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domingo, 28 de enero de 2018

Hermanos, vosotros sabéis que ya desde los primeros días me eligió Dios entre vosotros para que por mi boca oyesen los gentiles la Palabra de la Buena Nueva y creyeran

PARA RECORDAR ... El que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6



Pablo se entrevista con Pedro y su grupo
Sorprendentemente, Pedro vuelve a aparecer en el denominado “concilio o reunión de los apóstoles” que nos cuentan Hechos 15 y Gálatas 2,1-10, con también sorprendentes variantes. 
Allí, en esa reunión, se discutió si tenía o no razón Pablo en predicar la buena nueva de que Jesús era el mesías también de los paganos.
La buena nueva era que Jesús era el mesías no solo de los judíos, sino del mundo entero… Y también se trató en Jerusalén sobre las consecuencias respecto a la observancia, o no, de la ley completa de Moisés por parte de unos paganos que creían en el Mesías. 
Téngase en cuenta  que en principio los judíos creían que el Mesías era para ellos solos…, pues naturalmente implantaría la supremacía de Israel  sobre la tierra entera… (el reino de Dios) y después… el paraíso eterno, en el que los judíos ocuparían si no los únicos puestos disponibles, sí los mejores. 




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domingo, 3 de julio de 2016

Y dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ammi, porque vosotros no sois mi pueblo, ni yo seré vuestro Dios

El propósito de este curso es que la Iglesia de Cristo aprenda y reflexione sobre el mensaje dado por este Profeta al reino del norte, y evite las consecuencias desastrosas que ellos sufrieron por abandonar a Dios. La expresión: “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento”, nos lleva a pedira cada miembro de la iglesia que aprenda, enseñe y viva los mandamientos de Dios; por ello recomendamos la memorización del decálogo durante este tiempo de estudio. Oseas vivió la experiencia de lanzar el mensaje de Dios al reino del norte con la esperanza de que éste se arrepintiera y comprendiera cuánto le amaba el Señor.

El libro de Oseas se denomina así por el nombre del profeta que lo escribió. Óseas es el primero de los doce profetas menores. 

Se llaman "menores" no porque sean de menor importancia que los profetas mayores, sino porque sus libros son más cortos. 

Muchos escritores antiguos hebreos y cristianos consideraban los escritos de los profetas menores como un solo libro. En vista de que la época abarcada por estos profetas se parece a la nuestra en su espíritu materialista y comercial, y por sus males sociales, estos libros tienen un mensaje definido e importante para nosotros hoy. 

El nombre Óseas (Heb. Hoshea') es una forma abreviada del Heb. Hosha'eyah (Jer 42: 1; 43: 2), que significa "Yahweh ha salvado". 

2. Paternidad literaria.- 
No se sabe nada más de la historia de la familia de Óseas que lo que se dice en los versículos con que comienza su profecía. El nombre del padre del profeta, Beeri (Heb. Be'eri, "mi pozo"), no revela la tribu a la cual pertenecía Óseas. 

No sabemos nada de los acontecimientos de los últimos días de Óseas, ni del lugar ni el tiempo de su muerte. Sin embargo, la evidencia interna aclara que Óseas pertenecía al reino del norte, Israel, y que allí ejerció su ministerio. 

3. Marco histórico.- 
Los reinados durante los cuales Óseas profetizó están ubicados, según la cronología de este Comentario, como sigue (los años son a. C.):

  • Uzías (790- 739), 
  • Jotam (750-731), 
  • Acaz (735-715) y 
  • Ezequías (729-686), 
  • reyes de Judá; y 
  • Jeroboam II (793-753), rey de Israel. 
Óseas debe haber empezado su ministerio mucho antes de 753 a. C., y tuvo que haber continuado en actividad hasta algún tiempo después de 729 a. C. 

Vivió en el período más tenebroso de la historia del reino de Israel, precisamente antes de que la nación fuera llevada al cautiverio por Asiria. Como el libro de Óseas no hace mención ninguna de este acontecimiento, es probable que fuera escrito antes de la ruina final del reino del norte. 

En los días de Jeroboam II, Israel prosperó materialmente y progresó más que en cualquier otro tiempo desde los reinados de David y Salomón (ver com. Ose. 2: 8). Sus límites por el norte eran casi tan extensos como los que existieron en los días de aquellos reyes (2 Rey. 14: 25, 28). 

Sin embargo, esta gloria externa sólo hacía destacar más la decadencia moral interior y la declinación espiritual del pueblo. La anarquía política y la falta de gobierno caracterizaron esos tiempos. 

