sábado, 5 de enero de 2013

Curso: Consejería Bíblica - TEMA 1


. lConsejería Bíblica: Una herramienta para hoy
. biblias y miles de comentarios
 
INDICE
INTRODUCCiÓN ............................................................................................... 7             1.EL  CONSEJO  DE  DIOS  Y  EL  CONSEJERO ....................................... 13
2.  LA  RAIZ DE  LOS  PROBLEMAS .......................................................... 27
3.  EL PRÓPOSITO DE LAS PRUEBAS,  LAS DIFICULTADES Y  LOS  SUFRIMIENTOS     .......................................................................... 43
4.  PECADO  Y  ESCLAVITUD  ESPIRITUAL.. .......................................... 63
5.  SALVACIÓN  y  RESTAURACIÓN ....................................................... 83
6.  EL  MINISTERIO  DEL  ESPIRITU  SANTO .......................................... 97
7.  SANIDAD  DIVINA ................................................................................. 1 21
8.  LIBERACIÓN  DE  LA  ESCLAVITUD  ESPIRITUAL.. ...................... 14S
9.  LIBERACiÓN  ESPIRITUAL  Y  OCULTlSMO ................................. 171
10.  EL  MATRIMONIO ................................................................................. 203 
11. EL  HOGAR  CRISTIANO ...................................................................... 22S
12.  LA  FAMILIA  CRISTlANA .................................................................... 24S
 
Como podemos comprobar hoy los creyentes, las cosas en el mundo están empeorando, y cada vez  oímos más  de  "guerras  y  rumores  de  guerra",  tal  como  lo  profetizó Jesús  en Mateo  24:7-8  cuando  dijo:  "Porque  se  levantará  nación  contra  nación,  y reino  contra reino;  y habrá  pestes,  y hambres, y  terremotos  en diferentes  lugares.  y  todo  esto  será principio de dolores ".
Nos damos cuenta que el vivir cristiano bajo la guía del Espíritu Santo se ha hecho dificultoso para muchos creyentes, abunda la seducción  del  mal,  el  engaño;  fuertes  tentaciones  y  acusaciones han derrumbado  la  vida  de  cristianos sinceros  y  devotos.  Apocalipsis  12:12  nos  dice  que  el  diablo  ha  descendido  a  la  Tierra  con gran ira,  "sabiendo  que tiene poco  tiempo".
Por eso  la lucha espiritual nunca ha sido  tan crítica como  has-a  ahora,  si  bien  principalmente  en los  tiempos  de  Nerón y  de  la Inquisición muchos cristianos  fueron  masivamente perseguidos y martirizados,  la  mayoría de ellos no perdió la salvación eterna.
En cambio ahora la persecución del diablo viene a través de una inundación e incitación al  pecado,  para que los creyentes pierdan a  promesa  de  ser más  que  vencedores  en el  reino  de  los  cielos,  o que  algunos sean borrados  del  libro de  la  vida,  y así  pueda lograr sus objetivos malignos robando las almas o esclavizándolas espiri-tualmente.  Pero  el  Señor Jesucristo  nos  ha  dado  las  armas  espiri-tuales  y  todo  el  consejo  de  Dios  para  vencer cada  tentación,  cada engaño y cada acusación enviada en contra de  nosotros por el ene-migo  de  nuestras almas.
La  consejería espiritual es  un ministerio fundamental  para ayu-dar  a  todos  los  creyentes en  tiempos  de  crisis,  tal  como  Pablo  lo manifiesta  en  Hechos  20:27  cuando  dijo:  "No he  rehuido  anuncia-ros  todo  el  consejo de  Dios".  Este es un ministerio que Dios ha otorgado  al  cuerpo  de  Cristo  para  que  nos  soportemos  unos  a  otros, nos  perdonemos unos  a  otros,  y  podamos  ser  vencedores  contra las  artimañas del  diablo.
Para  ello  debemos  adiestrarnos  para  que  "la  palabra  de  Cristo more en abundancia en nosotros,  enseñándonos y  exhortándonos unos a  otros  en  toda  sabiduría ... "  (Colosenses  3:16).  Es  necesario  ins-truirnos en el  conocimiento de la  palabra de Dios  para ser de  ayuda  eficaz a otros hermanos en la  fe  y para vivir una vida victoriosa nosotros mismos,  perseverando hasta el  fin,  y predicando el  evangelio del reino  a todo el  mundo.
Lamentablemente,  muchos  han  asociado  la  consejería  bíblica espiritual  con  la psicología  humanista  o  la  medicina  psiquiátrica, y  en  algunos  casos  se  ha  requerido  en  congregaciones  cristianas que el  consejero espiritual tenga algún título profesional de psicología humanista.
Esto está muy lejos del propósito de Dios; en realidad, todo pastor o maestro bíblico  tiene que guiar fielmente el rebaño del Padre y alimentarlo de  la  palabra viva  de Dios; no solo debe administrar la  Palabra  en  la  predicación,  sino  que  debe  estar  preparado  para aconsejar  a  las  ovejas  necesitadas,  heridas  o  descarriadas,  para mantenerlas  guardadas  dentro  del  redil.  Sin  embargo,  también cualquier  fiel  cristiano  puede  intervenir  en  la  tarea  de  aconsejar, sin ser  un  ministro  cristiano  en el  ejercicio  del  pastorado  o  de  la
enseñanza bíblica.
De  hecho,  todo creyente es  responsable de  anunciar el  evange-lio de Jesucristo a todo aquel que vive  separado de Dios;  para esto no  se  requiere  un  título  de  ministro  cristiano,  pero  sí  se  requiere el  consejero  cristiano  un profundo  conocimiento  de  las Escrituras y de una preparación personal en su carácter. Esto significa que si alguien tiene una vocación para aconsejar,  debe prepararse para la obra del ministerio. La  mejor preparación y entrenamiento para aconsejar bíblicamente es  formarse  en un buen seminario  bíblico y  teológico,  o  en una escuela  l.e  líderes,  reconocidos  por su  solidez doctrinal.
Porque los  recursos sobre los  que debe  apoyarse  todo conseje-ro cristiano es la palabra de Dios, la guía del Espíritu Santo y la co-munión con la  Iglesia del  Señor.  De  hecho,  quiero aclarar,  que no hay lugar en el  cuerpo de  Cristo para los consejeros independientes que obran por su propia cuenta sin estar unidos al  cuerpo o sin pertenecer a una congregación cristiana reconocida.
Dios  manifiesta  en  la  Biblia  el  deseo  de  que  cada  creyente  se transforme  en un intercesor para  reconciliar  todos  los  corazones alejados,  heridos  o  lastimados,  con Dios.  Por ello  la  Biblia  considera  el  ministerio  de  la  consejería  como un servicio  espiritual  en favor  de  los necesitados  (2  Corintios 5: 18).
Como  consejero,  un  cristiano  es  un vínculo  vital  entre el  que está  necesitado  y  Dios.  El  Espíritu  Santo  de  Dios  es  el  Consejero de  todos  los  consejeros  cristianos,  por ello  todo  cristiano  que  ha recibido a Cristo como su Salvador personal, debe buscar la llenu-ra  del  Espíritu  Santo,  para poder así  alcanzar  el  nivel  espiritual y prepararse como consejero.  .
El  ministerio  del  consejero  espiritual  es  de  trascendental  Im-portancia para ayudar a mantener la unidad del pueblo de Dios.  El consejero  podrá  exhortar  con  amor y  autoridad  espiritual  al  cre-yente  con  dificultades,  ayudándolo  a  "enderezar  lo  que  se  había torcido"  (ver Romanos  15:14).
Este  curso  de  consejería  ha  sido  diseñado  como  un  instrumento de ayuda y como herramienta eficaz para los que sufren distintas perturbaciones o  estados de  confusión, y que todo conseje-ro cristiano no debe ignorar.  Aunque será el  Espíritu Santo quien traerá a la memoria todo el bagaje de conocimientos que usted ate-sore, y que unido al aprendizaje de textos claves y conceptos bíbli-cos  estará en condiciones de  recibir la  dirección divina  en el  momento en que usted se encuentre ante un problema para aconsejar a otro  (ver Juan 14:16;  16:13-14).
Este  curso  trata  sobre  las  soluciones  bíblicas  a  los  principales problemas  que  tiene  el  ser  humano,  y  a  las  diversas  dificultades que  pueden enfrentar  los  creyentes durante el  crecimiento espiritual.  Los  requisitos indispensables para el  creyente que desee alcan-zar  el  ministerio  de  dar  el  consejo  de  Dios  están en las  cartas  del apóstol  Pablo  a  Tito  y  en la  Primera  carta  a  Timoteo.  Después .de leerlas,  estará  en  condiciones  de  comenzar  este  estudio  practlco para el consejero cristiano. 

