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sábado, 19 de diciembre de 2015

Hallarás el conocimiento de Dios. Porque YHVH da la sabiduría, de su boca procede la ciencia y la inteligencia. Él atesora el acierto para los hombres rectos, Es escudo al que anda en integridad.

RECUERDA El que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




Curso completo: Estudiar para enseñar .

EL OBJETO DEL ESTUDIO INDUCTIVO DE LA BIBLIA NO ES SOLAMENTE ESTUDIARLA O INTERPRETARLA CORRECTAMENTE, SINO APLICARLA POR LA OBEDIENCIA.


 Tres pasos preliminares para llegar a la aplicación:

     1. Usted debe disciplinar su voluntad para aceptar los cambios que Dios indique.

     Juan 7:17 El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta.

     2. Invertir tiempo caminando en el Espíritu

     Gálatas 5:16, "Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne."

       a) Confesar sus pecados (1 Juan 1:9; 2 Co. 7:1)

       b) Ceder el derecho de la vida (Romanos. 12:1-­‐2)

       c) Obedecer a lo que entiende de la Palabra (Salmos 119:10-­‐12)

     3. Vivir en la Palabra (Hebreos 5:11-­‐14)


 La actitud correcta para el estudio bíblico

 Cuando Usted recibió a Cristo personalmente como su Salvador y Señor, comenzó una gran aventura diseñada en las páginas de las Escrituras. Mientras que lea y estudie la Biblia con la presencia del Espíritu Santo, recibirá el sentido, la fuerza, la dirección y el poder en su vida, según su deseo. Aprenderá y dependerá de muchas promesas grandes que Dios ha guardado para Sus propios hijos, conjunto con muchas instrucciones para cómo vivir de acuerdo a Su diseño.

 Siempre se debe tomar la Biblia en oración con respecto, y expectativa, teniendo una mente sumisa y dispuesta. También debe haber una sed para la verdad, Su sabiduría, Su guía confiable, y el deseo de desarrollar en si mismo la mente de Cristo (Fil 2:5). Cuando mantiene un corazón humilde y contrito, se puede confiar que Dios el Espíritu Santo le revelará el entendimiento de Su voluntad y Ud. experimentará el poder limpiadora de Su Palabra eterna.

 Sobre todo, cuando quiere estudiar Su palabra, hay que ser dispuesto a obedecer todos Sus mandamientos*, y regocijarse en el conocimiento que usted es un embajador para Cristo, viviendo con el propósito de reconciliar a otras personas con Dios.

  • Las actitudes NEGATIVAS:

   1. El DESÁNIMO: "No puedo entender nada."
   2. Los PENSAMIENTOS NEGATIVOS: "Dudo que cualquier cosa que yo descubra me ayude."
   3. EL CORAZON CERRADO: "No creo todo ni quiero cambiar."
   4. LA PEREZOSA: "Me supongo que si trato de entenderlo podría, pero me parece difícil y me aburre. No vale la pena."

  • Las actitudes POSITIVAS:

   1. Los PENSAMIENTOS POSITIVOS: "Es difícil, pero puedo."
   2. LA RECEPTIVIDAD: "Mi vida y corazón están abiertos."
   3. LA EXPECTATIVA: "Espero que Dios me hable."
   4. LA FIDELIDAD: "Tengo la voluntad y el compromiso de cumplir y practicar la Palabra de Dios y estoy dispuesto a invertir el tiempo y esfuerzo necesario para descubrirla."

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 CURSO COMPLETO
CLAVE DE DECRIPTACIÓN (Copia y pega):
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lunes, 23 de noviembre de 2015

He visto tus caminos; pero te sanaré, y te pastorearé, y te daré consuelo a ti y a tus enlutados; produciré fruto de labios: Paz, paz al que está lejos y al cercano, dijo Jehová; y lo sanaré




biblias y miles de comentarios


 
Tipo de Archivo: PDF | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial

CELEBRANDO LA RECUPERACIÓN INTEGRAL

Información
 Un padre de familia estaba tratando de dormir su siesta un domingo por la tarde en la sala de su casa, mientras su pequeño hijo lo molestaba continuamente diciéndole:
“Papi, estoy aburrido”. Tratando de buscar la forma de entretenerlo, su padre tomó de un periódico una foto del mundo, la cortó en casi cincuenta pedazos y le dijo:

“Hijo, este es un rompecabezas. Quiero que lo armes”. Luego se acostó para termi-nar su siesta, pensando que por lo menos dormiría de una hora y media a dos. Habían pasado apenas quince minutos cuando su hijo lo despertó diciendo: “Papi, ya terminé. Ya está armado”. El padre sabía que su hijo no conocía todas las posiciones de los país-es y cosas como esas, por lo que era imposible que lo hubiera terminado tan pronto, así que le preguntó: “¿Cómo lo hiciste?” El niño contestó: “Papá, había una foto de una persona en el reverso de la página de ese periódico y cuando terminé de armar esa persona el mundo quedó arreglado”.

Hoy estamos comenzando una nueva serie a la que hemos llamado el Camino a la Recuperación, y esperamos que la misma obre grandemente en su persona. Es sorpren-derte cómo el mundo se ve mejor cuando su persona es puesta en orden en la forma correcta. En esta serie hablaremos de cómo manejar y vencer las heridas de su vida, los hábitos que están destruyendo su vida y los complejos que han causado dolor en ella. Heridas, hábitos y complejos.

El versículo que hemos elegido como base para este paso de nuestra  serie “El Camino a la Recuperación” es Isaías 57:18 (DHH), donde Dios dice: “He visto como han actuado, pero los sanaré. Los guiaré y les  ayudaré, y consolaré a los que lloran. Ofrezco paz a todos, a los que están cerca y a los que estén lejos”.

