sábado, 4 de abril de 2015

El desierto espiritual, sequía espiritual: La sensación de estar lejos de Dios, no tener comunión espiritual

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
 
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Jehová Recuerda
Zacarías 1:1–6
“Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela,
En tierra seca y árida donde no hay aguas”
.
Salmo 63:1
Cuando escribió este Salmo, David estaba en el desierto de Judá, experimentando el calor del sol y la sed que produce la falta de agua. Su aflicción física le hizo pensar en su condición interna. Se sentía en una sequía espiritual, lejos de Dios, del templo y de Su pueblo. Deseaba gozar de nuevo la comunión íntima con Dios que había tenido en el pasado.
¿Ha estado usted en el desierto alguna vez? ¿Recuerda el calor del sol tan sofocante que pareciera que no se puede aguantar, y la sequía que produce tanta sed? ¿Se acuerda que se puede andar varios días sin encontrar ni una sola fuente de agua para refrescarse en medio de tan vasto yermo?
Aunque la mayoría de nosotros no tendremos que pasar muchos días bajo estas condiciones como lo hizo David, lo cierto es que sí conocemos bien el desierto espiritual al cual él se refería en este salmo. Algunos hemos estado largos días sufriendo bajo el calor opresivo de la angustia en este mundo, sin gozar las aguas refrescantes que David buscaba en la presencia de Dios. lgual que el salmista, deseamos experimentar la comunión con Dios, pero no lo hacemos por causa de nuestra condición espiritual.
Israel había pasado por una situación semejante por más de setenta años, sin pensar en Dios. Su desierto espiritual empezó aun antes del cautiverio porque ya estaban lejos de Dios. Al fin El les castigó por su desobediencia e idolatría mandándoles al exilio, donde se dieron cuenta de la sequía espiritual en la que vivían. Después de setenta años de esta aflicción, Dios les había traído de nuevo a Su tierra para que gozaran de nuevo las bendiciones que les había prometido.
Aunque habían dejado de pensar en su Dios y se habían alejado, El no se olvidó de ellos. Siempre tuvo en cuenta a Su pueblo y su situación física y espiritual. Tenía un programa para restaurarles con la condición de que regresaran a El. El libro de Zacarías fue escrito para presentar esta verdad a Israel y revelar el programa de Dios para restaurarles a la comunión con El.
EL AUTOR
El autor del libro se identifica como Zacarías, contemporáneo del profeta Hageo. Por eso, el trasfondo histórico es igual al del libro escrito por ese profeta. Trabajaron juntos para animar a los que habían regresado del cautiverio bajo el edicto de Ciro para edificar el templo. Sin embargo, Zacarías continúa su ministerio hasta una fecha posterior a la de Hageo.
LA SITUACION HISTORICA
Al final de los setenta años de esclavitud, 42, 360 judíos regresaron a su tierra bajo la orden expresa del decreto de Ciro proclamado en 539 a. de C. Su primera tarea consistía en volver a establecer la adoración de Jehová en Jerusalén. Empezaron por edificar un altar provisional en el sitio antiguo de! templo.
ANTECEDENTES HISTORICOS
722          Caída de Israel (reino del norte) bajo Asiria.
612          Caída de Nínive (Asiria) ante una alianza de Media y Babilonia. Media compartía el dominio del imperio con Babilonia.
605–562          Reinado de Nabucodonosor II.
605          Judá es conquistado y sojuzgado por Babilonia. Daniel y otros jóvenes son deportados.
598          Joaquín, Ezequiel y la gente principal son hechos cautivos. El período de cautiverio empieza oficialmente.
586          Caída de Jerusalén. La mayoría del pueblo es llevado a Babilonia.
539          Decreto de Ciro rey de Persia. Ciro venció a Babilonia y cambió la política hacia los cautivos extranjeros, permitiéndoles regresar a su tierra y restablecer la adoración nacional.
538–36          Regreso de 42,000 judíos bajo la dirección de Zorobabel (nieto de Joaquín). La mayoría estaba cómoda en Babilonia y no quiso regresar. Zorobabel nombrado gobernador. La ciudad estaba en ruinas. La tarea principal era reconstruir el templo. Construcción del altar y restauración de los sacrificios (7 meses después de su llegada).
535          Colocación de los cimientos para el templo. La obra es suspendida durante 16 años debido a la oposición de los samaritanos, quienes apelaron a Seudo-Smerdis y lograron frenar el trabajo. Tiempo de aflicción y depresión económica. Vivían cómodos pero no hacían nada en cuanto a la reconstrucción.
521          Principio del reinado de Darío, quien promovió el restablecimiento de las religiones nacionales de los pueblos bajo su autoridad.
520–19          Ministerio de Hageo. Exhortó al pueblo a la reconstrucción. Consideró que la situación internacional anticipaba la venida del Mesías. La crisis económica fue resultado de la negligencia en cuanto a la reconstrucción del templo. Les acusó de construir casas para ellos mismos sin interesarles la casa de Dios. Les exhortó al arrepentimiento y 24 días después empezaron a trabajar.
