Pero muchos, que creen igualmente en la normatividad de la Biblia, han bregado más con los desafíos hermenéuticos y han ampliado criterios sobre el divorcio y el papel de la mujer (y la morcilla).

Entonces estamos frente a dos preguntas hermenéuticas fundamentales:
- ¿Es la intención del N.T. imponer un código total de conducta para nosotros veinte siglos después?
-  ¿Cómo debe este desafío hermenéutico afectar nuestra actitud hacia los homosexuales?

Consideraciones científicas
Preguntas desde la biología y la genética, la sicología, la sociología, la jurisprudencia y otras disciplinas afectan el debate sobre la homosexualidad. Si la ciencia comprobara que la homosexualidad siempre (o a veces, o nunca) es congénita, ¿Cómo afectaría eso nuestro criterio ético al respecto? Si la sicología comprobara que la práctica homosexual siempre (o a veces, o nunca) hace bien (o hace daño) para la salud mental de ellos, ¿afectaría el debate? Si la sociología llegara a demostrar que la homosexualidad hace daño a la sociedad y al matrimonio heterosexual (o no hace daño, o hace ciertos daños y otros beneficios), ¿podría eso afectar nuestro criterio sobre este tema?

¿Debemos los cristianos (o deben las iglesias) imponer nuestras convicciones sobre la sociedad?  Aunque las iglesias y la Biblia tengan por pecado conductas como la borrachera, la fornicación y el adulterio, la avaricia y hasta la glotonería, ante la ley no son delitos y no deben ser penados por ningún gobierno. ¿Cuáles son los modelos bíblicos para la relación entre el pueblo de Dios y el pueblo civil? ¿Debe el estado defender los derechos humanos y civiles de los homosexuales?

Parece que hasta ahora estas ciencias no han llegado a muchas conclusiones definitivas. Cada lado en este debate cita como verdades firmes los argumentos que le convenga, y hacen caso omiso de las evidencias al contrario. Parece que tanto la iglesia como la sociedad necesitan tiempo para seguir estudiando estos temas con humildad y honestidad.

Consideraciones pastorales
Parece evidente que las instrucciones de Pablo sobre la conducta sexual, como también sobre el papel de la mujer, tenían una intención pastoral, de cuidar celosamente el buen testimonio de la iglesia en el mundo de su época. Aunque Pablo tuvo una teología bastante abierta para las mujeres (Gál 3:28) y tuvo colaboradoras en su ministerio, en sus instrucciones pastorales fue mucho más cauteloso y conservador, adaptándose a la sociedad de su época. ¿Podría haber un factor pastoral similar en las prohibiciones sobre la sexualidad?

De todos modos hoy, en medio del debate sobre la homosexualidad, los homosexuales y las lesbianas nos plantean un desafío pastoral muy urgente. ¿Pero cuál es el objetivo, “curar” al homosexual o ayudarle en la vida que está llevando? ¿Se debe decirle, o hacerle sentir, que está en pecado?  ¿Qué hacer si no siente ninguna culpa por su vida, o en cambio si siente culpa pero no logra cambiar? ¿Se le debe animar a “salir del clóset”?

Otras preguntas pastorales son si se los puede bautizar, si pueden tomar la comunión, celebrar sus bodas en la iglesia, enseñar, dirigir cultos o participar en la música, y ocupar puestos clericales. Las respuestas serán distintas, según la orientación fundamentalista, evangélica o liberal.

Abundan las preguntas sobre la pastoral de los homosexuales, pero lo importante es comenzar a realizarlo pronto. Para lograr eso, en vez de ser hostiles y condenatorios, debemos crear una atmósfera que invite al homosexual a buscar cualquier consejería que necesite.

Consideraciones eclesiales
La teología cristiana nació de la misión, y nunca debía de haberse separado de la iglesia y su misión.[8] El N.T y los padres apostólicos tuvieron una orientación evangelizadora, pastoral y contextual. Buscaban básicamente orientar la misión de la iglesia, no el buscar la coherencia teórica de algún “Sistema”. San Pablo, a pesar de ser muy riguroso doctrinalmente (Gál 1:6-9), pudo exclamar, “Aunque soy libre respeto a todos, de todos me he hecho esclavo para ganar a tantos como sea posible… Me hice todo para todos a fin de salvar a algunos por todos los medios posibles” (1Cor 9:19-22). Esa declaración paulina parece estar de acuerdo con la undécima tesis de Marx contra Feuerbach, que podríamos parafrasear así: “Hasta ahora los teólogos y las teólogas han contemplado la Biblia y la fe para entenderlas, pero se trata más bien de transformar a la iglesia y por medio de ella, al mundo”.

Este compromiso pastoral y eclesial se aplica también — y especialmente — a los que viven más en la Acadêmia que en la Ecclêsia. No deben (o no debemos) vivir fuera de la gran comunidad de fe, ni tampoco llevar una vida doble, como esquizofrénicos teológicos. Creo que los académicos en especial son los que necesitan tener un compromiso profundo con la iglesia, su misión y su constante transformación (ecclesia reformata semper reformanda secundum Verbo Dei; teología como “cogitare cum ecclesia”).[9] Para transformar la iglesia, debemos encontrarla donde está, en su marco de referencia, en el lenguaje que ellos entienden y con sus criterios de credibilidad (luchando por transformarlos cuando sea necesario y posible).[10] La academia no debe creerse superior, como una élite teológica, sino debe tener una gran dosis de respeto hacia las bases, que se sienten perplejos ante este tema tan delicado como complicado.

Creo que en la actual situación de la iglesia, irrespetar los sentimientos (y hasta los prejuicios) de la gran mayoría de los y las miembros de las iglesias, o brincar etapas en la promoción de derechos homosexuales, es contraproducente. 

El buscar protagonismo personal o institucional, con un vanguardismo que pretende avanzar sin que la iglesia lo acompañe (o creyendo que sólo ellos son la verdadera iglesia, como ecclesiola in ecclesia),[11] no sólo terminará fortaleciendo y aumentando la homofobia en la iglesia sino también frenará otras transformaciones que el pueblo de Dios necesita urgentemente.

Este efecto contraproducente es aún más negativo cuando se defiende los derechos homosexuales con exégesis dudosa de las escrituras, argumentos simplistas o aun posiblemente acertados pero que el pueblo cristiano (incluso católico) simplemente no puede asimilar. Eso garantiza el rechazo de dichos argumentos y probablemente de otros argumentos más válidos.

Es mucho peor el caso si con los derechos homosexuales se combina la defensa (y la práctica) de la libertad sexual. En iglesias donde “cayó en pecado” es sinónimo de fornicación, con eso queda garantizado el rechazo rotundo tanto de esa libertad sexual como de los derechos homosexuales. Juntos son el beso de la muerte para la transformación de la iglesia.

Al fin, la meta básica es la transformación de la iglesia, y la pregunta básica, ¿Cuál debe ser nuestro rol profético para guiar al pueblo de Dios y transformarlo bajo el mover del Espíritu de Dios hoy?

NOTAS:
[1] En este ensayo emplearemos el término “homosexual” para referirnos a la actividad homosexual voluntaria, no a alguna tendencia o preferencia (homoerotismo en cuanto tal). Además, para mayor facilidad, en este escrito emplearemos el término “homosexual” para incluir a lesbianas, bisexuales, transexuales y trasvestis.

[2]Explico esto con más detalle en “La Biblia, el lector y su contexto histórico”, Haciendo teología en América Latina 49-79 (disponible en www.juanstam.com 23 setiembre 2009).

[3] Ninguna traducción puede ser más que una aproximación al original. De los textos citados, no sólo el significado sino la misma traducción son debatidos y discutibles.

[4] Esta traducción es errada; el texto griego no hace ninguna alusión a Sodoma, y en toda la Biblia “sodomita” siempre significa “habitante de Sodoma”, sin alusión sexual. 

El siguiente término, “pervertidos” tampoco tiene base en el original, en cuanto a la idea de perversión.

[5] Hay muchos otros textos y relatos bíblicos que podrían relacionarse con el tema directa o indirectamente y han sido introducidos al debate de un lado u otro: la creación como varón y hembra (Gn 1:22), la creación de Eva (Gn 2:21-24), la historia de Sodoma y Gomorra (Gn 19), el rapto de Dina (Gn 34), el pecado de Judá contra su nuera Tamar (Gn 38), la violación de la concubina de un levita (Jue 19) y los supuestos prostitutos sagrados de los cultos paganos (Dt 23:18). Se debate también si el término genérico de “inmoralidad” (porneia), especialmente en boca de Jesús, incluía la práctica homosexual, por ser extra-matrimonial. Por otra parte, algunos defensores de derechos homosexuales citan las relaciones aparentemente homoeróticas entre David y Jonatán, Ruth y Noemí, y Jesús y el discípulo amado.

[6] Si Pablo hubiera querido, contra toda la tradición judía, condenar sólo un abuso de la homosexualidad (la pederastia) e implícitamente aprobar la práctica homosexual en sí, tenía en el léxico griego de la época términos muy específicos (pederastia, paidofilia y otros), o hubiera podido emplear alguna frase como “acostarse con niños” para hacer tal distinción. Tampoco sería lógico ni justo culpar a las víctimas de la pederastia.  Hay un consenso muy amplio en la comunidad exegética en que estos dos términos se refieren respectivamente al agente pasivo y el agente activo en una relación homosexual (Danker, Barrett, Conzelmann, Fee y N.T. Wright). 

Walter Danker, en su clásico Léxico del griego del NT, confirma el uso de malakos, en correlación precisamente con arsenokoites, para referirse al participante pasivo en esa relación que él clasifica como “submissive homoeroticism” en contraposición con arsenokoites (p.613). El problema para los traductores hoy es que en nuestros idiomas modernos no existen términos que correspondan a esta distinción.