Esta es una gran promesa de Dios. Note que hay cinco partes en la recuperación que Dios desea hacer en su vida. Primero, si usted ha sido herido, Dios dice: “Quiero sanarte”. Si está confundido: “Quiero guiarte”

.Si alguna vez se ha sentido sin ayuda para cambiar algo: “Deseo ayudarte a cambiar eso”.
Si alguna vez ha sentido que nadie entiende su problema: “Quiero consolarte.”
Si se siente ansioso, preocupado y temeroso: “Quiero ofrecerte paz”.

El hecho es que la vida es dura. Vivimos en un mundo imperfecto. Somos dañados por otros, herimos a otros y nos herimos a nosotros mismos. La Biblia dice que todos hemos pecado. Eso significa que ninguno de nosotros es perfecto, todos nos hemos equivocado, todos hemos cometido errores. Nos dañamos y dañamos a otros.

Esta serie es para todos. Todos necesitamos recuperación, a menos que alguien haya vivido una vida perfecta. Pero si no ha sido así, si no ha vivido una vida perfec-ta, si ha sido herido, si ha tenido un complejo o hábito del que le gustaría deshacerse, necesita recuperación.

¿DE QUÉ NECESITA RECUPERARSE?
La buena noticia es que sin importar el problema del cual necesite recuperarse, ya sea emocional, financiero, relacional, espiritual, sexual o de otro tipo, los pasos para recuperarse son siempre los mismos. Estos no varían.

Los principios para la recuperación se encuentran en la Biblia. Esta es el manual original para la recuperación. En 1935 un par de muchachos formularon, basados en las Escrituras, los que hoy se conocen como los doce pasos clásicos de los Alcohólicos Anónimos, una guía que también usan cientos de otros grupos de recuperación. En los Estados Unidos, veinte millones de personas están en un grupo de recuperación cada semana y hay quinientos mil diferentes grupos de recuperación.  La base de todos ellos es la Palabra de Dios.

He  resumido  estos  principios  en  torno  a  la  palabra  “R.E.C.U.P.E.R.A”.
Estudiaremos  una  letra  cada  semana  y  miraremos  los  ocho  pasos  resumidos  en  el camino a la recuperación.

EL PRIMER PASO: 
La “R” en RECUPERA significa RECONOCER.
Reconozco que no soy Dios. Admito que soy incapaz de controlar mi tendencia a hacer lo malo y que mi vida es inmanejable.
¿Se queda despierto hasta tarde cuando sabe que necesita dormir?
¿Come o bebe más calorías de las que su cuerpo necesita?
¿Siente que debe hacer ejercicios pero no los hace?
¿Conoce lo que es correcto pero no lo hace?
¿Sabe que algo está malo pero de todas formas lo hace?
¿Se ha dado cuenta alguna vez de que no debe ser egoísta pero de todas maneras lo es?
¿Ha intentado alguna vez controlar a alguien o algo y se ha dado cuenta de que usted mismo era incontrolable?
Si  su  respuesta  es  “sí”  a  cualquiera  de  estas  preguntas,  bienvenido  a  la  raza humana. Todos necesitamos recuperación.

I. LA CAUSA DE MI PROBLEMA: MI NATURALEZA PECAMINOSA
La Biblia tiene una forma de expresar esto. En ella se le llama a esta tendencia nuestra “naturaleza pecaminosa”. La naturaleza de pecado nos lleva tanto a usted como a mí a toda clase de problemas. Hago cosas que no son buenas para mí, las hago aun cuando son auto destructivas. Sin embargo, no hago las cosas que son buenas para mí.

Respondo de la manera incorrecta cuando soy herido y con esto solo consigo aumen-tar el daño, en lugar de disminuirlo. Reacciono de la manera incorrecta con las per-sonas. Las trato de la manera equivocada y luego, cuando me doy cuenta de que esa actitud no va a funcionar, esto me afecta a mí. Intento resolver problemas y a menudo, cuando creo que los he arreglado, compruebo que se vuelven peor de lo que estaban antes.

Proverbios 14:12 (NVI) dice: “Hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero que acaban por ser caminos de muerte”.

Usted siempre va a tener esa naturaleza pecaminosa, ese deseo de hacer lo malo.
Este permanecerá siempre con usted hasta que llegue al cielo. Y aun cuando sea cristiano, todavía tendrá deseos que lo empujen hacia el mal. Pablo entendió esto. En Romanos 7:15 él dijo: “No entiendo lo que me pasa, pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco”.
¿Le suenan familiares estas palabras? “Termino haciendo lo que no quiero hacer y termino no haciendo lo que quiero hacer”.

El primer paso para la recuperación es que usted entienda la causa de este prob-lema. ¿Por qué sucede esto en mi vida? Primero, necesita entender la causa del prob-lema, luego las consecuencias y más tarde la cura para el mismo.

¿Cuál  es  la  causa  de  mi  problema?  La  causa  de  todos  sus  problemas  es  esta:
“Quiero ser Dios”. ¿Le gustaría decidir lo que es bueno y lo que es malo? Usted dice:
“No quiero que nadie me diga lo que es bueno y lo que es malo; quiero decidirlo por mí mismo. Quiero hacer lo que quiera, quiero hacer mis propias reglas. Quiero ser el centro del universo. Quiero ser mi propio jefe, vivir a mi manera, si me siento bien haciendo algo, pues, adelante. No quiero que nadie me diga qué hacer con mi vida”.

Eso se llama jugar a ser Dios. Lo que en realidad está diciendo es: “Quiero contro-lar”. Y mientras más inseguro sea usted, más empeñado estará en controlar. Mientas más inseguro sea, más desea controlarse a sí mismo, controlar a otras personas, controlar su ambiente. A eso se le llama querer jugar a ser Dios.