 1. LA CAPACITACION PARA RESTAURAR VIDAS
Es  la  creencia generalizada que la  tarea de  aconsejar bíblicamente pertenece exclusivamente solo a los pastores, sacerdotes o clérigos de  las iglesias.  Aunque en la actualidad se  ha pretendido jerarqui-zar el ministerio, algunas denominaciones cristianas han incorpo-rado  a psicólogos matriculados en psicología humanista,  tratando de  convertirlos en psicólogos "cristianos".  (También el enemigo a través de la  Nueva Era está promoviendo el  estudio de la  conseje-ría espiritual, con el título de  "Counseling" a esta nueva carrera se-cular con raíces esotéricas.)
Pero si profundizamos lo que Dios dice al respecto, en la Biblia, nos  encontramos  que  Dios  llama  a  cada  cristiano  a  aconsejar  a otros, no como tarea obligatoria, sino como responsabilidad frater-nal.  En la  carta  que  escribió  el  apóstol Pablo  a los  Gálatas  6: 1 di-ce:  "Hermanos,  (no dice:  pastores,  sacerdotes o  clérigos,  ni psicó-logos)  si alguno es  sorprendido en alguna falta,  los  que sois espiritua-les,  (todos los  creyentes comprometidos con Dios  en servirle fiel-mente)  restauradle con espíritu de  mansedumbre,  considerándote a ti mismo,  no  sea que  tú también  seas  tentado".

 También en la  carta de  Pablo a los Romanos  15:14 encontramos otro  claro  llamamiento  a  ejercer la  tarea  de  aconsejar bíblicamen-te:  "Pero  estoy  convencido  de  vosotros,  hermanos  míos,  de  que  voso-tros  mismos estáis  llenos de  bondad,  llenos  de  todo conocimiento, y ca-pacitados  también  para amonestaros  los  unos  a los  otros".  Estos ver-sículos ciertamente involucran a todos los  cristianos comprometi-dos  con Dios y de  buen testimonio,  en la  tarea de  aconsejar.
El  llamamiento  es  claro:  todos los  cristianos  tenemos  que ayu-dar a  "restaurar" a quien Dios  haya  colocado a nuestro lado y que esté necesitado de  enderezar su caminar con Dios.  El  requerimien-to  del  Padre a restaurar la vida de alguien que está en dificultad, se entiende  bien  si  tomamos  el  concepto  de  la  palabra  restaurar  del griego KATARZIO,  cuya traducción literal es:  "Remendar", es decir, volver  al  enfermo  a  su  anterior  condición  de  sanidad.  La  palabra restaurar era  usada por médicos y pescadores.  Una  red con aguje-ros,  no servía, pues los peces a los que se quería atrapar se escapa-ban;  cuando  la  red  era  reparada,  podríamos  decir  que  había  sido restaurada para su uso normal, pues vuelve a ser útil por medio de la  restauración.  El  propósito del texto de  Gálatas 6: 1,  por parte de los  que  "son  espirituales",  es  restaurar al  miembro  de  la  Iglesia  de Cristo que ha sido  sorprendido en una falta,  hecho  que lo  ha dis-locado del cuerpo espiritual. Al igual que un médico restaura al co-locar  en su  lugar un miembro  dislocado.  Y de  esa  forma  lo  pone nuevamente  en su  utilidad propia.  El  consejero  que  realiza  la  ta-rea,  no es que asuma la  responsabilidad del que ha fallado;  lo  que hace es asumir la responsabilidad de aconsejar, de modo que aquel que cometió la falta logre corregir su error para retomar la carga de su propia responsabilidad en la  Iglesia.
En resumen: restaurar es lograr que el cristiano fallido vuelva a su lugar de utilidad en la  Iglesia  del Señor.  Pero  también puede ocurrir que el creyente fallido se haya apartado y en este caso no hay posibi-lidad  de  remitirlo  con su  problema  al  pastor  o  a  los  ancianos  de la Iglesia; aquí la restauración será nuestra obligación. La condición que debemos recordar es que quien va a aconsejar a otro debe pertenecer a  "los  que sois  espirituales",  o los que tienen el  Espíritu Santo activa-do  en sus vidas.  Porque la  presencia del Espíritu Santo hace  posible que podamos realizar el  proceso de restauración en el aconsejar.  De-bemos  pensar  que  Dios  ha  colocado  providencialmente  en  nuestro camino al cristiano que ha errado en su conducta, para que le ayu-demos a volver al camino de Dios.
Recordemos  la  actitud  del  sacerdote y  del levita que,  en la  pa-rábola  del  "Buen samaritano",  pasaron de  largo  y  evitaron su  res-ponsabilidad de ayudar al  prójimo.  Dios quiere que e~ estas situa-ciones seamos como el buen samaritano.  Puede ocurnr que el pro-blema que le toca aconsejar exceda sus conocimientos bíblicos o el
de su madurez espiritual. Entonces deberá remitir al cristiano a un
anciano  o  al  pastor de  su  congregación.  Y así,  completará su res-ponsabilidad espiritual.
El otro aspecto es el del creyente que tome esta responsabilidad como  vocación  ministerial.  Las  iglesias  tienen  consejeros  "oficia-les"  designados u  ordenados por los pastores y ancianos, para ayu-dar y pastorear la grey de  Cristo.
El punto principal del creyente involucrado en la .tarea d acon-sejar,  es  que cada consejo  emitido  debe ser el  consejo  de  DIOS  ex-presado  en las Sagradas Escrituras.  Solo  así  podrá haber restaura-ción; porque si el consejo es  pobre o  mezclado .con conceptos hu-manistas, puede ser inocuo y hasta muy perjudlclal.  La  VIda  de los cristianos que componen el cuerpo de  Cristo, la  Iglesia  del  Señor, está en juego. Por ello, el llamado de Dios a restaurar a los fallIdos, jamás debemos tomarlo a la  ligera. 

¿CUANTAS  PERSONAS ESTÁN  IMPLICADAS EN  EL MOMENTO DE ACONSEJAR?
Aparentemente las personas implicadas son el consejero y el aconsejado. Esto sería correcto si hablamos de impartir  consejos huma­nos o profesionales; pero en el aconsejar blbhco slempre estan implicadas tres personas, porque el consejero y el aconsejado se reunen  en  el  nombre  del  Señor jesucristo,  y  es  en su  presencIa  real que se realiza la  tarea.
El evangelio según san Mateo  18:10 dIce:  .Donde hay dos  o tres congregados  en  mi  nombre,  alli  estoy yo en  medio de  ellos. Jesucnsto  reside hoy de modo invisible en su IglesIa en la persona del Es­píritu Santo. Jesús, antes de ascender a los cielos se reunio por. ultima vez con sus discípulos y les dijo que el Padre les enviaria, otro Consolador  (. .. )  el  Espíritu  de  verdad". (Juan  14:16-17).  El  otro mencionado, se refiere a otro como El mismo, para que los guiara, y los ayudara en todo lo  que jesús les encomendó que hicieran.  La palabra  "Consolador"  fue  traducida  del  griego  PARAKLETOS,  que significa:  ayudador,  abogado,  consejero, intercesor, alguien que se pone de nuestro lado para ayudarnos.
La  presencia del  Señor jesucristo es  manifestada en la  consejería  por medio  de  su  Santo  Espíritu,  quien es  el  autor de las  Escrituras, y quien las ha revelado a aquellos que escribieron en manuscritos la  palabra de  Dios que hoy tenemos en la  Biblia.  Por lo  tanto,  cuando  se  reúne  un  consejero  con  el  aconsejado,  para  que  el consejo  de  Dios  sea  manifestado  por su  divina  Palabra,  se  requiere  la  participación  del  Espíritu  Santo.  En  ese  caso  habrá  tres  personas  presentes:  el  Consejero  Divino,  el  consejero  cristiano  y  el aconsejado. 

2. EL CONSEJERO DIVINO
Como  hemos  dicho,  el  Señor jesucristo  reside  ahora  de  modo invisible  en su  Iglesia  en la  persona  del  Espíritu  Santo. jesús le aseguró  a sus discípulos  que  el  Padre les  enviaría  "otro  Consolador  (...)  el  Espíritu de  verdad".  La  palabra  "otro" fue  traducida  del griego ALLOS,  que significa:  "una diferencia numérica referido  a otro  con carácter similar,  u  otro de la  misma  especie". 

