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jueves, 5 de julio de 2012

El Matrimonio y la Familia: Especial para Obreros y Ministros Itinerantes


biblias y miles de comentarios
 
Tipo de Archivo: PDF  | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
Información
 Cuando Dios comenzó el mundo, él puso en su ambiente todo lo necesario para una vida fructífera y placentera. Todo fue hecho así para que el hombre habitase en plena comunión con el Creador y con su creación. El hombre fue la máxima expresión de la creación hecha por Dios. La unión conyugal del hombre y la mujer fue la primera y, por consiguiente, la primordial institución de la creación de Dios. El hogar es antes del estado, la economía (o el trabajo) o aun la iglesia. Por eso, el hogar sirve y ha servido a través de los siglos como el fundamento de la sociedad. La sociedad depende por su carácter, en gran parte, de la expresión y la forma de las familias que la componen.
Es por esta razón que es muy importante que la familia refleje el diseño y el deseo que Dios tenía cuando la comenzó. Este estudio es un intento de investigar lo que la Biblia, sus expositores y comentaristas dicen sobre el particular. Puesto que la problemática familiar es una expresión de cada cultura, tenemos que estar prestos para hacer que la luz escritural alumbre cada circunstancia cotidiana en nuestro ambiente, especialmente en el del mundo hispano. Sin embargo, la cultura latina no es la cuestión primordial, sino la naturaleza y propósito que Dios ha dado al matrimonio primeramente y, por lo tanto, a la familia. La tarea nuestra es establecer con claridad los principios bíblicos que gobiernan el ideal divino para el matrimonio y la familia, y después examinar la expresión cultural a la luz de estos mismos principios.

LA NATURALEZA DEL MATRIMONIO
Las bases escriturales del matrimonio se encuentran en Génesis 1 y 2. Génesis 1:27, 28 recalcan que Dios, por su papel de creador, inició el primer hogar en el mundo, formando la primera pareja en una unión fructífera y responsable (fíjese en las palabras: “fructificad”, “multiplicaos”, “señoread” y “sojuzgad”). Debemos recordar que la naturaleza del matrimonio comienza con el hecho de la creación de Dios.
De ahí que el primer elemento de la naturaleza del matrimonio es: ser una institución divinamente ordenada.
Hemos dicho ya que el hogar es la primera institución de la creación y es cierto. Sin embargo, es menester interpretar esta institución, antes que todo, no en términos fríos y estáticos como por medio de estadísticas, sino verla desde el punto de vista de la relación humana que la vivifica. El punto de vista bíblico la mira como la unión de dos personas creadas por Dios como distintas y a la vez hechas la una para la otra. Esta naturaleza divina que Dios formó y bendijo como la unión conyugal es una realidad para todos.
El segundo elemento de la naturaleza del matrimonio sigue esta misma idea, porque es una unión natural. Dios hizo a todo hombre y a toda mujer dándoles ciertos impulsosnaturales, y uno de los más fuertes es el sexual. El matrimonio brinda la forma más natural para dar expresión adecuada y sensata a este impulso. Por lo tanto, encontramos en Génesis 2:24 que los dos se unirán y “serán una sola carne”. Esto se explorará más adelante, pero debemos entender en este contexto que el matrimonio es la expresión natural que Dios ha provisto para que una pareja se una en una relación física y placentera. Además, “una sola carne” desde el punto de vista hebreo se entiende en términos de toda la personalidad y no solamente lo físico. En otras palabras, es una descripción de la relación matrimonial entre dos personas, aun con sus personalidades variantes. Es por medio de esta relación conyugal que el hombre y la mujer pueden cumplir algo de su naturaleza. Sin el trato sexual, algo queda incompleto en la personalidad de ambos. Por lo tanto, se requiere
un don especial, de “continencia”, para poder tener una vida fructífera, sin el goce de la unión conyugal  (1Corintios 7:7-9)

PRIMERA PARTE: EL MATRIMONIO
Capítulo 1: El Matrimonio: La Relación Primordial  ¾ La Naturaleza del
Matrimonio; Los Propósitos del Matrimonio; El Hogar Cristiano

Capítulo 2: Preparativos para el Noviazgo ¾ Las Amistades; Estrechando
Vínculos; Elementos de Selección; La Diferencia entre el Amor
Maduro y el Inmaduro; Sexo Prematrimonial; ¿Qué de las Caricias?