Este es el problema más antiguo del hombre. Aun Adán y Eva lo tuvieron. Dios los puso en el paraíso y ellos trataron de controlarlo. Dios dijo: “Pueden hacer todo lo que quieran en todo este paraíso excepto una sola cosa: No coman de este árbol”.

¿Y qué hicieron ellos? Fueron directamente hacia ese árbol, que era lo único en el Paraíso a lo que Dios le había puesto límites. Satanás dijo: “Coman esta manzana (o lo que haya sido) y sean dioses”. Ese ha sido el problema desde el principio. Querer ser Dios. Querer tomar las decisiones uno mismo. Querer vivir nuestra propia vida.

Queremos  estar  en  control.  ¿Cómo  jugamos  a  ser  Dios?  Negando  nuestra humanidad y tratando de controlar todo por razones egoístas. Queremos estar en el centro de nuestro universo. El control es el asunto real. Queremos estar en control y tratamos de controlarnos a nosotros mismos, a otras personas, a todo lo que está a nuestro alrededor.


jueves, 29 de octubre de 2015

La Palabra de Dios nos da el fundamento de la doctrina; limpia la vida; otorga poder; consuela; da directivas para vivir; y es la fuente de vida eterna.

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6







LA ESCUELA DOMINICAL EVANGÉLICA
                         Métodos de enseñanza
La importancia de la enseñanza de la Escuela Dominical radica en su definición. Enseñar en la Escuela Dominical es guiar el aprendizaje de los alumnos, con el propósito fundamental de que el evangelio cambie la vida de sus oyentes
Como es obvio, enseñar es mucho más que la sola presentación de la verdad. Es un proceso que involucra al maestro y al alumno con la Palabra de Dios. Por lo tanto, es imperativo que la Escuela Dominical enseñe adecuadamente las Sagradas Escrituras, si ha de crecer de acuerdo a las normas neotestamentarias.
ENSEÑAR EXPLICANDO LA PALABRA DE DIOS
La Escritura es la Palabra de Dios, que es la fuente de la vida cristiana. En la Escuela Dominical, el maestro debe usar cuantos métodos le sean posibles, pero el fundamento de la instrucción es explicar el texto de la Biblia.

La Palabra de Dios nos da el fundamento de la doctrina (2 Timoteo 3:16); limpia la vida (Salmo 119:9, 11); otorga poder (Mateo 4:6–10); consuela (Jeremías 15:16); da directivas para vivir (Salmo 119:105); y es la fuente de vida eterna.

Hay un lugar especial para enseñar la Palabra de Dios a los inconversos. La Biblia los convencerá de pecado (Jeremías 23:29); les señalará la persona de Jesucristo (Juan 1:36); les dará una nueva naturaleza (2 Pedro 1:4); y será el instrumento que los haga nacer de nuevo (Juan 1:12; 1 Pedro 1:23). Por lo tanto; explicar las Sagradas Escrituras es el fundamento de la Escuela Dominical.

1. Presentación del maestro. 
Hay muchos métodos de enseñanza, pero el punto central del proceso es la presentación que del tema hace el maestro. Esto toma generalmente el nombre de método de disertación, y constituye el fundamento de la instrucción para explicar el texto de la Biblia.

El maestro tiene que estar bien equipado cuando intenta explicar la Palabra de Dios. Debe tener una visión panorámica del tema y de la relación que el mismo guarda con la vida de sus alumnos. Durante la clase no debe adoptar una actitud dogmática ni agresiva. Sin embargo, el maestro debe saber lo que cree y debe estar capacitado para explicarlo a su clase. El maestro es un pastor; debe guiar a sus ovejas a verdes pastos donde puedan alimentarse de la Palabra de Dios.

La palabra hablada ejerce un fuerte impacto sobre las mentes jóvenes. Esta es la razón por la cual Moisés, Pablo y otros grandes líderes de Dios acostumbraban hablar la Palabra de Dios. Con todo, ninguno de ellos se limitó a disertar solamente. Hay ocasiones en que el maestro quiere disertar porque al hacerlo: (1) gana tiempo, (2) puede abarcar más material, (3) puede manejar grupos más numerosos, o porque (4) éste es el método más fácil de aplicar.

2. Participación del alumno. 
El éxito de la presentación del maestro depende del mismo maestro. Si es una persona dominante, la clase no estará participando en el proceso de aprendizaje. Si es impreciso y se va por las ramas, la clase no sabrá adónde va. Es importante, en el proceso enseñanza/aprendizaje, que el maestro dirija a los estudiantes al propósito de la lección por medio de una participación personal. Debe haber un enfoque equilibrado.

Cuando el maestro opta por dar la clase utilizando el método de la disertación, obtendrá una mejor respuesta en atención y logrará mejores resultados si suplementa la disertación con la participación. Luego de haber desarrollado un determinado punto de la lección, puede detenerse para formular una pregunta y esperar que algunos voluntarios la contesten. 

Esto probablemente provocará una discusión al formularse otra pregunta y provocar así las respuestas de los alumnos. Por un breve rato también pueden aplicarse otros métodos de enseñanza—una idea brillante de súbita inspiración, dramatización—para ampliar un punto; luego el maestro puede seguir con el siguiente punto de la disertación.
ENSEÑAR UTILIZANDO LAS ACTIVIDADES
Los niños sienten ansias de aprender. Sus cuerpos, activos y en pleno desarrollo, necesitan tener oportunidad de moverse y explorar el aula. Los niños necesitan poder caminar por el aula. Deben sentirse libres para formular preguntas respecto a las cosas que ven.