[7] Para los judíos, comer sangre era lo más abominable, como una especie de canibalismo (Lev 17:10-16). En el concilio de Jerusalén, que decretó que los gentiles no tenían que circuncidarse ni someterse a toda la ley judía para ser cristianos, insistió sin embargo en dos prohibiciones morales (idolatría, fornicación) y dos prohibiciones sociales (beber sangre, comer carne de animales ahogados o estrangulados). Es obvio que se aplica a cristianos y cristianas.

[8] Ver “Teología, contexto y praxis: una visión de la tarea teológica” en Stam, Haciendo teología en América Latina Tomo II (2005) pp. 17-31 (también www,juanstam.com 28 noviembre 3009).

[9] En situaciones extremas, como el régimen nazi o las tiranías asesinas de Somoza o el gobierno golpista de Honduras, el Espíritu de Dios nos puede llamar a acciones más drásticas, de ruptura con la iglesia establecida, pero siempre con la esperanza de transformarla.

[10] Para concientizar a la iglesia, la FTL escogió sabiamente “el evangelio del reino” y logró transformaciones impresionantes, a pesar de la influencia negativa de los medios de comunicación.

[11] Veo un paralelismo aquí con el foquismo sudamericano que luchó heroicamente pero solos, y por otro lado la revolución Sandinista que además de un ejército guerrillero fue acompañada por una insurrección urbana masiva

La Biblia, consistentemente nos dice que la actividad homosexual es pecado (Génesis 19:1-13; Levítico 18:22; Romanos 1:26-27; 1ª Corintios 6:9). Romanos 1:26-27 enseña específicamente, que la homosexualidad es el resultado de negar y desobedecer a Dios. La Biblia dice que cuando una persona continúa en pecado e incredulidad, Dios “lo entrega” aún al pecado más malvado y depravado, a fin de mostrarle lo inútil y desesperado de la vida, al hallarse separado de Dios. 1ª Corintios 6:9 proclama que los “transgresores” homosexuales no heredarán el reino de Dios.

Dios no crea una persona con deseos homosexuales. Dice la Biblia, que una persona se vuelve un homosexual a causa del pecado (Romanos 1:24-27), y definitivamente a causa de su propia elección. Una persona puede haber nacido con una gran susceptibilidad hacia la homosexualidad, al igual que hay gente que ha nacido con una tendencia a la violencia y otros pecados. Eso no la disculpa de escoger pecar al ceder a sus deseos pecaminosos. ¿Si una persona nació con una gran susceptibilidad hacia el enojo/cólera, le da derecho a sucumbir a aquellos deseos? ¡Por supuesto que no! Es igual con la homosexualidad.

Sin embargo, la Biblia no describe la homosexualidad como un “pecado” mayor que cualquier otro. Todo pecado es ofensivo hacia Dios. La homosexualidad es justamente uno de los muchos temas listados en 1ª Corintios 6:9-10 que van a dejar a la persona fuera del reino de Dios. De acuerdo con la Biblia, el perdón de Dios está disponible tanto para un homosexual, como para un adúltero, un adorador de ídolos, un asesino, un ladrón, etc. Dios también promete dar a todos aquellos que crean en Jesucristo para su salvación, la fuerza para la victoria sobre el pecado, incluyendo la homosexualidad. (1ª Corintios 6:11; 2ª Corintios 5:17).
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No te postrarás ante ellos ni los servirás, porque Yo soy YHVH tu Dios, Dios Celoso, que visita la iniquidad de padres sobre hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que lo aborrecen

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6



 

 
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LAS MALDICIONES GENERACIONALES VISTO A LA LUZ DE LA PALABRA DE DIOS

La Biblia menciona "maldiciones generacionales" en varios lugares (Éxodo 20:5; 34:7; Números 14:18; Deuteronomio 5:9). Parece injusto por Dios castigar a los hijos por los pecados de sus padres. Sin embargo, esto es mirarlo desde una perspectiva terrenal. 

Dios sabe que los efectos del pecado se transmiten de una generación a la siguiente. Cuando un padre tiene un estilo de vida pecaminoso, sus hijos son propensos a tener el mismo estilo de vida pecaminoso también. 

Es por ello que no es injusto por Dios castigar el pecado a la tercera o cuarta generación – porque cometen los mismos pecados que hicieron sus antepasados. Pero son castigados por sus propios pecados, no los pecados de sus antepasados. La Biblia nos dice específicamente que Dios no responsabiliza a los niños por los pecados de sus padres (Deuteronomio 24:16).

Hay una tendencia en la iglesia de hoy para tratar de culpar a cada pecado y problema en una especie de maldición generacional. Esto no es bíblico. El remedio para las maldiciones generacionales es la salvación por medio de Jesucristo. Cuando nos convertimos en cristianos, somos nuevas creaciones (2ª Corintios 5:17). ¿Cómo puede un hijo de Dios seguir bajo la maldición de Dios (Romanos 8:1)? La cura, entonces, para una "maldición generacional" es la fe en Jesucristo y una vida consagrada a él (Romanos 12:1-2).

Una de las muchas novedades teológicas de nuestra época es la doctrina de “maldiciones generacionales”, que enseña que una persona puede nacer bajo una sentencia de castigo (“maldición”) por pecados que cometieron sus antepasados. 

A menudo esa maldición se entiende en términos mágicos como un maleficio, con una especie de hechicería santa. 

Así resulta que uno puede nacer cargando la maldición de sus padres, abuelos o hasta bisabuelos. 

Y como la humanidad es bastante pecadora, sería de suponer que muy pocas personas hayan nacido sin alguna maldición a cuestas.

Entre los que más han predicado esta doctrina, en forma muy elaborada, son los pastores Edwin y Ana Lucía Orozco del programa “DiosTV”. Afirman que esa maldición queda en el esperma y el óvulo que forman el feto, por lo que hay reemplazar el ADN del pecado con el ADN de Dios. 

Otro aspecto de esta enseñanza es el concepto de la iniquidad como la corrupción interna que trae maldición generacional. En palabras de ellos,
La Iniquidad es transmitida al ser humano desde su concepción y se hacen (sic) más fuertes en cada generación, se robustece de maldición, pero que los padres tienen la potestad de establecer herencia de bendición para los hijos cortando estas raíces de iniquidad.
Debemos de entender que estamos marcando una generación futura a partir de hoy al romper estos ciclos de iniquidad, porque mientras estas raíces estén activadas en nosotros afectará nuestra vida y la de nuestras generaciones futuras.
Dios es un Dios de Generaciones y las iniquidades de nuestros ancestros seguirán en nosotros hasta que logremos cortarlas; estas raíces que constituyen el elemento oculto en nuestro ser, en nuestras emociones más íntimas y del apego que podamos tener con la realidad a la que estemos atado, cortando con estas iniquidades les damos así a nuestros hijos un futuro libre, un camino allanado, un destino profético que Dios nos ha heredado, le daremos las llaves que triunfen en todo siempre cuando ellos no activen estas raíces.
Es obvio que el aspecto “generacional” de toda esta enseñanza se basa en el segundo mandamiento del decálogo y unos textos más en Éxodo y Deuteronomio:
…yo soy Jehová tu Dios,[i] fuerte, celoso,
que visito la maldad de los padres sobre los hijos
hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,
y hago misericordia a millares [de generaciones],[ii]
a los que me aman y guardan mis mandamientos.
Éxodo 20:5 (cf. Deut 5:9)
…¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso;
tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad;
que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad,
la rebelión y el pecado…
que visita la iniquidad de los padres
sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos
hasta la tercera y la cuarta generación. (Ex 34:6-7)
Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel,
que guarda el pacto y la misericordia
a los que le aman y guardan sus mandamientos,
hasta mil generaciones;
y que da el pago en persona al que le aborrece,
destruyéndolo. (Deut 7:9)
Aunque el idioma hebreo tiene varias palabras para “maldición”, estos textos no mencionan ninguna de ellas. Dicen más bien que Dios “visita” los pecados sobre las sucesivas generaciones. 

El sentido principal de este verbo hebreo es igual que “visitar” en castellano. Su sentido básico es “preocuparse por”; la NVI lo traduce bien con “estar pendiente de” (Sal 8:4 “tomarlo en cuenta”; cf. Job 7:17). Dios visita la tierra y la riega (Sal 65:9). Muchas veces este mismo verbo hebreo significa visitar para salvar (Ex 3:16; 4:31; ¡el relato del éxodo! Cf. Gén 50:24-25; Rut 1:6), pero en otros textos, como los que acabamos de citar, significa visitar para castigar (Isa 13:11; Jer 5:9,29 hebreo).[iii]
 
Además, los textos básicos, en Éx 5 y Deut 20, no hablan de “iniquidad” sino de “maldad”, y Ex 34:7, que menciona la iniquidad, la rebelión y el pecado (como sinónimos funcionales), no afirma que Dios los convierte en maldiciones generacionales sino que en su misericordia los perdona. ¿Cómo es, entonces, que Dios visita la iniquidad hasta la tercera y la cuarta generación, si ya la perdonó? La respuesta está en el concepto bíblico de la persona humana como ser social, en una solidaridad corporativa. La Biblia no conoce el individualismo de nuestro pensamiento moderno, de personas como entes en sí, independientes de la comunidad a que pertenecen. Entonces, la maldad tiene consecuencias morales y sociales sobre la familia y la sociedad, y en esas consecuencias Dios está “visitando” a su pueblo.