Durante  tres  años y  medio jesús guió,  enseñó,  instruyó,  co-rrigió y animó a sus discípulos,  fue  realmente su Consejero, co-mo  también aconsejó  a  muchos más.  En  el  momento  que  esta-ba  anticipando  a sus discípulos su  partida de  la  Tierra,  les  dijo que les iba a enviar "otro Consolador" que sería como Él  mismo, para que los guiara y enseñara como Él  lo  había hecho.  "Conso-lador"  literalmente  significa:  "llamado  al  lado  y  en  ayuda  de uno,  sugiere  la  capacidad  para  prestar  ayuda.  Generalmente usado  para  el  que  aboga  por la  causa  de  otro,  y  en un sentido más amplio, significa uno que socorre, que consuela, que acon-seja".
El  Espíritu  Santo  es  llamado  "Santo"  porque  es  la  fuente  de toda  santidad,  y su obra  principal en el  corazón del  cristiano  es impulsar el anhelo de ser santo en toda expresión y conducta por el  hecho  de  que  Dios  es  Santo.  El  aconsejar  es  un aspecto  de  la santificación.  Como  hemos  dicho,  la  obra  del  Espíritu  Santo  en la  persona  regenerada  es  la  santificación;  por lo  tanto  debemos considerar al  Espíritu Santo  como la  persona más importante en el  contexto del aconsejar bíblico,  y considerarlo  el  Consejero  de los  consejeros.
Jesús  les  anunció  a  sus  discípulos  que  los  enviaría  a  hacer una gran obra, mayor a la que Él había hecho.  Esta obra comen-zarían  a  realizarla  después  que  el  Espíritu  Santo  viniera  sobre ellos,  quien les daría el  poder,  la  guía y los consejos para poder ejecutarla. jesús les  prometió  también que continuaría estando junto a  ellos,  por medio  del  Espíritu  Santo,  hasta  los  confines de  la  Tierra.  Así  que jesús si  bien  los  dejaba  físicamente,  esto iba  a ser beneficioso  para  ellos  y  para  los  cristianos  de  todo  el mundo  y  de  todos  los  tiempos,  porque  no  estarían  nunca  más solos,  ni  tampoco  deberían  decidir  nada  por su  propia  cuenta,
pues  el  Espíritu  de  verdad  les  daría  el  consejo  apropiado  para cada situación.
Lo  cierto  es  que el Espíritu  Santo  aconsejó  a  los  discípulos  de una  manera  perfecta  y,  además,  fueron  capacitados  para  recordar de una forma  inequívoca las palabras y obras de jesús, que fueron fielmente reproducidas en el  Nuevo Testamento.  La  obra principal del  Espíritu  Santo llega  hasta  nuestros  días  por medio  de  su  ver-dad predicada, explicada y aplicada sobre los miembros de la  Igle-sia de  Cristo en todo el mundo.
El  Espíritu Santo es quien regenera y da fe  a los inconversos (1  Corintios  12:3), quien capacita al  creyente para comprender las verdades de Dios (1  Corintios 2:9-16), quien nos ayuda a vi-vir conforme a la  voluntad de Dios.  Todos los creyentes reciben el Espíritu  Santo  en el momento de  la  regeneración,  en el  mis-mo instante que declaran a jesucristo como el Señor y Salvador de  sus vidas;  y  por lo  tanto  ya  quedan  habilitados  para  recibir
su  consejo.  Pero  para  tener  la  capacidad  de  dar  el  consejo  de Dios, es necesario recibir el bautismo del Espíritu Santo,  tal co-mo  lo  recibieron  los  ciento  veinte  creyentes  que  oraban  en  el aposento  alto  en el  día  de  Pentecostés,  y  someterse  a  la  prepa-ración necesaria. 

3. EL CONSEJERO CRISTIANO
De acuerdo a la Biblia hay cuatro fuentes principales de problemas que aquejan al  ser humano: 
A- Enfermedades orgánicas.
B- Enfermedades mentales o psíquicas,  no  orgánicas.
c- Pecados  personales.
D- Opresión y posesión demoníaca.
La  mejor preparación y entrenamiento para dar el consejo cris-tiano  es  buscar involucrarse  en el  estudio  de  la  palabra de Dios,  a través  de  institutos de  educación,  escuelas de  líderes o seminarios cristianos,  que  le  proporcione  un  fondo  teológico  y  bíblico  bien
sólido al  futuro  consejero.
Los recursos sobre los que descansa un consejero cristiano son: la  palabra  de  Dios  revelada  en la  Biblia,  la  guía del Espíritu Santo, y  la  Iglesia  como  congregación  de  los  santos.  Dios  ha  establecido que los creyentes de  todas las edades se congreguen en las iglesias locales, como dice la carta a los Hebreos  10:24-25:  "Y considerémo-nos  unos  a otros  para  estimularnos  al  amor y  a  las  buenas  obras;  no dejando de congregarnos,  como algunos tienen por costumbre,  sino ex-hortándonos  (aconsejándonos);  y  tanto  más,  cuanto  veis  que  aquel día  se acerca".
La vinculación de estos recursos por medio del estudio de la Bi-blia y  la  reflexión  en lo que  Dios  nos  habla  en ella,  una cotidiana e  íntima relación con el  Espíritu  Santo a  través  de la  oración, y la participación activa en la comunión con otros creyentes en la Igle-sia,  harán  que  el  consejero  cristiano  adquiera  la  idoneidad  que Dios requiere para este servicio.
Los  requisitos  básicos  del  consejero  cristiano  se  fundamentan en el  desarrollo  de  una  profunda convicción de fe  en el  Señor Je-sucristo, y un desbordante amor y compasión para servir fielmen-te  a Dios y al prójimo.
El  consejero cristiano debe,  sobre  todas las  cosas,  ser una per-sona de fe  y de  esperanza, y creer que  todas las  promesas de  Dios se  cumplen indefectiblemente.  En la  Biblia  Dios promete cambiar a  todos  los  que se  arrepientan  de  sus pecados y  que busquen an-dar  obedientes  en sus  mandamientos.  Los  aconsejados  necesitan que el consejero les dé esperanza viva y ánimo para que puedan al-canzar las promesas de Dios.  El consejero deberá orientar siempre al aconsejado hacia las soluciones de Dios, y hacer que este deje de mirar los problemas que lo  han vencido. 

