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miércoles, 15 de junio de 2016

Me compadeceré... Y los salvaré...No los salvaré con arco, ni con espada, ni con batalla, ni con caballos, ni con jinetes... Yo seré para vosotros YO SOY.

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6





Llevemos pastos frescos a la congregación
INFIDELIDAD VERSUS FIDELIDAD
OSEAS 1:1-11
1      Revelación de YHVH que tuvo Oseas ben Beeri, en los días de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá, y en los días de Jeroboam ben Joás, rey de Israel.
2      Cuando YHVH comenzó a hablar por Oseas, dijo YHVH a Oseas: Ve, tómate a una mujer prostituta y engendra hijos de prostitución, porque la tierra se prostituye totalmente, apartándose de YHVH.
3      Fue pues y tomó a Gomer, hija de Diblaim, quien concibió y le dio a luz un hijo.
4      YHVH le dijo: Ponle por nombre Jezreel, porque muy pronto visitaré a la casa de Jehú por la sangre derramada en Jezreel, y haré cesar el reino de la casa de Israel.
5      Y sucederá que en aquel día quebraré el arco de Israel en el valle de Jezreel.
6      De nuevo concibió, y dio a luz una hija. Le dijo: Ponle por nombre Lo-ruhama, porque no seguiré compadeciéndome de la casa de Israel para perdonarlos.
7      Pero me compadeceré de la casa de Judá y los salvaré por YHVH, su Dios. No los salvaré con arco, ni con espada, ni con batalla, ni con caballos, ni con jinetes.
8      Cuando destetó a Lo-ruhama, concibió y dio a luz un hijo.
9      Le dijo: Ponle por nombre Lo-ammi, porque vosotros no sois mi pueblo ni Yo seré para vosotros YO SOY.
10 Con todo, el número de los hijos de Israel será como la arena del mar, que no se puede medir ni contar. Y sucederá que donde se les haya dicho: Vosotros no sois mi pueblo; se les dirá: Hijos del Dios viviente.
11      Y los hijos de Judá y los hijos de Israel serán reunidos en uno, y designarán un único caudillo, y resurgirán de la tierra, porque es el día grande de Jezreel.

Oseas, Josué y Jesús, significa salvación

OSEAS, EL PROFETA
OSEAS 1:1-10

EL HOMBRE LLAMADO OSEAS

El libro mismo de Oseas es nuestra única fuente de información sobre la vida y el ministerio del profeta.

Su nombre, que aparece en la Biblia como Oseas, Josué y Jesús, significa salvación. Fue contemporáneo de los profetas de Judá Isaías y Miqueas (Compárese Oseas 1:1 con Isaías 1:1 y Miqueas 1:1).

En tanto que el ministerio de estos dos últimos profetas estaba dirigido al reino meridional de Judá, la labor de Oseas se centró primordialmente en el reino septentrional de Israel, fundado por Jeroboam, hijo de Nabat.

Oseas ejerció su ministerio durante los reinados de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías de Judá, y en el período de Jeroboam II, hijo de Joas de Israel. Si comparamos las fechas, comprobaremos que Oseas vivió mucho más que Jeroboam II. Sin embargo, no es necesario sostener que su ministerio tuviera lugar desde el primer año del reinado de Uzías hasta el último de Ezequías, lo que significaría un período de aproximadamente un siglo (debemos recordar que el reinado de Jotam traslapa al de Uzías, su padre, que era leproso; su enfermedad hizo que fuera imperativa una corregencia, 2 Reyes 15:5).

Es probable que Oseas profetizara durante un poco más de medio siglo. Algunos sostienen que lo hizo durante setenta u ochenta años.

Vida doméstica
De ninguno de los otros profetas tenemos tanta información sobre su vida en el hogar como de Oseas, porque es en ella donde radica el mensaje de Dios para su pueblo. Tanto la esposa como los hijos de Oseas fueron señales y presagios para Israel, Judá y la nación reunida del futuro.

Si Isaías pudo decir: “He aquí, yo y los hijos que me dio Jehová somos por señales y presagios en Israel, de parte de Jehová de los ejércitos, que mora en el monte de Sion” (Isaías 8:18), Oseas pudo decir lo mismo con igual derecho.

Con mucha frecuencia, por haber pasado por alto este hecho, se ha disipado la fuerza del mensaje de su profecía, considerando simbólicos los eventos relatados. Sin embargo, el mensaje era real porque los hechos señalados tuvieron lugar verdaderamente en la vida del profeta.

Su mensaje

  • Los capítulos 1 al 3 constituyen una sección bien definida del libro, en la que se nos dan a conocer las experiencias domésticas del profeta. 
  • Los mensajes proféticos propiamente dichos los encontramos en los capítulos 4 al 14. Amos había predicado el arrepentimiento para conducir a Israel de vuelta a Dios; pero Oseas proclamaba el amor. Amós había dado a conocer la inalcanzable justicia de Dios; Oseas, el indefectible amor de Dios. 
  • Nuestro profeta presenta al Señor como el Dios del corazón lleno de amor. Alguien dijo muy acertadamente que Oseas fue el primer profeta de la gracia, el primer evangelista de Israel. Del mismo modo que Lucas nos presenta al hijo pródigo, Oseas nos da un retrato de la esposa pródiga. En ninguna otra parte de toda la amplia revelación de Dios encontramos palabras de amor más hermosas que en Oseas 2:14–16; 6:1–4; 11:1–4, 8, 9; 14:4–8.

Su época
Para entender correctamente el mensaje de cada profeta, se debe estudiar en el trasfondo de su momento histórico.

Oseas vivió en un período aparente de prosperidad material.

El reinado de Uzías se caracterizó por una serie de batallas triunfales, un número creciente de proyectos de construcción en el país, la multiplicación de las fortificaciones y el fomento de la agricultura (véase 2 Crónicas 26). Los reyes que lo sucedieron tuvieron también prosperidad, aunque no en la misma magnitud. En cuanto a Jeroboam II, logró recuperar para Israel un dominio territorial mayor que el que había tenido desde el rompimiento del reinado salomónico (2 Reyes 14:25), anexando incluso Damasco, que ya se había perdido desde los días de Salomón (1 Reyes 11:24).

A pesar de la prosperidad que les concedió Dios, el pueblo substituyó la realidad interior con formas exteriores (véase Isaías capítulos 1 y 58). Cometían toda clase de pecados y estaban en una gran decadencia moral y espiritual. Jesurún había engordado y tirado coces (Deuteronomio 32:15).

El profeta Oseas y sus contemporáneos prorrumpieron en expresiones de desaprobación contra ese bajo nivel de espiritualidad del pueblo.

LA INTRODUCCIÓN

Los primeros tres capítulos del libro tienen un carácter introductorio y nos proporcionan un resumen del mensaje completo del profeta. (Por razones de espacio omitimos el texto de la profecía; pero el lector debe tenerlo a mano para aprovechar al máximo el estudio.)

Oseas inicia su profecía situándola en el tiempo. A pesar de ser un profeta de Israel, marcó su mensaje primordialmente con los nombres de los reyes de Judá, porque las promesas de Dios se centraban en el linaje de David.

La primera comunicación que el profeta recibió de Dios fue una orden para que se casara con una mujer que más tarde se convertiría en ramera. Esta orden dada por Dios al profeta ha sido objeto de muchos debates y desacuerdos. Se sostiene que si esto fuera literalmente cierto, Dios le estaba imponiendo a Oseas la realización de un acto indigno, por no decir pecaminoso. Este modo de razonar es difícil de entender, ya que el profeta no podía contaminarse personalmente tan sólo por casarse con una mujer que más tarde resultó ser una ramera, o más bien una adúltera, puesto que sus delitos los cometió después de haberse casado.

Sólo es posible comprender plenamente el significado del mensaje del profeta cuando se considera la transición en su carácter literal como que señala la relación entre Dios e Israel.

En otras palabras, Dios escogió a Israel y estableció una relación muy bendecida entre ellos y El, semejante a los lazos matrimoniales; y estando en esa condición, el pueblo se prostituyó. Su pecado consiste en alejarse de Dios.

Del mismo modo que la prostitución y el adulterio, pecados profundamente viles y aborrecibles, son el resultado de la infidelidad, así también la prostitución espiritual (una situación en la que lo físico se transfiere a los dominios de lo espiritual, como lo vemos en repetidas ocasiones en las Escrituras) es el resultado del alejamiento espiritual de Dios.

Dios había establecido un pacto eterno con Abraham y deseaba permanecer ligado a su pueblo. Pero, en correspondencia justa, esperaba que el pueblo tuviera también presente sus lazos con El. No obstante, los israelitas no lo hicieron así y Dios ilustra la infidelidad de Israel mediante la vida doméstica del profeta (véase Salmo 73:27. Cualquier buena concordancia le mostrará al lector cuantas veces se transfiere al ámbito espiritual la figura natural de la prostitución. Será muy instructivo ver cuántas veces usaron esta analogía los mensajeros de Dios).

¿Será necesario que digamos cuánto hería al profeta la conducta vergonzosa de su esposa? ¿Cuánto mayor era el dolor que la conducta de Israel le causó a Dios? A los hijos de Gomer se los llama “hijos de fornicación” no porque no fuesen hijos de Oseas, ya que los que recibieron esta designación aún no habían nacido.

En otras palabras, el matrimonio del profeta fue normal en cuanto a la procreación de hijos, los cuales reciben este calificativo (“hijos de fornicación”) porque su madre fue una esposa infiel. La madre representa a Israel en forma colectiva, en tanto que los hijos representan a la nación individualmente, aunque las relaciones en el hogar de Oseas fueron literales e históricas.

Los hijos como señales
El primer hijo de la unión del profeta con Gomer, hija de Diblaim, fue varón. Dios ordenó que se le diera el nombre de Jezreel, porque al poco tiempo Dios iba a vengar la sangre de Jezreel sobre la casa de Jehú e iba a poner fin al reinado de la casa de Israel. ¿Qué quería decir Dios por medio de ese nombre? La larga y triste historia de Jezreel comienza en los días del vacilante y débil Acab y su malvada e intrigante esposa Jezabel (1 Reyes 21). Nabot el jezreelita, propietario de una viña cercana al palacio de Acab, fue asesinado gracias a un plan infame urdido por Jezabel para despojarlo de la herencia de su padre. Por esta atrocidad, Dios pronunció sentencia en contra de Acab, Jezabel y sus descendientes, habiendo de cumplirse esa sentencia en Jezreel, en el lugar donde Nabot fue asesinado. La sentencia se cumplió primeramente contra Acab, en la batalla de Ramot de Galaad (1 Reyes 22). Después el juicio cayó sobre Jezabel y Joram por medio de Jehú, hijo de Josafat, hijo de Nimsi (2 Reyes 9).