Es claro que estos pasajes no dicen absolutamente nada que podría significar “maldiciones generacionales”. No habla de maldiciones en ninguna parte, sino del amor y la justicia de Dios con que se preocupa por nosotros (“nos visita”). Ni mucho menos indica algo de un ADN programado con maldiciones de antepasados. Especulaciones de este tipo revelan una muy grave falta de respeto hacia el texto inspirado. 

Es obvio que estos pasajes no destacan la maldición de los malvados sino la primacía de la misericordia de Dios. Si las consecuencias del pecado se extienden hasta cuatro generaciones, el amor y la misericordia de Dios llegan hasta mil generaciones. Es posible que “cuatro generaciones”, más que una frase literal de una maldición matemática, sea un modismo para expresar las consecuencias del pecado sobre la familia y la sociedad.[iv] 

De cualquier forma, “donde el pecado abundó [cuatro generaciones], la gracia sobreabundó [mil generaciones]“. Si existieran “maldiciones generacionales”, tiene que haber también “bendiciones generacionales”, y eso acumuladas sobre mil generaciones. El teórico ADN de esta teoría tendría que codificar centenares de pecados y muchos miles de bendiciones, y sin duda el saldo sería a favor de la bendición y las misericordias de Dios.

Para concluir, debemos mencionar que otros textos bíblicos refutan la idea de un castigo divino contra familiares inocentes. El mismo libro de Deuteronomio aclara que “los padres no morirán por los hijos, ni los hijos por los padres; cada uno morirá por su pecado” (Dt 24:16; cf. 2R 14:6). El profeta Ezequiel se opone enérgicamente a esta doctrina de castigos y méritos heredados e insiste en la responsabilidad personal de cada uno:
Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
¿Qué pensáis vosotros, los que usáias este refrán sobre la tierra de Israel,
que dice: Los padres comieron las uvas agrias,
y los dientes de los hijos tienen la dentera?…
He aquí que todas las almas son mías;
como el alma del padre, así el alma del hijo es mía;
el alma que pecare, esa morirá.
Y el hombre que fuere justo, e hiciere según el derecho y la justicia…
éste es justo; éste vivirá, dice Jehová el Señor…
El que guardare mis decretos y anduviere en mis ordenanzas,
éste no morirá por la maldad de su padre;
de cierto vivirá…
Y si dijereis: ¿Por qué el hijo no llevará el pecado de su padre?
Porque el hijo hizo según el derecho y la justicia…
el alma que pecare, esa morirá;
el hijo no llevará el pecado del padre,
ni el padre llevará el pecado del hijo;
la justicia del justo será sobre él,
y la impiedad del impío será sobre él. (Ezq 38:1-5,9,17-20).[v]

En conclusión: lejos de fundamentarse fielmente en la Palabra de Dios, la enseñanza de “maldiciones generacionales” es un abuso del texto bíblico. 

Es otra especulación fantasiosa de algunos predicadores que no se cansan de inventar nuevas doctrinas para deslumbrar a su público y mantenerlos cautivos de sus aberraciones.

Lejos de ser un mensaje fiel a la Palabra, es otro intento de manipularla, y manipular al público creyente. 

Todas estas especulaciones contemporáneas plantean una pregunta muy seria: 
¿en qué punto una simple enseñanza equivocada llega a ser una herejía? 
¿No será que tenemos que redescubrir el concepto y la realidad de la herejía?

Es hora de levantar la voz de protesta contra estas novedades anti-bíblicas.

[i] En este ensayo citaremos la versión Reina Valera, por ser ésa en la que se basa el concepto de maldiciones generacionales.

[ii] Es claro, tanto por la lógica como por el paralelo en Deut 6:9, que la palabra “millares” aquí significa “mil generaciones”.

[iii] En todos estos textos el verbo hebreo es PaQaD, “visitar”, aunque a veces la traducción no lo indique. En Jeremías 23:2 PaQaD se emplea primero de pastores que no “visitaban” a las ovejas (no se preocupaban por ellas), y después de Dios al “visitarlos” con castigo.

[iv] Si hay un bisabuelo con bisnietos, las cuatro generaciones pueden estar viviendo simultáneamente. “Cuatro generaciones” parece significar “toda la familia”, los que están vivos en determinado momento.

[v] El capítulo 18 de Ezequiel nombra específicamente un gran número de pecados sociales e insiste en la práctica de la justicia y el bien social.

Proverbios 3:33

La maldición de Jehová está en la casa del impío;
Mas él bendecirá la morada de los justos.