519          El 24 del undécimo mes, o sea el 15 de febrero de 519, Zacarías tuvo 8 visiones (Zacarías 1:7–6:15).
518          El día 4 del noveno mes (7 de diciembre), se hace la presentación de ofrendas y son dados 4 mensajes de Zacarías (7–8). Algunos hombres vinieron con ofrendas para la obra en Jerusalén. Trajeron dudas en cuanto a los ayunos nacionales.
516          El 3 del último mes (12 de marzo), se dedica el templo.
515          Del 14 al 21 del mes primero (21–28 de abril), primer celebración de la Pascua en el templo reconstruido. Durante el resto del reinado de Darío hubo paz en Jerusalén.
486–65          Asuero, esposo de Ester, reinaba en Persia.
478          Ester es coronada reina.
473          La Fiesta de Purim es establecida.
458          Regreso bajo Esdras; realiza algunas reformas.
444          Regreso bajo Nehemías para la reconstrucción de los muros de Jerusalén.
420          Fecha de las profecías de Malaquías.
331          Persia es vencida por Alejandro Magno de Grecia.
Aunque se colocaron los cimientos del templo (Esdras 3:10), la obra fue suspendida por causa de la oposición de los samaritanos. Durante dieciséis años dejaron abandonado el proyecto. Reconstruyeron sus casas y sus negocios, pero no volvieron a pensar en los muros de la ciudad ni en el templo.
Hageo interpretaba los eventos que se llevaban a cabo en Persia como señal de que el Mesías vendría en poco tiempo. Antes de empezar su ministerio, Cambises había muerto y había sido reemplazado por Seudo-Smerdis. Darío dirigió una rebelión contra el impostor para derrotarlo. Otros, pensando imitarle, iniciaron diecinueve rebeliones contra Darío. Hageo utilizó este movimiento para motivarles a preparar el templo antes de la llegada del Mesías.
Zacarías vivió y profetizó en Israel durante la misma época. Se observa un paralelismo de circunstancias y de mensaje entre sus libros. La advertencia inicial de Zacarías se dio pocos días después del tercer mensaje de Hageo. Las ocho visiones de Zacarías se presentaron dos meses después del último mensaje de Hageo. Ya habían empezado la construcción del templo. Así que se nota que los dos profetas colaboraron en el esfuerzo de animar al pueblo a dedicarse a terminar el trabajo que Dios les había encomendado.
PROPOSITO Y TEMA
Para comprender mejor el mensaje de Zacarías, sería útil considerar por un momento el movimiento profético en general. El cuadro siguiente lo presenta para recordar de manera fácil el mensaje de esos libros dirigidos a Israel. Cada uno tenía su propio enfoque, pero esta lista le dará la idea principal de todos. Las profecías relacionadas con las naciones paganas tienen mensajes distintos.
Al estudiar una profecía del Antiguo Testamento relacionada con Israel, identifique con la ayuda de un buen comentario o diccionario bíblico el tiempo en que fue escrita. ¿Se escribió antes, durante, o después del exilio? Según la época, ¿se puede identificar la situación histórica más notable que afecta el pueblo de Dios, el propósito por el cual el profeta se dirige a ellos, y el mensaje que se utiliza para lograrlo?
Todos los profetas que escribieron a Israel o a Judá antes o después del cautiverio, condenaban el pecado e idoloatría en que el pueblo de Dios vivía. Se dirigían a ellos con el fin de llamarles al arrepentimiento. La mejor forma para hacerlo era usando la amenaza del juicio venidero.
Por otro lado, los que escribieron durante el cautiverio, o poco antes, pero desde esa misma perspectiva, se concentraron en la destrucción y dispersión del pueblo recién ocurridas. Puesto que todo el mundo estaba desanimado, los profetas escribieron para animarles a que confiaran en Dios y confirmarles que El no les había desechado. Tratan de estimularlos a la fe y obediencia por medio de la promesa de la restauración venidera.
EL MENSAJE DE LOS PROFETAS
EPOCA
Pre-exílico
Exílico
Pos-exílico
SITUACION
Pecado
Destrucción
Regreso

Idolatría
Dispersión

PROPOSITO
Arrepentimiento
Consuelo
Reconstrucción
MENSAJE
Juicio venidero
Restauración
Mesías venidero
Los últimos profetas escribieron después del regreso del pueblo a su tierra. Les querían animar a reconstruir la nación, tanto física como espiritualmente. Debían reedificar sus ciudades y sus vidas para glorificar a Dios. Les animaban a obedecer a Dios llevando a cabo la reconstrucción prometiéndoles la venida del Mesías. Si El llegara en poco tiempo, Su pueblo debía estar preparado para Su venida.
Zacarías colaboraba con los profetas pos-exílícos animando al pueblo a reconstruir sus ciudades y sus vidas para la gloria de Dios. Insistía en que el Mesías vendría pronto y ellos debían alistarse para Su llegada.
El tema del libro se revela al observar los nombres mencionados en el primer versículo. El del profeta significa “Jehová recuerda”, el de su padre Berequías, “Jehová bendecirá” y el de su abuelo Iddo, “su tiempo asignado”. Al unir los tres, se nos indica que Jehová se acuerda de Israel y los bendecirá en el tiempo que El ha determinado.
