sábado, 27 de octubre de 2012

Levítico; Leyes, reglas para cumplirse o castigo justo


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LA PREOCUPACIÓN DE DIOS POR SU PUEBLO Y SU DESEO DE TENER comunión con ellos se hace más y más evidente para quien lee cuidadosamente el libro de Levítico. 
 
Cada regla con s us detalles que se registra en Levítico es una revelación de Dios por medio de Moisés para su pueblo. Con estas leyes, Dios instruyó personalmente a los israelitas sobre el modo de vivir delante de él. Los lectores cristianos a veces se pierden en todas las reglas que rigen los diversos tipos de sacrificios, lo que es limpio o inmundo, quién podía ser elegido para ser sacerdote, y así sucesivamente. Sin embargo, cuando estos detalles se ponen en el contexto del deseo de Dios de tener comunión con los israelitas y vivir con ellos, la Ley, aparentemente «muerta» adquiere una nueva vida. El nombre del libro proviene del nombre de la tribu de Leví, la tribu que dio los sacerdotes a Israel. Levítico dirige muchas de las actividades de los sacerdotes. 
 
Da extensas instrucciones para el sistema de sacrificios expiatorios de las impurezas ceremoniales y morales. Sin embargo, Levítico no es sólo un manual sacerdotal. Se dirige a toda la comunidad israelita, con dos propósitos por lo menos: (1) que el pueblo conozca y valorice sus privilegios y responsabilidades delante de Dios; y (2) que los sacerdotes no adquieran un poder opresivo sobre el pueblo con el monopolio del conocimiento sobre el modo de acercarse a Dios.

El propósito de Levítico era mostrar a los israelitas que podían vivir en pureza moral y ritual. Cuando conservaban su pureza, Dios podía vivir en medio de ellos y ellos podían acercársele en la adoración. Muchos de los sacrificios descritos en Levítico se requerían para la expiación de los pecados. Por otra parte, los sacrificios voluntarios llevaban al pueblo a tener comunión con Dios y a regocijarse en Él, con sus familias y otras personas.

Las instrucciones de Levítico no fueron dadas a los israelitas para ayudarles a lograr su salvación. La salvación no se puede ganar. Siempre es un don de la gracia de Dios que se recibe por la fe. Estas instrucciones fueron dadas a una nación redimida para que sus miembros supieran cómo mantener su comunión con Dios.

Las distinciones entre limpio e inmundo y las diversas leyes para una vida santa promovían el bienestar de los israelitas y los señalaban como un pueblo apartado para Dios. El testimonio de Israel sobre la santidad de Dios y su notable bienestar como resultado de una vida santa delante de Dios demostraba vívidamente a sus vecinos el poder de Dios y su preocupación por su pueblo. 
 
La orden que se encuentra primero en Levítico 11.44 y muchas veces después, expresa el propósito de las leyes: «Seréis santos, porque yo soy santo».Hay que conservar la santidad delante de Dios, y la santidad sólo puede lograrse por medio de una adecuada expiación. Vistos en forma correcta, estos conceptos, sacrificios y reglas describen en muchas formas la persona y obra de nuestro Salvador, el Señor Jesucristo.

Los cristianos modernos pueden aprender mucho de Levítico. Algunas de esas lecciones son: la santidad de Dios, la necesidad de una vida santa, el gran costo de la expiación y el perdón, el privilegio y la responsabilidad de ofrecer sólo lo mejor de nosotros a Dios, la generosidad de Dios que permite que su pueblo sea generoso. 
 
Levítico revela la santidad de Dios y su amor por su pueblo de un modo que no se encuentra en otro lugar en la Biblia. Finalmente, Levítico llama al pueblo de Dios de todas las épocas a la gran aventura de modelar la vida según los santos propósitos de Dios. La tradición judía y cristiana consideran a Moisés como el autor de Levítico. Después de liberar a Israel de Egipto, Dios reveló su pacto a Moisés en el Monte Sinaí. Cuando entró en la relación de pacto con los israelitas, Dios los transformó de ser una banda de esclavos refugiados en una nación. 
 
Levítico registra con gran extensión el contenido de ese pacto. Si Moisés, o un escriba que actuó como su secretario, escribió la revelación de Dios cuando la dio, Levítico fue compuesto hacia el año 1440 a.C. o poco después de 1290 a.C., dependiendo de la fecha fijada para el éxodo.

La crítica bíblica de fines del siglo diecinueve atacó la fecha y autoría tradicional de Levítico. Según esos estudiosos, que aún tienen influencia, Levítico fue escrito mucho después, durante el período posterior al éxodo. Esto sería en una fecha después del 530 a.C. Sin embargo, durante el último siglo nuestro entendimiento de la historia, los idiomas, culturas y religiones del antiguo Cercano Oriente, incluido Israel, han avanzado mucho. Muchas de las premisas sobre las que se basaba la fecha tardía de Levítico han sido desvirtuadas y se consideran no fidedignas.