De tiempo en tiempo los cristianos se han visto obligados a lanzarse a las páginas de la Biblia para exponer y defender el verdadero evangelio de los ataques contra la pureza de la sana doctrina. Este es uno de esos tiempos.  En este estudio escudriñaremos un tema que está en apogeo en nuestro tiempo, ‘maldiciones generacionales’ también conocido por ‘maldiciones ancestrales’ ó ‘maldiciones familiares’. Esta nueva "doctrina" no se sostiene por sí sola sino que es parte de un esquema mayor el cual es promovido por aquellos que dicen tener ‘ministerios de liberación’. El esquema completo incluye temas como ‘guerra espiritual’, ‘sanidad interior’, ‘liberación de endemoniados’, ‘ pensamiento y confesión positiva’ y ‘prosperidad financiera’ entre otros. El centro de esta enseñanza, y lo que nos mueve a escribir sobre este tema, es que estos ministerios están dirigidos a cristianos y no a inconversos. ¡Pues según ellos, son los cristianos nacidos de nuevo quienes necesitan ser liberados de maldiciones generacionales!
Parece ser que Satanás siempre mantiene a los creyentes entretenidos con nuevos descubrimientos que ‘al parecer’ tienen fundamento bíblico sólido y hacen que la Iglesia crezca y se fortalezca pero que en realidad son ataques sutiles a la verdad de la Palabra y socavan la eficacia del evangelio.
A propósito, como es de esperarse, todos los que enseñan esta creencia dicen tener pruebas irrefutables que confirman la verdad de su doctrina. Hablan y predican de personas, especialmente creyentes, que tenían maldiciones generacionales o ancestrales y que ahora están libres. Lo más serio de este reclamo es que este movimiento está sucediendo no en iglesias que por siempre han sido reconocidas como ‘falsas’, sino que está ocurriendo en aquellas iglesias o congregaciones que son aceptadas y reconocidas como iglesias que mantienen las doctrinas centrales del cristianismo histórico y bíblico.
Pero lo que debemos de hacer como creyentes, no es mirar las experiencias, sino mirar la Palabra de Dios. Si por experiencias se hicieran válidas todas las reclamaciones, entonces tendríamos que aceptar como verdaderas todas las religiones del mundo, pues en todas ellas se hacen milagros y prodigios y se tienen muchas experiencias como prueba y testimonio. El problema está en que cuando el milagro o liberación ocurre en una iglesia aceptada, con pastores y lideres de ‘doctrina aceptable’ y sobre todo en el nombre de Jesús, entonces se hace difícil pensar que no sea verdad, ni que sea Dios mismo obrando tales cosas.
Definición
Creo que primero hace falta definir lo que se quiere decir con ‘maldiciones generacionales’. Veamos la siguiente definición presentada por ‘Apologetics Index’ (Índice Apologético):
‘Una popular, aunque aberrante enseñanza que mantiene que los problemas en la vida de un Cristiano – incluyendo enfermedad, pobreza, desastres naturales, y etcétera – pueden todos ser consecuencia de alguna maldición proferida muchas generaciones atrás. A menudo, los creyentes en esta teoría se hallan envueltos en igualmente aberrante variedad de guerra espiritual, con un énfasis no-sano y no-bíblico en los demonios. Muy prevaleciente en los movimientos ‘Palabra-de-Fe’, así como en los controversiales movimientos de renovación y avivamientos de nuestro día.’
Esta definición coincide con lo dicho por los promotores de esta creencia. Una conocida tele-evangelista sostiene en su libro ‘maldiciones generacionales’ que:
los problemas humanos tales como miedo, problemas en los pies, dolores de cabezas, migrañas, enfermedades del corazón, complejo de inferioridad, insomnio, esclerosis múltiple, auto-imagen negativa, condición nerviosa, infartos, pobreza, hijos rebeldes, familiares inconversos, preocupaciones, etc. son maldiciones.
En resumen, todas las cosas malas que ocurren ‘pueden ser’ resultado de una maldición generacional; pero más adelante veremos que la frase ‘pueden ser’ en realidad significa ‘siempre son’ para estos maestros. Y al fin de cuenta todo el mundo necesita ser liberado de tales maldiciones.
Fondo Bíblico
Como los cristianos creemos en la Biblia, los proponentes de esta teoría utilizan citas bíblicas que ciertamente pueden hacer pensar a los menos preparados bíblicamente (lo cual, lamentablemente, es la gran mayoría de los cristianos), que lo que se dice es realidad. Por cierto, no todo lo que se dice y se enseña en esta teoría es falso, pues toda doctrina por muy falsa que sea contiene algo de verdad en ella.
Cuando leemos en los siguientes textos de la Biblia, los cuales son utilizados como base principal de esta creencia, vemos que el castigo ó consecuencia negativa generacional fue establecido por Dios como por el pecado…
Éxodo 20:5
5 No te inclinarás á ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos, sobre los terceros y sobre los cuartos, á los que me aborrecen,
Éxodo 34:7
7 Que guarda la misericordia en millares, que perdona la iniquidad, la rebelión, y el pecado, y que de ningún modo justificará al malvado; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, sobre los terceros, y sobre los cuartos.
La enseñanza principal en esta doctrina está en que las cosas malas que nos suceden son consecuencia de los pecados de nuestros antepasados. Una lista de cosas adversas, tales como las que presentamos anteriormente en este estudio se deben a esta maldición que nos llegó ‘de gratis’, simplemente por haber venido de una familia cuyo árbol genealógico fue infectado por la iniquidad. Según esta enseñanza, el árbol familiar de cualquier persona puede ser maldecido por el pecado de uno de sus miembros. Eso es lo que dice una famosa maestra:
"Alguien en un árbol familiar comienza la maldición por medio de la desobediencia"
Así que el impacto de ésta enseñanza es universal. Aquí vemos como el ‘pueden ser’ se convierte en ‘siempre son’. Si cualquier antepasado nuestro comienza la maldición solamente por desobedecer, entonces no solo algunos, sino todos los seres humanos están bajo maldición y necesitan romper tales maldiciones. Pues, ¿quien tiene antepasados que nunca hallan cometido desobediencia (pecado)? ¡Nadie!
Ahora aquí hay algo de verdad y es necesario que notemos lo que hay de cierto en esto, pues de acuerdo a la declaración bíblica de los versos que presentamos anteriormente, eso es así aun en el presente pero debido al pecado de Adán. 
Romanos 5:12,14, 19
12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.14 No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir.  19 Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.
El pecado de Adán trajo condenación y maldición a toda la raza humana (y la tierra - Gen. 3:17-18) y como consecuencia los hombres son considerados 'por naturaleza...hijos de ira'.  Los hombres que no vienen a Cristo en fe, siguen bajo esta condenación pero los que creen en Cristo "no están en condenación" (Romanos 5:1).  Los Cristianos han sido liberados del poder del pecado y han sido trasladados de las tinieblas al reino de Cristo.
Colosenses 1
12 con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; 13 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, 14 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.
¿Cómo puede el hombre que ha creído en Cristo ser "LIBRADO de la potestad de las tinieblas Y TRASLADADO AL REINO DE CRISTO" y a la misma vez permanecer bajo "la potestad de las tinieblas" y VIVIENDO EN EL REINO DE DIABLO?. Cuándo el hombre cree en Cristo, Dios le da libertad del poder del Diablo, ¡ESO ES LO QUE SIGNIFICA LA SALVACION!.  Cualquier persona que esté bajo la potestad del Diablo y sus demonios en cualquier área de su vida por muy poca que sea, NO HA SIDO SALVADA y sigue viviendo en CONDENACIÓN.  Pero volviendo a las "doctrinas" de estos maestros de maldiciones, ellos no hablan mucho de ésta realidad bíblica de que el hombre CREYENTE ha sido liberado totalmente del poder del diablo y hay mucho mas en cuanto a esta enseñanza que estos maestros no revelan a sus discípulos pues si lo hacen destruyen sus propios ministerios y por supuesto sus entradas financieras, pero hablaremos de eso mas adelante.
LA INIQUIDAD
Ahora veremos un elemento que es de suma importancia para esta enseñanza. La clave principal de esta doctrina se encuentra centrada en esta palabra, ‘iniquidad’. Según ellos, esta palabra es una referencia a pecados graves y enraizados que ‘atan’ a las personas aun después de convertidas al evangelio. Estas iniquidades son identificadas como ataduras heredadas de los antepasados. Los cristianos, aún después de convertidos, pueden continuar ‘atados’ a estas iniquidades heredadas y no pueden salir de ellas ‘hasta que sean rotas todas las ataduras’.
Métodos de Limpieza
Existen varias maneras en las que las personas pueden recurrir para limpiarse de tales ataduras ancestrales.  La primera es ‘descubrir y quebrantar’, otra es ‘confesar y perdonar’ y finalmente existe el exorcismo o ‘la expulsión de demonios’ y espíritus inmundos heredados.
Descubrir y quebrantar: El principal método de limpieza en contra de las ‘maldiciones generacionales’ es la de ‘descubrir y quebrantar’ por medio de la repetición de oraciones prescritas y diseñadas para tal propósito. Así que primero hay que descubrir la realidad de las maldiciones generacionales. Para que la diagnosis sea descubierta, la persona debe de acudir a alguien que tenga un ministerio de liberación, ya sea en persona o por medio de libros o escritos. Así, entonces se determina si la persona es victima de maldiciones generacionales. Por supuesto que la mayoría de las personas van a tener algún caso donde las cosas no le han ido bien financieramente. Algún familiar en vicios de drogas o alcohol, alguna enfermedad grave en su familia como diabetes, cáncer, etc. Algún pecado que saben que deben dejar, algún antepasado que no era creyente, etc. Pero ese es el método de descubrir, y luego de descubierta la maldición, entonces se debe proceder a ser liberados.
A menudo las personas deben ser liberadas de la maldición antes de que puedan arrepentirse, pues en muchas ocasiones, el arrepentimiento es imposible porque la maldición no ha ido quebranta. Por ejemplo, el siguiente caso es citado donde una joven quería convertirse pero no podía porque estaba bajo control de espíritus inmundos por la maldición de sus antepasados. No fue hasta que la persona confesó los pecados de sus abuelos que pudo recibir salvación.
"Yo le dije a Maria que era tiempo de que renunciara a lo que su familia había hecho y a los espíritus asignados como resultado… Inmediatamente Maria bajo su cabeza y comenzó a orar en voz alta. Ella pidió perdón por su familia estar envuelta con el hombre de los pollos. Ella oró por liberación del mal. Luego pausó. “¡Él lo hizo!" Gritó ella, lagrimas de gozo bajaban por sus mejillas. ¡"El me salvo! Él está en mi corazón." Nosotros también celebramos su victoria".