Este énfasis se repite con frecuencia a través del libro:
1:14          “Celé con gran celo a Jerusalén y a Sión”.
1:16          “Yo me he vuelto a Jerusalén con misericordia”.
1:16          “En ella será edificada mi casa”.
1:17          “Aún consolará Jehová a Sión, y escogerá todavía a Jerusalén”.
2:5          “Para gloria estaré en medio de ella”.
2:10          “Moraré en medio de ti”.
2:12          “Jehová … escogerá aún a Jerusalén”.
3:2          “Jehová que ha escogido a Jerusalén”.
3:8          “Yo traigo a mi siervo el Renuevo”.
8:3          “Yo he restaurado a Sión, y moraré en medio de Jerusalén”.
8:8          “Me serán por pueblo, y yo seré a ellos por Dios”.
8:13          “Os salvaré y seréis bendición”.
8:15          “He pensado hacer bien a Jerusalén y a la casa de Judá”.
9:14          “Jehová será visto sobre ellos”.
9:15          “Jehová de los ejércitos los amparará” .
10:6          “Yo fortaleceré la casa de Judá…
          guardaré la casa de José…
          los haré volver…
          de ellos tendré piedad…
          serán como si no los hubiera desechado;
          porque yo soy Jehová su Dios, y los oiré”.
10:12          “Yo los fortaleceré en Jehová y caminarán en su nombre”.
13:9          “Diré: Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi Dios”.
14:21          “Toda olla en Jerusalén y Judá será consagrada a Jehová de los ejércitos”.
Zacarías dice que se encuentran en un punto decisivo en su historia, con un nuevo principio. Han sido castigados y ahora empiezan nuevas generaciones, relaciones con Dios, y afirmación de las promesas. Dios les ha recordado y ha vuelto a buscar comunión con ellos; ha instituido un programa que culminará con el cumplimiento de los pactos prometidos en los días de sus antepasados, y que finalizará en el reino milenial.
Esta profecía se envió para animar al pueblo a que reconstruyera el templo. Contiene una descripción detallada del juicio de las naciones paganas y de las bendiciones que resultarán para Israel. Dios quiere establecerlos como Su pueblo una vez más. Por eso, deben arrepentirse y someterse a Su autoridad, para que puedan experimentar las bendiciones que El les ha prometido.
JEHOVA SE ACUERDA DE ISRAEL
E INSTITUYE UN PROGRAMA
QUE RESULTARA EN EL CUMPLIMIENTO
DE LOS PACTOS
Y EL ESTABLECIMIENTO
DEL REINO MILENIAL
Zacarías es importante para la formación de la doctrina acerca del futuro. Su enseñanza es paralela a la de Daniel. Su profecía pone énfasis en el programa de Dios para Israel, mientras que Daniel describe el de los gentiles en el mismo período histórico. Ambos presentan el desarrollo histórico desde el cautiverio hasta el milenio, aunque Daniel empieza con la caída de Jerusalén, y Zacarías con la salida de la esclavitud. Los dos traslapan bastante información, pero sus puntos de vista son distintos.
ORGANIZACION DEL LIBRO
La estructura del libro se divide en tres grandes partes. Comienza con ocho visiones que revelan el programa de Dios para Israel desde la reconstrucción del templo hasta el establecimiento del milenio (1–6). Después, se presentan cuatro mensajes que intentan contestar las preguntas del pueblo en cuanto a la importancia de continuar observando los ayunos nacionales que les recuerdan el castigo divino (7–8). Finalmente, se proclaman dos profecías que revelan el programa de Dios para los gentiles por medio del cual El restaurará a Su pueblo (9–14).
OCHO VISIONES 1–6
CUATRO MENSAJES 7–8
DOS PROFECIAS 9–14
LAS OCHO VISIONES 1–6
PROGRAMA DIVINO PARA LA RESTAURACION DE ISRAEL
Zacarías empieza con la narración de ocho visiones nocturnas vistas por él, y que presentan el bosquejo profético del trato que Dios dará a Israel desde los días del profeta hasta el establecimiento del reino. Intentan revelar el programa de Dios y asegurarles que Su fidelidad es inmutable y las profecías reveladas anteriormente se cumplirán indefectiblemente.
La Situación del Pueblo 1:1
La fecha
El autor identifica algunas de las principales circunstancias que afectaban en aquellos días la vida de sus contemporáneos, señalando la fecha en que tuvo las visiones: en el octavo mes del segundo año de Darío, o sea noviembre o diciembre de 520 a.C.
Darío era rey de Persia, el cuarto después de la victoria persa sobre Babilonia. Antes de él, habían reinado Ciro, Cambises, y Seudo-Smerdis, a quien él había derrotado. Estaban viviendo en el tiempo de los gentiles. Por eso, la nación entera de Israel no ocupaba el lugar indicado todavía. Poco antes de esta revelación, el pueblo remanente que había regresado a su tierra con Zorobabel, había empezado a reconstruir el templo por segunda vez.