Aunque Levítico mismo no dice haber sido escrito por Moisés, veinte de los veintisiete capítulos comienzan: «Habló Jehová a Moisés» o alguna variante de esa oración. Además, la frase aparece en otros catorce lugares en el libro. La intención es señalar que esta es la Palabra de Dios dada por medio de Moisés en el Monte Sinaí. 
 
Como en el resto del Pentateuco, después pudo haber algo de actividad editorial. El material pudo ser ordenado por alguien distinto de Moisés, aunque Moisés mismo tenía la capacidad de hacerlo en mejor forma que cualquiera otro. El punto importante es que Levítico es lo que dice ser, una serie de revelaciones de Dios acerca de cómo el pueblo de Dios puede acercarse a Él por medio de los sacrificios y honrarle con una vida santa.

Exodo: Una historia vigente


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EL LIBRO DE ÉXODO DESCRIBE EL HECHO HISTÓRICO MÁS IMPORTANTE para los israelitas: su salvación de la esclavitud de Egipto. Además de ser el Creador del universo entero y quien había hecho el pacto con la familia de Abraham, Dios emerge en Éxodo como el Salvador de los israelitas. Los salvó de la esclavitud de Egipto y en el proceso los moldeó como una nación, como le prometió a Abraham en Gn 12.1-3. Así como nace un niño, Israel «nació» como nación en el éxodo, creció y se desarrolló en el desierto para llegar a la edad adulta en la Tierra Prometida. El libro de Éxodo registra el origen de esta nación y se puede considerar el estatuto fundacional para Israel.

Moisés, el personaje principal de este libro, participó en un drama épico que representó confrontaciones inolvidables con un obstinado Faraón, una huida de último minuto y una dichosa celebración. A través de todo el drama, Dios demostró su poder y santidad mediante señales y maravillas milagrosas. Finalmente, a través de Moisés en el monte Sinaí, Dios enseñó a su pueblo como llegar a ser un reino de sacerdotes y una nación santa dedicada a servirle y adorarle (19.6).

Éxodo tiene dos secciones principales. La primera sección, escrita como una historia en prosa épica (caps. 1-18), representa a Dios como el Salvador y Sustentador de su pueblo. Dios primero salvó al bebé Moisés de morir ahogado y luego le proveyó la mejor educación del mundo antiguo: la corte de Faraón. En esta corte real y más tarde en el desierto de Madián, Dios preparó a Moisés como un instrumento para salvar a su pueblo, los israelitas, de la esclavitud. Luego, en el tiempo señalado, Dios envió a Moisés y Aarón a confrontar a Faraón, el opresor de los israelitas.

Las señales y plagas milagrosas en este encuentro dramático demostraron el poder de Dios por encima de los supuestos dioses de Egipto, y especialmente de Faraón, quien declaraba ser una deidad encarnada. Puesto que Faraón intentó destruir al primogénito de Dios (el pueblo de Israel; Éx 4.22, 23), Jehová, en la décima plaga destruyó a los primogénitos de los egipcios. Pero Jehová pasó por alto, o salvó, a los primogénitos de los israelitas porque ellos eran su pueblo y habían obedecido sus instrucciones respecto a la fiesta de la Pascua (cap. 12). Con esta décima plaga, Jehová salvó a su pueblo de la esclavitud. En el Mar Rojo, Dios los salvó nuevamente, esta vez del poder del ejército egipcio (12.31-42 y 13.17-15.21). ¡El pueblo esclavizado quedó libre, Dios fue su Salvador!

Dios no sólo salvó a esos esclavos sino también proveyó para ellos. Cuando los israelitas dejaron Egipto, Dios indicó a los egipcios que les dieran todo tipo de bienes (12.36). Luego, en el desierto, volvió dulces las aguas amargas (15.22-27), les dio maná (alimento) del cielo (cap. 16) y les sacó agua de una roca (17.1-7). Y aun con estas provisiones milagrosas, los israelitas murmuraron y reclamaron. Aún no terminaban de cantar las alabanzas al Señor (15.1-21) cuando comenzaron a murmurar contra su bondad (15.24). ¿Cuándo confiarían en Dios, su Sustentador?

La segunda sección del Libro de Éxodo es una serie de leyes e instrucciones detalladas (caps. 19-40). Pero estas no son leyes ordinarias. Ellas revelan el verdadero carácter de Dios. Revelan a Dios como el Dador de la Ley y el Santo. Esta sección registra las leyes benevolentes de Dios dadas en el contexto de un trato con los israelitas. La palabra hebrea traducida ley siempre tiene un significado positivo: «Instrucción». La Ley es como un dedo extendido que apunta en la dirección que una persona debería tomar en la vida. En los Diez Mandamientos (20.1-17), Dios compasivamente le señaló su camino a su pueblo, el camino a la vida. Pero la instrucción benevolente era sólo una parte del plan de Dios para los israelitas. Su plan mayor era establecer una relación con ellos basada en un tratado formal (cap. 20).