Esta historia es interesante, pero ¿qué sucedería si la persona fue adoptada y no sabe de su familia natural?, ¿Que de aquellos que no saben nada de lo que su familia pasada hizo? ¿Entonces que hemos de hacer?. Además, no existe base bíblica este tipo de manejo en el evangelismo. No es sabio confiar en experiencias seculares que aparentan dar buenos resultados. La Biblia declara que el evangelio predicado, "es poder de Dios para salvación a todo el que cree" (Romanos 1:16).
Así que luego de haber descubierto que en realidad existen tales maldiciones sobre la persona, se debe de proceder a repetir oraciones de la siguiente manera para quebrantar la maldición:
"Yo cancelo toda obra demoníaca que halla sido pasada a mí de mis ancestros… Yo renuncio toda asignación satánica que sea dirigida a mi y mi ministerio, y yo cancelo toda maldición que Satanás y sus obreros hallan puesto sobre mi… Yo rechazo todos los otros sacrificios de sangre donde Satanás halla reclamado propiedad de mi"
Como se puede dar cuenta, la oración incluye proclamación sobre los espíritus demoníacos pues ellos enseñan que la manera en que la maldición pasa de generación a generación es por medio de espíritus inmundos.
Confesión y Perdón: Otro método es el de sanar las memorias. Por medio de este método se busca ‘revivir’ todas las experiencias pasadas que nos causan resentimiento y perdonar a aquellos que causaron el mal. Estas memorias suelen, según ellos, traer maldición por medio del rencor y la amargura; también se dice que los demonios pueden entrar en la persona que no perdona.
Expulsión de Demonios: Algunos casos van hasta el punto donde la persona debe ser liberada por medio la expulsión de demonios de la persona, también conocido como ‘exorcismo’ ó ‘guerra espiritual’. Estos demonios han llegado a la persona como ‘heredad’ por el pecado de sus antepasados. Según esta teoría detrás de cada pecado existe un demonio que lo causa. Cuando la persona practica un pecado, el demonio pertinente a este pecado posee al individuo y es pasado a sus descendientes naturales.
¿CRISTIANOS BAJO MALDICIÓN?
Después de haber presentado lo que esta teoría enseña, pasaremos a exponer las razones por las cuales esta debe ser rechazada y condenada por los cristianos. El estudio Bíblico nos lleva a la conclusión de que es imposible para un cristiano estar bajo maldición. Por supuesto, esto es algo que es fácil de entender para aquellos que escudriñan la Biblia y la aceptan, pero otros que han sido indoctrinados en estas doctrinas falsas se les hace muy difícil de creer, especialmente cuando sus sentimientos, emociones y ‘experiencias’ les dicen que todo esto es verdad.
¿Qué es maldición?
En primer lugar debemos de notar que la palabra ‘maldición’ no está en el ‘texto clave’ utilizado. La maldición es entonces ‘asumida’.
La palabra maldición de la manera que es usada en la Biblia tiene que ver la invocación de condenación y mal sobre alguien con el fin de traer consecuencias negativas. El primero en declarar maldición sobre un ser humano fue Dios quien también maldijo la tierra y a Satanás. Dios es el que origina la maldición ó consecuencias negativas como "castigo" por el pecado. En la ley Dios estableció una larga lista de Maldiciones (Consecuencias Negativas) por causa del pecado. Estas consecuencias negativas son de carácter tanto temporales como eternos. El hombre está bajo maldición por causa del pecado y como consecuencia su fin es ser destruido en el infierno.
¿Que es iniquidad?
Iniquidad es una palabra que Dios usa para referirse a la ‘trasgresión a su ley’. En el contexto utilizado parece que tiene que ver con la idolatría. Pero este no es el único término que se usa en la Biblia para ese pecado sino que también se usan términos como maldad, pecado, transgresión, prevaricación, etc.
¿Qué significa "visitar la iniquidad?”
La Biblia dice:
Éxodo 20:5
5 No te inclinarás á ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos, sobre los terceros y sobre los cuartos, á los que me aborrecen,
Éxodo 34:7
7 Que guarda la misericordia en millares, que perdona la iniquidad, la rebelión, y el pecado, y que de ningún modo justificará al malvado; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, sobre los terceros, y sobre los cuartos.
Los proponentes y maestros de esta teoría nos hacen pensar que la frase "que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos" de alguna manera significa que la iniquidad (los pecados) de los padres ‘es heredada por’ ó ‘transferida a’ los hijos, pero esta interpretación está muy lejos de la verdad pues no hay razón alguna en el contexto para entretener tal idea.  Pero por supuesto, la Biblia ‘una vez torcida’ puede significar lo que cualquiera desee. Así que tenemos tres errores son detectados casi de entrada:
1.       Añaden al texto la palabra "maldición"
2.       Confunden el ‘efecto’ con la ‘causa’
3.       Cambian a Dios por Satanás
Estos errores los veremos en detalle a continuación:
El primer error que cometen estos maestros es el de añadir la palabra ‘maldición’ al texto bíblico. Es claro en otros textos que Dios declara que la maldición de la ley llegará a aquellos que quebrantan la ley, pero esta maldición no es especifica solo al pecado especifico de la iniquidad sino a ‘toda’ la desobediencia a la ley y según el texto es aplicable solo al que rompe la ley, no dice que es hereditaria:
Deuteronomio 27
14 Y hablarán los Levitas, y dirán á todo varón de Israel en alta voz: 15 Maldito el hombre que hiciere escultura ó imagen de fundición, abominación á Jehová, obra de mano de artífice, y la pusiere en oculto. Y todo el pueblo responderá y dirá: Amén.16 Maldito el que deshonrare á su padre ó á su madre. Y dirá todo el pueblo: Amén.17 Maldito el que redujere el término de su prójimo. Y dirá todo el pueblo: Amén.18 Maldito el que hiciere errar al ciego en el camino. Y dirá todo el pueblo: Amén.19 Maldito el que torciere el derecho del extranjero, del huérfano, y de la viuda. Y dirá todo el pueblo: Amén.20 Maldito el que se echare con la mujer de su padre; por cuanto descubrió el regazo de su padre. Y dirá todo el pueblo: Amén.21 Maldito el que tuviere parte con cualquiera bestia. Y dirá todo el pueblo: Amén.22 Maldito el que se echare con su hermana, hija de su padre, ó hija de su madre. Y dirá todo el pueblo: Amén.23 Maldito el que se echare con su suegra. Y dirá todo el pueblo: Amén.24 Maldito el que hiriere á su prójimo ocultamente. Y dirá todo el pueblo: Amén.25 Maldito el que recibiere don para herir de muerte al inocente. Y dirá todo el pueblo: Amén.26 Maldito el que no confirmare las palabras de esta ley para cumplirlas. Y dirá todo el pueblo: Amén.
El segundo error que cometen estos maestros es el de confundir la ‘maldición’ con la ‘iniquidad’ ó el ‘pecado’. A veces se refieren a la ‘maldición’ como la misma iniquidad ó pecado y otras veces se refieren a la maldición como ‘el resultado’ del pecado.  Es decir, se hace referencia a los términos confundiéndolos uno con otro como si fueran la misma cosa. A menudo se hace referencia al acto de pecado como si fuera la maldición misma y viceversa. He aquí esta clara confusión en el testimonio de alguien que dice haber estado bajo influencia de tales maldiciones:
Muchos de nuestros problemas de pecado se remontan a los días de nuestra niñez, sin embargo, una gran parte de nuestros problemas de pecado son actualmente heredados de nuestros padres a través de un fenómeno conocido como ‘maldiciones generacionales’. Mi propia familia sufre de la maldición generacional de la pobreza hasta el punto que, aun a pesar de la aparente prosperidad de mis padres, ellos todavía se quejan de nunca tener suficiente dinero para pagar sus cuentas –¡ tales maldiciones se remontan hasta mis abuelos! Esto es, de hecho, la razón porque la pobreza fue un gran problema para mí durante el Segundo Viento. Las maldiciones generacionales pueden ciertamente llevar al desarrollo de pecados profundamente enraizados en nuestras vidas, y la liberación milagrosa de las maldiciones generacionales son la clave para el arrepentimiento y la liberación de ciertos pecados. Yo sé que he ciertamente recibido liberación de la maldición generacional de la pobreza a través del Segundo Viento de la Bendición de Toronto. Liberación de las maldiciones generacionales a menudo puede envolver el perdón de nuestros abuelos y tatarabuelos, y podemos ser llevados a arrepentirnos en el lugar de nuestros antepasados para así romper la maldición. Mayormente, las raíces de nuestras maldiciones generacionales son reveladas a nosotros por medio de la revelación directa del Espíritu Santo – ciertamente aun más desde que abrazamos la Bendición de Toronto. [énfasis añadido]
Este error es muy peligroso porque puede llevar a la persona a concluir que en realidad el pecado que comete no es ‘su pecado’ sino el pecado que ha heredado de sus antepasados. Tal cosa es hacer a Dios mentiroso. La raza humana está en condenación a consecuencia del pecado de Adán, pero cada persona tendrá que dar cuenta a Dios por su pecado, no el de sus padres.
1 Juan 1
10 Si dijéremos que no hemos pecado, lo hacemos á él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.
‘Visitar la iniquidad’ no significa que el pecado sería transferido de generación en generación sino que ‘el castigo ó consecuencia por el pecado’, sería transferido de generación a generación PERO existe una condición y sigue diciendo "…de aquellos que me odian."(Éxodo 20:5.)  Es decir de los que continuaban apartados de Dios. Cuando alguien se apartaba del pecado y no seguía los pasos de sus antepasados, entonces la bendición de Dios estaba disponible, "…hasta mil generaciones" (Éxodo 20:6), queriendo indicar, eternamente, mientras se obedecía a Dios.
Hace falta aclarar en este punto que la conducta 'externa' de los padres tiene influencia sobre los hijos, por eso la Biblia nos ordena "instruye al niño en su camino y cuando sea viejo no se apartará de él" (Proverbios 22:6; Efesios 6:4). Sin duda, el ejemplo de los padres, ya sea bueno o malo de afecta los hijos; pero eso está muy lejos de decir que los pecados y demonios son heredados o traspasados por vía genética y/ o reproductiva.
El tercer error tiene que ver con cambiar a Dios por Satanás. Por eso le enseñan a sus seguidores a orar así:
"Yo cancelo toda maldición que Satanás y sus obreros hallan puesto sobre mi…".
Atribuyen la obra de maldición al diablo cuando la Biblia claramente dice que es Dios mismo quien pone el castigo:
"…porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos, sobre los terceros y sobre los cuartos, á los que me aborrecen…"