4. ACTITUDES DEL CORAZON
El  rol  del  consejero  cristiano  es  enseñar  al  afligido  la  Palabra  de Dios,  revelada  por  el  Espíritu  Santo  y  ungida  en  el  poder  de  su amor e intercesión.
El  objetivo  del  consejero es el  de  guiar a la  persoüa que soli-cita consejo hacia la luz de la verdad que está en la Biblia.  Sabe-mos que  cuando una persona inconversa recibe  a Jesucristo  co-mo  su  Señor y  Salvador,  hay  que  animarla  a  tomar  parte  activa en una iglesia local para su futuro  crecimiento espiritual.  Pero si la  persona  es  un creyente que  está  alejado  de  la  comunión,  hay que restaurarla para que vuelva a ser un miembro útil al cuerpo de  Cristo.
Todo consejero cristiano debe tener una serie de actitudes que pre-dispongan su corazón para el servicio de aconsejar.  El Salmo 57:7 di-ce:  "Pronto  está mi corazón,  oh Dios,  mi  corazón está dispuesto ... ".  Es-tas son las principales actitudes del corazón para ser un fiel y eficien-te consejero de Dios:
•  Tener una actitud de obediencia a la  Palabra de  Dios.  Dice en  Romanos  6: 17 -18:  " ... aunque  erais  esclavos  del  pecado, habéis  obedecido  de  corazón  a aquella  (. . .)  doctrina  a  la  cual fuisteis  (. .. )  liberados  del  pecado".  El  consejero  que  es  obe-diente al  Señor Jesucristo y a su Palabra obtiene una visible autoridad espiritual en el servicio, pues Dios siempre respal-da a los siervos obedientes.
•  Tener una actitud de  siervo.  Dice  Filipenses  2:7:  ''jesús  se despojó  de  sí mismo,  tomando forma  de  siervo  (. . .)  se  humilló a si  mismo  (. .. )  haciéndose  obediente hasta  la  muerte".  Y Ma-teo  20:28:  "Como  el  Hijo  del  Hombre  no  vino para ser servido, sino  para servir,  y  para dar  su vida  en  rescate por muchos".  El consejero  debe  ser  humilde de  corazón y  de  espíritu.  Debe poner sus prioridades en ser de utilidad para otros  e imitar
aJesús, que no buscó engrandecerse a sí mismo, sino a ofre-cerse como siervo de  todos.
•  Tener  una  actitud de  pureza  e  integridad.  Dice  el  Salmo 24:3-4:  "¿Quién  subirá  al  monte  del  Señor?  ¿Y  quien  estará en  su  lugar  santo?  El  limpio  de  manos y  puro  de  corazón;  el que no  ha  elevado  su  alma a cosas  vanas,  ni jurado con  enga-ño".  Cuando el espíritu del consejero está influenciado por actitudes egoístas e impuras, el Espíritu Santo no podrá fluir para bendecir al  aconsejado.
•  Tener  una actitud sumisa.  Dice  Hebreos  13:17:  "Obedeced  a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas,  como quienes  han de dar cuenta".  El consejero debe reco-nocer y respetar a los líderes de la iglesia que estén sobre él por mandato de Dios.  Para poder guiar a otros, primero debe apren-der a ser guiado.  En la  obra  de Dios,  antes de  tener autoridad sobre otro debe  estar bajo autoridad y en sujeción a ella.
•  Tener una actitud de  plena confianza en Dios.  Dice  2 Co-rintios  1:9-10:  "". Tuvimos  en  nosotros  mismos  sentencia  de muerte,  para  que  no  confiásemos  en  nosotros  mismos,  sino  en Dios  que  resucita a los  muertos;  el  cual  nos  libró,  y nos  libra,  y en  quien esperamos nos librará,  de  tan grande muerte".  El con-sejero debe tener siempre su mirada puesta en Jesús, duran-te el  tiempo que esta aconsejando, confiando y descansando que Él  hará todo lo que prometió.
• Tener una actitud paciente y amorosa. Dice 2 Corintios 5: 14:
"Porque  el  amor de  Cristo  nos  constriñe".  El  consejero  debe  te-ner paciencia para escuchar los problemas, una actitud amoro-sa, pues la impaciencia o la actitud de no dejar hablar al acon-sejado, solo  traerá confusión.  Todo  debe ser hecho con amor; el amor es una acción y no un sentimiento.
•  Tener una actitud compasiva hacia el pecador, aunque al mismo tiempo, su actitud se mantendrá firme contra el pe-cado  que  esclaviza  al  oprimido.  El  rey  David  fue  severa-mente amonestado por el profeta  Natán, debido  al adulte-rio  cometido con Betsabé;  el  rey retenía  en secreto  su fal-ta.  Recibió  la  reprensión  de  los  pecados  cometidos  y  el anuncio  de  las  consecuencias  que  sufriría  por  ello;  pero, sin embargo,  después de  tomar conciencia de  cómo había ofendido a  Dios con sus  pecados, pudo confesar sus deli-tos y al  instante recibió  el  misericordioso perdón de Dios. Dice  2  Samuel  12:l3:  "Entonces  dijo  David  a Natán:  pequé contra  Dios.  Y Natán  dijo  a David:  También  Dios  ha  remiti-do  tu  pecado;  no  morirás".  El consejero debe  tener siempre un corazón dispuesto a aceptar a los pecadores sin ningún tipo  de  rechazo.
•  Tener una actitud de  discípulo,  y nunca de maestro.  Dice Romanos  2:21:  "Tu,  pues,  que enseñas a otro,  ¿no  te enseñas  a ti  mismo?"  Dios  demanda  que  como  cristianos  aprendamos a vivir bajo  el  gobierno  de sus autoridades delegadas.  Todo consejero con capacidad de aconsejar a  otro debe estar bajo autoridad, debe contar con alguien que lo aconseje y super-vise  espiritualmente;  esto  nos  ayuda  a  mantener  una  cons-tante actitud de discípulos. 

5. ACONSEJAR EN  EL ESPIRITU
La  tarea de aconsejar es la  obra del Espíritu Santo.  Cuando impar-timos el consejo de Dios, debemos tener la confianza de que el Espíritu Santo  está presente.  Lo  descubriremos al  depender de El en  cada consejo,  Él  nos ayudará a  entender y  a seleccionar las  Escn-turas  precisas  según  la  necesidad  del  que  se  dispone  a  recibir  el consejo.
Nunca debemos preocuparnos ni apresurarnos a decir nada por nuestra propia cuenta, es preferible esperar en oración hasta que el Espíritu Santo nos dé sabiduría o descubra la verdad sobre el pro-blema que nos toque aconsejar.  Dice Juan 14:23 y  16:l3-14: "Res-pondió Jesús  y  le dijo:  El  que me ama mi  palabra guardará(. .. ) cuan-do  venga  el  Espíritu  de Verdad,  él  os  guiará  a toda  verdad;  porque  no hablará por su propia cuenta,  sino que hablará todo  lo  que oyere, y os hará  saber  las  cosas  que  están  por venir  (. .. )  tomará  de  lo  mío,  y  os lo  hará saber".
Es  necesario,  además,  tener  la  mente  llena  de  la  Palabra  de Dios.  Esto lo lograremos leyendo y  releyendo la Biblia, y  toman-do  tiempos  de  reflexión  sobre los  pasajes  que leemos.  Entonces cuando  tengamos que pensar para dar un consejo,  nuestra men-te  estará  impregnada  con la  Palabra  de  Dios,  y  así  naturalmente podremos pensar con la mente de  Cristo, y  cuando. aconsejamos lo  haremos  en perfecta  concordancia con Las  Escnturas.  Dice  2 Timoteo  3:16-17:  "Toda  la  Escritura  es  inspirada  por  Dios,  y  útil para enseñar,  para redargüir,  para corregir,  para instruir en justicia, a fin  de  que  el  hombre  de  Dios  sea  perfecto,  enteramente  preparado para  toda  buena  obra".
Dios nos dio una boca y dos oídos; probablemente El ha querido que pasemos el doble de tiempo escuchando en lugar de hablar.
La  mayor  parte  del  tiempo  el  consejero  debe  usarlo  para  oír  a  la persona que  acude en busca  de  ayuda,  y  el  oír requiere  una com-pleta atención y  esfuerzo  mental para retener toda  la  información recibida;  con  un  oído  debe  oír al  aconsejado,  y  con  el  otro  estar atento a la  voz  del  Espíritu  Santo de  Dios.
El  consejero debe ser paciente para escuchar a la  persona, no debe  interrumpirla  cuando  expone  su  problema,  no  debe  apre-surarse a  hablar en los momentos que el  necesitado hace pausas en su relato para recordar algo o porque lo  necesita; proceda con calma,  muestre  un genuino  interés  en  lo  que  la  persona  dice  y no en lo  que usted pueda decir.  Nunca debe dar un consejo si  la persona no  ha  terminado su  relato.  Si  no  ha  entendido  algo,  pi-da  explicaciones, aprenda a obtener más información por medio de  preguntas.  Recuerde  que  usted  no  está  para  lograr  reconoci-miento,  sino  que sirve  como  intermediario  para  dar un consejo según  la  Palabra  de  Dios.  Dice Juan  14:26:  "". el  Espíritu  Santo (. .. )  él  os  enseñará todas  las  cosas,  y  os  recordará  todo  lo  que yo os he  dicho".
Algunas veces el que pide consejo acude buscando un aval a de-ci~iones ya  tomadas;  entonces,  en  lugar  de  buscar  el  consejo  de DIOS,  busca  aprobación  o  simpatía  por sus propias  decisiones,  en lugar de ser aconsejado.  En este  caso  el consejero debe ser hones-to  en su consejo y  hablar la  verdad  con amor.  Si  descubre  que  el aconsejado  tIene  culpa  o  responsabilidad  directa  con el  problema presentado,  hay  que  decírselo;  aunque  no  sea  fácil  hacerlo.  Esta-mos  al  servicio  de  Dios  y  no  de  los  seres  humanos.  Dice  Hechos 5:29:  "Respondiendo  Pedro y  los  apóstoles,  dijeron:  es  necesario  obe-decer a Dios  antes  que a los  hombres". 