Hubo reyes que ascendieron al trono después de matar a sus predecesores, y a su vez ellos fueron asesinados. 

  • Salum asesinó a 910 
  • Zacarías, y Manahem asesinó a Salum, 
  • Peka asesinó a Pekaía, hijo de Manahem; y 
  • Óseas, el último rey de Israel, asesinó a Peka. 
Posiblemente por esta anarquía vergonzosa que se produjo después de Jeroboam II, éste solo es mencionado por Óseas, y sus sucesores son omitidos (Ose. 1: 1); o posiblemente el profeta se fue al sur, a Judá, después del reinado de Jeroboam. 

Oseas se refiere varias veces al culto idolátrico al becerro levantado por Jeroboam I (1 Rey. 12), como causa principal de la impiedad de Israel. Este culto al becerro quizá preparó el camino más tarde para un culto más cruento y más inhumano que se ofrecía en honor de Baal y Astoret: la espantosa abominación del sacrificio de niños y la inexplicable degradación de una desenfrenada sensualidad. 

Oseas vivió en el tiempo de la cosecha de esta mala siembra. La adoración a la criatura desplazó la adoración al Creador. Ningún mandamiento del verdadero Dios era obedecido. Prevalecían la falta de honradez, la desconfianza mutua y la falsedad frente a Dios y al hombre. 

En los prósperos días de Jeroboam II se derramaba sangre en abundancia, y se estimulaba el lujo en todas sus formas. Por regla general, se pervertía injusticia y se oprimía a los pobres. 

El adulterio era una práctica religiosa. Todos los niveles sociales se habían corrompido y la blasfemia y el escepticismo caracterizaban a la corte real. Los sacerdotes, entregados enteramente a la idolatría, se unían con el pueblo en su pecaminosidad, y aumentaban la corrupción que imperaba en el país. 

Oseas fue llamado por Dios para que se opusiera a esa inundación de maldad del reino del norte, y para que levantara diques de reprensión, condenación y súplica: de súplica basada en el eterno amor de Dios por sus hijos descarriados. Pero los ruegos de Óseas no fueron escuchados por un pueblo apóstata. 

La impía nación impenitente e inconversa, se aferró a su rebelde conducta, y fue llevada al cruel cautiverio del yugo asirio. 

Óseas dio el último mensaje de Dios al reino del norte antes de su caída en 723/722 a. C.

4. Tema.- 
El tema predominante del libro de Óseas es el amor de Dios para con su pueblo extraviado. Las experiencias por las cuales pasó el profeta en su vida familiar y los sentimientos de su propio corazón para con su esposa infiel, le dieron una idea de las profundidades insondables del amor del Padre para su pueblo. 

La terrible maldad del reino del norte aparece aún más tenebrosa a la luz de ese amor divino, y Óseas de ninguna manera disculpa al pueblo por su conducta. El profeta también describe con tonos lóbregos los terribles castigos que caerían sobre Jerusalén si persistía en su impiedad. Estas amonestaciones no son amenazas, sino declaraciones de hechos que muestran que el castigo sigue ineludiblemente al pecado. 

Sin embargo, en todo lo que escribe Óseas expresa el tierno amor de Dios para con su pueblo descarriado. El libro está lleno de exhortaciones al arrepentimiento y mensajes de esperanza para los que quisieran volver a su Padre amante. 

5. Bosquejo.- 
I. Sobrescrito, Oseas 1: 1. 
II. La relación de Dios con Israel simbolizada por la relación de Óseas con su propia                 familia, Oseas 1: 2 a Oseas 3: 5. 
   A. La infidelidad de Israel simbolizada por la familia del profeta, Oseas 1: 2-9. 
         1. Casamiento de Óseas, Oseas 1: 2-3. 
         2. Nacimiento de Jezreel, Oseas 1: 4-5. 
         3. Nacimiento de Lo-ruhama, Oseas 1: 6-7. 
      4. Nacimiento de Lo-ammi, Oseas 1: 8-9.  
   
   B. Promesa de que Dios aceptaría a Israel en el futuro, Oseas 1: 10 a Oseas 2: 1. 
   C. La idolatría de Israel comparada con la infidelidad de Gomer, 2: 2-13. 
   D. El amor de Óseas por Gomer, y el amor de Dios para con Israel, Oseas 2: 14-23. 
   E. El regreso de Gomer a Óseas, y el regreso de Israel a Dios, Oseas 3: 1-5. 