Claramente: ¡No es Satanás quien está en control y quien maldice y castiga la iniquidad, es Dios mismo quien lo hace!  Aun si Satanás quisiera maldecir a los hijos de Dios, no puede hacerlo si Dios mismo no los maldice primero. Eso es exactamente lo que pasa, es Dios quien está en control aun de las acciones de los enemigos de sus hijos.  En el caso de Barac cuando pedía a Balaam que maldijera el pueblo de Dios, este, por tres veces, en vez de maldición pronunciaba bendición…
Números 22
12 Entonces dijo Dios á Balaam: No vayas con ellos, ni maldigas al pueblo; porque es bendito.
Números 23
8 ¿Por qué maldeciré yo al que Dios no maldijo? ¿Y por qué he de execrar al que Jehová no ha execrado? 9 Porque de la cumbre de las peñas lo veré, Y desde los collados lo miraré: He aquí un pueblo que habitará confiado, Y no será contado entre las gentes. 10 ¿Quién contará el polvo de Jacob, O el número de la cuarta parte de Israel? Muera mi persona de la muerte de los rectos, Y mi postrimería sea como la suya. 11 Entonces Balac dijo á Balaam: ¿Qué me has hecho? hete tomado para que maldigas á mis enemigos, y he aquí has proferido bendiciones. 12 Y él respondió, y dijo: ¿No observaré yo lo que Jehová pusiere en mi boca para decirlo?
Deuteronomio 23
5 Mas no quiso Jehová tu Dios oír á Balaam; y Jehová tu Dios te volvió la maldición en bendición, porque Jehová tu Dios te amaba.
Tal como en el caso de Barac y Balaam (lea Números 23); Cuando alguien trata de poner alguna maldición sobre los hijos de Dios, esta maldición es convertida en bendición por Dios, porque Él cuida de sus hijos y nadie les puede hacer daño pues él nos ha dado poder sobre el enemigo. Así que la idea de que tenemos que estar ‘preocupados; por los que nos maldicen y romper tales maldiciones es tonta siendo que es Dios mismo quien cuida, protege y defiende a sus hijos.
Lucas 10
18 --Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo --respondió él--. 19 Sí, les he dado autoridad a ustedes para pisotear serpientes y escorpiones y vencer todo el poder del enemigo; nada les podrá hacer daño.
El desconocimiento y la confusión, no son solo en el ámbito de los seguidores, sino que los mismos líderes de estos grupos despliegan gran ignorancia cuando hablan sobre el tema. Muestran gran falta de educación y propia hermenéutica ó principios básicos de interpretación bíblica al aplicar versos dirigidos a una situación particular del Antiguo Testamento a los Cristianos que viven bajo el Nuevo Testamento sin hacer una aplicación propia de los versos pertinentes en el Nuevo Pacto. Tales declaraciones nos dejan ver claramente que estas personas, ya sea intencional o ignorantemente, no le dicen al oyente todo el consejo de la Palabra respecto al tema de las maldiciones y los castigos generacionales.
¿PORQUE UN CRISTIANO NO PUEDE ESTAR BAJO MALDICIÓN?
La Biblia nos enseña que los Cristianos no pueden ser afectados por las maldiciones. A continuación presentamos siete razones importantísimas que nos prueban esta verdad.
El Cristiano no puede estar bajo maldición porque...
1.        El que está en Cristo es nueva criatura.
La Biblia es muy clara en que ‘si alguno está en Cristo, nueva criatura es’ (Romanos 5:1). Dios ha tomado el pasado de una persona y lo ha quitado de su cuenta. Es una nueva criatura, una nueva creación. Esto significa que es como un niño recién nacido. Cuando la Biblia habla de nuevo nacimiento, se esta refiriendo a la posición y condición del creyente frente a Dios. Este acto de regeneración le da entrada al individuo al reino de Dios por medio del lavamiento de sus pecados…
Tito 3
4 Pero cuando se manifestaron la bondad y el amor de Dios nuestro Salvador, 5 él nos salvó, no por nuestras propias obras de justicia sino por su misericordia. Nos salvó mediante el lavamiento de la regeneración y de la renovación por el Espíritu Santo, 6 el cual fue derramado abundantemente sobre nosotros por medio de Jesucristo nuestro Salvador. 7 Así lo hizo para que, justificados por su gracia, llegáramos a ser herederos que abrigan la esperanza de recibir la vida eterna.
El creyente cuando es salvo, es como un niño recién nacido, sin pecado alguno. Por medio de la regeneración ‘es lavado’ y ‘es renovado’ por medio del Espíritu Santo, el cual es derramado abundantemente sobre el o ella.
2.        Está en paz con Dios.
El pecador está en guerra con Dios, pero cuando la persona viene a Cristo, entonces ésta tiene paz con Dios. Jesús dijo:
Juan 14
26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, al cual el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todas las cosas que os he dicho. 27 La paz os dejo, mi paz os doy: no como el mundo la da, yo os la doy. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.
¿Que es eso de que Cristo puede dar una paz la cual el mundo no puede dar? Esto significa que esta paz es "paz con Dios". Los creyentes tienen esa paz.  Esto es importante en este tema porque estos maestros enseñan que la maldición llega a la persona de parte de Satanás, sin embargo, la Biblia dice que es Dios quien pone la persona bajo maldición como castigo por su iniquidad.
Romanos 5
1 JUSTIFICADOS pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo:
Si el creyente está en paz con Dios, habiendo sido declarado ‘justo’; entonces no hay razón alguna para que Dios le ponga bajo maldición por su pecado.
Romanos 5
9 Y ahora que hemos sido justificados por su sangre, ¡con cuánta más razón, por medio de él, seremos salvados del castigo de Dios!
Por cuanto el creyente está en paz con Dios y no en guerra ó rebelión contra él, no puede llevar las consecuencias por el pecado, ni temporales ni eternas, aun cuando de alguna forma ú otra peque. Esto nos lleva al próximo punto…
3.        Está libre de ‘las consecuencias’ del pecado
Dios es un Dios que castiga el pecado. Cuando Cristo murió en la cruz, él pagó por nuestros pecados, Dios no simplemente olvidó el pecado sino que ‘el mismo’, en la persona de Cristo, castigó nuestros pecados.
Isaías 53
4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. 5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados: el castigo de nuestra paz sobre él; y por su llaga fuimos nosotros curados.6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino: mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
Cuando la Biblia habla de castigo por el pecado, este tiene un significado distinto al de la disciplina. La ‘disciplina’ viene con amor para corrección y restauración, pero la ira viene con odio para condenación y destrucción. El creyente del Nuevo Testamento está en una posición distinta al creyente bajo la Ley en el sentido que no tiene que cargar con las consecuencias negativas del pecado, (mas adelante veremos porque)…
Hebreos 12
5 Y estáis ya olvidados de la exhortación que como con hijos habla con vosotros, diciendo: Hijo mío, no menosprecies el castigo del Señor, Ni desmayes cuando eres de él reprendido. 6 Porque el Señor al que ama castiga, Y azota á cualquiera que recibe por hijo. 7 Si sufrís el castigo, Dios se os presenta como á hijos; porque ¿qué hijo es aquel á quien el padre no castiga? 8 Mas si estáis fuera del castigo, del cual todos han sido hechos participantes, luego sois bastardos, y no hijos. 9 Por otra parte, tuvimos por castigadores á los padres de nuestra carne, y los reverenciábamos, ¿por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? 10 Y aquellos, á la verdad, por pocos días nos castigaban como á ellos les parecía, mas éste para lo que nos es provechoso, para que recibamos su santificación.
La maldición implica que la ira de Dios está sobre la persona, algo que es natural para el no creyente, el que NO ES hijo de Dios, pero el creyente ya no está bajo la ira de Dios…
Efesios 2:3
Entre los cuales todos nosotros también vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos; y éramos por naturaleza hijos de ira, también como los demás.
Nótese que Pablo usa el verbo en tiempo ‘pasado’ no presente. ‘Éramos hijos de ira’ ya no lo somos.
Efesios 5:6
Nadie os engañe con palabras vanas; porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia.
¡Los hijos de desobediencia son los pecadores, nunca los Cristianos!
Colosenses 3:6
Por las cuales cosas la ira de Dios viene sobre los hijos de rebelión.
Los pecadores que están sin Cristo, y desobedecen al evangelio, están bajo ira de Dios y nosotros ‘éramos’ en tiempo pasado, hijos de ira, hijos de desobediencia, hijos de rebelión, etc.; pero ya no lo somos. Ahora somos ‘amados de Dios’.
Juan 3
18 El que en él cree, no es condenado; mas el que no cree, ya es condenado, porque no creyó en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
Así que el que cree, por la misma declaración de la Escritura "no está en condenación" lo cual es la consecuencia del pecado…
Salmos 32
1 BIENAVENTURADO aquel cuyas iniquidades son perdonadas, y borrados sus pecados.2 Bienaventurado el hombre á quien no imputa Jehová la iniquidad, Y en cuyo espíritu no hay superchería.
Por eso somos bienaventurados porque tenemos paz con Dios y nuestro pecado ¡no se nos tiene en cuenta!
4.        ¡Dios ha establecido que no será más!
El cristiano no puede estar bajo "maldición generacional" porque Dios mismo declaró que eso sería cosa del pasado. Los hijos no han de pagar mas por los pecados de los padres.
Dios había establecido cuando introdujo EL VIEJO PACTO con su pueblo que los hijos y nietos pagarían las consecuencias de los pecados e iniquidad de los padres, hasta la tercera y cuarta generación, sin embargo profetizó de que algo distinto ocurriría dentro de Israel después que volvieran del cautiverio al que habían sido llevados a causa de la suma de todos sus pecados:
Ezequiel 18 (NVI)