6. EL CARÁCTER REQUERIDO PARA EL CONSEJERO
Hemos visto las actitudes del corazón requeridas para el conseje-ro  crlstiano; ahora  veremos  el  carácter  requerido  para  los  que aconsejan.
•  Tener  un  carácter  humilde,  hay  que  imitar a Jesús  en  su humildad.  Dice Marcos  9:35:  "Entonces  él  Jesús  (. .. )  les  di-jo:  Si  alguno quiere  ser  el  primero,  será  el  postrero  de  todos,  y el  servldor de todos". Y en Lucas  18: 14 Jesús agregó:  " ... el que se  humilla será  enaltecido". 
•  Tener un carácter firme,  con confianza absoluta en Cristo Jesús.  Dice  1 Juan 5: 14-15:  "Y  esta  es  la  confianza que  tene-mos  en  él  Uesucristo),  que  si  pedimos  alguna  cosa  conforme  a su  voluntad,  él  nos  oye.  Y si  sabemos  que él  nos  oye  (. .. )  sabe-mos  que  tenemos  las  peticiones  que  le  hayamos  hecho".
•  Tener  un  carácter  alegre,  proveniente  del  gozo  de  Dios.
Dice Juan 15: 11:  "Estas  cosas  os  he  hablado,  para  mi  gozo  es-té  en  vosotros,  y  vuestro gozo  sea  cumplido".
•  Tener  un  carácter  sensible,  con  actitudes  de  atención  al prójimo  y  disposición  de  ayudarlo.  Jesús  dijo  en  Mateo 25:35-40:  " .. . tuve  hambre,  y  me  diste  de  comer;  tuve sed,  y me diste  de  beber  (. .. )  estuve  desnudo,  y  me cubristeis;  enfer-mo y  me visitasteis;  en  la  cárcel,  y  vinisteis  a mí  ( ... )  ¿ Cuán-do  te  vimos  hambriento, y  te  sustentamos  (. .. ) o sediento  (. .. ) o  desnudo  ( ... )  o  cuándo  te  vimos  enfermo,  o  en  la  cárcel,  y vinimos  a ti?  ( ... )  Y respondiendo  ( ... )  os  digo  que  en  cuanto lo  hicisteis  a uno  de  estos  mis  hermanos  más  pequeños,  a mí
lo  hicisteis".
•  Tener un carácter prudente; todo lo que el consejero escu-cha  del  aconsejado  debe  quedar  guardado  entre  los  dos  y Dios.  Dice Proverbios  16:28:  " .. . el  chismoso  aparta a los  me-jores  amigos".
•  Tener  un  carácter sumiso,  ser obediente a  Dios  y  a  todos aquellos que tienen autoridad.  Dice Efesios 6:5:  " ... obedeced a vuestros amos terrenales  con  temor y  temblor,  con sencillez de vuestro  corazón,  como  [obedeCéis]  a Cristo". 

7. ,CUÁL ES EL PROPÓSITO BÁSICO PARA DAR EL CONSEJO DE  DIOS?
Hemos dicho que aconsejar es como el proceso por el cual un cris-tiano ayuda a restaurar a otro a una posición de utilidad en el cuer-po de  Cristo,  que es  la  Iglesia.  Es  una actividad en la  cual un cre-yente  entra de modo primario como miembro  de  la  iglesia,  some-tido a la autoridad de los pastores y ancianos de la iglesia para ejer-cer el  servicio.
Entonces  aconsejar  bíblicamente  es  la  búsqueda  de  lograr  un cambio de  conducta en alguien que se  ha desviado,  por medio  de la  confrontación de  las verdades de  Dios,  y  con el  activo  interés y afecto personal por parte del consejero hacia el  aconsejado.  Parta-mos de la base  que  hay pautas y actividades pecaminosas en la vi-da del aconsejado, que Dios quiere cambiar. y  que este cambio po-drá ser realizado por medio de una confrontación verbal del acon-sejado frente a las Escrituras, administrado por el consejero bajo la unción y el poder del Espíritu Santo; en una forma fraternal,  fami-liar y amorosa  para el  beneficio de la  persona.
Todo  aconsejar  bíblico  tiene  el  objetivo  de  lograr  un  cambio, pero si se pierde este objetivo dejará de ser una sesión de conseje-ría  cristiana,  para  convertirse  en  una  reunión  social  y  humanista que no afectará  la  vida  del  aconsejado.
Veamos  qué  es  lo  que  hay  que  cambiar  por medio  del aconse-jar.  En  la  carta  de Pablo  a  los  Gálatas  6: 1 dice:  " ... si  alguno fuere sorprendido  en  alguna falta".  Esta  situación  ocasiona  la  necesidad de  un  cambio.  Este  cambio  se  fundamenta  en la  restauración  del pecador a una función de utilidad, requiere un cambio en sus pau-tas  de  vida,  en sus  creencias,  actitudes  y  conducta  desviadas.  En realidad  el  objetivo  es  lograr  que  esas  pautas viciadas  sean  reem-plazadas por otras rectas.
Todo  aconsejar tiene que ver con cambios de bajos valores mo-rales  en  creencias,  en juicios,  en  relaciones,  que  determinan  un mal  comportamiento.  El  pecado  lleva  al  pecador a vivir  en forma desarticulada con el plan que Dios diseñó para los seres humanos.
O sea  que el  objeto en el  aconsejar cristiano  es:  cambiar el  pensa-miento y las acciones del pecador. El uso de la confrontación logra que el aconsejar sea curativo. La  persona que necesita ser confron-tada,  es  la  que ha estado pensando y  también obrando pecamino-samente; por eso el aconsejar curativo tiene como meta cambiar la manera pecaminosa de pensar y de  actuar del pecador,  por medio de  la  confrontación.
Toda  confrontación implica el  contacto personal, verbal,  cara a cara,  para  lograr  el  cambio.  Esta  confrontación  del  consejero  al aconsejado, se  realiza sobre los principios bíblicos que serán apli-cados en cada  situación.  No  hay violencia  ni actitudes  de  reprension  amenazadoras en este tipo de confrontación, pues es un acon-sejar  curativo,  es  como  un  diálogo  de  ayuda  en  que  el  consejero desarrolla  el  tema  de  consulta para  que  el  aconsejado  reaccione  a la  necesidad urgente de  un cambio de vida.
El  trato debe ser como el de una madre que corrige a su hijo con sumo interés y profundo amor.  Este afecto deberá estar siempre pre-sente para que la confrontación sea de utilidad. Debe resaltarse el in-terés del consejero por la persona, la búsqueda apasionada de aliviar
las  miserias  que  las  pautas  de  la  vida  pecaminosa  infringieron  al aconsejado.  Al  presentarle la  Palabra  de  Dios,  el  consejero debe in-terpretar y aplicar los preceptos y prácticas de la Biblia,  con el  úni-co  intento  de  ayudarlo  para  que  logre  los  cambios  que  lo  liberarán de su miseria y malestar.  Aquí es  fundamental  la  oración, pues será el  Espíritu  Santo  quien  usará  la  Palabra  de  Dios  para  iluminar  la mente del aconsejado, de modo que quede redargüido de su pecado y sea encaminado hacia el cambio que Dios requiere.
En la oración el consejero debe pedir sabiduría de Dios para mi-nistrar su Palabra con eficacia y,  además, orar para que el  necesita-do  reciba  fuerzas  para obedecerla.
No  debemos olvidar que  todo aconsejar cristiano  tiene por ob-jetivo el cambio escritural que lleve a la restauración y a la utilidad del aconsejado.
La Biblia es el libro que Dios  proveyó como un "manual del fa-bricante" para guiarnos en el aconsejar; en ella está todo lo que ne-cesitamos para realizar los cambios requeridos para vivir una vida que agrade a Dios.  Dice  2 Timoteo 3:16-17:  "Toda  Escritura es  ins-pirada por Dios, y útil para enseñar,  para redargüir,  para corregir,  pa-ra  instruir en justicia,  a fin  de  que el  hombre de  Dios  sea perfecto,  en-teramente preparado  para  toda  buena obra"  
Veamos  por parte cada uno de estos cuatro valores: 

ENSEÑAR:  La  Biblia  enseña cuál  es  el  verdadero  estilo  de vida  que Dios  diseñó,  para  que lo  vivamos  en la  nueva  experiencia  cristiana.
Enseña por medio de preceptos, mandamientos y ejemplos prácticos de hombres y mujeres que dejaron el  testimonio  de sus vidas,  de  có-mo debemos vivir para agradar a Dios, y qué es lo que le desagrada.
Debemos aclarar que una persona  también puede pedir conse-jo en una situación de duda o de  tentación,  antes de  haber come-tido  un pecado.  Para  lo  cual  el  consejero  aplicará  el  consejo  pre-ventivo, cuyo objetivo será evitar que el aconsejado caiga en peca-do.  En este caso el enseñar de la Escritura será la  fuerza  que enca-minará y ayudará al  aconsejado a elegir el  recto  camino de  Dios. 

REDARGUIR:  El  Espíritu Santo por medio de la Biblia nos redar-guye  de pecado.  Es  por medio de la  convicción del pecado, que es lo que hace posible el  cambio de conducta santa que expresa la Bi-blia.  Cuando  comparamos  nuestras vidas  con  el  estándar bíblico, podremos descubrir cuán lejos o cercanos estamos del amor a Dios y del  amor a nuestro prójimo. Si  no hay convicción de  pecado,  no habrá  cambio bíblicamente aceptable. 