El autor
El primer versículo parece que es nada más una observación histórica para presentar al profeta Zacarías y su parentesco. Sin embargo, para el lector hebreo, el significado de los nombres llamaría su atención inmediatamente. Al contemplar estos nombres juntos, se les estaba comunicando un resumen del mensaje del libro. Los nombres son verídicos pero Dios los había diseñado de tal manera que al unirlos, se haría resaltar el mensaje que El quería comunicar.
El nombre Zacarías significa “Jehová recuerda”, que es el mensaje central que proclamaba continuamente. Su padre era Berequías, que quiere decir “Jehová bendecirá”. No se encuentra ninguna otra mención de ese nombre en ningún otro pasaje bíblico.
Su abuelo, Iddo, es mejor conocido que su padre. Se menciona entre los sacerdotes principales que gobernaban las familias sacerdotales que regresaron del exilio a la tierra con Zorobabel y Josué en 536 a.de C. (Nehemías 12:4). Significa “Su tiempo establecido”.
Zacarías sucedió a Iddo como sacerdote y jefe de la familia (Nehemías 12:16). Fungía como profeta y sacerdote a la vez. Había nacido en el exilio y probablemente empezó su ministerio desde que era joven.
Este profeta fue colega y contemporáneo de Hageo. Las fechas indicadas en sus mensajes demuestran que siguió escribiendo durante cuando menos dos años después de Hageo. Sin embargo, no se nos indica cuándo terminó su ministerio. Los capítulos 9–14 podrían haber sido escritos mucho después. La tradición judía indica que murió a una edad avanzada.
El estilo de escribir demuestra su interés personal en el bienestar espiritual del pueblo de Dios. Utilizó estímulos y promesas, no regaños nl condenas. Quería ver algo más que sólo la reconstrucción del templo. Les animaba a experimentar una renovación espiritual total (1:1–7).
El profeta aclara que el mensaje que proclamaba no era suyo. Afirma que es la Palabra de Jehová revelada. Este testimonio representa la confirmación de la inspiración divina del libro.
¡PENSEMOS!
Antes de seguir con su estudio, tome un momento para considerar la primera advertencia del libro (1:2–6). ¿Cuál es el mensaje que esta sección presenta? ¿Por qué era tan importante en ese momento histórico? ¿Cómo los encamina hacia el propósito del libro?
El Requisito para Recibir la Bendición 1:2–6
Las visiones se presentan después de una llamada al arrepentimiento. Hasta que el pueblo se dé cuenta de su condición espiritual y la cambie, no experimentará las bendiciones que Dios le ha prometido. Se le recuerda el castigo contra sus antepasados y la existencia continua de Sus leyes y le exhorta a regresar a El.
La nación se encuentra en un punto decisivo de su historia. Se les ha presentado la oportunidad de comenzar de nuevo. Por eso, les advierte desde el principio de la necesidad de ser obedientes.
Zacarías introduce su exhortación recordando la rebeldía de sus padres y sus consecuencias (1:2–5). Ese recuerdo debe servirles de aviso. Han pasado los últimos setenta años en el cautiverio a causa de la desobediencia de la generación anterior. Ahora Dios les ofrece por gracia, otra oportunidad de que se arrepientan. En lugar de imitar a sus antepasados y sufrir las mismas consecuencias, deben hacerle caso y seguir en Sus caminos (1:2–3).
La invitación que Dios les hace es la misma: “Volveos a mí… y yo me volveré a vosotros”. Por no aprovechar esta invitación habían pasado por años de aflicción en manos de las naciones paganas.
Sus padres sufrieron y murieron como resultado de su contumacia. El castigo era en esencia el mismo que habían recibido sus antepasados cuando el pueblo rechazó el consejo de Josué y Caleb en el desierto. Esa generación murió antes de que Jehová pudiera seguir Su plan.
¿Y los profetas? ¿Qué les pasó? Ellos también padecieron y fueron muertos. Entonces, ¿cuál era la diferencia? La palabra de Dios se había cumplido cabalmente. El escritor reconoce que los profetas del pueblo también habían muerto, pero demuestra que el contraste verdadero estaba entre el pueblo desobediente y el mensaje de la Palabra de Dios.
Los padres habían rehusado escuchar o creer el mensaje de los voceros de Dios. Sin embargo, cuando Dios terminó Su castigo, nadie podía argumentar que Dios se había equivocado. El hizo al pie de la letra todo lo que había dicho que iba a hacer; ejecutó exactamente lo que había pensado realizar a causa de su rebeldía.
Antes de entrar en esta nueva época de restauración, tienen que darse cuenta de la importancia de estar atentos y dispuestos a obedecer la voz de Dios. Las actitudes anteriores habían producido juicio y muerte aun para el pueblo de Dios.
El mensaje de Zacarías es que el cumplimiento del programa presentado en su libro depende de que ellos escuchen la voz de Dios y la obedezcan. Les exhorta a ser atentos a ella para que experimenten toda la bendición que Dios piensa enviarles. Este mensaje se repite continuamente a través de todo el libro.