Jehú fue el instrumento que usó Dios para ejecutar su juicio contra la casa de Acab. Pero Jehú llegó al trono mediante crímenes alevosos y sangrientos (2 Reyes 9:14 y ss.). Es cierto que su proceder fue elogiado (2 Reyes 10:30), ya que era loable por sí mismo; pero los acontecimientos posteriores demuestran que las causas que motivaron la vida de Jehú fueron el orgullo y la ambición.

El pronunciamiento del profeta Oseas había encontrado allí su objetivo, porque Jeroboam II, que reinaba entonces, era de la casa de Jehú. Dios no sólo iba a castigar a esa casa porque se había metido en la idolatría, sino a todo Israel, destruyendo su reino, porque se habían alejado completamente de El.

Una distinción con una diferencia
Aquí debemos desviarnos del tema por un momento, puesto que se está enunciando un gran principio del gobierno divino. Está claro que aun cuando Jehú fue el instrumento utilizado por Dios para castigar a Acab y su dinastía; sin embargo, Dios se lo demandó porque su propio corazón no era recto y porque tenía ambiciones personales contrarias a la voluntad del Señor.

¿No podríamos sacar de esto una buena lección respecto a Israel y las otras naciones de la tierra?

A pesar de que Dios profetizó la esclavitud en Egipto, lo que en cierto sentido fue un castigo sobre la simiente de Jacob por haber dejado la tierra de bendición, Dios juzgó a los egipcios por haber oprimido a su pueblo.

El profeta Habacuc dejó en claro que Israel estaba maduro para el juicio a causa de la maldad existente en todas partes, y Dios predijo que los babilonios serían los instrumentos del castigo.

No obstante, el mismo profeta revela que la ira de Dios estaba sobre los enemigos de Israel porque no estaban llevando a cabo la voluntad de Dios en sus actos, sino que los dirigía la maldad de su propio corazón.

Ningún hombre puede oprimir al pueblo de Dios con fines egoístas y esperar una recompensa de Dios, por el hecho de pretender ser instrumentos en las manos del Señor. Dios exige verdad en lo interior del hombre, y lo desea tanto en el corazón de Israel como en el de los demás.

Alguien dijo muy acertadamente: “Es algo muy tremendo ser instrumentos de Dios para castigar o reprobar a otros, si no mantenemos, mediante su gracia, nuestras manos y nuestro corazón limpios de pecado.”

Hasta el momento, ninguna nación ni individuo alguno ha logrado realizar esto, por lo que el camino más fácil y seguro de seguir, el que cuenta con la aprobación de la sabiduría, es el de no descargar una mano dura sobre Israel bajo ninguna condición ni circunstancia.

El cumplimiento
Aun cuando en ese entonces el reino del Norte prosperaba y todo parecía ir bien, Oseas les advierte anticipadamente el fin de la dinastía de Jehú y la destrucción del reino, junto con su poder militar en el valle de Jezreel (versículo 5). Esos hechos tuvieron lugar, si bien con una separación de al menos cuarenta años, tal y como se había predicho (véase 2 Reyes 15:8–12 y el capítulo 8).

El valle de Jezreel es la gran llanura de Esdraelón, en Palestina central. Oseas vivió lo suficiente para ver el cumplimiento de esta profecía en la victoria de Salmanasar en Bet-arbel (Oseas 10:14). Fue la última advertencia pavorosa que hizo Dios antes de la caída de Samaria.


NO COMPADECIDA

El segundo descendiente de Oseas y Gomer fue una hija a la que le pusieron el nombre de Lo-ruhama, “no compadecida”. En el original, la palabra expresa un profundo amor y una gran ternura.

Había llegado la hora del castigo de Israel, el reino del norte, y nada lo podía evitar. Estaba maduro para el juicio, el cual se aproximaba con rapidez. Pero al mismo tiempo Dios promete que su ira no alcanzaría a Judá entonces. Para ellos tenía todavía una reserva de misericordia, una liberación que no sería lograda por esfuerzo humano, sino únicamente por el poder de Dios.

La derrota de Senaquerib ante Jerusalén durante la última parte del siglo ocho a.C., cuando el ángel de Jehová mató a 185.000 hombres en una noche (véase 2 Reyes 19 e Isaías 37), fue un glorioso cumplimiento de esta predicción; pero las profecías de todos los profetas resplandecen con promesas acerca de la completa liberación (física) y salvación (espiritual) futuras de Israel.

No pueblo mío
Cuando se destetó a Lo-ruhama (y en el Oriente esto ocurre dos o tres años después del nacimiento), la esposa del profeta concibió y le dio a luz un segundo hijo, varón, Lo-ammi. De este modo, Dios le estaba diciendo a Israel que ellos ya no eran su pueblo y que El ya no era su Dios. ¿Cómo puede ser cierto esto? ¿Había derogado Dios su pacto incondicional con Abraham? ¿Acaso Pablo no se refiere todavía a Israel como “su pueblo” (de Dios) en Romanos 11:1?

La dificultad desaparece si nos damos cuenta de que el pacto abrahámico permanece firme, haga lo que haga Israel. Es un pacto incondicional bajo todos los conceptos. Esto hace que la simiente de Abraham sea siempre el pueblo escogido de Dios; pero ellos deben permanecer en obediencia y seguir la voluntad de Dios antes de que puedan experimentar la realización del pacto mismo en su vida.

Cuando se apartan del camino del Señor y en consecuencia Dios los castiga, parecen ser prácticamente como “no pueblo mío”, Lo-ammi. Un día, cuando vuelvan a Dios por mediación de Cristo, serán lo que siempre han sido en los planes de Dios.

Este mismo principio opera en la actualidad en los cristianos, ya sean de Israel o de los gentiles.

Por la fe en Cristo y en su obra consumada en el Calvario, cualquier alma, judía o gentil, nace nuevamente del Espíritu de Dios a vida eterna. Sin embargo, puede ser que ese hijo de Dios no esté lo suficientemente separado del mundo y parezca no conocer nada el cuidado paternal de Dios, y no disfrute nada de las bendiciones de la intimidad con el corazón de Dios.

Por esta razón, Pablo exhorta a los cristianos de Corinto a que se separen del mundo, para que Dios pueda ser su Padre y ellos, sus hijos e hijas (2 Corintios 6:14–18). ¿Es que acaso no lo eran ya por el hecho de ser creyentes? Sí, pero Pablo quería que comprendieran en la experiencia diaria qué eran en su verdadera posición delante de Dios.

La situación es similar en lo que se refiere a Israel y recalcamos esta gran verdad, puesto que hay tanto error respecto a esta característica vital de la relación de Dios con Israel. En pocas palabras, Israel, por haber estimado muy livianamente el privilegio que tiene con relación a Dios (una verdadera Gomer), no disfrutará de la bendición ni de la realidad de ella.

Las bendiciones y promesas patriarcales nunca son abrogadas, porque Israel, como nación, son “amados por causa de los padres”, aun cuando son enemigos del evangelio por causa de los gentiles (Romanos 11:28, 29).

Promesa de bendición
Del mismo modo que ningún otro profeta pronuncia juicio solo contra Israel, sin una promesa de bendición futura, así también Oseas, luego de sus oscuras predicciones, pronuncia palabras de gran consuelo. En la porción comprendida entre 1:10 y 2:1 el profeta promete cinco grandes bendiciones a Israel:

  1. incremento nacional (Oseas 1:10a); 
  2. conversión nacional (Oseas 1:10b); 
  3. reunión nacional (Oseas 1:11a); 
  4. liderazgo nacional (Oseas 1:11b) y 
  5. restauración nacional (Oseas 2:1). 
Si se tiene en cuenta la espantosa diezma de Israel en Europa, realizada por los criminales nazis, la promesa de crecimiento demográfico es una esperanza brillante.

¿No nos recuerdan estas palabras una de las mismísimas promesas hechas a Abraham, de que tendría una numerosa progenie? No sólo eso, sino que entonces vivirían de acuerdo a su herencia, por la gracia divina, como hijos del Dios vivo. Véanse Romanos 9:25 y 1 Pedro 2:10, donde la expresión se aplica tanto a gentiles redimidos como a judíos, pues unos y otros están en igual condición ante la gracia de Dios.

La unificación de la nación dividida manifestará la restauración del favor de Dios para con su pueblo (véase Ezequiel 37:15–23). El único gobernante que tendrán será su glorioso Mesías Rey, el mayor de los hijos de David, en quien confiarán (Oseas 3:5; Jeremías 23:1–5; Ezequiel 34:23; 37:15–28).

Su subida de la tierra se ha interpretado como su ida a la batalla de Esdraelón, la cual será decisivamente victoriosa para ellos; pero tal vez sea mejor ver en la predicción la subida de las gentes desde todas las partes de la tierra para celebrar sus fiestas solemnes (de entre las muchas referencias a este respecto, véanse Isaías 2:1–4 y Zacarías 14).

“El día de Jezreel será grande” pues en aquel día Dios, en Cristo, derrotará al enemigo de una vez para siempre, cuando el Mesías de Israel afirme sus pies sobre el monte de los Olivos para abogar personalmente por la causa de Israel. Entonces serán ellos Ammi (pueblo mío) y Ruhama (compadecida). De este modo vuelven a aparecer los tres nombres; pero ahora son portadores de bendiciones.

Las malas consecuencias de la desobediencia
En los versículos 2 al 13 del capítulo 2 encontramos la declaración de Dios respecto al juicio que iba a caer sobre Israel a causa de sus muchos pecados. Dios repudia a Israel: éste es el valle de Acor. En la última parte del capítulo (versículos 14–23) se expresan las bendiciones de la obediencia y la restauración. Dios vuelve a llamar así a Israel: ésta es la puerta abierta a la esperanza (véase Oseas 2:15 que es la clave de todo el capítulo).

Los aludidos en el versículo 2 no son los hijos del profeta, sino Israel. Se considera a la nación de Israel como la madre, mientras que los hijos son los ciudadanos individuales. El propósito de esta distinción es hacer recaer sobre la madre el reproche que se merece por sus actos pecaminosos y hacerla desistir de su continua infidelidad.

En todo este pasaje y por medio de las figuras empleadas, se puede apreciar más claramente la enormidad del abandono espiritual de Israel al Señor y lo aborrecible que eso era.

