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viernes, 22 de marzo de 2019

Y HOY... QUÉ SE TE APETECE?...

PARA RECORDAR ... El que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6



TODO CON ACCION DE GRACIAS
Entendiendo que todo lo que somos y tenemos es por la gracia de Dios, orar por los alimentos debe ser un acto solemne de agradecimiento.
La Palabra de Dios nos manda a dar gracias a Dios por todo (Ef. 5:20) y a hacer todo para la gloria de Dios, incluyendo el comer (1 Corintios 10:31). Además, como cristianos hemos sido llamados a orar sin cesar y a dar gracias en todo ya que esta es la voluntad de Dios (1 Te. 5:16-18).
Jesús nos dio ejemplo. En los evangelios podemos encontrar a Jesús bendiciendo los alimentos, o dando gracias al Padre por ellos, en varias ocasiones. Veamos los relatos de la alimentación de los 4 mil y de los 5 mil que encontramos en el libro de Mateo (énfasis añadido):
“Y ordenando a la muchedumbre que se recostara sobre la hierba, tomó los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo los alimentos, y partiendo los panes, se los dio a los discípulos y los discípulos a la multitud. Y comieron todos y se saciaron. Y recogieron lo que sobró de los pedazos: doce cestas llenas. Y los que comieron fueron unos cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños”, Mateo 14:19-21
“Jesús entonces les dijo*: ¿Cuántos panes tenéis? Y ellos respondieron: Siete, y unos pocos pececillos. Y Él mandó a la multitud que se recostara en el suelo; y tomó los siete panes y los peces; y después de dar gracias, los partió y empezó a darlos a los discípulos, y los discípulos a las multitudes”, Mateo 15:34-36
Otro ejemplo lo encontramos cuando, luego de Su resurrección, Jesús se encuentra con dos de los discípulos que iban de camino a una aldea llamada Emaús. Luego de una larga conversación donde Jesús les revela todo lo que las Escrituras decían acerca de Él, leemos que ”…al sentarse a la mesa con ellos, tomó pan, y lo bendijo; y partiéndolo, les dio” (Lc. 24:30).
¿Notas lo importante que es para Jesús el bendecir o dar gracias por los alimentos?
Pero no es solo a Jesús que encontramos dando gracias a Dios por los alimentos. En Hechos 27 vemos al apóstol Pablo dando gracias a Dios públicamente antes de comer: “Habiendo dicho esto, tomó pan y dio gracias a Dios en presencia de todos; y partiéndolo, comenzó a comer” (Hch. 27:35, énfasis añadido).

Tomando las cosas en serio

Como te dije anteriormente, si no entendemos bien el propósito por el cual oramos por los alimentos, y la importancia de este “simple” acto, pudiéramos estar ofendiendo a Dios al hacerlo.
Lamentablemente he notado que muchas veces tomamos el momento de la oración por los alimentos de manera trivial. Es como si fuese algo que debemos hacer para cumplir con un requisito religioso o porque es lo que se espera de nosotros. A veces hasta llegamos al punto de básicamente repetir la misma oración vez tras vez para salir del paso, para terminar rápido, para cumplir con “el requisito”.
Repetimos una simple oración que muchas veces reza de esta manera: “Padre celestial te damos gracias por estos alimentos que nos has dado. Dale a tantas personas que no tienen. En el nombre de Jesus… ¡amén!”. Jesús nos advierte en Mateo 6:7: “Y al orar, no usen ustedes repeticiones sin sentido, como los Gentiles, porque ellos se imaginan que serán oídos por su palabrería. Por tanto, no se hagan semejantes a ellos; porque su Padre sabe lo que ustedes necesitan antes que ustedes lo pidan”.
Cuando no le damos al orar por los alimentos la importancia que se merece, o cuando por vergüenza ni siquiera oramos antes de comer, no damos buen ejemplo a los que nos rodean –particularmente a nuestros hijos– y desperdiciamos una buena oportunidad para dar testimonio de nuestra fe a nuestros familiares y amigos que no conocen a Jesús, además de encontrarnos con el Señor en oración.
No hay nada que llame más la atención que ir a un restaurante o lugar donde haya comida y cerrar los ojos para orar por los alimentos. Es una manera bien efectiva de honrar a Dios en público y de demostrar que Él es importante para ti. Inténtalo y verás lo bien que se siente.
Si creemos que al orar en realidad Dios nos escucha y nos responde, entonces debemos tomar el momento de orar y agradecer por los alimentos con más seriedad, dándole la importancia que verdaderamente merece. Esta oración no tiene que ser extensa, pero sí debe reflejar la gratitud de un corazón agradecido. Demos gracias a Dios por la provisión, por Su misericordia, por las manos que prepararon los alimentos, por la salud, por la familia, por el evangelio. ¡Seamos agradecidos!

lunes, 3 de marzo de 2014

Hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible debe ser apto para enseñar;no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 1Timoteo3:2,6


 
 
Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial

         Los dones, Los energemas u  operaciones del Padre

Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero es el mismo Dios el que hace todas las cosas en todos. 1 Corintios 12:4-6

A través de las épocas Dios se ha manifestado a su  pueblo  y  le  ha  dado  regalos  para bendecirlo, restaurarlo,  liberarlo,  utilizarlo  y para alcanzar la estatura del Varón Perfecto. Hablando de estos regalos leemos en el Salmos 68:18 que indica “Subiste a lo alto, cautivaste la cautividad, tomaste dones para los hombres, y también para los rebeldes, para que habite entre ellos JAH Dios.”