PARA GOZAR TODAS LAS BENDICIONES
DE DIOS TENEMOS QUE OBEDECER
SU PALABRA
Al fracasar el pueblo en esta área fue la razón por la cual el plan que llevaba al reino se había pospuesto. Si Israel hubiera escuchado y obedecido la voz de Dios, el programa trazado habría progresado ininterrumpidamente hasta su conclusión. El libro reconoce la rebeldía del pueblo y por eso predice parcialmente su fracaso. El deseo de Dios no puede realizarse cabalmente hasta que El dé a Israel un nuevo corazón, y por medio de su regeneración y capacitación espiritual decidan obedecerle.
¡PENSEMOS!
Así como los descendientes de Israel en el tiempo de Zacarías tuvieron que mirar su historia pasada para aprender la importancia que tiene escuchar y obedecer la voz de Dios para gozar de Sus bendiciones, nosotros también debemos aprender del mismo ejemplo y de la generación de Zacarías, quienes tampoco lograron gozar las bendiciones de Dios por no obedecer Su Palabra.
Afortunadamente, formamos parte de un nuevo programa de Dios. Vivimos en otra época de la historia. Muchos de los principios para la vida cristiana son distintos a los que Dios les dio en aquella época. Sin embargo, el principio básico no ha cambiado: para gozar todas las bendiciones que Dios nos quiere enviar, tenemos que obedecer Su Palabra.
Considere su propia vida. ¿Ha puesto en práctica todo lo que Dios le ha revelado? ¿Qué falta todavía? Identifique algún área que no haya conformado a la voluntad revelada de Dios para su vida. ¿Qué debe hacer esta semana para obedecerle y gozar de Su bendición? No permita que nada le quite el gozo que Dios le quiere enviar. Decida hoy obedecerle en todo lo que El le pida.

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jueves, 2 de abril de 2015

El cristiano se caracteriza por su capacidad de animar a los decaídos: Hay quienes padecen graves sufrimientos

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
 
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El Toque Personal
Colosenses 4:7–18
El ministerio de Pablo giraba alrededor de ciertos hombres claves con quienes colaboraba. El mismo había entrenado a la mayoría de ellos y mostraba gran confianza en su fidelidad y capacidad de realizar la obra de manera digna que glorificara a Dios.
El apóstol concluye su carta a los colosenses con varias notas personales en las cuales describe a algunos de esos ayudantes que servían con él en el ministerio. Los felicita por su fidelidad y los presenta como compañeros dignos de imitar, y que consideraremos al estudiar estas notas.
INFORME DE SU SITUACION 4:7–9
En una carta tan breve como esta, era difícil ponerles al día en cuanto a todo lo que pasaba en Roma. Tal vez por causa de la situación política en que se encontraba tampoco convenía decir mucho por escrito. Por eso, dice que Tíquico y Onésimo les informarían de su estado y cómo le estaba yendo.
El primero era uno de los delegados de las iglesias que había acompañado al apóstol en su último viaje a Jerusalén (4:7–8). Probablemente fue enviado como uno de los guardianes de la ofrenda para los necesitados (Hechos 24:17; Romanos 15:25–26; 1 Corintios 16:1; 2 Corintios 8–9). Se menciona en otros pasajes también como su colaborador en varios aspectos de la obra. Esta vez llevaba las cartas y explicaría la situación en Roma.
Se listan algunas de sus características más notables. Era un hermano amado, probablemente por su amabilidad. En muchas y variadas maneras había mostrado una actitud de cooperación y servicio.
Además, lo presenta como ministro y consiervo, dos palabras que indican la disposición de servir a otros. No buscaba la gloria ni ser servido; más bien su actitud era de ayuda y colaboración. Trabajaba bien con otros.
Pablo también lo identifica como obrero fiel, digno de confianza. Tíquico manifestaba esto en cuatro tareas específicas que aparecen en la Biblia. Fue uno de los que llevaron y cuidaron de la ofrenda enviada a la iglesia en Jerusalén (Hechos 20:4). Este ministerio da evidencia de la confianza que los hermanos tenían en él. También lo consideraron apto para tomar el lugar de Tito en Creta (Tito 3:12). Además, fue enviado como representante del apóstol para ayudar en la resolución de una situación difícil en Efeso (2 Timoteo 4:12). Por último, en esta ocasión es enviado con las cartas y como mensajero para explicar los acontecimientos que estaban sucediendo en Roma (Colosenses y Efesios).
La última cualidad que conocemos de Tíquico era la capacidad de animar a los decaídos. Al observar las cuatro cartas que Pablo envió mientras estaba en la cárcel, se nota que esas iglesias estaban desanimadas por causa de los graves sufrimientos que padecían. Tíquico fue enviado para que fuera a ellas y animara a los hermanos.
CUANDO ESTAMOS DESANIMADOS
NECESITAMOS EL APOYO DE OTROS
HERMANOS FIELES
Juntamente con Tíquico, Pablo había enviado a Onésimo, un esclavo que había escapado de Colosas. Dios había hecho que milagrosamente se encontrara en Roma con el apóstol donde había conocido a Cristo. Su historia se presenta en la carta que manda a Filemón, su amo cristiano de quien había huído. Después de hablar con él del Salvador y de pasar tiempo preparándolo, Pablo lo envió de regreso a su dueño. Tal vez él deseaba que cuando oyeran la historia de lo que Dios había hecho para transformarlo, los hermanos se sintieran animados.