CORREGIR:  El  arrepentimiento  o  cambio  de  actitud en nuestra mente,  hace que busquemos un cambio profundo en nuestra con-ducta.  La  Biblia  nos  confronta  para  que  reconozcamos  y  confese-mos nuestros pecados, y procuremos recibir el  perdón de  Dios pa-ra  consolidar  por medio  de  la  corrección  de  la  conducta  o  de  los pensamientos erróneos,  el  cambio bíblico. 

INSTRUIR EN JUSTICIA:  La  Biblia  nos  previene  acerca  de  cómo  evi-tar los pecados, y nos instruye de cómo encontrar la solución cuan-do caemos en pecado,  y cómo quedar liberados de  ellos  en el  futu-ro  por la  acción santificadora del Espíritu Santo.  Nos exhorta reite-radas veces  "a ejercitarnos en la  piedad".  Nos instruye para que nos despojemos de la vieja  manera de vivir  "en Adán"  -nuestra natura-leza caída- y para que nos vistamos con el ropaje de la nueva mane-ra de vivir  "en Cristo" -nuestra nueva naturaleza divina.

En estos cuatro pasos la Biblia presenta el plan de Dios para ins-truirnos y  realizar los  cambios necesarios,  para alcanzar la  estatu-ra  de  nuestro Señor y Salvador Jesucristo.  Tenemos la  responsabi-lidad como consejeros cristianos de alcanzar el objetivo;  Dios  nos ha llamado para ir por todo el mundo haciendo discípulos, y ense-ñándoles  que  vivan  la  vida  que  Dios  planeó  para  todo  el  género humano. Y la  Biblia  tiene todo  lo  que cualquier ser humano nece-sita  para lograr los cambios requeridos por Dios.
Es  fundamental  para  el  consejero  cristiano  pasar mucho  tiem-po leyendo y estudiando la Biblia cuidadosamente, para poder dar la  Palabra de Dios  con precisión y seguridad a todos los que nece-sitan hacer un cambio para Dios.

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viernes, 4 de enero de 2013

Curso Práctico PARA LA PrepaRACION DE SERMONES Homiléticos: Obreros y ministros itinerantes I


. Curso Práctico PARA LA PrepaRACION DE SERMONES Homiléticos: Obreros y ministros itinerantes I
. biblias y miles de comentarios
 
INDICE
INSTRUCCIONES PARA EL ESTUDIO ...................................5
SYLLABUS............................................................................................8
I PARTE.............................................................................................. 11
EL PREDICADOR Y LA PREDICACION .............................. 11
UNIDAD I: LA PREDICACION ................................................. 12
LECCION 1 CIENCIA Y ARTE DE LA PREDICACION
........................................................................................................... 12
LECCION 2 EL PROPOSITO DE LA PREDICACION.. 16
LECCION 3 EL PREDICADOR ............................................. 23
II PARTE ............................................................................................ 35
EL PROCESO DE LA PREDICACION .................................... 35
UNIDAD II: LA ELABORACION DEL MENSAJE.............. 36
LECCION 4 LA NECESIDAD DE LA GENTE................. 36
LECCION 5 EL TEMA DEL MENSAJE ............................. 51
UNIDAD III: FUNDAMENTACION DEL MENSAJE ....... 57
LECCION 6 EL TEXTO BIBLICO........................................ 57
LECCION 7 LA INTERPRETACION DEL TEXTO ...... 60
UNIDAD IV: LA PRESENTACION DEL MENSAJE.......... 65
LECCION 8 EL BOSQUEJO DEL MENSAJE ................... 65
UNIDAD V: LA PRESENTACION DEL MENSAJE ........... 78
LECCION 9 LA EXPOSICION DEL MENSAJE.............. 78
UNIDAD VI: LOS EFECTOS DE LA PREDICACION ....... 86
LECCION 10 LA RESPUESTA DE LA GENTE .............. 86
III PARTE .......................................................................................... 93
APENDICES ...................................................................................... 93
APENDICE A .............................................................................. 94
GUIA PARA EVALUACION DE UN SERMON .............. 94
APENDICE B............................................................................... 95
AUTO-EVALUACION DE UN PREDICADOR ............... 95
APENDICE C .............................................................................. 97
GRAFICO DE POSICIONES INCORRECTAS ................. 97
APENDICE D .............................................................................. 98
LA COMUNICACION DEL EVANGELIO EN AMERICA
LATINA.......................................................................................... 98
APENDICE E ............................................................................ 115
PREDICADORES Y PREDICADORES............................. 115
 APENDICE F............................................................................. 121
HOMILIA DE SAN JUAN CRISÓSTOMO....................... 121
APENDICE G............................................................................ 123
BOSQUEJOS DE SERMONES DOCTRINALES (Varios
autores) .......................................................................................... 123
EXAMEN FINAL........................................................................... 129
¡Felicitaciones!
Usted tiene ahora la excelente oportunidad de estudiar un nuevo curso.
Se trata de LA PREDICACIÓN DEL EVANGELIO: MANUAL PARA LA ELABORACION DE SERMONES conocido técnicamente como HOMILETICA. Como parte de la formación teológica, este curso procura mostrar el proceso de la predicación, es decir los pasos lógicos que seguimos cuando preparamos un mensaje.

Este es un curso sumamente necesario, pues le permitirá continuar adecuadamente sus estudios en teología, además de ser un curso práctico y útil para su trabajo ministerial.
Antes de que continúe, permítame presentarle algunas instrucciones y recomendaciones que le ayudarán a seguir este curso con provecho.

Instrucciones
Este curso está arreglado para que usted pueda estudiar de forma individual o en grupo. Se trata de un TEMA para la preparación y presentación de mensajes bíblicos, presentado como un proceso simplificado en siete grandes pasos.
Usted seguramente se preguntará por la palabra "homilética".
Pues, bien, se lo diremos de una vez. La Homilética es la ciencia y arte que trata de la naturaleza, clasificación, análisis, interpretación, construcción y presentación de un sermón.
Es un proceso que comienza con el conocimiento de las necesidades de la gente a la que se les va a compartir el mensaje del evangelio y termina con el seguimiento responsable de los efectos de ese mensaje en el auditorio que lo recibió. El curso trae también un syllabus o programa de estudio. Allí usted encontrará las indicaciones específicas del curso y cómo debe trabajar con él. Este curso programado reemplaza al profesor, por lo tanto, es recomendable que usted siga las instrucciones precisas para su propio beneficio
El curso está organizado en 5 unidades de estudio y 10 lecciones. Cada unidad puede completarse en una clase o más clases de aproximadamente 50 minutos cada una, completando 32 horas a las que deben sumarse por lo menos unas 10 sesiones de práctica de 2 horas cada una. Como tal, el curso equivaldría a 2 créditos académicos de un centro especializado de educación teológica. Los créditos se suman hasta completar el total requerido para alcanzar el grado o título deseado.
En caso de seguirse en la forma de un CURSO INTENSIVO de seis horas diarias durante 1 semana, el TUTOR o guía de estudios, le indicará lo que corresponda estudiar por día.
Usted puede estudiar este curso en su casa, en el tiempo que disponga. Pero una vez por semana o cada 15 días, podrá reunirse con los demás estudiantes de su centro de estudios y dialogar, discutir y evaluar la unidad estudiada así como profundizar temas de interés colectivo. 
 Dispóngase a trabajar; es decir, acepte que usted, por propia iniciativa, cumplirá la tarea de estudiar
 Deseche la idea de que estudia para el tutor o guía de estudios. Todo el esfuerzo que ponga en el estudio de este curso será de provecho para usted mismo.
 Respete el punto de vista del autor, de sus compañeros de estudio y del tutor.
 Discuta con sus compañeros su comprensión del tema y comparta con ellos su opinión mostrando argumentos bíblicos y corrobórelos con su experiencia en la Fe.
 Aplique los nuevos conocimientos, tan pronto como pueda, comprobando en la práctica la utilidad de lo aprendido.
Si se le presentara algún inconveniente, no se desanime, ni se quede callado, pues tal vez a sus compañeros les pase lo mismo.
Comparta su experiencia en la reunión semanal y reinicie el estudio con nuevas energías.
Este curso termina con un examen de evaluación general y la exigencia de un trabajo práctico. Cuando llegue allí, antes de contestar las preguntas del cuestionario, léalas detenidamente y haga un repaso general de todas las unidades.
Respecto del trabajo práctico, éste debe ser asesorado por su pastor, el tutor o algún predicador nombrado por su centro de estudios. Después que usted pase el examen final y presente su trabajo de campo, recibirá un CERTIFICADO de aprobación del curso que con seguridad le ayudará a madurar en la fe de Cristo.
¡Adelante, pues. Empiece ahora y crezca en el conocimiento de la Palabra de Dios!
Este curso incluye ejercicios prácticos que usted podrá realizar individualmente o en grupo
Cada lección contiene, al final, una evaluación de la clase y ejercicios para reforzar lo aprendido. Cuando fuere necesario, vuelva a leer la lección, antes de contestar las preguntas.
Al final del syllabus o programa, usted encontrará una lista de libros como Bibliografía sugerida para que usted pueda consultarla y profundizar sus conocimientos en la materia.
Para que termine satisfactoriamente este curso, le recomendamos que siga estos consejos:
SYLLABUS
HOMILETICA
GENERALIDADES:
Asignatura : Homilética
Horas : 32 horas
Profesor :
Estudiante : ______________________
OBJETIVOS DEL CURSO
OBJETIVOS GENERALES
1. Subrayar la importancia de la predicación del evangelio en la cultura como parte del proceso de la comunicación.
2. Observar los principales momentos o fases del proceso de la comunicación del evangelio y en particular los momentos o fases de la construcción sermonaria.
3. Involucrar a los participantes en algunos ejercicios prácticos de preparación y exposición de sermones, adecuados a la realidad de la iglesia y la cultura de la que son parte.
OBJETIVOS OPERACIONALES
Al finalizar el curso, el estudiante podrá:
1. Tener una visión global del proceso de la predicación
2. Manejar las herramientas, métodos y técnicas del proceso de la predicación.
3. Preparar y exponer creativamente mensajes de la Palabra de Dios.
4. Por extensión, estar habilitado para elaborar sermones de distinto tipo.
SUMILLA
El curso se propone capacitar y entrenar a los estudiantes en el ministerio de la predicación del evangelio, entendiéndola como un proceso de actualización y comunicación relevante, pertinente y oportuna de la Palabra de Dios.