La desvergüenza de su infidelidad se describe con las palabras: “sus fornicaciones de su rostro”. Dios nunca disculpa el pecado. Este es un rasgo distintivo de la Biblia que la diferencia de cualquier otro libro, antiguo o moderno. Nunca excusa el pecado, sea quien sea que esté involucrado. Por lo tanto, Israel debe sufrir el amargo castigo y adversidad por sus adulterios y fornicaciones espirituales.

La advertencia indica que se verá privada de toda subsistencia y posesiones terrenales. Todo esto se da a conocer bajo la figura de la desnudez (véase Ezequiel 16:4), la desolación, el estrago y la muerte de sed. Tenemos aquí una insinuación de la cautividad futura del reino del Norte en Asiria; pero sin establecerse todavía de modo específico.

La vergüenza de la infidelidad
Como ramera desvergonzada, Israel declara su intención de seguir a sus “amantes” (los ídolos de su adoración pagana) para conseguir pan, agua (necesidades de alimentos), lana, lino (necesidades de vestido), aceite y bebidas (lujos).

Consideraban que la prosperidad que disfrutaban en esa época, una manifestación generosa del amor de Dios, era un beneficio proveniente de los dioses falsos que estaban adorando.

El profeta exclama a gran voz, en el nombre de Dios. “Y ella no reconoció que yo le daba el trigo, el vino y el aceite, y que le multipliqué la plata y el oro que ofrecían a Baal” (versículo 8). Nótese el énfasis en el posesivo “mi” en el versículo 5.

Israel tomó esas abundancias como que le pertenecían legítimamente. Pero en el versículo 9 se les muestra cómo en realidad eran de Dios, porque El las reclama con un reiterado “mi”. Este caso lo podemos comparar con el que aparece en Jeremías 44:15–23, donde Israel nuevamente atribuye los beneficios de Dios a la adoración de los ídolos falsos.

Ninguna expresión podría dar a conocer más acertadamente lo insensato de la adoración de los ídolos. Esta práctica entenebrece y obscurece de tal modo la mente, que las beneficencias de Dios se atribuyen a vanidades insensatas y que nada aprovechan (véase Romanos 1).

Retribución de parte de Dios
A raíz de este cáncer purulento en la vida espiritual de Israel, Dios le pondrá límites por todos lados, para separarla de sus amantes. Irá incesantemente tras ellos; pero no los encontrará. Su desilusión será tan grande que anhelará volver a su verdadero y “primer esposo”. Se verá privada de trigo, vino nuevo, lana y lino, y le tocará en suerte una depresión de gran magnitud.

Para vergüenza de ella, Dios la desnudará ante sus amantes. Además, le quitará toda ocasión de gozo o alegría: sus banquetes, sus lunas nuevas, sus días de reposo y sus asambleas solemnes.

En esas ocasiones su asociación con la idolatría encontraba su máxima expresión, en vez de ser tiempos para honrar a Dios.

Por esta profanación de las cosas de Dios, El devastará sus tierras, convirtiéndolas en matorrales y multiplicará en contra de ellos las bestias del campo. Los “días de los baales” en los que Israel se olvidó de Dios, le serían tomados en cuenta para su retribución.

De este modo, el profeta bosqueja con un lenguaje vívido e inequívoco la maldición y la adversidad de la desobediencia de Israel; su triste salario sería desnudez, devastación, hambre, sed, vergüenza, tristeza, soledad y aflicción.

Las bendiciones de la obediencia
Oseas no concluirá esta profecía hasta que no haya proclamado las futuras bendiciones y la gloria reservadas para Israel cuando viva en obediencia a la voluntad de Dios revelada. En aquel día Dios traerá a Israel al desierto, es decir, le hablará a solas a su corazón. De este encuentro cara a cara con el Señor, el valle de Acor de Israel, valle de la tribulación, se tornará en puerta de esperanza.

La mención del valle de Acor es otro de los frecuentes usos de acontecimientos pasados en la historia de Israel. Nos recuerda la entrada de Israel a la tierra de Canaán en los días de Josué.

Por medio de la fe, el Señor les había dado una victoria gloriosa sobre Jericó; pero Acán había tomado del botín maldito de la ciudad, que había sido prohibido estrictamente por Dios. La consecuencia de ese pecado fue la derrota de Israel en Hai. Sólo después que Acán y su casa quedaron al descubierto y fueron apedreados, el Señor les dio éxito en su campaña contra Hai.

De este modo, el pecado de Acán se convirtió en bendición, al abrirse el paso al territorio mediante la derrota de Hai. Véase Josué 7:24–26 y también Isaías 65:10, donde el valle de Acor llega a ser un lugar de pastoreo para el ganado. Del mismo modo, cuando Israel haya reconocido su pecado y se haya liberado de él en verdad, habrá restauración. Por eso el valle de Acor será transformado en una puerta de esperanza.

El Señor restaurará y añadirá a los años que devoraron las orugas. Aun los mismos nombres de los baales (ídolos de Baal) serán quitados de Israel.

A Dios lo llamarán Ishi (esposo mío) y no Baali (mi señor o mi amo). La primera palabra sugiere afecto, mientras que la segunda manifiesta autoridad. Sin embargo, todavía hay más: la palabra Baal debe desaparecer por causa de su connotación maligna y los actos pecaminosos realizados en los cultos a Baal.

Misericordia abundante
El día que Israel regrese al Señor, tendrá bajo su dominio toda la creación. Las bestias del campo, las aves de los cielos y los reptiles de la tierra serán refrenados por Dios, para que Israel pueda habitar seguro. Ya no existirán el arco, la espada ni las batallas. Tal como lo profetizara Miqueas, cada hombre se sentará debajo de su propia vid y debajo de su higuera, y nadie los intimidará (Miqueas 4:4).

Sin embargo, lo mejor de todo será la nueva relación en que se hará entrar a Israel. Habrá una renovación de los votos matrimoniales.

Tres veces le dice Dios a Israel que lo desposará consigo:

  1. para siempre, 
  2. en justicia, juicio, benignidad y misericordia y 
  3. en fidelidad. 
(Todo israelita ortodoxo recita los versículos 19 y 20 del capítulo 2, mientras se coloca la filacteria en el dedo medio de la mano izquierda.)

La palabra usada para “desposar” (’aras, o sea, cortejar a una doncella) dice mucho acerca de la gracia de Dios que borra el pecado. Ya no se mira a Israel como una ramera o adúltera, sino como una virgen sin mancilla. Se lo considera como si nunca hubiese pecado. Compárase esto con 2 Corintios 11:2 respecto a la iglesia a pesar de todas sus faltas. En cuanto a Israel, véase también la notable declaración de Números 23:21 y la designación benévola de Deuteronomio 32:15 (Jesurún es un diminutivo que significa “el pequeño justo”).

Entonces la tierra producirá su fruto y la nación prosperará una vez más. Esta promesa se nos da en los versículos 21 y 22 como una personificación, como si los cielos le pidieran al Señor que les permita hacer caer lluvias refrescantes sobre la tierra para que produzca trigo, vino nuevo y aceite.

La respuesta de Dios será afirmativa e Israel será sembrado por el Señor: Jezreel (véase Miqueas 5:7 e Isaías 37:31). Finalmente, la promesa es que Lo-ruhama será Ruhama y Loammi será Ammi. De este modo se completa un ciclo.

No solamente se conjurará toda maldición, sino que será convertida en bendición. En nuestro resumen de las bendiciones sobre Israel vemos:

  1. consolación — versículo 14; 
  2. fecundidad de la tierra — versículos 15, 21 y 22; 
  3. eliminación de la idolatría — versículo 17 (Zacarías 13:2); 
  4. restauración de la gloria de la naturaleza — versículo 18 (Isaías 35); 
  5. seguridad en la tierra — versículo 18; 
  6. misericordia del Señor en su favor restaurado — versículo 23 y 
  7. conversión nacional — versículos 19, 20 y 23. 
¡Ciertamente el valle de Acor será la puerta de la esperanza!
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jueves, 9 de junio de 2016

Me maravillo de que tan pronto hayáis abandonado al que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente; que en realidad no es otro evangelio, sólo que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




Condición: En abuso espiritual - Encadenado


¡¡¡Atención Consejeros!!!
El abuso espiritual no es nuevo

El abuso espiritual no es nuevo.
Pero estamos convencidos de que muy posiblemente los que formamos parte de la comunidad de fe hemos vivido tan cerca de este fenómeno que sentimos sus síntomas sin saber exactamente qué está mal. Al principio luchamos con el término antes de que nos diéramos cuenta, al examinar las Escrituras detenidamente, de que Jesús mismo tuvo un choque frontal con el problema.

Hace algunos años, una consejera cristiana supo que se esta  empezando a usar la frase «abuso espiritual» para describir cierta categoría de temas de consejería. Había hablado por teléfono para describir una de las historias más tristes que se ha escuchado. «Ahora bien, ¿creen que mi cliente… —me siento extraña incluso diciendo esto—fue víctima de abuso espiritual? ¿Creen que exista algo así?».

Antes de que hubiéramos definido el abuso espiritual, solo podíamos identificar los síntomas; no sabíamos qué términos usar. E incluso después de empezar a utilizar la frase «abuso espiritual», nos preguntábamos lo mismo que nuestra amiga consejera manifestó en voz alta: ¿Existe el abuso espiritual? ¿Estamos haciendo un alboroto por nada?

Demasiadas experiencias desde entonces nos han enseñado que el abuso espiritual sí existe, que tiene grandes alcances y que puede ser tan lacerante como otras formas de abuso. Si eres consejero, quizá te moleste esto, pero no vamos a minimizar el abuso sexual, físico o emocional, que ciertamente deja a las personas con heridas graves.

El abuso espiritual pone a la gente en contra de su mejor Amigo.
Provoca que algunas personas cuestionen, duden e incluso huyan en dirección contraria a su Fuente: ven a su Abogado más fuerte como a su mayor acusador, y a su Aliado como a su enemigo. Para algunas personas, el abuso espiritual puede tener consecuencias eternas.

¿En qué autoridad basamos nuestra afirmación de que el abuso espiritual realmente sí existe? Conforme reexaminábamos la Biblia, repentinamente vimos un ejemplo ilustrativo de dos sistemas espirituales opuestos:

  1. el que está bajo el reino de Dios, con la intención de traer vida y libertad a las personas;
  2. el otro, un falso sistema espiritual que está bajo el gobierno de los hombres, intentando inducir a las personas a que se desempeñen de maneras religiosas o «seudoespirituales», inconsciente del hecho de que esto desgasta la vida y roba poder.

Un retrato bíblico El abuso espiritual, como dinámica religiosa, no es nuevo. Hay muchos ejemplos registrados en la Biblia en los que las personas fueron víctimas de abuso de parte de quienes estaban en una posición de autoridad religiosa. Veamos unos cuantos.