Éxodo concluye con instrucciones sobre el tabernáculo: su construcción, amoblado y servicio. Muchas de estas instrucciones apuntan a la persona y obra del Señor Jesucristo. Dichas instrucciones y el encuentro con Dios en el Monte Sinaí enseñaron a los israelitas que Dios es perfecto y santo. Sólo es posible aproximarse a Él en la forma que Él prescribe.

Al final de Éxodo, leemos cómo los israelitas completaron la construcción del tabernáculo (39.33) y que la gloria de Jehová vino a llenarlo (40.34). Dios salvó a su pueblo, proveyó para ellos, hizo un tratado con ellos y les enseñó cómo vivir. Finalmente, Él vivió con ellos (Éx 25.8; 29.45). Todo estaba listo, así parecía, para el viaje a la Tierra de la Promesa.

Tradicionalmente, los eruditos judíos y cristianos concuerdan en que Moisés compiló y escribió Éxodo, junto con los demás libros del Pentateuco (Génesis a Deuteronomio). Con excepción del resumen histórico del primer capítulo y la sección genealógica del capítulo sexto, Moisés observó o participó en todos los eventos que se describen en el libro. Además, a diferencia de Génesis, Éxodo menciona a Moisés como escritor (17.14; 24.4; 34.27). 
 
La educación de Moisés en la corte de Faraón (2.10; Hechos 7.22) debió prepararle maravillosamente para la tarea de escribir. Sin embargo, Moisés puede no haber escrito cada palabra de Éxodo. Por ejemplo, la sección genealógica de 6.14-27 parece ser una adición de los escribas. Aún así, es razonable identificar a Moisés como el arquitecto y autor principal de Éxodo.

Algunos han hecho la observación de que sería desusado que un autor usara la tercera persona («él» o «Moisés») más que la primera persona («yo») en una narración en que el autor está tan íntimamente envuelto. Aun así, en culturas antiguas era habitual el empleo de la tercera persona por parte del narrador.

Moisés probablemente escribió sus memorias, las que se convirtieron en el Pentateuco, mientras vagaba por el desierto con los israelitas. Sospechamos que escribió las primeras partes de Éxodo con la total certeza de que él sería partícipe de la bendición de la Tierra Prometida para Israel. Sólo mucho más tarde (Nm 20.1-13) Moisés perdió su oportunidad de entrar a la tierra.

Introducción precisa a Génesis: Atención predicador itinerante


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LAS PALABRAS: «EN EL PRINCIPIO CREÓ DIOS LOS CIELOS Y LA TIERRA», han causado un gran debate, pero indiscutiblemente, este es el comienzo de Génesis. En las palabras de uno de los credos históricos: «Creo en Dios Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra». Estas palabras son únicamente el comienzo de este libro de los comienzos; un prólogo, para el prólogo. 
 
Génesis no sólo es una suma de creaciones, sino que también nos describe otros comienzos: como la caída de la humanidad en el pecado y la misión de Dios por rescatarnos. Nos cuenta también lo primero que ocurrió en aspectos importantes (creación, pecado, juicio, lenguajes, razas, matrimonios). Pero sobre todo, la base de Génesis está en el soberano llamado de Dios a Abram y a Sarai, una pareja de adoradores de ídolos del Medio Oriente.

Este libro cuenta con dos partes: la primera (caps. 1-11) es el prólogo de la segunda (caps. 12-50), en la que suceden la mayoría de los acontecimientos: la inmensa tarea que Dios realizó sobre Abram y su familia para lograr su buena voluntad para las naciones. El prólogo (caps. 1-11) nos entrega pistas que nos revelan el resto del libro, así como también el resto de la Biblia.

Génesis 1-11 nos presenta cuatro conceptos que son fundamentales para el buen entendimiento del resto de la Biblia: Primero, el Dios que irrumpe en la vida de Abram y de Sarai, es el mismo que crea el universo en su totalidad. Es el único y verdadero Dios: Jehová, el Creador y el Salvador del mundo. Segundo, toda la humanidad está en rebeldía contra Dios, su benévolo Creador, y contra su buena voluntad para ellos. La humanidad ha heredado el estado pecaminoso desde la rebelión de Adán y Eva en el jardín del Edén. Tercero, Dios juzga y juzgará todas las acciones del hombre. 
 
Con el diluvio, deja en claro a Noé y a todos nosotros, que la maldad humana es inaceptable y que no permitirá que el diablo gobierne libre en su creación. Cuarto, después del diluvio el pecado aún afecta a la humanidad. Pero aunque el diluvio no lavó los pecados de la humanidad, Dios tiene un plan para salvarla de sus propias obras malignas, como lo revela la segunda parte de Génesis.

La primera parte de Génesis, nos muestra el escenario para la historia de Abram y Sarai (caps. 12-50). El mundo de ellos estaba poblado por un amplio espectro de «grupos de pueblos», cada uno con su propio lenguaje, costumbres, valores y creencias, quienes adoptaron sus propios dioses imaginarios.