Sin embargo, no es suficiente el movimiento por el movimiento en sí. La Escuela Dominical tiene que proveer los medios para que los preescolares exploren las lecciones que están aprendiendo. Los alumnos de escuela primaria necesitan usar sus manos y sus pies para participar en la clase. Los estudiantes más adelantados en edad, utilizan su mente para la interacción recíproca.

A los niños no les gusta estar sentados y quietos, ni son buenos oyentes, pero sí son excelentes aprendices. Les gusta aprender de los libros, de las ilustraciones y de los cartelones colgados en la pared. Les gusta aprender formulando preguntas y les gusta aprender viendo cosas diferentes. 

En razón de que los niños son personalidades dinámicas en crecimiento, aprenden al estilo popurrí. Aprenden muchas lecciones al mismo tiempo. Adquieren habilidades, memorizan versículos, imitan la vida del maestro o maestra, y aprenden a entenderse con otros niños. Todas estas lecciones ocurren en un solo proceso de enseñanza.

A veces la participación activa de los niños incomoda a los adultos. Quieren que los alumnos no se muevan de sus asientos y estén callados, pero los pequeños no están hechos de esa manera. Claro está que debe haber un tiempo y lugar durante la clase, en el cual los alumnos estén quietos y escuchen al maestro cuando les explica la Biblia. Sin embargo, se lleva a cabo un ordenado aprendizaje informal durante toda la clase por medio de la actividad de los niños.

1. Actividades de aprendizaje
Para los niños más pequeños se pueden disponer distintos recursos para centralizar ciertas actividades. Prepare un círculo de sillas o una alfombra grande para contar cuentos. Se deben proporcionar mesas para los trabajos manuales, tales como colorear, cortar y pegar, así como estantes a mano para guardar la provisión de lápices de color, papel, lápices comunes, pasta, etcétera. 

También se necesita una mesa para exhibir algo de la naturaleza, como plantas, una pecera con peces, o arena y conchas, o un tesoro que uno de los niños haya traído de su último viaje de vacaciones y que preste a la clase temporalmente. Un centro para recordar proveerá espacio para el gráfico de memoria y los materiales correlacionados. 

Un espacio provisto de libros y juegos permitirá que el niño que haya terminado su tarea antes que los otros, vaya y se recree hojeando un libro, procurando armar un rompecabezas, o disfrutando de un juego, todo lo cual haya sido presentado previamente en una sesión de clase. Muchas otras posibilidades se le ocurrirán a un maestro creativo.

No olvide nunca que los niños aprenden haciendo: coloreando, pegando, cultivando una planta o dibujando un mural en la pared. Los niños de grados primarios aprenden explorando la Biblia, hablando entre ellos o planificando actividades en grupo. También les gusta formular preguntas a sus maestros. Al abrirse a la discusión, revelan que están abriendo su tierno corazón a Dios.

Recordemos, además, que las paredes de un departamento o de un aula también enseñan. Los maestros pueden hablar a sus alumnos por las cosas que cuelgan en las paredes: cartelones, versículos murales, calendarios y decoración estacional. El maestro puede recurrir a una sencilla prueba. Camine por el aula haciéndose las siguientes preguntas: ¿Es atractiva esta sala? ¿Hay algo nuevo en la sala que no estaba aquí el mes pasado? ¿Cuelgan de la pared cuadros atractivos? ¿Un muestrario? ¿Algo de la naturaleza? ¿Se exhiben ilustraciones de los trabajos manuales de los niños?

El aprendizaje informal resulta mejor cuando hay una formal preparación previa. Y esto requiere dirección de parte del maestro.

2. Apelar a lo que interesa a los niños
A los niños les interesa prácticamente todo en la vida, pero cada nivel de edad tiene sus propios atractivos y fascinaciones. El maestro puede enseñar valiéndose del interés de los niños.

A los niños pequeños les gustan mucho los animales, la naturaleza, los artefactos de todo tipo, los colores, las lecciones objetivas y las flores. Al ir creciendo, se interesan más en llevarse bien con los demás y con el mundo que se extiende más allá de su hogar. Cuando pasan por la adolescencia, una vez más sus intereses se proyectan al mundo en el cual viven: la carrera, el matrimonio y el amor. Finalmente, los adultos se interesan en tener una familia, relacionarse bien con su cónyuge, y solucionar sus problemas vocacionales.

La Biblia habla a todas las necesidades de la vida. A la gente le interesa vivir una vida feliz y significativa; por lo tanto, los alumnos pueden ser alcanzados a través de sus intereses. El maestro que permanentemente les dice a sus alumnos que “no se muevan y escuchen”, ignora el hecho de que Dios puso deseos en ellos. Los alumnos quieren aprender, quieren moverse y formular preguntas. La vida es activa y la enseñanza debe ser conducida activamente.
ENSEÑAR SATISFACIENDO NECESIDADES
La participación por la participación en sí puede llegar a ser nada más que una “laboriosa ocupación”. Escuchar una disertación puede no ser más que “simple rutina”. De la misma manera el colorear un dibujo o pegar figuras puede llegar a ser muy poco estimulante. El maestro puede ejecutar todo cuanto la ciencia docente le indique, pero hasta que no satisfaga las necesidades de sus alumnos, no ha enseñado la lección. Los hechos relativos a la Biblia y las palabras del manual pueden olvidarse fácilmente, pero cuando la Biblia satisface las necesidades del alumno, la lección se le pegará por el resto de su vida.

El maestro que satisface las necesidades, tiene que atender al alumno que aprende rápido y que explora mucho más que el niño rebelde. El maestro que sale al paso de las necesidades, procura motivar al alumno que demuestra poco interés. El maestro necesita conocer a sus alumnos para poder ayudarlos.