III. La condición de impiedad de Israel y la certeza del castigo, Oseas 4: 1 a Oseas 10: 15.      A. La acusación de perversidad, Oseas 4: 1 a Oseas 7: 16 
      1. Impiedad del pueblo en conjunto, Oseas 4: 1-19. 
      2. Impiedad de sacerdotes y gobernantes, Oseas 5:1-15. 
      3. Exhortación al arrepentimiento, Oseas 6: 1 - 11. 
      4. Perversidad de la casa real, Oseas 7: 1-16. 
  B. El castigo sobre la nación, Oseas 8: 1 a Oseas 10: 15. 
      1. La trágica cosecha de depender neciamente de Asiria, Oseas 8: 1-14. 
      2. Exilio a Asiria y disminución de la población, Oseas  9: 1-17. 
      3. El lugar de culto devastado y el reino destruido, Oseas 10: 1-15. 

IV. Resumen del trato de Dios con Israel, Oseas 11: 1 a Oseas 14: 9. 
   A. La misericordia de Dios y su amor para Israel, Oseas 11: 1-11 
   B. La ingratitud e impiedad de Efraín contrastadas con el caso de Jacob, Oseas 11: 12            a Oseas 12: 14. 
   C. El castigo divino sobre Efraín, Oseas 13: 1-16. 
   D. La súplica para regresar y la promesa de plena redención, Oseas 14: 1-9.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Curso para Obreros y Ministros Itinerantes: El Evangelio de Juan Lección 8


.

LECCIÓN OCHO:
LAS ENSEÑANZAS DE JESÚS V
. biblias y miles de comentarios
 
INTRODUCCIÓN:
Estamos terminando el curso sobre el Evangelio narrado por Juan; en esta lección, estudiaremos sobre la unidad de los cristianos y su dependencia de Jesucristo el Hijo de Dios, quién habiendo sido crucificado, resucitó al tercer día de entre los muertos por el poder de Dios
 
TEXTO DE LA LECCIÓN: Jn. 17:1-26; 20:1-31

OBJETIVO
:
Conocer un tema de vital importancia, a través del cual Jesús enseñó verdades profundas dirigidas a cambiar la manera de pensar y de vivir de los seres humanos. Para lo cual, debe usted leer no menos de tres veces el texto de esta lección.
ADELANTO
:
Usted aprenderá sobre los siguientes temas:

A.     La Permanencia en Unidad:
1.    Unidad en la Oración.
2.    Unidad a Través de la Palabra de Dios.
3.    Unidad como una Señal para el Mundo.
B.      El  Depender de Jesucristo Resucitado:
1.                   El Evento.
2.                   Las Evidencias.
3.                   Las Inferencias.
A.      La Permanencia en Unidad  (Jn. 17:1-26).
“Yo les he dado la gloria que me diste, para que sean uno, así como nosotros somos uno” (Jn. 17:22)