El principal objetivo de Génesis es mostrarnos el plan de Dios de bendecir a todas las naciones a través de los descendientes de Abraham, en el capítulo 12. Comienza con el llamado de Dios a Abram y a Sarai (Abraham y Sara) para que sean los padres de una nueva nación. Esta nueva nación sería la herramienta que Dios usaría para bendecir a toda la humanidad. A pesar de que Abram y Sarai eran simplemente una pareja de edad avanzada, Dios los eligió a ambos para comenzar su plan de redención para todo el mundo. En este libro, se nos describe cómo Dios irrumpe en su vida y les bendice.

La principal bendición de Dios era su pacto con Abraham (Gn 12.1-3; 15.1-21). Dios, el admirable y único Creador del universo, eligió libremente hacer sus infinitas promesas a Abraham y a sus descendientes, las cuales son la base para todas las demás promesas y pactos que siguieron y podemos leer en la Biblia. Génesis no es simplemente un comienzo; es el fundamento para el resto la narrativa bíblica.

Fue escrito y recopilado por Moisés en el desierto de Sinaí y de esto existen pruebas bíblicas y no bíblicas. Claramente Jesús supone la autoría de Moisés al decir: «Moisés os dio la circuncisión» (Jn 7.22). Dado que la razón para la circuncisión sólo se menciona en Génesis, capítulo 17, Jesús tenía que estar refiriéndose a la compilación de la historia por Moisés.

Por otra parte, la tradición judía y la cristiana están unánimemente de acuerdo con este testimonio bíblico: Moisés, en el desierto de Sinaí, recopiló y escribió el Pentateuco en su totalidad, los primeros cinco libros de la Biblia y esto nos asegura su autoría alrededor del siglo 15 a.C.

A partir del siglo 19, algunos expertos niegan que Moisés sea el autor de Génesis. Algunos sugieren que el Pentateuco, incluido Génesis, fue recopilado más tarde, posiblemente en el siglo 6 a.C. Según este análisis, se dice que algunos editores anónimos utilizaron al menos cuatro documentos para reconstruir el Pentateuco. Los cuatro documentos fueron identificados al buscar los nombres divinos como Elohim y Yahvé a lo largo del Pentateuco y también al descubrir ciertas variaciones en el uso de frases y en la selección de palabras. Los documentos que utilizan Yahvé para Dios, son llamados documentos J; los que usan Elohim, documentos E; el documento P o sacerdotal (priestly) y el D o deuteronomista. Recientemente, esta disección del Pentateuco fue rechazada, pero aún así, no se ha llegado a ninguna solución al debate entre los expertos.

Al fijarnos en la estructura unificada de Génesis, se percibe muy bien la mano guía de Moisés en su recopilación y autoría,. Ciertamente, él utilizó diferentes recursos literarios para su narrativa. En algunas ocasiones estos recursos son identificados plenamente, como en Gn 5.1. Probablemente, Moisés editó estos documentos antiguos para hacerlos comprensibles para sus lectores, o sea, la segunda generación israelita después del éxodo. Y luego los profetas los adaptaron al lenguaje para las siguientes generaciones de lectores israelitas.

Pero luego de todo este análisis, nada queda más claro que fue Moisés quien escribió y recopiló el libro de Génesis para estimular a los antiguos israelitas mientras se preparaban para entrar a la tierra de Canaán, la Tierra Prometida. Su contenido fue sumamente importante para ellos, ya que les explicaba el por qué su nación estaba destinada a otra Tierra Prometida y por qué Dios se les había revelado de esa forma tan dramática en el desierto.

Temas Cruciales de la biblia: Predica con propiedad


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AL LEER LA BIBLIA NOTAMOS A TRAVÉS DE LA PALABRA DE DIOS ciertos temas de importancia que se mencionan reiteradamente o por lo menos se dan a entender. A continuación describimos varios de estos temas básicos de las Escrituras.
 
Fidelidad

Dios se revela en las Escrituras como aquel en quien se puede confiar plenamente. Muestra una integridad absoluta en todo cuanto dice y promete; en consecuencia, su pueblo debe tener completa confianza en sus promesas (Nm 23.19; Is 55.11). El estudio de la fidelidad de Dios dará estabilidad y confianza espiritual al creyente en su diario caminar.

Definición primaria
La fidelidad describe la confianza, lealtad y estabilidad de Dios, particularmente en relación con su pueblo. La fidelidad de Dios al cumplir su palabra es un tema coherente en la Biblia. La fidelidad es también algo que el pueblo de Dios debe demostrar en su relación con Dios.
Principales versículos del AT
La fidelidad es parte del carácter de Dios (Is 49.7); es grande (Lm 3.23); estable (Sal 89.2); incomparable (Sal 89.8); infalibel (Sal 89.33); infinita (Sal 36.5); eterna (Sal 119.90).