Este esclavo cuyo nombre quiere decir útil, anteriormente había sido totalmente inútil a su amo. Al escribirle a Filemón, le informa que ahora es su hijo y por lo tanto le serviría de verdad, como un hermano en la fe (Filemón 10– 11, 16). Además, el apóstol lo considera como hermano amado y fiel. Aunque antes no lo era, ahora se lo presenta como digno de confianza. Dios tiene que haber hecho una gran obra en su vida. Este siervo fiel también les informaría de lo que ocurría en Roma.
LA TRANSFORMACION DE LA VIDA DEL
ESCLAVO INUTIL SERVIRIA PARA ANIMAR
A LOS DESANIMADOS
SALUDOS PERSONALES 4:10–15
Saludos de sus colaboradores en Roma 10–14
El autor envía saludos de tres de sus colegas en el ministerio que eran bien conocidos por los colosenses. De los seis que mandan saludos, estos tres son los únicos judíos que colaboraban con Pablo en la obra de Dios. Parece que éste se sentía aislado de su pueblo. Estos siervos no le hacían competencia, sino que trabajaban juntamente con él de manera que le animaban a seguir adelante en la obra sirviéndole como un estímulo. La expresión que Pablo utiliza se deriva de una medicina que aliviaba el dolor. Estos tres hermanos eran como un bálsamo para Pablo que alejaba y aliviaba el dolor de su aflicción.
Aristarco era un judío macedonio que vivía en Tesalónica. Fue compañero de Pablo. Lo llevaron preso durante la manifestación pública en Efeso (Hechos 19:29). Fue otro de los enviados con la ofrenda para Jerusalén (Hechos 20:14). También acompañó a Pablo en su viaje a Roma (27:2). El apóstol se refiera a él diciendo que es su compañero de prisión (Filemón 23–24; compare Romanos 16:7) y colaborador (Filemón 24).
Marcos era el sobrino de Bernabé y autor del evangelio que lleva su nombre. Salió con Pablo y su tío en uno de sus viajes misioneros, pero cuando la presión aumentó, optó por dejarlos y regresar a casa (Hechos 12:12, 25; 13:13). Después, cuando Bernabé quiso llevarlo de nuevo, Pablo no estuvo dispuesto a invertir más tiempo en el joven. Este conflicto provocó la división entre los dos misioneros.
Después de varios años de separación, Pablo volvió a mencionarlo. Aunque aquí no lo describe, les da el mandamiento de recibirlo. En la carta a Filemón lo presenta como colaborador suyo (Filemón 24). Al final de su ministerio, Pablo afirma que Marcos le era útil en el servicio (2 Timoteo 4:11). Obviamente, el esfuerzo de Bernabé de tomarlo e invertir tiempo en él demuestra la influencia de su tío en su vida.
Jesús, llamado Justo era otro colaborador que mandaba saludos a los hermanos de Colosas (Colosenses 4:11). Su sobrenombre es común, pero no sabemos nada más acerca de él que lo que se nos dice al final del versículo 11.
Además de estos tres judíos, Pablo envía un saludo de parte de Epafras (Colosenses 4:12–13) quien había sido enviado a Roma para acompañar al apóstol en los días difíciles que estaba atravesando. Había sido maestro de ellos y Pablo le consideraba un consiervo amado.
Aunque este ministro fiel estaba lejos, seguía manifestando un interés genuino en ellos. Siempre oraba y luchaba constantemente a su favor. Su propósito era que estuvieran firmes, perfectos y completos en el conocimiento de toda la voluntad de Dios; deseaba que supieran lo que el Señor quería hacer en ellos para que anduvieran como es digno de él. En este deseo Pablo y Epafras estaban en armonía completa.
Asimismo, tenía gran solicitud por ellos. Era celoso y hacía todo para su bien. Su trabajo manifestaba esta actitud, la cual nos enseña cómo debe ser el corazón de todo siervo de Dios. Primero, con un interés sincero en los hermanos, dedicándose a orar por ellos continuamente, luchando para que sepan la voluntad de Dios y sean firmes, perfectos y completos.
Al observar las vidas de estos ayudantes de Pablo, nos damos cuenta de que estaban dispuestos a trabajar sin cesar, no dándose a la pereza. Colaboraban con otros para lograr los propósitos de Dios; no competían entre sí buscando ser alabados, sino que juntos anhelaban dar la gloria al Señor. Estas cualidades no se basaban en un conocimiento intelectual de la Palabra de Dios, sino que son las actitudes que sólo el Espíritu Santo puede producir en nosotros. Ellas son las verdaderas bases para evaluar a un obrero del Altísimo.
¡PENSEMOS!
Haga una lista de las características de estos hermanos y cómo ayudaban al ministerio. Al lado de cada una, escriba una o dos maneras en que se revelan exteriormente. Evalúe su propia vida. ¿Cuáles muestra usted? ¿Cuáles le hacen falta todavía? Identifique un área donde usted cree que Dios quiere hacerlo cambiar. Empiece a pedirle en oración que transforme este aspecto de su vida para que sea la clase de líder que él quiere que sea. ¿Habrá algún paso que usted podría dar esta semana para acercarse más a esta meta?