El propósito de la Escuela Dominical es el crecimiento espiritual. Los niños crecen conforme se resuelven sus problemas interiores y se satisfacen sus necesidades. Cómo se enseña a caminar a un bebé ilustra el caso. No disertamos con él sobre los principios que rigen el arte de caminar. Tampoco le hacemos una demostración de cómo caminar. Basta observar cómo un padre le enseña a su hijo a caminar. Toma al bebé con ambas manos, sosteniendo y guiando cada acción de él. En un momento dado el padre tira suavemente de la manita izquierda hacia adelante, haciendo que el bebé dé un paso con la pierna izquierda. Luego repite el procedimiento con la mano derecha. La meta final es que la criatura camine sin la ayuda del padre.

La Escuela Dominical ayuda a los alumnos a caminar en el Señor. El maestro es más eficiente cuando trabaja invidivualmente, ayudando a sus alumnos a dar un paso a la vez. Supongamos que el bebé da su primer paso y el padre se desilusiona porque su hijo no echa a correr. La desilusión del padre podría destruir la iniciativa del hijo. Cuando los alumnos dan un paso espiritual, el maestro debe demostrarles amor y apoyo en cada paso sucesivo. El experimentar una sensación de logro y de dirección es parte del aprendizaje; el maestro tiene que darles esto a sus alumnos.
ENSEÑAR POR IMITACION
El maestro es el que determina qué aprendizaje se seguirá en el aula. El maestro que ama la Palabra de Dios tiene el compromiso de comunicarla a sus alumnos. Asimismo, el maestro que ama a los niños se siente comprometido a ayudarlos a satisfacer sus necesidades. Pero, en definitiva, la lección más importante del maestro es él mismo. El maestro que es llamado por Dios querrá ser el mejor ejemplo posible para sus alumnos.

La identificación ayuda a cambiar vidas. Los niños varones aprenden el papel que habrán de desempeñar en su vida identificándose con sus padres. Más adelante, se identifican con otros hombres adultos, que, es de esperar, sean cristianos piadosos. Las mismas fuerzas actúan en la vida de las niñas. Todos los niños deben tener un piadoso maestro (o maestra) de Escuela Dominical que ame a Jesucristo, de modo que reciban su saludable influencia.

Más y más niños provienen de hogares desavenidos. Carecen de padre o de madre que les sirvan de modelo en la vida. Tales niños deben poder encontrar en su maestro o maestra de Escuela Dominical, un padre o madre substitutos que posean las cualidades de Jesucristo. Aquellos niños que no han conocido nunca un padre cristiano, pueden empezar a apreciar el amoroso cariño de su Padre celestial a través de su maestro de Escuela Dominical.

Los maestros comunican más por sus acciones que por sus palabras. A veces la forma en que un maestro le estrecha la mano a un niño, le dice sin palabras que lo quiere. Y se lo dice mucho mejor que las palabras colocadas en un franelógrafo. Por supuesto, tanto las palabras que se expresan como las acciones que simbolizan, deben complementarse recíprocamente.
RESUMEN
El maestro debe tener cuidado de usar palabras adecuadas, de hacer participar a los alumnos, de alcanzarlos mediante sus actividades, y de asegurarse de que logra satisfacer sus necesidades, siendo en todo momento un piadoso ejemplo. Este es el proceso de enseñanza.

Aprender es como tomar un remedio: cada persona tiene que hacerlo por sí misma. Nadie puede hacerlo por los alumnos. De la misma manera, toda persona tiene que aprender por sí misma las lecciones que Dios quiere que aprenda. El propósito de la enseñanza de la Escuela Dominical es enseñar la Palabra de Dios a los inconversos, y hacer que el cristiano crezca en Jesucristo, de modo que todo alumno pueda ser “… un hombre perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Efesios 4:13).
PREGUNTAS CLAVES PARA ESTUDIO Y ANALISIS 
1.     Defina qué se entiende por enseñanza en la Escuela Dominical.
2.     ¿Por qué es parte importante de la enseñanza la lectura y explicación de la Biblia?
3.     Nombre tres distintas maneras en que el maestro puede hacer participar a los alumnos en la lección.
4.     ¿Cuál es el papel que juega la actividad en la enseñaza?
5.     ¿Qué cosa resulta evidente en la vida de un alumno si el maestro le ayuda a resolver sus problemas basado en las lecciones de las Sagradas Escrituras?
6.     ¿Cuál es la lección más importante que un maestro puede enseñar?
ACTIVIDADES PARA ESTUDIO Y APLICACION ADICIONALES 
1.     Pida a los alumnos de la clase que den su testimonio acerca del maestro que ejerció la mayor influencia en su vida. Pídales que analicen por qué esa persona tuvo tal impacto sobre ellos.

2.     Pida que cada alumno de la clase exponga su opinión de por qué Cristo fue un maestro eficiente. Anote las ideas en el pizarrón. Luego pida que la clase analice las sugerencias, buscando la figura de un maestro “ideal”.

3.     Haga un estudio de la proyección evangelística de su Escuela Dominical. Determine cuántos alumnos se han ganado para Cristo por medio de la Escuela Dominical. Un gráfico que exhiba el número de visitas, el crecimiento de las clases y las campañas especiales, darán una idea de las actividades ganadoras de almas de su iglesia.

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viernes, 21 de agosto de 2015

¿De dónde le vienen a éste estas cosas? ¿Qué sabiduría es ésta que le ha sido dada? ¡Cuántas obras poderosas son hechas por sus manos!