Principales versículos del NT
La fidelidad es parte del carácter de Dios (1 Co 1.9; 1 Ts 5.24); infalible (2 Ti 2.13); enel cumplimiento de sus promesas (He 10.23); en el perdón de pecados (1 Jn 1.9); hacia sus santos (2 Ts 3.3); se puede depender de Él (1 P 4.19); característica de los santos (Ef 1.1; Col 1.2; 1 Ti 1.12; Ap 17.14).
 
Amor
En el Antiguo Testamento el verbo «amar» (en hebreo ajaceb) y sus palabras relacionadas cubren toda la gama de significados de la palabra «amor», incluido el amor a Dios (Éx 20.6; Sal 40.16) y el amor que Dios tiene por su pueblo (Dt 7.13; Os 3.1). El Antiguo Testamento usa además la palabra hebrea chesed específicamente para el pacto de amor que Dios tiene con su pueblo, refiriéndose a su firmeza y lealtad.

En el Nuevo Testamento los verbos primarios que expresan el concepto de amor son agapao, amar como un acto de la voluntad, y fileo, amar como respuesta a una persona u objeto. En los Evangelios sinópticos, uno nota que el uso primario de la palabra «amor» es con respecto al gran mandamiento (Mt 22.34-40; Mr 12.28-34; Lc 10.26-28). El amor sólo es posible porque el creyente responde en fe al acto salvador de Dios en la muerte y resurrección de Cristo (Ro 5.8; Gá 2.20).

Definición primaria
El amor es un atributo de Dios y parte esencial de su natrualeza. Bondad es otra palabra que se usa en el Antiguo Testamento para referise a la leal estima y favor de Dios hacia su pueblo del pacto. En el Nuevo Testamento las dos palabras usadas para amor se refierena a la consideración positiva que Dios tiene por su Hijo y su pueblo, y al afecto de hermanos y amigos entre sí.

Principales versículos del AT
El amor de Dios se ve y se describe como; soberano (Dt 7.8; 10.15); alentador (Sof 3.17); infalible (Is 49.15, 16); eterno (Jer 31.3); independiente de los méritos (Dt 7.7; Job 7.17); por elección (Mal 1.2, 3); por el perdón de pecados (Is 43.3, 4; 63.9); por el perdón de pecados (Is 38.17); llevándonos a Él (Os 11.14); por las bendiciones temporales (Dt 7.13).

Principales versículos del NT

El amor de Dios, parte de su carácter (2 Co 13.11; 1 Jn 4.8); Cristo, el objecto especial del amor de Dios (Jn 15.9; 17.26); Cristo permanece en el amor (Jn 15.10); el amor de Dios se manifiesta a los pecadores condenados (Jn 3.16; Tit 3.4); a sus santos (Jn 16.27; 17.23; 2 Ts 2.16); se derranm en el corazón por el Espíritu Santo (Ro 5.5); los santos conocen y creen el amor de Diso (1 Jn 4.16); los santos deben permanecer en él (Jud 21).
 
Justicia

La justicia se funda en el ser de Dios y es una extensión de la santidad. Se presenta a Dios como el seguro defensor del pobre y el oprimido (Sal 10.17, 18; Jer 9.23, 24). Los Salmos basan la justicia en el rol de Dios como soberano creador del universo (Sal 99.1-4), de modo que la idea se extiende más allá de la nación de Israel (Sal 9.7-9; Dn 4.27). Dada la preocupación de Dios por el pobre y débil, se espera una cualidad correspondiente en el pueblo de Dios (Dt 10.18, 19). Cuando llevan a cabo la justicia en forma adecuada, son agentes de la voluntad divina (Is 59.15, 16; 2 Co 9.8-10). La demanda de Dios por justicia es tan fundamental que otra respuesta para Él es vana o es desestimada si existe sin ella (Am 5.21-24; Mi 6.6-8; Mt 23.23). Pablo (primariamente en Romanos) usa el lenguaje de la justicia para describir la obra de Dios de la salvación y exponer la rectitud de Dios.

Definición primaria
Cuando la Biblia se refiere a la justicia d Dios, quiere decir que Dios es honorable en el trato con las personas. Todas sus decisiones son justas y verdaderas. Dios pide a su pueblo ue trate en forma justa todas las situaciones de la vida (Mi 6.8). Las acciones de Dios en la Biblia nos dan el partón por el cual podemos hacer decisiones justas.

Principales versículos del AT
La justicia es parte del carácter de Dios (Dt 32.4; Is 45.21); la justicia de Dios es abundante (Job 37.23); incorruptible (Dt 10.17; 2 Cr 19.7); imparcial (Jer 32.19); infalible (Sof 3.5); no se tuerce (Job 8.3).
Principales versículos del NT
La justicia de Dios, sin acepción de personas (Ro 2.11; Col 3.25; 1 P 1.17); se muestra en: el perdón de pecados (1 Jn 1.9); la redención (Ro 3.26).
 