Capítulo 3: Consejos Preparativos para el Matrimonio  ¾ Unas Razones para la Buena Preparación de la Pareja; El Consejo Prematrimonial; La Primera Conferencia: Conociéndose; La Segunda Conferencia: Las
Bases  Bíblicas del Hogar Cristiano; La Tercera Conferencia;
Revelándose y Comprendiéndose; La Cuarta Conferencia:  Áreas de
Ajustes; La Quinta Conferencia: Detectando Posibles Problemas  y Planificando la Ceremonia; Las Razones y Beneficios de Tener una Ceremonia Pública; La Luna de Miel

Capítulo 4: Los Ajustes dentro del Matrimonio ¾ El Amor: ¿Es Algo Que
Crece y Mejora?; Las Diferencias entre Hombres y Mujeres; Papeles en el Matrimonio; La Intimidad en el Matrimonio; Claves de Compañerismo

Capítulo 5: El Matrimonio y el Sexo ¾ El Sexo en la Biblia; Elementos de
Confusión Respecto al Sexo; Claves de la Felicidad Sexual en el Matrimonio; Planificación Familiar

Capítulo 6: La Resolución de los Conflictos en el Matrimonio  ¾ Clases de Conflictos: Las Etapas y los Tipos; Causas de Conflictos; Cómo Manejar y Resolver los Conflictos; La Buena Comunicación: El Arte de la Comprensión

Capítulo 7: El Cristiano, la Iglesia y el Divorcio ¾ La Evidencia Bíblica;
La Perspectiva Eclesiástica; Aspectos Sicológicos; El Problema de
Casarse de Nuevo; La Iglesia Ministrando a los Que Se Divorcian;
¿Debe la Iglesia Casar de Nuevo a los Divorciados?

SEGUNDA PARTE: LA FAMILIA
Capítulo 8: Las Relaciones entre los Padres y los Hijos Menores ¾ Las
Líneas de Autoridad en el Hogar; La Formación de los Niños; La disciplina de los Niños

Capítulo 9: Las Relaciones entre los Padres y los Hijos Adolescentes ¾
Causas de Tensiones; El Desarrollo del Adolescente; Pasos hacia las Buenas Relaciones con los Adolescentes

Capítulo 10: La Educación Sexual en el Hogar  ¾ Tres preguntas Comunes de los Padres; Una Definición de la Educación Sexual;
¿Cuando Debemos Comenzar la Educación Sexual?; ¿Cómo Debemos Presentar la Educación Sexual; ¿Qué Debemos Enseñar en la Educación Sexual?; Problemas Especiales de los Adolescentes;
Algunos Consejos Finales

Capítulo 11: La Vida Espiritual en el Hogar  ¾ Proviene de una Consciencia Abierta a Dios; Depende de Que Cristo Reine en Nuestros Corazones; Requiere Que la Fe Cristiana Sea Practicada y
Enseñada; Cultos Familiares; Tiempos Familiares; Actividades Misioneras para la Familia

Capítulo 12: Sugerencias para el Programa de Educación Familiar en la Iglesia  ¾ Cómo Comenzar el Programa; Formación de la Lista de Necesidades Sentidas;  Métodos para Conducir el Programa;
Programas para la Semana o el Mes del Hogar; Predicando sobre el Hogar; Una Encuesta: Necesidades Sentidas sobre la Familia
BIBLIOGRAFÍA
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viernes, 15 de junio de 2012

No es Bueno que el Hombre este Solo: Teologia del Matrimonio


biblias y miles de comentarios
 
Tipo de Archivo: PDF | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
Información
Prólogo 15
PARTE PRIMERA: "DIJO LUEGO  DIOS..." 21
Introducción: El Antiguo Testamento 23
SECCIÓN I: Matrimonio y pecado 33
1. "Espíritus engañosos" 33
2. Por qué es bueno el matrimonio 49
SECCIÓN II: El matrimonio y el pecado original 61
3. Si Adán no hubiese caido 61
4. Libido 73
5. El instinto de los creyentes 101
6. Varón y hembra 131
PARTE SEGUNDA: "NO ES BUENO QUE EL
HOMBRE ESTE SOLO" 141
Introducción: Salvación en parejas 143
SECCIÓN I: La vida ideal 149
7. Un don especial 149
8. Las inquietudes de la vida matrimonial 163
9. Abstinencia y oración 177
10. "Donde esté tu tesoro..." 187
11. "Para bien y para mal..." . 205
12. "División" 219
13. El mejor camino . 227 
SECCIÓN II: La vida típica 239
14. Como en los tiempos de Noé 239
PARTE TERCERA: "VOY A HACERLE UNA
AYUDA..." 257
SECCIÓN I: Santo matrimonio 259
Introducción: La presencia de Yahvé 259
15. La naturaleza del matrimonio 263
SECCIÓN II: La función de Dios 275
Introducción: El deseo de Yahvé 275
16. La promesa sagrada 281
17. El don del matrimonio 289
18. El Pronubus 303
19. Hechos el uno para el otro 311
SECCIÓN III: Sus perspectivas 323
20. Caminos y viajeros 323
21 . Un camino hacia Dios 341
Conclusiones 351
Abreviaturas 357
Bibliografía  359