1 El Señor me dirigió la palabra: 2 «¿A qué viene tanta repetición de este *proverbio tan conocido en Israel: Los padres comieron uvas agrias, y a los hijos se les destemplaron los dientes? 3 Yo, el Señor omnipotente, juro por mí mismo que jamás se volverá a repetir este proverbio en Israel. 4 La persona que peque morirá. Sepan que todas las vidas me pertenecen, tanto la del padre como la del hijo. 5 »Quien es justo practica el derecho y la justicia; 6 no participa de los banquetes idolátricos en los cerros, ni eleva plegarias a los ídolos malolientes de Israel. No deshonra a la mujer de su prójimo, ni se une a la mujer en los días de su menstruación. 7 No oprime a nadie, ni roba, sino que devuelve la prenda al deudor, da de comer al hambriento y viste al desnudo. 8 No presta dinero con usura ni exige intereses. Se abstiene de hacer el mal y juzga imparcialmente entre los rivales. 9 Obedece mis decretos y cumple fielmente mis *leyes. Tal persona es justa, y ciertamente vivirá. Lo afirma el Señor omnipotente. 10 »Pero bien puede suceder que esa persona tenga un hijo violento y homicida, que no siga su ejemplo 11 y participe de los banquetes idolátricos en los cerros; que deshonre a la mujer de su prójimo, 12 oprima al pobre y al indigente, robe y no devuelva la prenda al deudor, y eleve plegarias a los ídolos e incurra en actos repugnantes; 13 que, además, preste dinero con usura y exija intereses. ¿Tal hijo merece vivir? ¡Claro que no! Por haber incurrido en estos actos asquerosos, será condenado a muerte, y de su muerte sólo él será responsable. 14 »Ahora bien, ese hijo podría a su vez tener un hijo que observa todos los pecados de su padre, pero no los imita, 15 pues no participa de los banquetes idolátricos en los cerros, ni eleva plegarias a los ídolos malolientes de Israel, ni deshonra a la mujer de su prójimo; 16 no oprime a nadie, no roba, devuelve la prenda al deudor, da de comer al hambriento y viste al desnudo; 17 se abstiene de hacer el mal, no presta dinero con usura ni exige intereses; cumple mis leyes y obedece mis decretos. Un hijo así no merece morir por la maldad de su padre; ¡merece vivir! 18 En cuanto a su padre, que fue un opresor, que robó a su prójimo y que hizo lo malo en medio de su pueblo, ¡morirá por su propio pecado!
Jeremías 31
28 Y así como he estado vigilándolos para arrancar y derribar, para destruir y demoler, y para traer calamidad, así también habré de vigilarlos para construir y plantar afirma el Señor. 29 En aquellos días no volverá a decirse:»Los padres comieron uvas agrias,y a los hijos se les destemplaron los dientes. 30 Al contrario, al que coma uvas agrias se le destemplarán los dientes, es decir, que cada uno morirá por su propia iniquidad. 
Usted se estará preguntando ¿si Dios dice que no será más, no significa eso que en un tiempo sí fue? La pregunta es válida y puede ser vista desde por lo menos dos puntos de vista.  Primero es lo que “se decía”.  Desde el principio es un trato con Israel, Dios declaró en su ley a Israel que cuando se administrara la justicia en su tierra, la culpa y la consecuencia por el pecado de cada cual sería suya. Leemos:
Deuteronomio 24:16
Los padres no morirán por sus hijos, ni los hijos morirán por sus padres; cada uno morirá por su propio pecado.
Sin embargo, Dios se reserva el derecho a castigar la nación completa por los pecados amontonados de un pueblo no arrepentido (ver Números 14:1; Deuteronomio. 5:9).  Los textos en cuestión dicen que “no se dirá más…no volverá a decirse…”; el proverbio se había repetido en Israel, particularmente en su cautividad babilónica por las tribus de Judá y Benjamín quizás como queriendo limpiarse a sí mismos diciendo que solamente estaban recibiendo el castigo por los pecados que sus padres habían cometido pero que ellos no eran culpables. La segunda forma de ver el texto es en relación con las claras amenazas que Dios hizo al pueblo de Israel en Éxodo 20:5, 34:7; Levítico 26.  Cuando leemos el libro de Daniel, el mismo profeta se habla de la relación al exilio del pueblo de Israel por setenta años en Babilonia.  Al final de este periodo, en su oración a Dios, Daniel se expresa de manera que reconoce que la maldad de sus antepasados (y los de ellos) había traído consecuencias al pueblo:
Daniel 9:16
Oh Señor, conforme a todos tus actos de justicia, apártese ahora tu ira y tu furor de tu ciudad, Jerusalén, tu santo monte; porque a causa de nuestros pecados y de las iniquidades de nuestros padres, Jerusalén y tu pueblo son el oprobio de todos los que nos rodean.
Al hacer esta oración, Daniel está llenando el pre-requisito establecido por Dios mismo antes de que ellos pudiesen volver a ocupar la tierra prometida.  Debían de “confesar su iniquidad y la de sus antepasados…”:
Levítico 26:40-42
"Si confiesan su iniquidad y la iniquidad de sus antepasados, por las infidelidades que cometieron contra mí, y también porque procedieron con hostilidad contra mí 41  (yo también procedía con hostilidad contra ellos para llevarlos a la tierra de sus enemigos), o si su corazón incircunciso se humilla, y reconocen sus iniquidades, 42  entonces yo me acordaré de mi pacto con Jacob, me acordaré también de mi pacto con Isaac y de mi pacto con Abraham, y me acordaré de la tierra.
En su oración, Daniel, aunque era hombre justo y temeroso de Dios se identificó moralmente con el pecado de su pueblo y de sus padres tal como lo requería Dios antes de traerlos de vuelta a la tierra prometida. Los libros de Esdras y Nehemías relatan el retorno y la reconstrucción del pueblo a la tierra.
Sea cual sea la interpretación que se le quiera dar a Ezequiel 18, lo cierto es que Dios dice que “nunca más” habrá razón para decir que los hijos pagan o reciben las consecuencias por los pecados de los padres o antepasados. No existe base bíblica hoy día para estar confesando los pecados de nuestros antepasados y pidiendo perdón a Dios por ellos.  Al contrario, Dios deja muy claro que “cada cual morirá por su propio pecado” y “el alma que pecare esa morirá.  El hacer oraciones de arrepentimiento de culpa por otros que no sean nuestros es desobediencia a Dios y una acción totalmente contraria a lo que Dios mismo ha establecido en su Palabra.  Como veremos en la próxima sección, el pasaje de Jeremías es de gran importancia porque habla de “aquellos días” los cuales son los días del Nuevo Pacto el cual sería establecido con Israel y Judá (Jeremías 31:31).  Ese Nuevo Pacto fue establecido por Cristo en la cruz (Mateo 26:28; Marcos 14:24) y por lo tanto es durante el tiempo presente que nosotros los cristianos que vivimos bajo el Nuevo Pacto podemos identificarnos con esa promesa de que los hijos no pagan las consecuencias de los pecados de sus padres:
Jeremías 31:29  
En aquellos días no dirán más: "Los padres comieron uvas agrias, y los dientes de los hijos tienen dentera", 30 sino que cada cual por su propia iniquidad morirá; los dientes de todo hombre que coma uvas agrias tendrán dentera…
5.       ¡El Cristiano está bajo un Nuevo Pacto!
Dios se relaciona con el hombre por medio de Pactos. Cuando Dios puso a Adán en el huerto del Edén, estableció un Pacto con él, cuando salvó a Noe con su familia, hizo pacto con Noe, cuando llamó a Abraham, hizo pacto con él, cuando llamó a su pueblo de Egipto, hizo pacto con ellos, cuando llamó la Iglesia, hizo pacto con ella. La Biblia nos declara que cuando el pecado abunda, la Gracia sobreabunda, esta es la verdad del Nuevo Pacto.
El Antiguo Pacto era condicional a la obediencia del hombre. Si este desobedecía, recibía las consecuencias negativas del pacto y la ira de Dios venía sobre él.
Deuteronomio 11
25 Nadie podrá hacerles frente. Por dondequiera que vayan, el Señor su Dios hará que todo el mundo sienta miedo y terror ante ustedes, como se lo ha prometido. 26 »Hoy les doy a elegir entre la bendición y la maldición: 27 bendición, si obedecen los mandamientos que yo, el Señor su Dios, hoy les mando obedecer; 28 maldición, si desobedecen los mandamientos del Señor su Dios y se apartan del camino que hoy les mando seguir, y se van tras dioses extraños que jamás han conocido.
Bajo el Nuevo Pacto, el hombre está representado por Cristo, quien hace que las condiciones del pacto sean cumplidas en su totalidad, por eso el hombre es libertado de las consecuencias negativas (la maldición divina) del pecado, pues esta maldición fue puesta por Dios sobre Jesús en la cruz.
HOY estamos en el Nuevo Pacto bajo la dispensación de la Gracia. Dios está salvando su pueblo y no tomándole en cuenta a sus hijos sus pecados. Ya no estamos bajo la ley, la ley ha quedado atrás para el creyente. Él ha sido justificado en la sangre de Cristo. Cristo cumplió, por su pueblo, TODOS los requisitos de obediencia y TODAS las consecuencias negativas del pecado que la ley eterna de Dios exige.
Así que es muy importante que entendamos que la condenación / sentencia establecida por Dios que decía que el hijo pagaría el pecado del padre ha quedado en el pasado CON LA LEY. Dios declara en la Biblia todo lo contrario a lo que esta teoría promueve. Ya Dios no está castigando la maldad de los padres en los hijos. No hay condenación para los que están en Cristo. ¡Eso se acabó en la cruz! con la confirmación del NUEVO PACTO bajo la gracia:
Jeremías 31 (NVI)
29 En aquellos días no volverá a decirse: »Los padres comieron uvas agrias, y a los hijos se les destemplaron los dientes. 30 Al contrario, al que coma uvas agrias se le destemplarán los dientes, es decir, que cada uno morirá por su propia iniquidad. 31 »Vienen días afirma el Señor en que HARÉ UN NUEVO PACTO CON EL PUEBLO DE ISRAEL Y CON LA TRIBU DE JUDÁ 32 No será un pacto como el que hice con sus antepasados el día en que los tomé de la mano y los saqué de Egipto, ya que ellos lo quebrantaron a pesar de que yo era su esposo afirma el Señor. 33 »Éste es el pacto que después de aquel tiempo haré con el pueblo de Israel afirma el Señor: Pondré mi *ley en su *mente, y la escribiré en su *corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. 34 Ya no tendrá nadie que enseñar a su prójimo, ni dirá nadie a su hermano: ¡Conoce al Señor!, porque todos, desde el más pequeño hasta el más grande, me conocerán afirma el Señor. Yo les perdonaré su iniquidad, y nunca más me acordaré de sus pecados.»
El problema para estas personas que enseñan que los cristianos tienen que ser librados de maldiciones generacionales, es que Dios mismo dice que BAJO EL NUEVO PACTO, no sería más así. Por esto, tienen que por obligación, tomar al creyente y ponerlo de nuevo bajo el yugo de la ley, echando a un lado la gracia y volviendo a las obras. Cuando Cristo vino, Él estableció UN NUEVO PACTO con su pueblo…
Hebreos 8
7 Porque si aquel primero fuera sin falta, cierto no se hubiera procurado lugar de segundo.
8 Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor, Y consumaré para con la casa de Israel y para con la casa de Judá un nuevo pacto; 9 No como el pacto que hice con sus padres El día que los tomé por la mano para sacarlos de la tierra de Egipto: Porque ellos no permanecieron en mi pacto, Y yo los menosprecié, dice el Señor. 10 Por lo cual, este es el pacto que ordenaré á la casa de Israel Después de aquellos días, dice el Señor: Daré mis leyes en el alma de ellos, Y sobre el corazón de ellos las escribiré; Y seré á ellos por Dios, Y ellos me serán á mí por pueblo:11 Y ninguno enseñará á su prójimo, Ni ninguno á su hermano, diciendo: Conoce al Señor: Porque todos me conocerán, Desde el menor de ellos hasta el mayor. 12 Porque seré propicio á sus injusticias, Y de sus pecados y de sus iniquidades no me acordaré más. 13 Diciendo, Nuevo pacto, dio por viejo al primero; y lo que es dado por viejo y se envejece, cerca está de desvanecerse.