En el Antiguo Testamento
En Jeremías 5:26, el profeta proporciona una lista de los cargos de Dios contra la casa de Israel. Comenzando en el versículo 26 dice:
«Sin duda en mi pueblo hay malvados […] que ponen trampas para atrapar a la gente». Aquí está el lamento de Dios por la situación: «Algo espantoso y terrible ha ocurrido en este país. Los profetas profieren mentiras, los sacerdotes gobiernan a su antojo» (vv. 30-31).

Observa que el abuso está sucediendo desde un lugar de autoridad religiosa.
El abuso espiritual solo puede venir de un lugar donde haya poder o se perciba poder. En otras palabras, es posible ser víctimas del abuso de alguien que no tenga una verdadera autoridad espiritual (después discutiremos las señales de esto). La persona que abusa es alguien que tiene poder y autoridad, alguien con la suficiente influencia para que sus palabras y acciones puedan herir.

En Jeremías 6, empezamos a ver la primera de varias formas que el abuso espiritual puede tomar: la negligencia espiritual. Leemos:

  • Desde el más pequeño hasta el más grande, todos codician ganancias injustas; 
  • desde el profeta hasta el sacerdote, todos practican el engaño. 
  • Curan por encima la herida de mi pueblo, y les desean: «¡Paz, paz!», cuando en realidad no hay paz (vv. 13-14).

¡Qué triste! Los líderes religiosos están tan centrados en sí mismos que no tienen tiempo ni energía para ministrar las necesidades reales de las personas. Al pueblo de Dios le queda conformarse con las sobras religiosas.

En la actualidad, podríamos hacer un paralelo del dilema de Jeremías al examinar nuestro entorno espiritual en el cual a los hijos de Dios con demasiada frecuencia se les aconseja que ignoren sus verdaderas necesidades, y se les ofrecen placebos con forma de respuestas fáciles, sermones «esfuérzate mucho» y las fórmulas «hazte rico» de última moda.

Como en todos los sistemas de relaciones enfermizas, en un sistema espiritualmente abusivo lo más importante es qué apariencia tienen las cosas. Así que, en las relaciones, el feo y contaminado proceso de satisfacer las necesidades reales de las personas se sacrifica por una paz que tiene mejor apariencia pero es falsa. En muchas ocasiones, «Solo necesitas contarle tu problema al Señor», en realidad significa: «Pero no me lo cuentes a mí», o «Deja de decirlo en voz alta».

En el Nuevo Testamento
Los Evangelios presentan varias ilustraciones de las formas en que las personas son heridas por sistemas espiritualmente abusivos de otra manera: el ataque legalista. Se necesita solo una lectura superficial del Nuevo Testamento para ver que Jesús no estaba en contra de los «pecadores»—prostitutas, leprosos y endemoniados—sino del sistema religioso de ese tiempo.

En Mateo 23:4 , refiriéndose a los líderes religiosos, Jesús dice: «Atan cargas pesadas y las ponen sobre la espalda de los demás, pero ellos mismos no están dispuestos a mover ni un dedo para levantarlas» (v. 4).

Decenas de personas han venido a consejería después de haber sido desgastadas en sistemas religiosos donde no se hizo que las cargas de la vida fueran más fáciles de llevar, sino que les fueron atadas incontables expectativas de desempeño religioso.

Como los pobres burros en el tiempo de Jesús, a los que cargaban con tantos bultos que difícilmente podían verse debajo de su pesada carga, el cristiano necesitado se pierde fácilmente en el equipaje religioso del sistema abusivo.

Mateo 9:36 describe las multitudes a las que Jesús hablaba como «agobiadas» y «desamparadas». Ambas palabras se emplean con un sentido griego que significa que estaban siendo sujetas a un proceso en el cual cierta fuerza externa las estaba agobiando y estaba ocasionando que se sintieran desamparadas. Esa fuerza era el peso de las expectativas religiosas bajo las cuales se afanaban con el fin de permanecer en el lado bueno de Dios, de acuerdo con las enseñanzas de los legalistas de sus días. El resultado de afanarse bajo tal sistema legalista fue que las personas se cansaban y se sentían desamparadas. En otras palabras, esforzarse mucho solo hizo que las cosas empeoraran.

Había que cambiar algo en el sistema religioso para llevar a las multitudes al reposo en Dios prometido. En realidad, Dios mismo trajo el cambio bajo la forma de un Salvador, su propio Hijo, Jesús.

Es posible que Mateo 11 contenga una de las mejores descripciones de la «descripción del trabajo de Jesús» en la tierra. Si quieres ver su postura hacia los cansados, heridos y atribulados, aquí la tienes.

«Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma. Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana» (Mateo 11:28-30).

Si las relaciones espirituales que tienes en el nombre de Jesús no te dan descanso, sino que más bien hacen que estés más cansado conforme el tiempo pasa, no están cumpliendo el propósito de Jesús de manera exacta. Jesús vino a quitar de la espalda de la gente cansada la carga pesada de empeñarse en ganarse la aprobación de Dios.

Dos partes particulares de la invitación de Jesús también nos proporcionan una profunda comprensión de la terrible naturaleza del abuso espiritual.

  • La palabra «agobiado» se refiere al proceso en el cual una fuerza externa ha colocado una carga pesada en las personas. 
  • La palabra «cansado» se refiere a aquellos que se están agotando hasta el punto de quedar exhaustos. 
Es importante ver que, una vez más, a pesar de sus esfuerzos incesantes, el cansancio solo crece. Empeñarse hace que las cosas empeoren. La verdad es que este tipo de falsa espiritualidad ofrece un dios que no quita cargas, y pone en las personas cargas que son peores. Es una descripción del proceso del abuso espiritual.

¿Quiénes son los perpetradores en la actualidad?
Las historias de cientos de cristianos confirman que el abuso espiritual está tan vivo en la actualidad como siempre lo estuvo. Los medios por los cuales sucede ahora son los mismos de siempre:

  1. Primero, está la negligencia de las necesidades verdaderas a favor de las «necesidades» de la autoridad; 
  2. luego el legalismo reemplaza al descanso en Dios con demandas de desempeño espiritual. El abuso lo perpetran las personas que están en puestos de poder.


Dejemos las cosas en claro otra vez:
No todos los líderes cristianos fuertes son abusivos, ni tampoco los sistemas espirituales. Es posible también que líderes y sistemas espirituales sanos en ocasiones puedan, involuntariamente, tratar a las personas de maneras hirientes.

No existe una familia ni una iglesia perfecta donde la gente nunca es lastimada. Pero la diferencia entre un sistema abusivo y uno que no es abusivo es que mientras los comportamientos que lastiman podrían suceder en ambos, en el sistema abusivo no se permite hablar de problemas, sufrimientos ni abusos. En virtud de esto, no hay curación ni restauración después de que ocurrió la herida, y a la víctima se le hace sentir culpable por cuestionar o señalar el problema.

Los profetas del Antiguo Testamento, Jesús, Juan el Bautista, Pablo y otros en el Nuevo Testamento recurrieron a ciertas palabras y frases clave para confrontar el abuso espiritual y a las personas que abusan.

Una comprensión de a qué se referían en el contexto original será muy útil en nuestra lucha actual para comprender el abuso espiritual y cómo recobrarse de sus estragos.