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




 
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Información 


CONSTRUYAMOS UN SERMÓN
Base Bíblica
Marcos 6:1-6

Jesús es rechazado en Nazaret 
1Salió de allí y fue a su tierra, y sus discípulos le siguieron. 2 Y cuando llegó el sábado, él comenzó a enseñar en la sinagoga; y muchos quedaban atónitos cuando le oían, y decían: 
—¿De dónde le vienen a éste estas cosas? ¿Qué sabiduría es ésta que le ha sido dada? ¡Cuántas obras poderosas son hechas por sus manos!  3 ¿No es éste el carpintero, hijo de María y hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón? ¿No están también sus hermanas aquí con nosotros? 
Y se escandalizaban de él. 4 Pero Jesús les decía: 
—No hay profeta sin honra sino en su propia tierra, entre sus familiares y en su casa. 
5 Y no pudo hacer allí ningún hecho poderoso, sino que sanó a unos pocos enfermos, poniendo sobre ellos las manos. 6 Estaba asombrado a causa de la incredulidad de ellos. Y recorría las aldeas de alrededor, enseñando. 
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Marcos 6:1–6
LA MALDAD DEL CORAZÓN HUMANO

Este pasaje nos muestra a nuestro Señor Jesucristo en “su tierra”, en Nazaret. Es una triste ilustración de la maldad del corazón humano y merece especial atención.

Vemos, en primer lugar, la tendencia del hombre a infravalorar las cosas con las que está familiarizado. Los hombres de Nazaret “se escandalizaban” de nuestro Señor. No creían posible que alguien que había vivido tantos años entre ellos y a cuyos hermanos y hermanas conocían podía merecer que se le siguiera como maestro público.

Nunca lugar alguno sobre la Tierra tuvo privilegios como los de Nazaret. Durante treinta años, el Hijo de Dios residió en esta ciudad y fue de un lado a otro recorriendo sus calles. Durante treinta años caminó con Dios ante los ojos de sus habitantes viviendo una vida intachable, perfecta. Pero no les sirvió de nada. No estaban dispuestos a creer el Evangelio cuando el Señor iba a ellos y enseñaba en su sinagoga. No podían creer que alguien cuyo rostro conocían tan bien y que había vivido durante tanto tiempo con ellos, comiendo, bebiendo y vistiéndose como uno de ellos tuviera derecho alguno a reclamar su atención. “Se escandalizaban de él”.

No hay nada aquí que tenga por qué sorprendernos. Lo mismo ocurre a nuestro alrededor cada día en nuestro propio país. Las santas Escrituras, la predicación del Evangelio, las ordenanzas religiosas públicas y las abundantes muestras de misericordia de que disfruta Inglaterra son continuamente infravaloradas por los ingleses. Están tan acostumbrados a todo ello que desconocen los privilegios que tienen. Es una terrible verdad que en la religión, más que en ninguna otra cosa, la familiaridad engendra desprecio.

Para algunos de los pertenecientes al pueblo de Dios hay consuelo en esta parte de la experiencia de nuestro Señor. También para los ministros fieles del Evangelio que son rechazados por la incredulidad de su congregación o de sus oyentes habituales. También para los verdaderos cristianos que están solos en sus familias y ven que todo lo que les rodea se aferra al mundo. Recordemos que están bebiendo la misma copa que su amado Maestro. Deben recordar que Él también fue despreciado principalmente por aquellos que le conocían mejor. Deben aprender que la conducta más coherente no hará que otros adopten sus ideas y opiniones más que el pueblo de Nazaret. Que sepan que las palabras más tristes de nuestro Señor generalmente se cumplirán en la experiencia de sus siervos: “No hay profeta sin honra sino en su propia tierra, y entre sus parientes, y en su casa”.

Vemos, en segundo lugar, lo humilde que era la clase de vida que nuestro Señor condescendió a llevar antes de comenzar su ministerio público. La gente de Nazaret decía de Él con desprecio: “¿No es este el carpintero?”.

Esta es una expresión singular que se encuentra solo en el Evangelio de S. Marcos. Nos muestra claramente que, durante los treinta primeros años de su vida, nuestro Señor no se avergonzó de trabajar con sus manos. ¡Hay algo maravilloso y sobrecogedor en este pensamiento! Aquel que hizo el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos —Él, sin quien nada se hizo de lo que fue hecho— es el Hijo de Dios mismo, adoptó la forma de un siervo y comió el pan con el sudor de su rostro, como trabajador. Este es verdaderamente el amor que sobrepasa todo entendimiento. Aunque era rico, sin embargo, por nosotros se hizo pobre. Tanto en la vida como en la muerte se humilló para que, por medio de Él, los pecadores pudieran vivir y reinar eternamente.

Recordemos cuando leemos este pasaje que la pobreza no es ningún pecado. Nunca debemos avergonzarnos de la pobreza a menos que nuestros pecados nos la hayan acarreado. Nunca debemos despreciar a otros porque sean pobres. 

Es una deshonra ser ladrón, borracho, avaro o mentiroso; pero no lo es trabajar con nuestras manos o ganar el pan por medio de nuestro trabajo. La idea de la carpintería de Nazaret debe acabar con pensamientos de grandeza de todos lo que convierten las riquezas en un ídolo. No puede ser deshonroso ocupar la misma posición que el Hijo de Dios y Salvador del mundo.

Vemos, por último, lo terrible que es el pecado de la incredulidad. Se utilizan dos expresiones curiosas para enseñar esta lección. Una es que nuestro Señor “no pudo hacer allí ningún milagro” a causa de la dureza del corazón de las personas. La otra es que “estaba asombrado de la incredulidad de ellos”. La primera de ellas muestra que la incredulidad tiene el poder de privar a las personas de las mayores bendiciones. La otra muestra que el pecado es tan suicida e irrazonable que hasta el Hijo de Dios lo observa con sorpresa.