1.       Unidad en la Oración. La unidad de Jesucristo con el Padre es unidad en perfección, porque los dos son perfectos; además, es  una unidad eterna y gloriosa; pero, ¿cómo podemos tener nosotros unidad con Jesucristo y con el Padre? “Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quién tú has enviado” (Jn. 17:3, 8, 14, 17). Para conocer al Padre, tenemos que conocer su Palabra; es decir, debemos conocer la Biblia, únicamente allí encontraremos la manera de lograr unidad con Dios Todopoderoso y Jesucristo su Hijo. Esto nos proporcionará un gozo profundo y real a través del Espíritu Santo que mora en los cristianos; es decir, en los seres humanos que han conocido la Palabra de Dios y la han obedecido, poniéndola en práctica en su propia vida; entonces podremos sentir el mismo gozo que sintió Jesús, según nos indica: (He. 12:2), que dice:
                 “Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador
 y perfeccionador de nuestra fe,
 quién por el gozo que le esperaba,
 soportó la cruz, menospreciando
 la vergüenza que ella significaba,
 y ahora está sentado a la derecha
 del trono de Dios”.
Si estamos unidos al Padre y al Hijo por medio de la obediencia, ellos nos guardarán del mal por medio de la santificación de nuestro espíritu; es decir, por medio de la “Separación” del mundo, o sea, apartándonos del pecado que vive en la carne. Al tener esta unidad con el Padre y con el Hijo, a través del Espíritu Santo, entonces podemos orar con gozo esta oración que Jesús mismo nos enseñó,
y que dice así: “Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre,…” (Mt. 6:9).
1.       Unidad a Través de la Palabra de Dios. Los seres humanos buscamos identificarnos e interrelacionarnos, usando como medios o parámetros: nuestro círculo familiar y social, nuestro nivel cultural, nuestras aficiones, gustos e intereses; nuestra manera de pensar y nuestras creencias religiosas. En consecuencia, teniendo estos factores como base formamos grupos, tales cómo: familias, pueblos, ciudades, naciones, asociaciones, sindicatos, clubes, cooperativas, escuelas, colegios, universidades, empresas, etc. Ahora, para poder dirigir y organizar estos grupos humanos, ha sido necesario elaborar: estatutos, reglamentos, códigos, leyes; de tal manera que, el grupo y los reglamentos acordados nos mantendrán unidos, mientras estén a tono con nuestros intereses materiales, emocionales y espirituales.
De la misma manera, el Creador del Universo y de la vida, el Señor Todopoderoso y el único Dios Verdadero, a través de su Unigénito Hijo Jesucristo, a quién ha dado toda autoridad y poder en los Cielos y en la Tierra, ha instituido a un grupo humano que busca un objetivo espiritual común, determinado en la Vida Eterna y en la Salvación otorgada por la gracia y misericordia de Dios. Para ello, nos ha dado un Manual Espiritual conocido como La Biblia; la cual contiene la Palabra Viva y Eficaz de Dios como instructivo, que guía mediante leyes divinas nuestra vida espiritual a través de la Biblia. Es decir, todos los que conformamos este grupo humano, dirigido por Dios, nos mantenemos unidos en un mismo pensar y en un mismo sentir; así mismo, llevamos el nombre de “Cristianos” y hemos sido añadidos para conformar un Cuerpo llamado Iglesia. la misma que pertenece únicamente a Cristo por ser Él su fundador, Cabeza y propietario ya que la compró con su preciosa sangre; por lo tanto la Iglesia es de Cristo. Busquemos en nuestra Biblia las siguientes citas: (2Ti.3:16-17; Hch. 11:26; Ro. 16:16).
2.    Unidad como una Señal para el Mundo. La Palabra de Dios, o   sea la Biblia, ha sido preparada para el servicio de la verdad; de tal manera, que si preguntamos, ¿cuál es el único estándar, norma o modelo de la verdad en este mundo?, no hay ni habrá otra respuesta que no sea: “La Palabra de Dios; razón por la cual, los que estamos unidos por la Palabra de Dios, somos santificados o purificados por la misma, según nos dice la siguiente cita bíblica: “Ahora que se han purificado obedeciendo a la verdad y tienen un amor sincero por sus hermanos, ámense de todo corazón los unos a los otros”  (1 P. 1:22).
            La verdad de la Palabra de Dios ha sido transmitida por los apóstoles que escogió Jesús, y estas palabras, producen Fe en
quiénes las oyen y las ponen en práctica, como nos aseguran estos versículos bíblicos: “Así que la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo (Ro. 10:17); “Así pues, los que recibieron su mensaje fueron bautizados, y aquel día se unieron a la iglesia unas tres mil personas” (Hch. 2:41). En consecuencia, las palabras que han sido transmitidas por los apóstoles a través de la Biblia, hasta nuestros días, han sido dadas por Dios para que produzcan la única fe verdadera en los hombres, cuando con un corazón abierto las reciban. Para una mejor comprensión de la unidad que identifica a los cristianos como un solo Cuerpo, lea por favor: (Ef. 4:1-6).
      Todos estos versículos sobre la unidad, la verdad y la obediencia, tienen su origen en la fe producida por las Palabras de Jesús que sus discípulos transmitieron al mundo, y las personas que han creído en el mensaje del Evangelio de la Salvación; es decir, en que Jesucristo es el Hijo de Dios que se hizo hombre y murió por nuestros pecados, que resucitó al tercer día de entre los muertos y que ahora está sentado a la diestra de Dios Padre (1 Co. 15:1-4), son verdaderos cristianos. La fe, en todas estas personas, es el resorte espiritual que mueve a la acción y a la obediencia, para que todo el que cree; es decir, todo el que tenga fe en las Palabras de Jesús, entre a formar parte del Cuerpo de Cristo como nos especifican claramente los siguientes versículos: “Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como también fueron llamados a una sola esperanza; un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo; un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos y por medio de todos en todos”.(Ef. 4:4-6).