  • «Camada de víboras». Es claro que Jesús tomaba el abuso espiritual con mucha seriedad. Esto puede verse en las palabras que utilizó para caracterizar a las personas que abusan, las cuales a los oídos educados suenan ofensivas. A los líderes de su tiempo los llamó «camada de víboras». En Mateo 12 dijo: «Camada de víboras, ¿cómo pueden ustedes que son malos decir algo bueno?» (v. 34). Fue aun más agresivo en una confrontación posterior: «¡Serpientes! ¡Camada de víboras! ¿Cómo escaparán ustedes de la condenación del infierno?» (Mateo 23:33). Mateo 3:7 nos muestra que «camada de víboras» son las primeras palabras que Juan el Bautista decía a los líderes religiosos que llegaban a que los bautizaran. Estas fueron palabras increíblemente fuertes. Hechos 28 nos da algunas indicaciones de la razón por la que se utilizó una frase tan áspera. Cuando Pablo iba camino a ser procesado en Roma, el barco de los apóstoles naufragó en la isla de Malta. Estaban mojados y tenían frío, así que encendieron una fogata. Entonces dice: Sucedió que Pablo recogió un montón de leña y la estaba echando al fuego, cuando una víbora que huía del calor se le prendió en la mano. Al ver la serpiente colgada de la mano de Pablo, los isleños se pusieron a comentar entre sí: «Sin duda este hombre es un asesino» (Hechos 3-4). Las víboras eran serpientes pequeñas que tenían un gran parecido con los palos, y por eso era difícil notarlas. En ocasiones, mientras se recogía leña, la gente recogía una víbora, pensando que era un palo. Las confundían con palos porque en lugar de parecer peligrosas en realidad parecían útiles. A Pablo lo mordió en la mano una víbora que él pensó que era un palo. Eran víboras muy venenosas. La mordida de una víbora por lo general producía una muerte en extremo dolorosa. Por esta razón los nativos pensaron que Pablo era un asesino. Solo un asesino se habría merecido la agonía que Pablo estaba a punto de sufrir. Peor todavía, las víboras no solo mordían a sus víctimas; se trababan y no se soltaban. Lo que es más, se multiplicaban rápidamente y se congregaban en grandes cantidades. Podías encontrar «camadas» en los lugares más frescos del desierto, tales como cuevas y bajo los árboles. Un viajero en el desierto que estuviera buscando un refugio seguro buscaba los lugares más frescos para acampar. Lamentablemente, el lugar que parecía ofrecer frescura y descanso, en ocasiones ofrecía una muerte lenta a las víctimas que habían pasado por alto la presencia de una camada de víboras. El lugar que se creía más seguro muchas veces resultaba ser el menos seguro. Traducida a una metáfora contemporánea, la descripción vívida que Jesús detalló se vería así: Cuando un hombre o una mujer está pasando por un tiempo árido en la vida, perdido y cansado y en busca de un lugar fresco, seguro, en el cual descansar, necesita buenas noticias, agua viva. Va a la iglesia, al lugar que debía ser el más seguro; ¿acaso no dijo el Señor que si íbamos a él, nos daría descanso? En la iglesia, el alma cansada se topa con personas que parecen seguras, que parecen genuinamente interesadas en ayudar. Su relación con Dios es estable; son las más interesadas en lo que Dios quiere. Pero entonces inyectan su veneno de religión basada en el desempeño, y el que anda buscando encuentra que su fuerza, su salud y su vida espiritual están socavadas. Cuando la persona quiere irse, las «víboras» la aprisionan y no la dejan ir. «¿Qué pasó con todo ese entusiasmo?». Pablo pregunta a un grupo de cristianos fatigados que habían caído víctimas de «víboras» espirituales en Galacia (Gálatas 4:15). Si alguna vez has experimentado un sistema religioso basado en el desempeño, sabes la respuesta a esa pregunta. ¿Recuerdas cuando recién te convertiste en cristiano: ese momento gozoso en el que supiste que fuiste perdonado? Tenías la aprobación de Dios, porque eras suyo. Te sentías ligero y libre. ¡Qué alivio! ¿Adónde se fue esa sensación de libertad? Desapareció cuando comenzaste a creer a aquellas personas que te enseñaron a medir la aceptación de Dios por medio de estándares religiosos externos, en lugar de por medio de la cruz. Perdiste tu sensación de bendición, y ahora mientras más te esfuerzas más cansado te sientes.
  • Lobos feroces. «Cuídense de los falsos profetas. Vienen a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos feroces», dice Jesús en Mateo 7:15. La frase «lobos feroces» se utiliza en el mismo pasaje en el que Jesús habla de las puertas ancha y angosta por las cuales la gente entra en busca de una vida interior. La mayoría de los cristianos escuchan sermones sobre este texto que definen «entrar por la puerta ancha» como seguir los caminos del «mundo»: ir a ver películas mundanas, leer revistas sucias y frecuentar bares. A la inversa, «entrar por la puerta angosta» significa ir a la iglesia, leer la Biblia, memorizar las Escrituras, obtener insignias por la perfecta asistencia a la Escuela Dominical, visitar a las personas que viven en casas asilos de ancianos y dar dinero. Las puertas angosta y ancha se reducen a una lista de cosas que se supone que deberíamos o no deberíamos hacer. Sin embargo, el contexto revela un significado diferente. Jesús estaba hablando de profetas falsos que aparentaban representar a Dios, pero hablaban con falsedad. Como los profetas verdaderos, aquellos profetas estaban parados frente a una puerta ancha rotulada «Encuentra Vida Aquí», pero esa era la puerta del desempeño religioso y del esfuerzo propio, y del otro lado no había vida, sino afán y cansancio. Los verdaderos profetas están parados frente a una puerta angosta que dice «Vengan a mí, todos los cansados…». Tú cabes por esa puerta si te deshaces de todo tu equipaje de «obras» y pasas solo. Del otro lado encuentras descanso celestial. Si tratas de pasar a través de tus insignias de perfecta asistencia y de trofeos de cuestionarios bíblicos, o cualquier cosa que proceda de tu justicia propia, no vas a caber. Jesús es la puerta angosta. La religión siempre enseña que puedes acercarte a Dios haciendo algo. Tu buena reputación ante Dios depende de lo que hagas. Cumple con la ley, ejecuta la religión, hazlo bien, ten buena apariencia, empéñate. ¿Es esa la puerta a través de la cual somos llamados a encontrar vida? No. Esas personas que llevan a esa puerta son lobos feroces disfrazados de ovejas. Se ven como ovejas, y parecen ser las más seguras, las más justas, pero llevan a las personas por el camino equivocado. ¡Jesús más cualquier cosa no es Jesús! Y todavía peor. En Mateo 10:6, Jesús envía a los discípulos a las ovejas perdidas de la casa de Israel. ¿Dónde están las ovejas perdidas? ¡Están en la casa! Luego en el versículo 16 les da una advertencia: «Los envío como ovejas en medio de lobos». Toma nota: ¿Dónde están los lobos? ¡Están en la casa! Un apóstol Pablo preocupado, preparándose para salir de Éfeso, dice en Hechos 20: «Sé que después de mi partida entrarán en medio de ustedes lobos feroces que procurarán acabar con el rebaño; Aun de entre ustedes mismos se levantarán algunos» (vv. 29-30). La parte más escalofriante de este panorama son las palabras «disfrazados de ovejas». Yo solía imaginarme esto como una falsa oveja que se entremezcla con el rebaño y ocasionalmente se quita su disfraz para comerse una de las ovejas verdaderas. Lamentablemente, esta interpretación minimiza grandemente el daño que los lobos hacen. Es cierto que la destrucción se hace desde adentro del rebaño, pero la hacen los falsos pastores, no las falsas ovejas. Los verdaderos pastores trasquilaban las ovejas con el fin de tejer ropa de lana. Pero los falsos pastores—lobos—devoran al rebaño con el fin de obtener la ropa de las ovejas. Esto no significa solo perder una oveja de vez en cuando. Estos falsos pastores están llevando rebaños de ovejas completos por el camino de la destrucción. Como leones rugientes que despedazan a la presa, hay una conspiración de profetas [líderes religiosos] que devoran a la gente, que se apoderan de las riquezas y de los objetos de valor, y que aumentan el número de viudas […] Los jefes de la ciudad son como lobos que desgarran a su presa; siempre están listos a derramar sangre y a destruir vidas, con tal de lograr ganancias injustas. (Ezequiel 22:25, 27) «Cuídense de los falsos profetas», Jesús advirtió en Mateo 7:15. Los lobos están en la casa, y algunos de ellos la manejan.

Poco nos sorprende que parte de la misión de Jesús fuera poner en evidencia ante la comunidad a un sistema abusivo. Es importante recordar cuatro cosas de sus confrontaciones.
  1. Primero, sus confrontaciones fueron con aquellos que se creían voceros oficiales de Dios: los más religiosos, los que mejor se desempeñaban. Daban dinero, asistían a la iglesia y habían memorizado más versículos bíblicos que ningún otro. Establecían los estándares para todos los demás. 
  2. Segundo, Jesús rompió las reglas religiosas al confrontar en voz alta a aquellos con autoridad. 
  3. Tercero, lo trataron como el problema porque dijo que había un problema. 
  4. Y cuarto, multitud de personas quebrantadas corrían a él porque su mensaje ofrecía esperanza y descanso.

La batalla de Pablo
En sus escritos a la iglesia, Pablo también utilizó una serie de términos para confrontar a aquellos que estaban abusando espiritualmente del pueblo de Dios:

  • la circuncisión, 
  • los judaizantes, 
  • la falsa circuncisión, 
  • los perros, 
  • los obreros malvados y 
  • los falsos hermanos.

Quizá el ejemplo más esclarecedor que nos muestra la dinámica del abuso espiritual es el ejemplo de Pablo en el libro de los Gálatas.

Durante su primer viaje misionero, en una zona llamada Galacia, Pablo había predicado las buenas nuevas de la vida y el perdón en Cristo. La gente era gloriosamente salva al poner su fe en Jesús.

Posteriormente volvió a visitar el área para reforzar la fe de los que creyeron en Cristo. Fue entonces cuando supo que un grupo de personas había ido después de él y había propagado una enseñanza que demandaba que las personas se circuncidaran como prueba adicional de su espiritualidad.

En ese tiempo, desde luego, la circuncisión era el acto supremo del desempeño religioso externo. A Abraham lo circuncidaron, pero como una expresión exterior de la realidad interna de su fe. El hecho en sí tenía poco que ver con su posición espiritual.

En Génesis 15:6, leemos que Abraham creyó a Dios, y Dios «lo reconoció a él como justo».

La enseñanza que llegó a Galacia después de la partida de Pablo era contraria a lo que este había enseñado, así como una distorsión del propósito original de la circuncisión. En consecuencia, estaba consternado e incluso indignado.

Por consiguiente, un sistema espiritual que debe evitarse es el de que los líderes o maestros agreguen el desempeño de comportamientos religiosos al desempeño de Jesús en la cruz como medio para encontrar la aprobación de Dios.

La enseñanza de los judaizantes era algo como esto: «La fe en Jesús está bien, y debes tenerla, pero no es suficiente. Para de veras tener una reputación positiva a los ojos de Dios, tienes que circuncidarte». En otras palabras, los sistemas espirituales falsos enseñan que una buena reputación ante Dios depende de lo que hizo Jesús, más esas cosas «espirituales» que hagas.

Legalismo
La carga que estamos describiendo se llama legalismo. Es una forma de perfeccionismo religioso que se enfoca en el desempeño cuidadoso y en evitar ciertos comportamientos.

Enseña a la gente a ganar un sentido de aceptación espiritual basado en su desempeño, en lugar de aceptarlo como un regalo basado en Cristo.

¿Por qué los líderes de los días de Jesús y Pablo estaban propagando enseñanzas legalistas? ¿Era cuestión de tener la razón? Es más grave que eso. Observa Gálatas 6:12-13:

  • Los que tratan de obligarlos a ustedes a circuncidarse lo hacen únicamente para dar una buena impresión y evitar ser perseguidos por causa de la cruz de Cristo. 
  • Ni siquiera esos que están circuncidados obedecen la ley; lo que pasa es que quieren obligarlos a circuncidarse para luego jactarse de la señal que ustedes llevarían en el cuerpo.

Como puedes ver, vivir con Jesús como tu único recurso de vida y aceptación es una confrontación para aquellos que buscan la aprobación de Dios basándose en su comportamiento religioso.

Esto, entonces, explica la presión que sientes para tener comportamientos religiosos dentro de contextos espirituales abusivos. Si te desempeñas como te dicen que debes hacer:

  • harás que ellos se vean bien; 
  • su arrogancia moral evadirá mirar con intensidad la cruz de Cristo como el único medio para alcanzar el favor de Dios; 
  • esto les permitirá examinarte a ti en lugar de a sí mismos; 
  • podrán «jactarse» u obtener un sentido de validación de tu desempeño religioso.

¿Puedes ver la dinámica abusiva que se describe en el capítulo uno? Aquí tenemos personas religiosas que tratan de satisfacer sus necesidades espirituales a través del comportamiento religioso de otros. Y todo esto está encubierto bajo el lenguaje de ser santo y de ayudar a otros a vivir vidas santas.

Pablo cataloga el daño hecho a Galacia a lo largo del libro de Gálatas.

  • En Gálatas 1:7 (LBLA) dice que fueron «perturbados», cuyo significado fluctúa desde «lanzados a una confusión mental» hasta «inducidos a cometer traición». 
  • En Gálatas 2:4 Pablo llama a esta enseñanza falsa un intento de «esclavizarnos». 
  • En Gálatas 3:1 dice que estaban «hechizados», lo que significa que actuaban como si hubiera un hechizo sobre ellos. 
  • En Gálatas 4:29 llama «persecución» a lo que ha sucedido a los Gálatas. 
Pablo cataloga el daño hecho a Galacia a lo largo del libro de Gálatas.