Saludos dirigidos a los hermanos 15
Además de los que Pablo enviaba de parte de sus colegas, pidió a los mensajeros que saludaran a los que sin duda verían dentro de poco tiempo. En especial, quería que se comunicaran con los hermanos de Laodicea, porque tenía otra tarea en relación con ellos.
INTERCAMBIO DE LAS CARTAS ENVIADAS POR EL APOSTOL 4:16
Les exhorta a intercambiar cartas con la iglesia de Laodicea. De esa manera ambas congregaciones podrían aprovechar el mensaje que les enviaba. Aparentemente enfrentaban circunstancias semejantes y podrían animarse unos a otros, pero también la perspectiva de la otra carta podría darles una orientación adicional que les sirviera e instruyera.
EXHORTACION A ARQUIPO 4:17
Pablo envió instrucciones a Arquipo para que terminara la tarea que Dios le había dado. En Filemón 2 Pablo lo describe como “nuestro compañero de milicia”, una expresión que alude a un “colega en el ejército”. Luchaban juntos en la guerra espiritual.
Aunque no se dan más detalles acerca de lo que le sucedía, parece que las aflicciones lo habían desanimado. En lugar de tirar la toalla, Pablo le invita a tener cuidado en el cumplimiento el ministerio que había recibido del Señor. Le recuerda que éste es de Dios y no de los hombres. Por lo tanto, debía permanecer firme para que al final fuera hallado fiel. Este lema es apto para cualquier hijo de Dios. Todos hemos recibido alguna encomienda como parte del cuerpo de Cristo y debemos tener cuidado de llevarla a cabo y ser hallados dignos de ser sus siervos.
¡PENSEMOS!
¿Qué ministerio le ha dado Dios a usted? ¿Está desanimado? ¿Por qué? ¿Qué pasos podría dar para obtener la victoria y cumplir con él?
SALUDO FINAL 4:18
Pablo termina la carta con su saludo propio. Su interés en ellos era tan importante que lo escribió con su propia mano. Les recordaba de su aflicción para que supieran que sufría con ellos y para que oraran por él también. Su deseo era que experimentaran la gracia de Dios en forma práctica.
Pablo escribió esta carta a la iglesia de Colosas donde probablemente nunca había estado. Sin embargo, por medio de varias comunicaciones con los hermanos se había establecido una relación especial con ellos.
Pablo envió esta carta al darse cuenta de que los judaizantes se estaban infiltrando en medio de ellos y que enseñaban su doctrina de la santificación por medio de la ley. Su propósito era frenar la influencia de ese movimiento y afirmar claramente la base de nuestra espiritualidad. Su idea principal es que al estar en Cristo, tenemos todo lo que necesitamos para agradar a Dios. No nos falta nada. Tenemos todo por medio de la fe en nuestro Salvador.
AL ESTAR EN CRISTO, TENEMOS TODO
NO NOS FALTA NADA PARA AGRADAR A DIOS
La introducción presenta un breve saludo (1:1–2) y la oración de Pablo a favor de ellos (1:3–23). Da gracias a Dios porque esa iglesia era madura y fructífera (1:3–8). Su petición era que supieran lo que Dios quería hacer en ellos y que por consecuencia, anduvieran dignamente (1:9–23).
La vida que resulta cuando se comprende la voluntad de Dios es una vida fructífera (10a), que crece cada vez más en la práctica de la voluntad divina (10b), que es fortalecida (11), y agradecida a Dios (12–23). Este reconocimiento nos hace pensar en todo lo que el Señor ha hecho por nosotros y este último es el aspecto de mayor relevancia que tenemos que considerar para entender plenamente su plan.
Dios nos capacitó para recibir la herencia (12); nos libró del dominio de la esfera de las tinieblas (13a); nos trasladó al reino de Su Hijo (13b–20); y nos reconcilió por medio de su muerte (21–23). En esta parte de sus peticiones, Pablo aclara que el Señor Jesucristo es Dios mismo, quien ha hecho todo por nosotros. En fin, no nos hace falta nada.
Después de esta prolongada introducción, se dedica al tema central de la carta. Lo inicia mencionando su propio ministerio y dice que Dios lo había llamado a proclamar a todo el mundo gentil la provisión completa que había hecho en Jesucristo (1:24–4:6).
Primero aclara que se le asignó la tarea de revelar ese misterio (1:24–2:15). En esta sección el autor define el contenido de la revelación que recibió y está agradecido con el Señor porque le dio una parte especial en su plan. El apóstol tiene el privilegio de anunciarles a los gentiles que ellos también pueden participar en el programa divino. Cristo es la esperanza no sólo de los judíos, pero también de los gentiles (1:23–27). Por lo tanto, proclama este nuevo mensaje universal a todo el mundo con el fin de presentar a toda persona perfecta, sin falta ninguna, en Cristo.