A.      El Depender de Jesucristo Resucitado: (Jn. 20:1-31). “Hasta entonces no habían entendido la Escritura, que dice que Jesús tenía que resucitar”. (Jn. 20:9).

El Evento. Al tercer día después que Jesús había sido sepultado luego de su muerte en la cruz, muy temprano en la mañana fue hasta 
1.    su tumba María Magdalena. Miremos cómo el versículo, nos describe esta escena: El primer día de la semana, muy de mañana, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que habían quitado la piedra que cubría la entrada” (Jn. 20:1). ¿Cuál fue su reacción al ver la tumba abierta? Sorpresa, incertidumbre y preocupación, son tres palabras que describirían claramente la reacción de María Magdalena, y no sabiendo qué hacer, corrió desesperada en busca de los discípulos de Jesús y  les dijo: ¡Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde lo han puesto!” (Jn. 20:2).
Jesús en varias ocasiones había indicado a sus discípulos, a los líderes religiosos, a las hermanas de Lázaro sobre su resurrección, pero no le habían entendido. En consecuencia, al encontrarse con la tumba vacía, a María Magdalena primeramente y a Pedro y Juan, luego, lo primero que se les vino a la mente fue, que hubiera sido robado el cuerpo del Maestro; sin embargo, las vendas y el sudario con que envolvieron el cuerpo de Jesús, estaban allí, y más aún, el “sudario” (pañuelo grande de tela) que había cubierto la cabeza del Señor, se encontraba enrollado en un lugar aparte, según: (Jn. 20:7). Estos elementos que encontraron los discípulos al penetrar en la tumba, descartaron el pensamiento inicial de que el cuerpo de Jesús hubiera sido robado, llegando a comprender y creer en la resurrección que su Maestro varias veces les había  mencionado (Jn. 20: 8-9).
2.    Las Evidencias. El evento de la Resurrección nos muestra tres evidencias iniciales  muy contundentes, por la veracidad demostrada:
a.    La Tumba Vacía. El cuerpo de Jesús ¡No estaba en la tumba!  José de Arimatea, rico judío, junto con Nicodemo quién era un dirigente de los judíos (Jn. 19:38-42), María Magdalena (Mt. 27:61) y seguramente varias personas más lo  habían colocado allí tres días antes, pero no estaba allí el cadáver de Jesús. Esta tumba era de propiedad de José de Arimatea, y aún nadie había sido sepultado allí; la entrada a la tumba fue tapada  con una gran piedra y un sello romano fue colocado en esta piedra, además de la guardia de soldados romanos solicitada por los jefes de los sacerdotes y los fariseos, a Pilato el gobernador romano (Mt. 27:62-66). A pesar de todas las precauciones tomadas, la enorme piedra estaba corrida, la tumba se encontraba abierta y el cuerpo de Jesús no estaba allí.
Los dirigentes religiosos y los fariseos querían que todos pensaran que los discípulos de Jesús habían robado  su cuerpo; tal es así que, sobornaron a los guardias encargados de custodiar la tumba para que mintieran (Mt. 28:11-15); pero esa gran mentira fue pulverizada por el poder de Dios, quién levantó a
Jesucristo de entre los muertos; es decir, ¡LO RESUCITÓ!, dejando la tumba vacía. (Mt. 28:1-10).
b.    La Vestimenta. En los tiempos de Jesús, era la costumbre envolver el cuerpo de los muertos con tiras o vendas de lino; y su rostro era envuelto en un sudario (Jn. 11:44; 20:5-7). También usaban un vestido funerario hecho del lino más barato llamado “tachrichin”, palabra que significaba: envoltura o vestido de viaje.[1]
En el caso de Jesús, de acuerdo a lo referido por los testigos presenciales: Pedro y Juan, su cuerpo debió haber estado cubierto por el vestido funerario, o sea, una túnica blanca de lino, luego se le envolvió con las vendas o tiras y su cabeza se cubrió con un sudario (Jn. 20:6-7), todo este proceso está explicado en los siguientes versículos.
Las vendas encontradas en la tumba y el sudario enrollado aparte, son las pruebas contundentes y lógicas de que el cuerpo de Jesús no fue robado; ya que ningún ladrón se tomaría la molestia de quitar las vendas del cuerpo y colocar cuidadosamente enrollado el sudario en un lugar aparte. De hecho, no hay una razón explícita para que un ladrón actuase de esta manera.
El momento en que Jesús volvió a la vida, debió haberse quitado las vendas y el sudario, (el cual colocó cuidadosamente doblado en un lugar aparte de las vendas), quedándose sólo con la túnica y saliendo del sepulcro, para momentos después aparecer ante María Magdalena, la misma que fue el primer testigo ocular de la resurrección de Jesús, según nos relata: (Jn. 20:14-17).
b.    Los Testigos. En los tribunales de justicia, los testimonios que tienen mayor validez, son los proporcionados por los testigos oculares; es decir, los que estuvieron presentes en el lugar mismo de los acontecimientos; los que vieron con sus propios ojos lo sucedido y pudieron aportar datos verídicos sobre este gran evento, único en su género. A continuación, con este motivo, para el caso de la Resurrección de Jesucristo, vamos a presentar un cuadro de los principales TESTIGOS OCULARES que dieron fe y testimonio acerca de este portentoso suceso, que tuvo lugar hace aproximadamente dos mil años en Jerusalén.
 Nota: Todas estas citas bíblicas que aparecen en el siguiente cuadro de testigos oculares de la Resurrección de Jesucristo, deberán ser leídas detenidamente por usted,  reflexionando sobre las mismas, lo que le llevará a hacerse preguntas al respecto.[1]
LA RESURRECCIÓN Y LA ASCENSIÓN DE CRISTO
Mateo
Marcos
Lucas
Juan
La Tumba Vacía:




Las mujeres van a ver la tumba.
28:1
16:1


La piedra había sido quitada.
28:2-4



Las mujeres encuentran la tumba vacía.
28:5-8
16:2-8
24:1-8
20:1
Pedro y Juan encuentran la tumba vacía.


24:9-12
20:2-10
Las apariciones después de la resurrección:




Aparición a María Magdalena.

[16:9-11]

20:11-18
Aparición a las otras mujeres.
28:9-10



Informe de los guardias a las autoridades judías.
28:11-15



Aparición a los dos discípulos de camino a Emaús.

[16:12-13]
24:13-32

Informe de los dos discípulos al resto (1 Co. 15:5a).


24:33-35

Aparición a los diez discípulos reunidos.

[16:14]
24:36-43
20:19-25
Aparición a los once discípulos reunidos (1 Co. 15:5b)



20:26-31
Aparición a los siete discípulos mientras pescaban.



21:1-25
Aparición a los once en Galilea (1 Co. 15:6).
28:16-20
[16:15-18]


Aparición a Jacobo, hermano de Jesús (1 Co. 15:7).




Aparición a los discípulos en Jerusalén (Hch. 1:3-8).


24:44-49

La ascensión:




Bendición de Jesús y su partida (Hch. 1:9-12).

[16:19-20]
24:50-53


[1] International Bible Society. 1979. Nueva Versión  Internacional. Sociedad Bı́blica Internacional: East Brunswick, NJ, USA


[1]Alfred Edesheim “Usos y Costumbres de los Judíos”.. Editorial. Clie. Págs. 177-196

1.    Las Inferencias. La palabra “inferencia”, viene del verbo “inferir” y su significado, según el Diccionario de la Lengua Española viene del latín inferre = llevar a; lo que traducido sería: sacar una consecuencia o deducir una cosa de otra.
Las evidencias históricas son importantes para despejar las dudas;  pues, estas evidencias que hemos visto, nos sirven para comprobar quién es Jesús:
¿Es Jesús un hombre bueno? ¿Es un profeta de Dios? ¿Es únicamente un hombre? ¿Es un iniciado?, o ¿Es el Hijo de Dios? Veamos lo que nos dicen los siguientes versículos: Este evangelio habla de su Hijo, que según la naturaleza humana era descendiente de David,  pero que según el Espíritu de santidad fue designado  con poder Hijo de Dios por la resurrección. Él es Jesucristo nuestro Señor[1]  (Ro. 1:3-4): En consecuencia, Jesús no es un fraude, es el Hijo de Dios resucitado de entre los muertos y declarado Hijo de Dios con Poder.
De todo esto aprendemos que Jesucristo es Dios vivo, ya no está más crucificado; de hecho, ascendió a la diestra del Padre y está preparando un lugar para los que han entendido y obedecido su mensaje de Salvación, o sea, el Evangelio. Para una mayor compresión, lea por favor las siguientes citas bíblicas: (Jn. 14:2-4; 20:30-31).

[1]International Bible Society. 1979. Nueva Versión Internacional. Sociedad Bı́blica Internacional: East Brunswick, NJ, USA

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