Juicio

En el Antiguo Testamento Dios aparece frecuentemente en el papel de «Juez de toda la tierra» (Gn 18.25), o más generalmente «Dios de justicia» (Mal 2.17). El juicio no sólo implica pesar el bien y el mal en forma imparcial, sino también una acción vigorosa contra el mal. Debido a este entendimiento, el pueblo de Dios es llamado a ejercer juicio por su parte (Is 1.17; Zac 8.16). Es una noción estrictamente personal, estrechamente vinculada a las características divinas de misericordia, bondad, justicia y verdad.
El Nuevo Testamento también enfatiza el juicio como parte de la naturaleza y actividad esencial de Dios (Ro 1.18; He 12.23; 1 P 1.17; 2.23; Ap 16.5). Sus juicios no están confinados al futuro; ya están en acción en la era presente (Jn 8.50; Ro 1.18, 22, 24, 26, 28; Ap 18.8). Aun ahora se asocia el juicio con Cristo, que ejecuta los juicios del Padre.
Definición primaria
Dios es Juez de todo el universo. Él juzga según su norma que es la Ley revelada en la Biblia. El juicio puede referirse al proceso de determinar la culpa o la inocencia, o al castigo contra los que caen ante la ira de Dios.
Principales versículos del AT
El juicio viene de Dios (Dt 32.39; Job 12.23; Am 3.6; Mi 6.9); Dios juzga de diversas maneras; borra el nombre de una persona (Dt 29.20); abandona (Os 4.17); maldice las bendiciones de los hombres (Mal 2.2); con pestilencia (Dt 28.21, 22; Am 4.10).
Principales versículos del NT
Todo juicio está en manos de Jesucristo (Jn 5.22); Él tiene esta autoridad por cuanto es el Hijo del Hombre (Jn 5.27). Los creyentes no deben tomar el lugar de Cristo como juez porque todos nos presentaremos ante el tribunal de Cristo (Ro 14.10).
 
Misericordia

Tan fuerte como el énfasis en el juicio es el reconocimiento que la Biblia hace de la misericordia de Dios. Por su gracia Dios extiende su ayuda y perdón a pecadores que sólo merecen condenación, y ayuda práctica a los que sufren bajo las cargas de la vida. Dios muestra compasión hacia quienes han quebrantado su ley (Dn 9.9; 1 Ti 1.13, 16), aunque tal misericordia se muestra en forma selectiva sobre los que no la merecen (Ro 9.14-18). La misericordia de Dios va más allá de refrenar el castigo (Ef 2.4-6) hasta incluir las bendiciones de la salvación.
Jesús mostró misericordia hacia los afligidos cuando los sanó, como en el caso de los ciegos (Mt 9.27-31; 20.29-34) y leprosos (Lc 17.11-19). Jesús modelaba la conducta que espera de sus seguidores: porque Dios es misericordioso, espera que nosotros también seamos misericordiosos (Mt 5.7; Stg 1.27).
Definición primaria
La misericordia se ve en la compasión de Dios hacia el que sufre y en su voluntad de restaurar a quienes se han alejado de Él por causa de sus propios pecados. Soberanamente Dios decide extender su misericordia deteniendo el castigo de los pecadores y restaurándolos a la comunión con Él. Además, muestra su misericordia por medio de actos de su providencia, como la sanidad o el rescate de un peligro. Dios espera que nosotros también mostremos misericordia hacia los demás.
Principales versículos del AT
La misericordia de Dios se describe como grande (Is 54.7); segura (Is 55.3); tierna (Sal 25.6); nueva cada mañana (Lm 3.22, 23); se ve especialmente en el perdón (Sal 51.1); los creyentes se acogen a la misericordia de Dios (2 S 24.14).
Principales versículos del NT
La misericordia de Dios se ve en la misión de Cristo (Lc 1.72, 78); en la salvación (1 Co 7.25; Tit 3.5); en la regeneración (1 P 1.3); se practica como un don (Ro 12.8); se muestra en las providencías de Dios (Fil 2.27); se obtiene en oración (He 4.16); los creyentes reciben la orden de «vestirse de misericordia» (Col 3.12).
 