  • En Gálatas 1:7 (LBLA) dice que fueron «perturbados», cuyo significado fluctúa desde «lanzados a una confusión mental» hasta «inducidos a cometer traición». 
  • En Gálatas 2:4 Pablo llama a esta enseñanza falsa un intento de «esclavizarnos». 
  • En Gálatas 3:1 dice que estaban «hechizados», lo que significa que actuaban como si hubiera un hechizo sobre ellos. 
  • En Gálatas 4:29 llama «persecución» a lo que ha sucedido a los Gálatas. 
  • En Gálatas 5:7 pregunta quién «los estorbó para que dejaran de obedecer a la verdad». 
  • Y en Gálatas 4:15 (LBLA) hace la triste y explícita pregunta tanto a ellos como a nosotros: «¿Dónde está, pues, aquel sentido de bendición que tuvisteis?».

Las personas que han sido víctimas de abuso se sienten tan cansadas y tan subestimadas, por no poder estar a la altura de las expectativas espirituales de otros, que han perdido el sentido de bendición.

Una confrontación furiosa
Mientras que las palabras que Pablo utiliza para describir el abuso son vívidas, su confrontación es furiosa.

Pablo dice: «Me maravillo de que tan pronto hayáis abandonado al que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente; que en realidad no es otro evangelio, sólo que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo» (Gálatas 1:6-7, LBLA).

Cuando alguien deserta del ejército, está Ausente sin Permiso Oficial. «Desertar» en griego no significa estar «ausente», sino «abandonar filas». Cuando alguien abandona filas, se pasa al lado del enemigo. En otras palabras, los que te «perturban» están induciéndote a cometer traición. Observa también que «el abandono» no es a una denominación o doctrina, sino a «Él», quien te llamó por la gracia.

Pablo dijo a los Gálatas que si cualquier persona, incluso un ángel del cielo, o él mismo, predicaran un evangelio contrario al (distinto, o más del) que habían oído y recibido al principio, «que caiga bajo maldición», o que sea consignado para destrucción.

En resumen, Pablo tomaba con mucha seriedad el hecho de que alguien reemplazara la vida espiritual de gracia y descanso por una vida de obras impuestas.

Los líderes que sirven y protegen al rebaño
En 1 Timoteo, Pablo le escribe a Timoteo, un pastor joven, líder del rebaño en Éfeso. Pablo le dijo que les ordenara a «algunos supuestos maestros» que dejaran «de enseñar doctrinas falsas».

¿Estaba Pablo combatiendo al humanismo secular? ¿Al movimiento de la Nueva Era? No, como lo explica el versículo 6 del capítulo 1: «Algunos se han desviado de esa línea de conducta y se han enredado en discusiones inútiles. Pretenden ser maestros de la ley, pero en realidad no saben de qué hablan ni entienden lo que con tanta seguridad afirman».

En 1 Timoteo 6:5 advierte que aquellos maestros falibles «piensan que la religión es un medio de obtener ganancias». Actúan religiosamente no porque sean religiosos, sino para ganar algo. «Es cierto», dice Pablo, «que con la verdadera religión se obtienen grandes ganancias, pero sólo si uno está satisfecho con lo que tiene» (v. 6).

¿Alguna vez has conocido a un legalista satisfecho, uno que verdaderamente «se desempeñe» religiosa y apaciblemente? No existe tal persona.

En Tito 1:7-11 Pablo dice:
El obispo [líder] debe apegarse a la palabra fiel [la palabra que está llena de fe], según la enseñanza que recibió, de modo que también pueda exhortar a otros con la sana doctrina y refutar a los que se opongan. Y es que hay muchos rebeldes, charlatanes y engañadores, especialmente los partidarios de la circuncisión. A ésos hay que taparles la boca, ya que están arruinando familias enteras.

Los líderes son dados a la iglesia para proteger al rebaño de legalistas que imponen un desempeño religioso como medio para tener una correcta reputación ante Dios o para ganarse su favor.

Pablo le dice a Tito que a los rebeldes se les debe tapar la boca. Lamentablemente, en muchas iglesias, los líderes no solo no están protegiendo al rebaño contra aquellos que imponen un desempeño religioso; ellos son los que presionan y ellos mismos están atados al desempeño.

Quizá por esta razón en muchas iglesias las personas—especialmente los líderes—están demasiado cansadas, avergonzadas y heridas.

Conclusión
No es un error percatarse del legalismo, de familias e iglesias legalistas, y protegerte de ser víctima de abuso. Percatarte de un problema no hace de ti el problema. Recuerda, Pablo instó a los efesios a tener «cuidado de sí mismos y de todo el rebaño» (Hechos 20:28).

Creemos que todos nosotros, como cristianos, necesitamos estar en guardia, no solo contra líderes y sistemas específicos que lanzan su peso espiritual contra los que tienen cerca, sino contra el uso sutil de «fórmulas» y doctrinas que con tanta frecuencia se imponen sobre gente buena de fe con el fin de que vivan conforme a un sistema religioso, en lugar de conforme a Cristo.

¿Cuáles son los síntomas que se presentan en cristianos a quienes se les está imponiendo que vivan de conformidad a un sistema impío?.

Generalmente es una sorpresa para las personas que han sido víctimas de abuso espiritual encontrar que tienen mucho en común con otras víctimas.

  • Las ideas distorsionadas de Dios y de sí mismos, 
  • la dificultad para confiar en los que tienen autoridad, 
  • los problemas para comprender y aceptar la gracia 
Son solamente algunas de las luchas que comparten. Pero en vista de que la mayoría ha estado bajo tanta presión para no hablar de su experiencia, se sienten solos, incluso locos.
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miércoles, 8 de junio de 2016

Habló Jesús por parábolas a la gente, y sin parábolas no les hablaba; para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo: Abriré en parábolas mi boca; Declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo.

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6




JESÚS ENSEÑABA POR PARÁBOLAS
¿QUÉ ES UNA PARÁBOLA?
Existe un gran debate en torno a esta pregunta. Hay estudiosos que dicen que en los Evangelios Sinópticos hay más de setenta parábolas y, otros, que no hay más de treinta.

Para clasificar los tipos de parábolas, los intérpretes han usado diferentes categorías como
  • parábola, 
  • símil, 
  • ilustración, etcétera. 
En ese sentido, Jeremias, el intérprete de las parábolas más influyente del siglo XX, comenta:
Este término [parábola] designa figuras retóricas de toda clase, sin que se pueda establecer un esquema:

  • símil, 
  • comparación, 
  • alegoría, 
  • fábula, 
  • proverbio, 
  • revelación apocalíptica, 
  • enigma, seudónimo, 
  • símbolo, 
  • ficción, 
  • ejemplo (paradigma), 
  • motivo, 
  • argumentación, 
  • disculpa, 
  • objeción, 
  • chiste 
(Jeremias, Parábolas, 24-25, p. 20 de la edición en inglés).

Teniendo esto en mente, nosotros preferimos centrarnos en la función que la parábola tiene en el texto del Nuevo Testamento, en lugar de centrarnos en los diferentes tipos.

Así, enseguida queda claro que las parábolas no son ilustraciones. Manson describe esta idea de una forma muy profunda cuando comenta que «las mentes formadas al modo del pensamiento occidental» están acostumbradas a los argumentos teológicos expuestos de forma abstracta.

Entonces, para ayudar a «popularizar esas conclusiones», se pueden ilustrar con referencias de la vida cotidiana. Pero:
La verdadera parábola … no es una ilustración para ayudarnos a entender una argumentación teológica, sino que es un modo de experiencia religiosa (Manson, Teaching, 73).

Una parte de lo que entiendo que Manson está diciendo quizá pueda verse mejor creando una comparación.

En Lucas 9:57-58 el texto dice: «Iban por el camino cuando alguien le dijo: “Te seguiré a dondequiera que vayas”». Si Jesús hubiera sido de Occidente, habría contestado algo parecido a esto:
Es fácil hacer declaraciones así de valerosas, pero tienes que considerar seriamente el precio que vas a tener que pagar para seguirme. Es evidente que aún no lo has pensado bien. Tienes que saber que no te puedo ofrecer un salario ni ningún tipo de seguridad. Si no lo has entendido bien, quizá sea útil utilizar una ilustración: por ejemplo, ni siquiera tengo una cama propia donde dormir.

Pero Jesús responde:
Las zorras tienen madrigueras y las aves tienen nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde recostar la cabeza (Lucas 9:58).

En lugar de contestar con una explicación abstracta seguida de una ilustración clarificadora, Jesús recurre a una confrontación directa, pronunciada de forma sucinta y drástica. La respuesta parabólica está impregnada del carácter sublime de Jesús.

El oyente/lector queda impactado y se siente llamado a responder.

Las implicaciones teológicas obligan a nuestra mente a pensar en las diferentes direcciones que podemos tomar. El texto no incluye la respuesta de aquel discípulo. Le toca responder al lector.

Todo esto ocurre en un instante, en un intenso enfrentamiento.

¡Esto es una parábola! Pensar que podemos captar todo lo que ocurre en una parábola en una definición abstracta es no haber entendido la naturaleza de este rico recurso literario. No obstante, lo hemos de intentar.

Las parábolas de Jesús son una forma de lenguaje teológico concreta y dramática que apremia al oyente a dar una respuesta.

Las parábolas revelan la naturaleza del reino de Dios o indican la forma en la que un hijo del reino debería actuar.

Con esta definición en mente, ahora toca preguntarnos dónde están las parábolas.

LAS PARÁBOLAS ESTÁN DONDE LAS ENCUENTRAS

En cuanto a los formatos en los que encontramos las parábolas de Jesús, hay al menos seis tipos diferentes.

Para su interpretación, es crucial ver de qué forma funcionan en cada uno de los diferentes escenarios.

Los seis escenarios son los siguientes:

  1. La parábola en un diálogo teológico
  2. La parábola en la narración de un suceso
  3. La parábola en el relato de un milagro
  4. La parábola en una colección temática
  5. La parábola en un poema
  6. La parábola aislada

Cada uno de ellos requiere un breve análisis.