Nunca estamos suficientemente alerta contra la incredulidad. Es el pecado más viejo del mundo: Comenzó en el huerto de Edén, cuando Eva escuchó los consejos del diablo en vez de creer las palabras de Dios de que morirían. Es el pecado que trae peores consecuencias: Trajo la muerte al mundo y mantuvo a Israel durante cuarenta años fuera de Canaán. 

Es el pecado que más abunda en el Infierno: “El que no creyere será condenado”. Es el más necio e incoherente de todos los pecados: Hace que el hombre rechace la más clara evidencia, cierre sus ojos ante el testimonio más claro y, sin embargo, se crea mentiras. Y lo peor de todo es que se trata del pecado más habitual en el mundo: miles de personas son culpables de él en todas partes; profesan ser cristianos; no saben nada de Paine o de Voltaire; pero, en la práctica, son verdaderos incrédulos, no creen la Biblia sin reservas ni reciben a Cristo como su Salvador.

Vigilemos nuestros corazones en cuanto a la incredulidad. El corazón, y no la cabeza, es la sede de su misterioso poder. No es ni la necesidad de evidencia ni las dificultades de la doctrina cristiana lo que hace que las personas sean incrédulas. Es la voluntad de creer. Aman el pecado. Están casados con el mundo. En este estado mental nunca carecen de razones especiosas para afirmar su voluntad. El corazón que cree es humilde como el del niño.

Continuemos vigilando nuestros corazones aun tras haber creído. La raíz de incredulidad nunca es destruida por completo. Solo tenemos que dejar de vigilar y de orar para que aflore una nueva cosecha de incredulidad. Ninguna oración es tan importante para nosotros como la de los discípulos: “Señor, aumenta nuestra fe”.

Podemos además agregar que en este pasaje bíblico vemos al Señor Jesús: 
a. Enseñando (v. 1, 2). No debemos confundir esta visita a Nazaret con la registrada en Lc. 4:16—que tuvo lugar casi un año antes, cerca del comienzo de su ministerio en Galilea, oportunidad en que había ido solo. Regresó a su tierra cuando su fama se había extendido más, y como para darles una segunda oportunidad. Lamentablemente, otra vez el resultado sería negativo, mostrando la verdad de que “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron” (Jn. 1:11). De modo que no volvería más allí.

El Señor pasó de Capernaum a Nazaret en compañía de sus discípulos, que le seguían. Eso es, precisamente, lo que se supone que un discípulo debe hacer: seguir a su maestro.

Los habitantes de Nazaret se admiraban de cómo enseñaba porque Jesús no se había graduado en ninguna de las conocidas escuelas rabínicas. Sin embargo, realizaba la instrucción con una profundidad tal que ellos no llegaban a comprender, y por eso lo rechazaban. Quedaron admirados por el Señor, pero no fueron ganados por su mensaje.

Había cuatro cosas que llamaban la atención de la gente:

(i) La fuente de la sabiduría de Jesús: de dónde procedía.

(ii) El carácter o la naturaleza de su sabiduría tan especial.

(iii) El significado de su poder, manifestado en los milagros que realizaba.

(iv) La majestad de su persona.

Como predicadores, recordemos que nuestro deber es presentar a Jesús de tal manera que los oyentes admiren al Señor por esas mismas cuatro características.

b. Escandalizados (vv. 3, 4) ante el Señor:

(i) El desprecio evidente (v. 3) en la forma en que hablaron del Señor.
* “¿No es éste el carpintero?” 
Esta es la única referencia en la Biblia a la ocupación terrenal de Cristo antes de iniciar su ministerio público. Esto no debió haberles extrañado porque muchas veces Dios ha empleado instrumentos sencillos y humildes para sus propósitos (ver Am. 7:14, 15; 1 Co. 1:27–29).

Cuando el Señor de la gloria se humilló y descendió a este mundo, no escogió un palacio sino un sencillo taller de carpintería. Con esto dignificó el trabajo secular.

En días del Emperador Diocleciano, un obispo cristiano fue llevado ante su presencia. El monarca se dirigió al obispo y burlonamente le preguntó: “¿Qué está haciendo ahora vuestro carpintero?” La respuesta fue: “Está ocupado fabricando el ataúd para su majestad y su imperio.” Como podemos imaginar, la respuesta le costó la vida al osado obispo.

* “Hijo de María” era una forma extraña para referirse a Jesús pues normalmente se mencionaba el nombre del padre. 
Algunos creen que lo llamaron así porque José había muerto. En cambio otros aseguran que, tomando en cuenta la actitud que demostraron, era más bien una alusión al carácter ‘ilegítimo’ de su nacimiento, y que era una manera de insultarlo (ver Jn. 8:41).

* “Sus hermanos y hermanas.” Aquí se nombra a cuatro hermanos varones, y se menciona también que tenía hermanas. Ninguno de ellos creía en él (Jn. 7:5). Luego Jacobo llegaría a ser un dirigente de la Iglesia en Jerusalén (Hch. 15:13–21) y Judas escribiría una epístola (Jud. 1). En cuanto a José, Simón y sus hermanas, Lucas los menciona junto a María—sin especificar nombres—unánimes en oración luego de la resurrección y la ascensión (Hch. 1:14).

(ii) La distinción ausente (v. 4): 
El profeta habitualmente tiene una mejor recepción lejos de su casa. Por lo general sus parientes y amigos están demasiado cerca de él como para apreciar el valor de su persona o de su ministerio. Por eso, como bien se ha dicho, “No hay lugar más difícil para servir al Señor que la propia casa”. No obstante, nuestro testimonio debe comenzar en nuestra Jerusalén particular (Hch. 1:8).

A pesar de que los mismos nazarenos eran despreciados por otros, miraron despectivamente al Señor cuando apareció entre ellos.