Verdad

La idea hebrea de verdad generalmente se asocia con la constancia, permanencia, fidelidad y confiabilidad. Por sobre todo Dios es verdadero, esto es, real y digno de confianza (Is 65.16; Jer 10.10); su pueblo debe buscar la verdad de Dios (Sal 25.5; 51.6; 86.11) y juzgar en forma veraz. La falta de verdad es lamentable (Is 59.14, 15; Zac 8.16).
Para los hebreos, la verdad era básicamente moral y relacional, no puramente intelectual. Para los griegos el énfasis de la verdad era intelectual más que una cuestión de confianza o dependencia. El Nuevo Testamento se apoya en ambos conceptos. La palabra se encuentra principalmente en los escritos de Pablo y en el Evangelio y las Epístolas de Juan. Juan basa su uso en el entendimiento de que Dios es verdadero o real (Jn 3.33; 7.28). Cristo revela a Dios y de esa manera revela la verdad (Jn 8.26, 40; 18.37). Cristo está lleno de gracia y de verdad (Jn 1.14, 17), Él es «la verdad» (Jn 14.6; véase Jn 1.9; 15.1), y Él envía al Espíritu de verdad (Jn 15.26). Pablo enseña que la verdad es para obedecerla (Ro 2.8; Gá 5.7), es digna de confianza (2 Co 7.14; 11.10), y que lo opuesto es malicia y maldad (1 Co 5.8). La idea griega de la verdad como conocimiento correcto aparece más claramente en las epístolas pastorales de Pablo. Uno debe conocer la verdad (1 Ti 4.3; 2 Ti 2.25) y evitar las falsas creencias (2 Ti 2.18; 4.4).
Definición primaria
El concepto bíblico de verdad no es la conformidad con una norma externa, sino fidelidad o confiabilidad. Respecto a Dios, por supuesto, la fidelidad o confiabilidad no se mide por una norma externa; la norma es Dios mismo.
Principales versículos del AT
Dios es un Dios de verdad (Dt 32.4; Sal 31.5); su Palabra es verdad (Sal 119.160 Dn 10.21); a las personas veraces las mira con favor (Jer 5.3); los juicios de Dios son conforme a su verdad (Sal 96.13).
Principales versículos del NT
Jesucristo es la verdad (Jn 7.18; 14.6); Él era la verdad en su plentiud (Jn 1.14); habló la verdad (Jn 8.45); el Espíritu Santo es el Espíritu de verdad (Jn 14.17) que nos guía a toda verdad (Jn 16.13).
 
Santidad

En hebreo, ser santo significa primariamente estar apartado de lo común o profano. Dios es santo, y el pueblo, las cosas y las acciones pueden ser santas al asociarse con Dios. Los Salmos e Isaías se refieren frecuentemente a Dios como el Santo (Sal 78.41; 89.18; Is 1.4; 5.19; 30.15). Los lugares donde Dios se aparecía y donde se le adoraba con cierta regularidad también eran santos (Gn 28.11-22; Éx 3.5). El templo en Jerusalén era el lugar más santo de Israel porque allí estaba la presencia de Dios (1 R 8.10, 11); en consecuencia, las personas y las cosas relacionadas con el Templo eran santas (Lv 22; 27). Israel mismo era una nación santa (Éx 19.4; Lv 19.2; Dt 7.6) porque el Señor lo apartó para sus propósitos.
El Nuevo Testamento reafirma las ideas de santidad del judaísmo. Dios, el Templo y la Ley son santos. Se restó énfasis al Templo físico porque los cristianos gentiles se apartaron de las prácticas del judaísmo y porque el Templo fue destruido en el año 70 d.C., pero el Templo se usa como metáfora para la santidad cristiana (1 Co 3.17; 6.19). Jesús se dirige a Dios como «Padre Santo» (Jn 17.11); en el cielo se alaba a Dios con el triple «santo» de Isaías (Is 6.3; Ap 4.6-10), y en el Padrenuestro se ruega «santificado sea tu nombre» (Mt 6.9; Lc 11.2).
Definición primaria
Dios es santo, apartado de su creación por su naturaleza misma. Ser santo literalmente significa ser apartado o separado, y denota la lejanía, la separación de una ersona o cosa de lo común o profano para un uso divino.
Principales versículos del AT
El carácter de Dios es la norma (Lv 19.2); es incomparable (Éx 15.11; 1 S 2.2); esuna orden (Lv 11.45; 19.2; 20.7); necesaria para adorar a Dios (Sal 24.3, 4); debemos evitar todo lo que es incoherente con ella (Lv 21.6).
Principales versículos del NT
Debemos llevar fruto para santidad (Ro 6.22); somos disciplinados por Dios para ser participantes de su santidad (He 12.10); llamados por Dios a una vida santa (1 Ts 4.7).
 
Misiones

Dios siempre usa a su pueblo para proclamar sus hechos poderosos y su gracia salvadora. La nación de Israel debía declarar la bondad de Dios a los gentiles para que ellos pudieran entrar en el pacto con Dios. El libro de Isaías está lleno de declaraciones acerca de la salvación de los gentiles (Is 11.10; 42.6; 49.6; 60.11).
Sólo fue con el advenimiento de la Iglesia que se proclamaron ampliamente en el mundo las buenas nuevas de la salvación de Dios en Cristo. Jesús manda a sus discípulos que vayan a todo el mundo y prediquen el evangelio (Mr 16.15). Es por medio de la «locura de la predicación» (1 Co 1.21) que la gente es llevada a la fe en Jesucristo. La salvación es de Dios, pero usa a su pueblo como el medio por el cual salva pecadores.
Definición primaria
Dios usa a su pueblo para proclamar su Palabra a los que están fuera de su pacto. Por medio de esta proclamación aquellos que ha elegido para salvación vienen a la fe en Él. Israel debía proclamar su bondad y hoy la Iglesia tiene el mandamiento de ir por todo el mundo y proclamar las buenas nuevas de salvación en Cristo.
Principales versículos del AT
El rey de Asiria permitió que los sacerdotes judíos enseñaran el camino de Dios (2 R 17.27, 28); Israel recibió el mandato de proclamar el día de su salvación a toda la tierra (1 Cr 16.23, 24); El profeta Jonás recibió la orden de proclamar el mensaje de Dios a Nínive (Jon 3.1, 2).
Principales versículos del NT
El Evangelio del Reino será predicado en todo el mundo y luego vendrá el fin (Mt 24.14); a la Iglesia se le ordena que enseñe la verdad de Cristo a todo el mundo (Mt 28.19); la gente llega a la fe al oír la Palabra predicada (Ro 10.14).