CONTENIDOS
LA PREDICACIÓN
1. La Homilética y la predicación
2. El propósito de la predicación
3. El predicador.
EL PROCESO DE LA PREDICACION (En siete grandes pasos)
1. Conocer la necesidad de la gente
2. Encontrar el tema apropiado
3. Buscar el texto bíblico adecuado
4. Interpretar objetivamente el texto bíblico
5. Esquematizar o bosquejar el mensaje
6. Exponer creativamente el mensaje
7. Acompañar la respuesta de la gente.
CRITERIOS DE AVALUACIÓN
1. Conocimiento del proceso de la predicación, 30 %
2. Habilidad para la preparación y redacción de mensajes orales o escritos, 30 %
3. Cumplimiento de trabajos asignados y examen final, 40 %
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA
 Orlando Costas, Comunicación por medio de la predicación. USA: Caribe, 2011
 Domenico Grasso, Teología de la predicación.Salamanca: Sígueme, 2010
 José Ma. Martínez, Ministerio y homilética. Barcelona: CLIE, 2011
 Lloyd M.Perry, Variedad en la predicación. Maracaibo: Libertador, 2011
 James D.Crane. El sermón eficaz. Texas: CBP,2011
 Rodolfo Turnbull-N.Wolf, Homilética. Bs.As: Escaton, 2008
 David k.Berlo, El Proceso de la Comunicación. Bs.  As: Ateneo, 2009
 Wilbur Schramm, La ciencia de la comunicación humana .México:Roble,2010
 Alan W.Compton, La comunicación cristiana. Texas: CBP, 2009
 Wilton M. Nelson (Ed.) Diccionario ilustrado de la Biblia. EE.UU: Editorial Caribe, 2010.
I PARTE
EL PREDICADOR Y LA
PREDICACION
UNIDAD I: LA PREDICACION
LECCION 1
CIENCIA Y ARTE DE LA PREDICACION
OBJETIVO DE LA LECCION:
Esta lección se propone básicamente introducir al estudiante en el conocimiento de la homilética como ciencia de la predicación.
OBJETIVOS OPERACIONALES:
Al finalizar esta unidad usted podrá:
1. Definir la homilética y la predicación.
2. Conocer cuales son las características de la predicación.
3. Realizar algunos ejercicios prácticos
HACIA UNA DEFINICION DE TERMINOS
La HOMILETICA es la ciencia y arte que trata de la naturaleza, clasificación, análisis, interpretación, construcción, y presentación de un sermón.
La homilética es también la ciencia de la predicación, porque tiene que ver con cuatro componentes básicos mutuamente relacionados: El sermón, el predicador, los oyentes y la situación o contexto en la que ésta se produce(1)
Homilética viene de la palabra en latín “homilía” que a su vez viene de la palabra griega ὁμιλία (jomilía) y significa el razonamiento o plática que se hace para explicar al pueblo las materias de religión.
En realidad la homilía es un sermón informal sobre una parte de la Biblia, destinado a explicar la acepción literal y la significación espiritual o moral del texto. La lectura de la Sagrada Escritura durante los servicios religiosos públicos y la explicación de sus lecciones en forma popular prevalecieron entre los judíos incluso en tiempos antiguos y fue adoptada por las Iglesias cristianas primitivas. Se hicieron numerosas colecciones de homilías en tiempos antiguos, y gran parte de la literatura de la edad media es homiliaria.
Los Libros de las homilías son dos colecciones de sermones, publicadas en 1547 y 1563, que fueron más tarde combinadas y se consultan con frecuencia en las polémicas sobre las doctrinas de la Iglesia anglicana.
A. LA PREDICACION.
1. Definiciones
La predicación es la comunicación de la verdad divina con el fin de persuadir o convencer a los oyentes acerca del plan redentor de Dios para sus vidas.
Es la presentación de CRISTO, (el personaje) a través del PREDICADOR (la persona) a los OYENTES (el auditorio), con el fin de satisfacer sus necesidades.
Predicar, según Donald Miller, es venir a formar parte de un evento dinámico en el cual el Dios viviente, el Dios redentor, reproduce su acto de redención en un encuentro viviente entre Ël y los que escuchan, a través del predicador.
2. Características de la predicación:
Varios rasgos caracterizan a una genuina predicación.
En primer lugar, es una prédica.
La predicación no es sólo un discurso elocuente acerca de la verdad cristiana. Si así fuera, cualquier persona con capacidad para hablar, sería un predicador del evangelio. No es una simple perorata. La predicación es un encargo del Señor a los creyentes: San Pablo le recordó a Timoteo un solemne encargo: "que prediques la Palabra".

En segundo lugar, es personal. Eso es así porque incluye a varias personas. Un personaje central que es Cristo; involucra a aquel que lo anuncia, esto es la persona del predicador; y va dirigido a personas con capacidad de sentir, de elegir, de decidir, de verificar si lo que el predicador dice es verdad o no, y de rechazar el mensaje oído. Aunque la predicación es personal no debe estar dirigida a individuos específicos si esta es comunicada en medio de un
grupo o congregación. Podría resultar contraproducente y es de mala educación sacar cosas de la vida personal de alguien en medio de una reunión pública.

En tercer lugar, es persuasiva.
El anuncio del mensaje cristiano o la presentación de Cristo, debe ser hecho de tal manera que convenza. Deberá estar dirigida al alma, a la persona y orientada al corazón. Para que una predicación convenza, es necesario que el predicador hable con su vida y con sus palabras de tal modo que a los oyentes no les quede duda alguna. El predicador debe estar convencido de lo que dice. Debe creer aquello que anuncia.

En cuarto lugar, debe estar dirigida por el Espíritu Santo.
Una predicación tiene buenos resultados, cuando es dirigida por el Espíritu Santo. Aun cuando la persona no sea muy elocuente ni tenga aparentemente las condiciones físicas o las dotes de buen orador, si está dirigida por el Espíritu Santo, su ministerio será de gran provecho. Desde la elección de mensaje a ser predicado hasta la entrega del mismo, no debe faltar la guía del Espíritu Santo.
En quinto lugar, la predicación es un ministerio.
El predicador que no está convencido de que la predicación es una necesidad, evidentemente no la entenderá como un ministerio. La predicación es una necesidad impuesta por Cristo. Por eso San Pablo decía "¡Ay de mí! si no predicare el evangelio". En su gran comisión Jesús ordenó a sus discípulos "Id por todo el mundo y predicad el evangelio, haciendo discípulos"

En sexto lugar, la predicación es también un proceso comunicativo.
Es comunicativo porque forma parte del proceso de la comunicación humana. Por medio de la predicación se establece una comunicación entre Dios y el hombre. En el acto de la predicación se establece además una relación entre el comunicador, el mensaje, el receptor y contexto cultural.
Uno de los propósitos de la comunicación como proceso comunicativo es precisamente forjar una comunidad humana signada por la presencia de Cristo como una comunidad de amor.