  1. Un ejemplo del primer escenario lo encontramos en la discusión teológica entre Jesús y el joven rico (Lc 18:18-30). El clímax de la discusión llega, como ya veremos, con la narración de la parábola del camello y la aguja. La función de la parábola es clave como clímax del escenario en el que aparece, y no la podemos analizar si no tenemos en cuenta dicho escenario.
  2. El banquete en casa de Simón el fariseo (Lc 7:36-50) es un ejemplo de una parábola en la narración de un suceso. La parábola del acreedor y los dos deudores funciona como parte de la narración del suceso. Hay diálogo, pero el elemento central de la escena está formado por las acciones calladas de la mujer.
  3. El relato de la curación de la mujer que estaba encorvada por causa de un demonio (Lc 13:10-17) se convierte en un debate teológico entre el principal de la sinagoga y Jesús, por lo que se solapa con el tipo 1. Sin embargo, se encuentra dentro de la narración de un milagro, y de nuevo la parábola del buey y del burro funciona como una parte clave del todo.
  4. En Lucas 11:1-13 encontramos una colección temática sobre el tema de la oración.       La parábola del amigo a medianoche (Lc 11:5-8) es una parte de esa colección. En este tipo de colección, se debe distinguir entre las diferentes unidades de la tradición que se han incluido en la colección. Es decir, dado que se trata de una agrupación de diversos dichos sobre un tema concreto, es fácil no percibir el lugar en el que debería haber un cambio de párrafo y, por tanto, es muy fácil hacer una interpretación errónea del material (cf. Bailey, Poet, 110ss., 134ss.).
  5. En Lucas 11:9-13, encontramos un poema cuidadosamente elaborado sobre la oración. En la estrofa central del poema, Jesús introduce tres parábolas sorprendentes (Ibíd., 134-141). Su función en ese punto climático es la clave para entender todo el poema.
  6. Por último, en algunas ocasiones podemos encontrar una parábola de forma aislada.     En Lucas 17:1-10 aparecen tres temas que se suceden de forma rápida, y cada uno de ellos tiene algo de discurso parabólico. La primera es la parábola de la piedra de molino y el tema del juicio sobre el temperamento. Le sigue la parábola del grano de mostaza y el clamor de los apóstoles pidiendo más fe. Por último aparece la dramática parábola del siervo obediente en los vv. 7-10. Las tres están relativamente aisladas, no poseen una clara conexión con lo que las rodea, ni tienen un contexto concreto.

Así, en todos menos en el último tipo, la parábola funciona como parte crucial de la unidad literaria a la que pertenece, unidad que debe examinarse cuidadosamente para determinar el sentido de la parábola. 
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martes, 7 de junio de 2016

Si alguno se atreve a añadir algo, Dios echará sobre él todas las plagas descritas en este libro. Y si alguno quita algo a las palabras de este libro profético, Dios le quitará su parte en el árbol de la vida y en la Ciudad Santa descritos en este libro.

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6
TRADUCCIÓN ENGAÑOSA




Un CEBO que lleva a la muerte espiritual a miles de personas

La versión «Nuevo Mundo», 
¿traducción o falsificación?
Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia. 2 Timoteo 3:16

Everek R. Storms, editor de The Gospel Banner, publicación oficial de la Iglesia Misionera Unida, acusó a los  «Testigos de Jehová» de producir deliberadamente su propia traducción adulterada de la Biblia.

Un comité de traducción integrado por un grupo de hombres anónimos produjo, en inglés, la «Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras», cuya edición resultó en la publicación de seis tomos.

La traducción del «Nuevo Mundo de las Escrituras Griegas Cristianas» apareció primero en inglés, en agosto de 1950. Después se presentaron, también en inglés, y en su debido orden, los diferentes volúmenes de la Traducción del Nuevo Mundo de las «Escrituras hebreo-arameas», o sea, el Antiguo Testamento, en cinco tomos sucesivos.

  • El primer tomo en 1953, 
  • el segundo en 1955, 
  • el tercero en 1957, 
  • el cuarto en 1958 y 
  • el quinto en 1960. 
Desde el comienzo de la obra —dicen— fue el deseo del comité traductor tener los seis tomos unidos en un solo libro, lo cual se hizo en 1961. Así surgió la «Biblia Russellista», a saber, la New World Translation of the Holy Scriptures en un solo tomo. (Estamos siguiendo los datos suministrados por Storms).

En 1967 apareció la versión española de dicha biblia, en una primera edición de 500.000 ejemplares, la cual fue difundida por los tenaces propagandistas de la secta, por todas partes del mundo de habla española, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Continente.

Cuando el editor Storms trató de conseguir los nombres de los miembros que integran el comité supuestamente calificado para publicar la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras, partiendo de los idiomas originales de la Biblia, no obtuvo respuesta.

«La sociedad —dijo Storms— rehusó categóricamente revelar la identidad de los miembros del comité traductor». ¿Por qué? ¿Tienen acaso vergüenza?

Entre los muchos defectos que alteran la fidelidad y belleza de las demás versiones, la traducción de los «Testigos» tiene ante sí la tremenda blasfemia

  1. de negar la deidad de Jesucristo, 
  2. socavar Su grandeza única, 
  3. empequeñeciéndo y dejando a Cristo reducido a la categoría de un pequeño «dios» de segunda clase, inferior al Padre, no idéntico a Jehová.

Otra osadía consiste en llamar al Espíritu Santo con el calificativo de «fuerza activa» o «expresión inspirada», despojándole así de su personalidad y deidad, por cuanto tampoco aceptan la doctrina bíblica de la Trinidad.

De esta manera, los sectarios de esta fanática organización se empeñan en degradar deliberadamente al Espíritu Santo, aplicándole también iniciales minúsculas, mientras que al diablo se le nombra con inicial mayúscula.

En el prólogo a la Traducción del Nuevo Mundo de las Escrituras Griegas Cristianas leemos:
«Esta versión en español es, por lo tanto, una traducción de la traducción al inglés de las Escrituras Griegas Cristianas, pero con fiel consulta del texto griego original. En el caso de las Escrituras cristianas, la Traducción del Nuevo Mundo está basada principalmente en el famoso texto griego de Westcott y Hort, que se conforma a los manuscritos griegos de más antigüedad… En la New World Translation se hace el esfuerzo de traducir el texto griego del modo más literal posible, y en esta versión en español se hace el esfuerzo de presentar esta misma exactitud literal. Por eso, cuando se introducen palabras consistentes con el contexto para hacer la traducción clara y comprensible, se encierran las palabras insertadas entre corchetes».

Aquí hay varios artilugios para engañar al confiado lector:
  1. Si la versión en español de la Biblia que ofrecen los «Testigos» se trata, en realidad, de «una traducción de la traducción al inglés», entonces no tiene demasiada autoridad porque no es una transcripción directa de los textos originales griegos (en cuanto al Nuevo Testamento se refiere).
  2. La «fiel consulta del texto griego original» a que se alude, es otra sagaz artimaña de los traductores, pues la versión que presentan está muy lejos de sujetarse a dichos textos y está en abierta contradicción con ellos.
  3. El alegato que aducen de que su Biblia «está basada principalmente en el famoso texto griego de Westcott y Hort» es otra falsedad descomunal, por cuanto la versión de Brooklyn no se ajusta a dicho texto.

El lector que conozca griego a la vez que inglés se dará cuenta de que esta traducción interlineal es generalmente correcta (salvo algunas excepciones que podemos notar en su lugar); pero esto ocurre en el menor número de los casos. En la gran mayoría, la versión interlineal es enteramente exacta.

Pero lo lamentable es que la versión en la columna al margen, que publican juntamente los «Testigos de Jehová», difiere absolutamente de la interlineal. En dicha columna no aparece una traducción, sino una tergiversación tanto del texto griego como de la traducción literal por ellos mismos publicada.

Quisiéramos que todos nuestros lectores conocieran inglés para que pudieran darse plena cuenta de la referida diferencia. Como el inglés es, empero, una lengua ampliamente conocida, creemos que cualquier lector encontrará un amigo de su confianza a quien pueda pedir la comprobación de lo que acabamos de exponer.

La Traducción del Nuevo Mundo es una traducción exacta de su propia versión inglesa, tal como aparece en la antes citada columna; pero una total falsificación de la traducción literal del texto griego, que es lo que tiene toda la autoridad y valor.

La «Asociación de los Testigos de Jehová» tiene el cinismo de afirmar que «esta traducción, aunque no da prominencia a nombres de personas altamente respetadas como traductores (?), aun así se recomendará por sí misma a todo investigador honrado, por su fidelidad, valor y exactitud». (¡Hasta aquí podía llegar el colmo de la desfachatez!).

Dicen, asimismo, que «en los varios tomos de su edición original en inglés, tiene el sostén de copiosas remisiones y notas explicativas que muestran por qué la  “Sociedad Watch Tower”, al publicar esta traducción, vierte la materia bíblica como lo hace».

En réplica a esto, confiamos en que el buen criterio del lector le permitirá enjuiciar con sabio discernimiento. 
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miércoles, 1 de junio de 2016

En el principio era el Verbo,  y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios... En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.

RECUERDA Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6





Pastos frescos para el rebaño... agua fresca para la sed...
El Verbo se hizo carne
Juan 1:1-5
1 :1 En el principio era el Verbo,  y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 2 El era en el principio con Dios. 3 Todas las cosas fueron hechas por medio de él, y sin él no fue hecho nada de lo que ha sido hecho.  4 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. 5 La luz resplandece en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron.

Jesucristo... El Verbo de Vida
Jesucristo: el Verbo de Dios encarnado
Juan 1:1-2
A. Una persona eterna (1a)
1En el principio era el Verbo …
¿En qué principio? Está hablando a nuestra condición humana y a nuestra mente finita porque sólo alcanzamos a entender el tiempo pasado, presente y futuro, con principio y fin. 

Si hablara en otros términos, no alcanzaríamos a captar lo que significa Dios y eternidad. Aun el concepto de eternidad nos resulta nebuloso y confuso. 

Consideramos la eternidad como algo que nunca deja de ser, que no tuvo principio ni tendrá fin. Por eso dice la Biblia: “En el principio era el Verbo”, que es la expresión formal de que el Verbo no tuvo principio. 

El Verbo existe desde siempre; ya existía cuando comenzó la historia. El “principio” es mucho antes de lo que podamos imaginar.
B. Una persona junto a Dios (1b)
1… y el Verbo era con Dios …
Aquí comienzan las aclaraciones acerca del Verbo. Este siempre estuvo con el Padre en la eternidad pasada, pero además se hace una distinción entre el Verbo y Dios. El Verbo tiene personalidad propia; es un ser distinto a Dios Padre.
C. Una persona divina (1c)
1… y el Verbo era Dios.
Juan no dice que el Verbo sólo tenía algo de divino sino que declara que en verdad y en sí mismo el Verbo era Dios. Es una afirmación absoluta y terminante para refutar la especulación de los que niegan la deidad del Verbo.