PLAN DE SATANÁS: Algo puntual - predica con propiedad


. PLAN DE SATANÁS
. biblias y miles de comentarios

 
  • Duda  Nos hace cuestionar la Palabra de Dios y su bondad 
  • Desaliento  Nos hace dirigir la mirada hacia nuestros problemas y no hacia Dios
  • Confusión  Hace que las cosas malas nos parezcan atractivas para que las deseemos más que las cosas buenas 
  • Derrota  Nos hace sentirnos fracasados  
  • Demora  Nos hace posponer las cosas para que nunca las hagamos
El Plan de Satanás de Destruir Nuestra Iglesia 1 Pedro 5:8-5:11

Satanás usa técnicas muy sutiles para destruir la Iglesia.

En tres niveles: Nuestra Persona, Familia y Congregación

a. En nuestros días no lo hace por la falsa enseñanza (Conocemos la Biblia demasiado bien); ni por la persecución (eso solo nos haría más fuertes).
b. Sus técnicas son sutiles (1 Pedro 5:8 Efesios 6:10-12)

Hoy hablaremos al menos de 7 formas “muy sutiles” en las que Satanás trata de destruir nuestra iglesia.

I. NOS INCULCA DE ORGULLO Y VANAGLORIA (Gálatas 5:25-26).

1. Intenta romper nuestras filas al hacernos sentir “superiores” a los demás (los del mundo) y entre nosotros mismos (la iglesia).
2. Pablo nos advierte contra esta estrategia de Satanás en Romanos 12:3:


II. NOS INCULCA A TENER MAS LEALTAD A LOS HOMBRES QUE A DIOS (1 Corintios 1:10-17

1. A Satanás le gusta cuando los cristianos son más leales a los hombres que a Cristo.
2. Debemos evitar el favoritismo, la hipocresía, la crítica y el chisme, si queremos realmente ser de Cristo.


III. NOS INCULCA A TENER EXALTACION PERSONAL (Filipenses 2:1-5).

1. ¡Se nos hace fácil como iglesia hablar de la preocupación por otros, pero realmente cada quien anda por su lado!
2. Satanás no se preocupa por lo que hablamos, solamente quiere que no hagamos nada.

IV. NOS INCULCA A TENER PLEITOS EN LOS “ESTILOS DE ADORAR O PRACTICAS CRISTIANAS” (2 Timoteo 2:14-16, 23-24).


1. A Satanás le gustan las clases de Biblia que se convierten en debates – también busca la oportunidad de dividirnos al mostrar nuestras preferencias en la expresión de nuestra adoración.


V. NOS INCULCA A TENER FAVORITISMO DE PERSONAS (Santiago 2:1-4).

1. A Satanás le gusta usar instrumentos socioeconómicos para mantener a la gente dividida o fuera de la iglesia.
2. (Hechos 10:34-35)


VI. NOS PROVOCA A VIVIR VIDAS INDIGNAS DEL EVANGELIO (Efesios 4:1).

1. Las vidas indignas SON MUY PRODUCTIVAS para el diablo "matando a 2 pájaros con una piedra").

a. DENTRO DE LA PERSONA: Pone en peligro su alma por medio de la tentación y el pecado, haciendo indigna a la persona.
b. ALREDEDOR DE LA PERSONA: Abre la puerta al precio de la hipocresía; aleja a los demás.

2. ¿A que clase "de vidas indignadas" se refería Pablo?

a. Mentira (4:25).
b. Cólera (4:26).
c. Palabrería (4:29).
d. Carencia de bondad/perdón (4:32).
e. Inmoralidad sexual (5:3).
f. Embriaguez (5:18).
g. Matrimonios miserables (5:22-33).
h. Desobediencia a los padres (6:1-3).
i. Padres autoritarios (6:4).


VII. NOS INCULCA A TENER FLOJERA EN EL ESTUDIO DE LA PALABRA, LO QUE PROVOCA NUESTRA FALTA DE MADUREZ (Hebreos 5:11-14).


1. ¡A Satanás le gusta cuando la gente han sido cristianos por 20 años o mas pero todavía siguen alimentándose de leche espiritual!

2. ¡Uno de los motivos por lo que eso le gusta es porque así la gente no madura lo suficiente para descubrir la altura que Dios le ha dado!

Conclusión: 1. ¡No seamos ignorantes de los engaños de Satanás!
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