EVALUACION DE LA LECCION 1
1. Defina usted en sus propias palabras lo que entiende por predicación
2. ¿Por qué la predicación es un proceso comunicativo?
3. ¿Qué es la homilética?
EJERCICIOS
Busque en un diccionario de la lengua castellana el significado de las siguientes palabras:
1. Predicación 2. Comunicación 3. Mensaje

LECCION 2
EL PROPOSITO DE LA PREDICACION
OBJETIVO DE LA LECCION
En esta lección se tratará acerca de los propósitos de la predicación, con el objetivo de que usted sepa para qué se predica el evangelio.
OBJETIVOS OPERACIONALES
1. Conocer los propósitos generales y específicos de la predicación.
2. Desarrollar algunos ejercicios prácticos.
EL PROPOSITO DE LA PREDICACION
Está claro que predicar no es solamente decir algo a alguien.
La presentación o entrega de un mensaje a una persona, siempre lleva una intencionalidad y un propósito. El propósito es la clase de efecto que se espera producir.
El propósito general de la predicación es influir o modificar la conducta o comportamiento de los demás. La Palabra de Dios puesta en palabras humanas es un arma poderosa para modificar el comportamiento muy especialmente cuando ésta apela al razonamiento de la persona. Si la persona que recibe el mensaje se convence de que lo que estaba haciendo está mal, entonces ya ha dado el primer paso para que busque cambiar esa conducta.
Se puede influir en el comportamiento de los demás, transmitiendo información oportuna y pertinente, reforzando actitudes positivas de la persona, promoviendo la práctica de nuevas actitudes o cambiando las existentes por otras.
La vía del ejemplo o el "efecto-demostración" es muy eficaz en este caso. Los comunicadores por lo general se valen de este mecanismo para convencer a las personas a consumir determinados productos. La moda no es otra cosa que la imposición de una conducta, un modo de ser o de comportarse, por vía del ejemplo. Tal vez al comienzo parezca ridículo, pero a medida que más personas se convencen de ello, a medida que observan que los demás de su medio social ya lo han asumido, les parece a ellos que si no adoptan la misma conducta están retrasados o fuera de época.
Los valores de la persona y de la comunidad son aquí determinantes. Pero éstos no se imponen por la fuerza. Su poder radica precisamente en la razón. Las personas deben convencerse de que ese valor (el bien, la belleza, Dios, la justicia, etc.) tiene valor porque ha sido demostrado que es beneficioso para todos.
El cumplimiento de un propósito puede ocurrir inmediatamente o después de algún tiempo.
Dependiendo del tema y del problema en cuestión, la predicación puede asumir un propósito inmediato o instrumental. Es inmediato cuando el fin que se persigue logra consumarse en el acto de la predicación y es instrumental cuando la predicación solo alcanza una meta en el camino.
Para alcanzar el objetivo final, es necesario mucho más que una predicación, es necesario un proceso más largo que ya tiene que ver más bien con el discipulado.
La predicación tiene, pues, propósitos generales y propósitos específicos y su alcance puede ser inmediato o instrumental.
1. Propósitos generales de la predicación:
A. Propósito evangelístico
El propósito evangelístico de la predicación es el propósito depersuadir a los perdidos a recibir a Cristo y se caracteriza por:
 Declarar que el hombre natural está muerto en suspecados, y por lo tanto condenado.
 Proclamar los hechos verídicos de la obra redentora de cristo
 Insistir en la necesidad del testimonio público de la feen Cristo seguida por el bautismo y la comunión en una iglesia.
 Hace resaltar los grandes temas del evangelio: El pecado, la Gracia de Dios, el arrepentimiento, la Reconciliación, el fin del mundo, el retorno de Cristo, entre otros.
B. Propósito doctrinal o didáctico.
El propósito doctrinal consiste en instruir a los creyentes sobre el significado de las grandes verdades de fe cristiana, tales como:
 La doctrina de Dios o teología propia (Incluye los atributos o cualidades de Dios y la Trinidad).
 La doctrina de los Ángeles o angeología
 La doctrina del hombre, en relación con Dios o antropología.
 La doctrina de pecado o hamartiología
 La doctrina de la persona de cristo o Cristología.
 La doctrina de la aplicación de la obra de redención también es conocida teológicamente como Soteriología
 La doctrina de la Iglesia y los medios de gracia o eclesiología.
 La doctrina de las últimas cosas o escatología.
Además,
 El estudio sistemático de la Biblia: a) Introducción al Antiguo Testamento. b) Introducción al Nuevo Testamento. c) Estudio libro por libro de la Biblia. d) Estudio por temas especiales dentro de un libro o una colección de ellos, e) Síntesis del pensamiento bíblico o Teología Bíblica.  La formación de discípulos
C. Propósito de consagración
Es el propósito de estimular al creyente para que dedique sus dones, ministerios y operaciones, tiempo y influencia al servicio del Señor. Piense por ejemplo en aquellos sermones sobre:
 Mayordomía.
 Obra personal.
 Vocación al ministerio
D. Propósito promocional
Es el propósito de abrir y dar una visión más amplia de la obra personal y colectiva, que puede ser por ejemplo:
 Promover obreros para la mies y enviarlos a las naciones.
 Promover la apertura de un anexo o célula de crecimiento.
 Promover la celebración de campañas
 Promover la construcción de un nuevo templo.
 Promover la apertura de un comedor popular, por ejemplo.
E. Propósito moral
Es el propósito de ayudar al creyente a ajustar su conducta diaria y sus relaciones sociales a los principios cristianos.
Nuestra predicación debe tener un "tenor moral" pero sin caer en el error del "moralismo". Se debe tener a la vez mucho tino y dirección del Espíritu para predicar sobre ciertos temas.
Entre los temas morales tenemos, por ejemplo:
 El matrimonio y divorcio.
 Las relaciones obrero-patronales.
 El racismo.
 El alcoholismo
 La honradez
 Los problemas juveniles
 La participación política
El predicador debe tener en cuenta que la Biblia no se dedica a hablar de bailes, uso de cigarrillos, modas, costumbres, etc., pero sí de una vida consagrada a Dios y del amor al prójimo.
Por lo tanto es preferible que estos temas sean expuestos debajo del púlpito, en una enseñanza o una charla con los creyentes, a menos que el Espíritu Santo indique lo contrario.
Eso no significa que una predicación no tenga un efecto moral sobre la conducta de los oyentes ni que no se toquen esos temas dentro de una predicación.
F. Propósito alentador
Es el propósito de animar al creyente en medios de crisis y pruebas espirituales. "Nuestra predicación de tener carácter exhortativo, pero nunca debe ser hiriente".
Aún cuando se prediquen mensajes de juicio, siempre al final debe darse una palabra de amor y de esperanza.
2. Propósitos específicos de la predicación:
Es la aplicación del propósito general respectivo la más apremiante (urgente) necesidad que la congregación tenga en un momento dado. Para tenerlo responderemos, por ejemplo, a las siguientes preguntas:
 ¿Es un entierro?
 ¿Es un bautismo?
 ¿Es un matrimonio?
 ¿Es celebración de una santa cena?
 ¿ocurrió una catástrofe?
 ¿Es un culto de adoración?
 ¿Es un día de oración?
Debemos tomar en cuenta la situación particular de los oyentes y lo que queremos alcanzar en forma específica con esta predicación. ¿Cuál es la situación específica del momento?
3. La formulación del propósito de la predicación.
Una vez que ya tenemos claro el propósito de la predicación, debemos formularlo en la forma de una proposición o una oración. Supongamos una situación cualquiera:
La ocasión
Este domingo por la noche se celebrará un matrimonio y nosotros tenemos que predicar.
Dada la situación particular, la ocasión, formulamos un propósito para nuestra predicación, preguntándonos ¿qué es lo queremos lograr con nuestra predicación ese domingo?.

Los propósitos generales
El propósito específico
Animar a la pareja a que cultiven siempre el amor que se profesan, pues Dios que es fiel, los bendecirá y afianzará su unión.
EVALUACION - LECCION 2
1. ¿Cuál es el propósito fundamental de la predicación?
2. ¿Qué diferencia existe entre un propósito instrumental y un propósito inmediato?
3. ¿En qué consiste el propósito específico de la predicación?
EJERCICIOS:
En hoja aparte, formule un propósito de predicación para tres de las siguientes ocasiones:
 Una fiesta de bodas
 Una Campaña de evangelización.
 Un servicio de bautismo
 El día de Pentecostés.
 Un grupo de jóvenes universitarios
 Una clase de escuela dominical para niños de 6 a 8 años.


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