Al describir la naturaleza del Verbo, Juan no sugiere inferioridad sino que señala su absoluta deidad. El Verbo era, en esencia, Dios, y participaba de la esencia de Dios.
D. Una persona sin igual (2)
2Este era en el principio con Dios.
Entre el Verbo y Dios Padre hay una innegable unidad que no tiene igual.
¿Quién es este Verbo? Es la Palabra de Dios encarnada, la revelación visual de Dios: JESUCRISTO. (Ver recuadro EL VERBO DE DIOS.) Más adelante se indica: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad” (1:14).
JESUCRISTO: EL VERBO DE DIOS ENCARNADO (1:1–2)
A.     Una persona eterna (1a)
B.     Una persona junto a Dios (1b)
C.     Una persona divina (1c)
D.     Una persona sin igual (2)
EL VERBO DE DIOS
La revelación de 1:1 es el fundamento de este Evangelio, y lo que leemos acerca del VERBO en el prólogo (1:1–18) apunta a la perspectiva desde la cual debe entenderse e interpretarse todo el libro.
No es difícil suponer que los escritores bíblicos se valieran (ya sea directa o indirectamente) de formas idiomáticas corrientes que adaptaban entonces al anuncio del Hijo de Dios encarnado. Tomando en cuenta que Juan hablaba del Verbo (LOGOS en el original) sin ninguna explicación a los lectores, puede afirmarse que el evangelista emplea un modo de expresión comprensible y hasta familiar en esa época—al menos en ciertos círculos intelectuales. Juan habla de un LOGOS a quien en cierta manera se conocía por título. El problema para nosotros radica en que ese concepto—LOGOS: Verbo (RV, BLA) / Palabra (VP, NVI)—proviene de una forma de pensar que nos resulta difícil de comprender.
Para intentar un comentario que eche luz sobre el uso de la palabra y la idea que presenta Juan, habremos de remitirnos al vocablo griego original, LOGOS. Este término expresa tanto la palabra hablada o escrita, como así también aquella que no se pronuncia sino que permanece en la mente—y puede equipararse a la idea de razón. LOGOS entonces es asimismo mensaje, comunicación, un tipo de revelación.
Tanto el evangelista como sus antecesores y contemporáneos no cristianos utilizaron el término LOGOS, pero con un significado que difería para unos y otros.
En la cultura griega clásica, especialmente bajo la influencia de los estoicos, LOGOS hacía referencia al principio de racionalidad en el universo, a la inteligencia detrás del orden y la uniformidad que se observaba en el cosmos, aunque para ellos este LOGOS carecía de personalidad.
El concepto Verbo/Palabra también está imbuido en la tradición hebrea del Antiguo Testamento. Su poder y dinamismo en la actividad divina—especialmente en la creación—se hacen evidentes en pasajes como Gn. 1 y Sal. 33:6. La sabiduría, según Pr. 8, se encontraba en el mismo terreno y poseía características similares. Por otro lado, y siguiendo con la idea de un Verbo en acción, la palabra del Señor “vino” a los profetas (Jer. 1:2–3; 34:1), e Isaías “vio” la palabra (2:1), que provenía de Dios con el propósito de cumplir su voluntad (Is. 55:11).
Tanto judíos como griegos coincidían en que LOGOS es el punto de partida de todas las cosas. Pero fue el filósofo Filón de Alejandría quien hizo un puente entre el pensamiento griego y el hebreo, uniendo el clásico concepto de LOGOS al de sabiduría (Antiguo Testamento). Según Filón, en cierto sentido LOGOS estaba relacionado con la Deidad.
Sin embargo, a pesar de que la descripción histórica facilita la comprensión de la idea Verbo/Palabra, Juan escribía como cristiano y su pensamiento era cristiano. Aunque utilizó terminología reconocida, no estaba simbolizando ni reproduciendo el uso observado hasta entonces, sino que fue más allá de eso—sobre todo en la manera en que ligó los antiguos conceptos griego y hebraico con la persona de Jesucristo. (Es interesante observar que en el Nuevo Testamento el concepto de LOGOS se limita a los escritos de Juan en Jn. 1:1, 14; 1 Jn. 1:1; Ap. 19:13).
Los lectores de este Evangelio probablemente percibirían que este LOGOS era un principio o un ser de importancia crucial. Juan, por su parte, eligió la idea de LOGOS como la más adecuada para transmitir qué es y quién es Jesucristo, que en su encarnación reveló el propósito de Dios hacia los hombres. Jesucristo como Verbo/Palabra era la perfecta expresión activa de Dios.
Las principales ideas asociadas con el LOGOS de Juan 1 son preexistencia, personalidad, deidad (v. 1), creación (v. 3) y el revolucionario concepto de encarnación (v. 14).
Jesucristo: vida y luz
Juan 
1:3-5
Isaac Newton era un reconocido y famoso científico, y al mismo tiempo un gran creyente en Dios. Por otra parte, tenia un amigo íntimo que era incrédulo y materialista. Un día, trabajando en la soledad de su estudio, Newton preparó un modelo en escala de todo el sistema solar. Cuando su amigo lo vio, asombrado ante esta creación, comentó: “¡Qué magnífico! ¿Quién creó este modelo del sistema solar?” Newton contestó con sarcasmo: “¿Crearlo? Nadie lo creó. Un día vine a mi estudio y ya estaba aquí; se hizo de la nada.” El amigo, captando la risa burlona del científico, replicó: “Vamos, Isaac, ¿cuánto tiempo te llevó crear este modelo del sistema solar?” Newton respondió: “Te digo que no es creación mía. Se hizo solo.” Este amigo comprendió la lección que Isaac Newton deseaba transmitirle.

Sería ridículo pensar que un reloj, por ejemplo, se hubiera creado por sí mismo. Si compráramos un reloj y lo enviáramos de regalo con una nota: “Este reloj se hizo solo; nadie lo creó ni lo inventó. De repente y por casualidad apareció en la experiencia humana”, seguramente la persona que lo reciba pensará que nos estamos volviendo locos. Por supuesto, alguien tuvo que inventar el reloj y luego otro tuvo que producirlo. Sin embargo, gran cantidad de incrédulos y millares de seudo científicos, quieren convencernos de que el mundo con toda su compleja maquinaria y meticulosa precisión, se creó por sí solo.

El mundo no pudo haber aparecido en la escena histórica sin un Creador. La Biblia confirma lo que la inteligencia humana atestigua al corazón: todas las cosas fueron creadas por Dios.

Cuando los astronautas de la Apolo XI viajaron a la luna, en el momento de alunizar oprimieron ciertos dispositivos para detener la marcha de la cápsula espacial. Si los cosmonautas hubieran encendido dichos dispositivos dos segundos más tarde, se habrían estrellado y despedazado en la superficie lunar. 

Sin embargo, todos los cálculos habían sido realizados con absoluta precisión, y ello resultó en un alunizaje perfecto. ¿Cómo pudieron estar seguros de que esos cálculos funcionarían? Sencillo. Los científicos sabían que todo el sistema solar, toda la creación de Dios, marcha a la perfección.

Tenemos que aceptar este hecho irrefutable. La Biblia entera enseña que el mundo y todos sus detalles fueron creados por Dios, quien en la persona de su Hijo Jesucristo, ha hecho todo lo que existe; cada molécula, cada átomo, cada célula. Los hombres simplemente descubren las leyes que Dios creó y luego hacen uso de ellas—ya sea para bien o para mal.

El descubrimiento del átomo no fue un acto de creación sino, precisamente, un descubrimiento. El viaje a la luna no fue producto de un invento sino resultado de las leyes de Dios, que luego de ser descubiertas por el hombre fueron puestas en práctica. Por cierto que nos asombramos ante los adelantos tecnológicos del hombre, maravillados por la ciencia, pero esto no nos hace doblar las rodillas ante el científico sino ante el Dios Creador.
A. La potencia creadora del Hijo de Dios (3)
3Todas las cosas por él fueron hechas y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.
Sólo recientemente los científicos están descubriendo parte de los secretos y misterios creados por Dios hace mucho tiempo. A la luz de la ciencia moderna, hay aún mucho que aclarar pero un hecho jamás ha de cambiar: Jesucristo es el Creador (Col. 1:16; He. 1:2).
B. El era la fuente de la vida (4a)
4En el estaba la vida …
El Verbo no sólo es el Creador del universo material, sino también la fuente de vida—con toda la profundidad y misterio que encierra esa declaración. La vida que disfrutamos la debemos a Jesucristo. (Ver Col. 1:17.)

A través de los siglos el hombre ha estado en busca de la fuente de la juventud. Cristo es esa fuente pues aquí en la tierra la persona puede volver a vivir, puede cambiar, “rejuvenecer” y encontrarle significado a la vida.
C. El era luz (4b)
4… y la vida era la luz de los hombres.
Esta luz tiene que ver con la vida que Cristo ofrece (Lc. 1:79; 1 Jn. 1:5–7). ¿Cómo busca la luz el hombre de hoy? En la filosofía, en los debates. El hombre escribe, discute, niega, se mofa, se burla, pero sigue buscando la luz, el conocimiento de Dios, de lo Supremo.
D. La victoria de la luz (5)
5La luz en las tinieblas resplandece y las tinieblas no prevalecieron contra ella.
El hombre no quiere admitir que él forma parte de la oscuridad en que se halla el mundo (2 Co. 4:4). La humanidad moderna se encuentra en tinieblas morales y espirituales pues vive fuera de contacto con la luz.

La luz del mundo siempre vence a la oscuridad y las tinieblas. Aquí se perfilan los contrincantes: Jesucristo y Satanás. Se establece cuál es la batalla: la luz contra las tinieblas.

Juan declara que esa luz brilla en las tinieblas. ¿Cómo brilla la luz de Dios en nuestros días? ¿Cómo puede el hombre moderno ver la luz de Dios? A través de los hijos de Dios, que dejan que Jesucristo brille en su corazón y que todos a su alrededor vean la luz divina (Mt. 5:14–16).

En la batalla de los siglos la luz del mundo siempre vence. Primero, porque la luz brilla en las tinieblas; en segundo lugar, porque brilla a través de los hijos de Dios y tercero, porque las tinieblas no prevalecerán contra ella.

Es maravilloso enfrentar cada nuevo día como hijos de Dios, sabiendo que aunque las tinieblas del mundo nos rodeen y quieran apabullarnos, la luz de Dios siempre brillará en nuestros corazones porque las fuerzas de la oscuridad no podrán apagarla.
JESUCRISTO: VIDA Y LUZ (Juan 1:3–5)
A.     La potencia creadora del Hijo de Dios (3)
B.     El era la fuente de la vida (4a)
C.     El era luz (4b)
D.     La victoria de la luz (5)
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