Sin embargo, al citar estas palabras, el Señor implícitamente estaba reclamando para sí el oficio de profeta, y estaba demostrando que la función principal del profeta era proclamar la verdad y no tanto predecir el futuro.

c. Efecto de la incredulidad de ellos (vv. 5, 6):

(i) La actitud de incredulidad (v. 5) producto de su envidia y escepticismo. 
Tan intensa era la incredulidad de los nazarenos que el Señor no pudo hacer allí mayores obras, salvo sanar a algunos enfermos que acudieron a él en su necesidad. No es que Jesús no tuviera el poder y la capacidad para obrar milagros ya que no había limitación de su parte. Sucedía que ellos restringieron la manifestación de ese poder por su falta de arrepentimiento y, más aún, su falta de fe. Recordemos que Dios obra en respuesta a la fe. La incredulidad tiene el poder de robarnos las bendiciones más elevadas. Esto nos recuerda las palabras del salmista (Sal 78:41, RV 1909): “Y pusieron límite al Santo de Israel”. Hoy en día lo hacemos cada vez que contristamos al Espíritu (Ef. 4:30) o lo apagamos (1 Ts. 5:19).

(ii) El asombro del Señor (v. 6). 
Sólo se registran dos oportunidades en que el Señor se haya asombrado. Una vez por la fe que demostró un centurión romano (Mt. 8:10 y Lc. 7:9), y en esta ocasión ante la falta de fe. ¿Hay algo en nosotros hoy que le cause asombro?

Luego de este rechazo, no hay datos de que Jesús haya regresado a Nazaret. Sin embargo, hubo otros lugares donde recibieron al Señor con gusto y apreciaron su ministerio.

BOSQUEJO

  LA DISPOSICION DE RECHAZO (6:1–6)
  a.      Enseñando (1–2)
  b.      Escandalizados (3–4)
    (i)      El desprecio evidente (3)

    * “¿No es éste el carpintero?”
    * “Hijo de María”
    * “Sus hermanos y hermanas”

    (ii)      La distinción ausente (4)
  c.      Efecto (5–6)
    (i)      La actitud de incredulidad (5)
    (ii)      El asombro del Señor (6)
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jueves, 6 de agosto de 2015

No hay cosa creada que no sea manifiesta en Su Presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de Aquel a quien tenemos que dar cuenta

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6



 
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CARACTERÍSTICAS DE LAS PERSONAS QUE HAN PASADO POR UN ABORTO

    ¿Qué es el síndrome post aborto (S. P. A.)?

    El S. P. A. es una condición de estrés traumático que experimentan muchas mujeres después de haberse practicado un aborto. Una mujer así no tiene la capacidad de…

      •      Procesar las emociones provocadas por su aborto
      •      Pasar por el proceso del luto por la pérdida de su bebé
      •      Estar en paz con Dios, consigo misma y con todos los involucrados en su decisión de abortar
      •      Aceptar el valor que Dios le da como persona

“Porque mis iniquidades se han agravado sobre mi cabeza; como carga pesada se han agravado sobre mí”.
(Salmos 38:4)

    Las etapas del síndrome post aborto Hay cuatro etapas que una mujer experimenta después de haberse practicado un aborto.

      •      Alivio

      Un sentido de libertad agradable porque ha pasado la difícil toma de decisiones y el problema doloroso ha desaparecido.

      •      Racionalización

      Un ejercicio mental de explicaciones lógicas y justificaciones por haber abortado.
         —“No podría haber sido una buena madre. Es mejor que el bebé no haya nacido”.
         —“Quizás me sentí mal en ese momento, pero ahora ya estoy bien”.
         —“Es un procedimiento médico legal; por lo tanto, no es tan malo”.

      •      Represión

      Es la etapa en la que se bloquean los detalles, los recuerdos dolorosos y las emociones que rodearon el aborto. La madre puede reprimir tanto el proceso del dolor que incluso puede “olvidar” que se practicó un aborto.

      •      Resentimiento

      Cuando esconde o reprime su ira contra sí misma y todos los involucrados en el aborto puede caer en depresión y amargura. Si no resuelve la ira, su relación con Dios y con los demás se verá seriamente afectada.

      PREGUNTA: “¿Qué se puede hacer para sanar las heridas emocionales de la mujer que se ha practicado un aborto?”
      RESPUESTA: Si puede entender lo que ha sucedido emocionalmente desde el aborto, la mujer puede tomar ciertos pasos que le ayuden a sanar.

      “El sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas” (Salmos 147:3).



¿Qué síntomas internos y externos podría experimentar una mujer después de un aborto?

    CONFLICTOS INTERNOS                                                    EVIDENCIA EXTERNA
      •      ira                                                             •      ruptura de relaciones interpersonales
      •      ansiedad                                                  •      trastornos del sueño y digestivos
      •      amargura                                                  •      hostilidad hacia sí misma y los demás
      •      depresión                                                 •      abuso del alcohol o drogas
      •      desconfianza                                            •      problemas sexuales
      •      temor                                                        •      evita el tema del aborto
      •      dolor                                                         •      síndrome de aniversario por el aborto
      •      culpabilidad                                              •      revivir la experiencia del aborto
      •      desesperanza                                          •      incrementa el riesgo de un suicidio
      •      profundo arrepentimiento                         •      no se puede relacionar con los niños
      •      poca motivación                               •      pensamientos tergiversados, preocupación
      •      rechazo                                            •      paranoia
      •      vergüenza                                        •      llanto incontrolable
      •      reprime sus sentimientos                 •      enfermedades sicosomáticas
      •      trauma                                              •      pesadillas y recuerdos del aborto
      •      baja auto estima                               •      retraimiento y aislamiento

Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta”.
(Hebreos 4:13)

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