LA primera insinuación de respuesta a nuestra pregunta sobre la influencia que se ejercen mutuamente marido y mujer se encuentra en el relato del matrimonio más an-tiguo de la Biblia.
Dijo luego Yahvé Dios: "No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada..." Entonces Yahvé Dios hizo caer un profundo sueño sobre el hombre, el cual se durmió. Y le quitó una de las costillas, rellenando el vacio con carne. De la cos-tilla que Yahvé Dios había tomado del hombre formó una mujer y la llevó ante el hombre. Entonces éste exclamó:
"¡Esta vez si que es hueso de mis huesos
y carne de mi carne!
Esta será llamada varona,
porque de varón ha sido tomada."
Por eso deja el hombre a su padre y a su madre
y se une a su mujer, y se hacen una sola carne' . 
Como quiera que Dios usó al ser humano autor de este pasaje como su medio para comunicarse con nosotros, ¿qué es lo que trata de decir este autor humano?Antes de que podamos contestar es preciso recordar algo. Un hombre se dedica a crear porque desea com-partir una experiencia que ha obtenido de la vida y su significado. Y concibe un tipo de notas musicales, una combinación de colores, una cierta disposición de las pa-labras, porque este es el mejor medio que conoce para hacer que otros vean y sientan lo que él ha visto y sentido.
Así, cuando un autor, esta vez inspirado por Dios de un modo especial, declara:
Los montes brincaron lo mismo que carneros,
las colinas como corderinos. importa saber si lo que leemos es un relato presencial o un poema lírico. El libro en el cual ocurre nuestro pasaje sobre el ma-trimonio recibió su forma presente una vez que los judíos regresaron de Babilonia, y extrae la poesía y la prosa de tres antiguas colecciones, fundiéndolas en un tipo único.
Esta narración sobre el primer hombre y la primera mujer proviene de la colección "Yahvist", denominada así por la palabra que ordinariamente usan para Dios sus cantos y sagas. Aunque la colección en sí fue reunida —y tal vez escrita— en la vecindad de Jerusalén, en tiempos de Sa-lomón, sus fragmentos separados habían estado circulan-do en la forma oral durante generaciones. La tierra y el modo de vida que describen sugieren los días en que los judíos se estaban convirtiendo en un pueblo unido.
Ninguna otra tradición del Cercano Oriente deriva la raza humana de una sola pareja'. Y ninguna obra antigua, que se conozca hoy, contiene esta explicación sobre el modoen que la mujer vino a ser. Parece probable que, cuando el autor bíblico la recibió, poseyera un climax que él ha suprimido para hacer que fluya suavemente al siguiente episodio: el pecado del hombre y la mujer. Por tanto, el tratamiento es original, aunque ciertos detalles de acción y de ambiente se encuentren también en los mitos babi-lónicos. Lo que esto sugiere no debe infundirnos temor.
Nosotros explicamos el mundo que vemos —las nubes, el hielo de los ríos, la primavera, y la oscuridad— mediante leyes o fórmulas matemáticas. Estas, a su vez, nos hacen filosofar acerca de una causa esencial, que al menos debe ser tan personal como nosotros mismos. Supuesto que nuestras fórmulas y filosofías sean ciertas hasta donde ellas llegan, las verdades que abordan carecen de forma y de color. Por alguna razón son independientes del tiem-po. Dadas ciertas condiciones, e = me2 es válido ayer, hoy y siempre. Los pueblos del cercano Oriente sabían también que existe algo detrás del mundo que palpamos y vemos, algo exactamente tan real, algo que explica su existencia y movimiento. Pero su modo de percibir esta realidad trascendente era diferente al nuestro. Nosotros deducimos su presencia por lógica; ellos simplemente la veían actuar en el mundo4 . Pero darse cuenta de su pre-sencia no era lo mismo que poder describirla y, al igual que nosotros, tenían que recurrir a los símbolos. Su idea de la realidad trascendente no se expresó en fórmulas o combinaciones de términos científicos, sino por las relaciones entre personas. Explicaban el mundo de for-mas, colores y épocas, por medio de relatos cuyos argumentos y personajes eran independientes del tiempo
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