La grandeza de estas maravillosas buenas nuevas que le habían sido encomendadas, impulsaba a Pablo a luchar para que no fueran desviados de la verdad por gente que trataba de engañarlos esgrimiendo argumentos persuasivos basados en la lógica humana (2:1–5). La esencia de su mensaje y la respuesta a sus enseñanzas es que tal como recibieron a Cristo por fe, así también debían aprender a vivir por ella y nada más (2:6–7).
La filosofía que el mundo nos presenta, es distinta a este mensaje. Las tradiciones y principios fundamentales que propone indican que nosotros podemos ganarnos la entrada a la presencia de Dios si obedecemos ciertas reglas y hacemos buenas obras. Esta filosofía sólo sirve para descarriar a la gente y esclavizarla (2:8).
Por el contrario, la verdadera espiritualidad es reconocer que la totalidad de Dios está en Cristo (2:9) y que cuando somos de él, estamos completos (2:10–15). En Cristo tenemos la verdadera circuncisión no hecha por hombres, sino la espiritual, la que transforma el corazón pecaminoso (2:11). Hemos sido sepultados a la vida antigua y renovados para llevar una nueva vida juntamente con el Señor (2:12). El ha eliminado cualquier obstáculo que pudiera evitar nuestra comunión con Dios y nos ha dado vida (2:13–15). Por eso no nos queda nada por hacer. Cristo hizo todo y estamos completos en él.
En la segunda división del libro, Pablo edifica sobre la base ya establecida de la provisión completa que tenemos en Cristo y explica las implicaciones de ella (2:16–4:6). Debido a que estamos completos, no debemos dejar que nadie nos juzgue en base a los ritos viejos (2:16–19) que son sombras de la verdadera espiritualidad. Ya que tenemos la luz verdadera, ¿por qué regresar a la oscuridad? Quienes pretenden juzgarnos se caracterizan porque muestran una humildad aparente, porque siguen los ritos religiosos y por el énfasis que hacen en su propia experiencia sin tomar en cuenta la Palabra de Dios. Aunque estén convencidos de que su vivencia es suficiente, han perdido la comunicación con la cabeza del cuerpo, es decir, con Cristo mismo.
Ya que hemos muerto con él a los requerimientos del mundo que se basan en el esfuerzo propio, no debemos someternos a esas normas humanas (2:20–23). Aunque las reglas que proponen tienen cierto valor, contienen una gran debilidad: no proveen el poder necesario para cumplirlas. Sólo sirven para condenarnos.
Por el lado positivo, en lugar de tratar de vivir según esas reglas, debemos tener los ojos puestos en Jesucristo y la obra que ha realizado por nosotros (3:1–4). El está sentado a la diestra de Dios; su obra ya está terminada y ha sido aceptada por el Padre. Por eso, en él tenemos una esperanza segura para el futuro.
El sustituto del legalismo no es el libertinaje. Puesto que ya no somos ciudadanos de este mundo, debemos abandonar su estilo de vida y adoptar las prácticas que corresponden a nuestro nuevo hogar (3:5–11). Pablo describe las obras pecaminosas que debemos eliminar. La nueva forma de vivir se realiza cuando damos al Señor el lugar correcto en nuestra vida.
En contraste con la vida antigua, Pablo describe el estilo que debemos aceptar como nuestro. Lo asemeja con una ropa que podemos vestir (3:12–15). Aunque parece una serie de reglas, no lo es, sino que es un patrón de vida que debe caracterizar a la persona que Dios ya hizo completa por medio de la fe en Cristo. En lugar de los rituales antiguos, Pablo presenta cuatro actitudes que transforman el interior de la persona.
Cuando éstas controlan nuestra vida y la Palabra de Cristo reside en nuestro corazón, el resultado se manifestará en nuestra conducta, especialmente en las relaciones personales con otros (3:16–4:6). En general, intentaremos edificar a nuestro prójimo y glorificar a Dios en todo lo que hacemos (3:16–17). Tal como en su carta a los efesios, Pablo presenta un resumen de las relaciones que deben existir entre los cónyuges (3:18–19), los hijos y padres (3:20–21), esclavos y amos (3:22–4:1).
Les exhorta a mantener una relación personal con Dios por medio de la oración persistente (4:2–4) y por último a que tengan cuidado con respecto a su conducta y conversación frente a los incrédulos, de tal manera que su testimonio sirva para ganar a otros a Cristo (4:5–6).
Pablo concluye la carta con varias notas personales (4:7–18). En ellas, describe a varios hermanos que han sido fieles en su ministerio y los alaba por su fidelidad. Asimismo, anima a los demás a recibirlos y a imitar su ejemplo. Al final, termina la carta con un saludo personal.
¡PENSEMOS!
Utilizando este repaso del libro y el cuadro sinóptico que aparece al principio, considere de nuevo el mensaje de esta carta. Medite en ella y en las implicaciones para su propia vida.
Escriba una lista de los principios que ha aprendido en este estudio. ¿Qué le ha enseñado Dios? ¿Qué pasos debe dar en base a lo aprendido? Haga una lista de lo que el Señor le ha dicho que haga. Ore a Dios, pidiéndole que transforme su vida y realice estos propósitos. ¡Obedezca lo que le diga que haga!
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