Mateo 26/ Lucas 22
27 Y tomando el vaso, y hechas gracias, les dio, diciendo: Bebed de él todos; 28 Porque esto es mi sangre del NUEVO PACTO, la cual es derramada por muchos para remisión de los pecados. 29 Y os digo, que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día, cuando lo tengo de beber nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.
Apocalipsis 1
4 Juan á las siete iglesias que están en Asia: Gracia sea con vosotros, y paz del que es y que era y que ha de venir, y de los siete Espíritus que están delante de su trono; 5 Y de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y príncipe de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos ha lavado de nuestros pecados con su sangre, 6 Y nos ha hecho reyes y sacerdotes para Dios y su Padre; á él sea gloria é imperio para siempre jamás. Amén.
Ninguno, puede decir HONESTAMENTE delante de Dios que lo que está sufriendo en el presente es por consecuencia ‘de maldición’ por los pecados de sus antepasados, ¡NADIE!. Dios mismo dice que no será mas así EN EL NUEVO PACTO. El predicar, creer y afirmar tales cosas es hacer a Dios mentiroso. Lo cierto es que nadie puede decir que vive una vida de adulterios porque lo heredó de sus antepasados. La obra de la cruz de Cristo fue una obra completa. Como ya hemos dicho y vale la pena repetir, Cristo llevó nuestra culpa y sufrió nuestro castigo. Si, él sufrió en nuestro lugar, por eso no hay condenación para nosotros que estamos en Cristo Jesús.
Gálatas 3
12 La ley también no es de la fe; sino, El hombre que los hiciere, vivirá en ellos. 13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición; (porque está escrito: Maldito cualquiera que es colgado en madero:) 14 Para que la bendición de Abraham fuese sobre los Gentiles en Cristo Jesús; para que por la fe recibamos la promesa del Espíritu.
Ya no hay mas maldición para los cristianos. Pues la paga por su pecado ha sido satisfecha en la cruz donde Cristo mismo estableció para nosotros UN NUEVO PACTO de relación con Dios por medio de su sangre.
6.        ¡Está bendecido con toda bendición de parte de Dios!
Además de NO estar bajo maldición, ya que Cristo mismo fue hecho maldición por nosotros, los Cristianos están bendecidos con toda bendición espiritual. La razón por la que Cristo estableció un NUEVO PACTO fue para que la bendición llegase a nosotros….
1 Corintios 10
15 Como á sabios hablo; juzgad vosotros lo que digo. 16 La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?17 Porque un pan, es que muchos somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel un pan.
Gálatas 3
13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición; (porque está escrito: Maldito cualquiera que es colgado en madero:) 14 Para que la bendición de Abraham fuese sobre los Gentiles en Cristo Jesús; para que por la fe recibamos la promesa del Espíritu.15 Hermanos, hablo como hombre: Aunque un pacto sea de hombre, con todo, siendo confirmado, nadie lo cancela, ó le añade.
Efesios 1
2 Gracia sea á vosotros, y paz de Dios Padre nuestro, y del Señor Jesucristo. 3 Bendito el Dios y Padre del Señor nuestro Jesucristo, el cual nos bendijo con toda bendición espiritual en lugares celestiales en Cristo: 4 Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él en amor;
Ahora, es imposible que estemos bendecidos y maldecidos a la misma vez. Bajo la ley de Moisés, las maldiciones y las bendiciones eran posiciones ‘mutuamente exclusivas’, hoy todavía lo son. Así que si el creyente está bendecido (perdonado) por Dios, es imposible que al mismo tiempo, pueda estar maldecido (condenado).
7.        ¡Es familia de Dios¡.
Los creyentes no pueden estar bajo maldición porque su relación con Dios no lo permite. Dios nos ha hecho parte de su familia, adoptándonos como hijos suyos.
Efesios 1
4 Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él en amor; 5 Habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos por Jesucristo á sí mismo, según el puro afecto de su voluntad, 6 Para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado:
Los Cristianos son adoptados por Dios y son herederos de todas las bendiciones que Él ofrece y también están en posición favorable y son santificados por Él. Además de estar santificados, sus hijos naturales de los creyentes también están en relación de pacto con Dios y son santificados y libres de maldición, pues son hijos del pacto y son santificados aun cuando uno de los cónyuges sea no creyente…
I Corintios 7
12 A los demás les digo yo (no es mandamiento del Señor): Si algún hermano tiene una esposa que no es creyente, y ella consiente en vivir con él, que no se divorcie de ella. 13 Y si una mujer tiene un esposo que no es creyente, y él consiente en vivir con ella, que no se divorcie de él. 14 Porque el esposo no creyente ha sido santificado por la unión con su esposa, y la esposa no creyente ha sido santificada por la unión con su esposo creyente. Si así no fuera, sus hijos serían impuros, mientras que, de hecho, son santos.
¿QUIÉN ESTA BAJO MALDICIÓN?
Primeramente el Diablo.  En Génesis 3:14-15 Dios maldijo a la serpiente que es Satanás:
Génesis 3
14 Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida.
En segundo lugar y como consecuencia, todos los que están bajo el dominio del Diablo son malditos juntamente con él.  Los únicos que están bajo maldición son los que no han nacido de nuevo por medio de la obra LIBERTADORA del Espíritu Santo. Están bajo la maldición de Adán, y todo el peso de la Ley, y su fin es el infierno ardiendo.  Todo el que no está en Cristo siendo así libre de condenación y de maldición está en Adán y por lo tanto está en condenación, muerte y maldición (Romanos 5).
Mateo 25
40 El Rey les responderá: 'Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño, lo hicieron por mí.' 41 "Luego dirá a los que estén a su izquierda: Apártense de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. 42 Porque tuve hambre, y ustedes no me dieron nada de comer; tuve sed, y no me dieron nada de beber;
Ningún maldito tendrá entrada al reino celestial de Cristo. Así que esta teoría de ser cierta pone un gran peso sobre la comunidad cristiana en general y crea duda acerca de la salvación de aquellos cristianos que han vivido y muerto en pobreza, problemas, enfermedades, dificultades y adversidades de todo tipo sin siquiera saber que estaban bajo maldición. Entonces no tienen esperanza alguna ni entrada alguna al cielo, aunque creían en Cristo.
Salmos 37
22 Porque los benditos de él heredarán la tierra; Y los malditos de él serán talados.
Si algún ‘llamado cristiano’ dice estar bajo maldición, esta persona no necesita pronunciar oraciones ni ponerse bajo el ministerio de liberación de ninguna persona, necesita arrepentirse de todo corazón, reconocer SU pecado ante Dios y poner sobre él su carga. Este es el problema que tienen los predicadores de esta teoría, prefieren decirle a sus seguidores que son salvos pero que siguen siendo malditos, en vez de predicarles el evangelio de salvación para que sean salvos.
El problema además parece estar centrado en la ambición terrenal y los bienes materiales. Dios dice que debemos buscar las cosas de arriba y todo lo demás nos será añadido…
Mateo 6
19 No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladronas minan y hurtan;20 Mas haceos tesoros en el cielo, donde ni polilla ni orín corrompe, y donde ladrones no minan ni hurtan:21 Porque donde estuviere vuestro tesoro, allí estará vuestro corazón.22 La lámpara del cuerpo es el ojo: Así que, si tu ojo fuere sincero, todo tu cuerpo será luminoso:23 Mas si tu ojo fuere malo, todo tu cuerpo será tenebroso. Así que, si la lumbre que en ti hay son tinieblas, ¿cuántas serán las mismas tinieblas?24 Ninguno puede servir á dos señores; porque ó aborrecerá al uno y amará al otro, ó se llegará al uno y menospreciará al otro: no podéis servir á Dios y á Mammón.25 Por tanto os digo: No os congojéis por vuestra vida, qué habéis de comer, ó que habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir: ¿no es la vida más que el alimento, y el cuerpo que el vestido?26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni allegan en alfolíes; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros mucho mejores que ellas?.27 Mas ¿quién de vosotros podrá, congojándose, añadir á su estatura un codo?28 Y por el vestido ¿por qué os congojáis? Reparad los lirios del campo, cómo crecen; no trabajan ni hilan;29 Mas os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria fué vestido así como uno de ellos.30 Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana es echada en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más á vosotros, hombres de poca fe?31 No os congojéis pues, diciendo: ¿Qué comeremos, ó qué beberemos, ó con qué nos cubriremos?32 Porque los Gentiles buscan todas estas cosas: que vuestro Padre celestial sabe que de todas estas cosas habéis menester.33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.34 Así que, no os congojéis por el día de mañana; que el día de mañana traerá su fatiga: basta al día su afán.
CONCLUSIÓN
La Biblia, especialmente en todo el Nuevo Testamento, no nos ofrece indicativo alguno ni por ejemplo, ni por orden, ni por advertencia, ni por implicación de que los cristianos nacidos de nuevo han estado, están o estarán alguna vez bajo el poder de alguna maldición; por lo tanto, se debe rechazar tal idea y doctrina como falsa y en contra de la Palabra de Dios.
La Iglesia debe centrar sus fuerzas en la predicación del Evangelio, resistiendo al diablo en su ataque por medio de la esperanza en Dios, la fe, la oración y vidas puras con obras dignas de arrepentimiento. "Porque EL EVANGELIO ES PODER DE DIOS PARA SALVACIÓN" (Romanos 1:16) Por lo tanto si el evangelio no puede salvar a una persona del poder de la maldición del pecado, nada lo podrá hacer.  
 

Gálatas 3
2 La ley también no es de la fe; sino, El hombre que los hiciere, vivirá en ellos. 13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición; (porque está escrito: Maldito cualquiera que es colgado en madero:) 14 Para que la bendición de Abraham fuese sobre los Gentiles en Cristo Jesús; para que por la fe recibamos la promesa del Espíritu.

Bibliografía y Citas:
i  Palabras de Marilyn Hickey - Citado en ‘Are Christians Cursed?’
ii Break The Curse, Articulo de Internet - Marilyn Hickey Ministries
iii
Curses, Articulo en "Latin American Evangelist"
iv  Neil T. Anderson, The Bondage Breaker. Eugene, Ore.: Harvest House Publishers, 1990, pg. 107.
   citado en
DEMONS, DEMONS,WHERE ARE THE DEMONS? THE UNCHANGED AND UNCHANGING
   NEIL ANDERSON by G. Richard Fisher

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