En la época del Antiguo Testamento, que es  la época del Padre, vemos que el Padre empezó a dar de sus  dones  a  su  pueblo,  que  son  identificados  como energemas u  operaciones; y Él los sigue dando hasta nuestros días (1 Co. 12:6; Hch. 2:22). Luego en la época que abarcan los Evangelios, que es  la época del Hijo, vemos que Jesús también dio de sus dones a la iglesia, que  son  las  diakonías  o  los  cinco  ministerios y  los seguirá dando hasta que lleguemos al estado del varón perfecto y la medida de la estatura de la plenitud  de Cristo (1 Co. 12:5; Ef. 4:8-13). Asimismo, en la época iniciada desde el libro de Hechos hasta nuestros días, la época del Espíritu Santo, lo vemos a Él dando de sus dones o carismas a la Iglesia (1 Co. 12:7-11; Ro. 12:6-8) a  palabra  “operaciones” se  traduce  del  griego “energema” que  significa:  Un  efecto,  operación, trabajando,  cosa  forjada,  efectuar  operación, actividad; el sufijo “ma” hace que sea el resultado o el efecto de  “enérgeia”;  es  el  resultado  de  la  energía  de  Dios.

Asimismo “energema” se deriva de “energeo”que se usa para  indicar  ser  activo  y  eficiente;  literalmente  significa trabajar  en,  estar  activo,  operante,  hacer,  (ser)  eficaz (ferviente),  ser  poderoso  en,  trabajar  (eficazmente  en), presentar el poder.

En el libro de los Hechos 2:22 la Biblia nos indica que los dones, energemas u operaciones del Padre se
manifiestan a través de milagros, prodigios y señales; pues indica ”Varones israelitas, escuchad estas palabras: Jesús el Nazareno, varón confirmado por Dios entre vosotros con milagros, prodigios y señales que Dios hizo en medio vuestro a través de El, tal como vosotros mismos sabéis.” (LBLA)

Ahora bien, a lo largo de la Biblia vemos que los dones, energemas u operaciones del Padre actuaron a través  de  sus  siervos  para  realizar  obras  poderosas, veamos:

1. Milagros, Hechos 2:22
La  palabra  “milagros”  se  traduce  del  griego “dumanis”  que,  entre  otras  cosas,  significa: Fuerza, poder milagroso, capacidad, abundancia, es decir, poder, milagro, fuerza, fuerza de poder; se usa de obras de origen y carácter sobrenatural, que no podrían  ser  producidas  por  agentes  y  medios naturales.

En ese sentido, en Marcos 6:1 al 6 leemos que el Señor no hizo ningún milagro en Nazaret a  causa  de  la  incredulidad  de  la  gente,  sino solamente algunas sanidades; lo cual deja ver el énfasis de los milagros en beneficio del cuerpo.

Veamos algunos de ellos:

a. Para realizar sanidades

i. Naamán, 2 Reyes 5:1-14
Cuando  Naamán  llegó  a  Israel buscando la sanidad de su cuerpo, Eliseo  lo  envió  a  sumergirse  siete veces  en  el  río  Jordán,  y  Dios milagrosamente  lo  sanó  (Mt.  10:8).
En  este  ejemplo  vemos  que  el  energema estaba en Eliseo.

ii. La  mujer  del  flujo  de  sangre, Marcos 5:25-34
Esta  mujer  gastó  todo  su  dinero buscando su sanidad, pero hasta que tocó  el  borde  del  manto del  Señor Jesús quedó sana (Mt. 10:8; Lc 5:17; 18:27).  Acá  vemos  el  energema actuando en el Señor Jesús.

iii. El  cojo  de  la  puerta  del  templo, Hechos 3:1-8
Este hombre era cojo de nacimiento y lo llevaban a la puerta del Templo a  pedir  limosna,  pero  cuando  le pidió dinero a Pedro y a Juan, Pedro impulsado por el Espíritu Santo, lo sanó  en  el  nombre  de  Jesús.  Este relato  nos  muestra  el  energema actuando  en  Pedro  para  sanar  al cojo.

b. Para levantar de los muertos

i. El hijo de la sunamita, 2 Reyes 4:32-35
El Señor uso al profeta Eliseo, para revivir  al  hijo  de  la  sunamita; demostrando  que  su  poder  y autoridad ha está, incluso, sobre la muerte.

ii. Lázaro, Juan 11:41-44
Lázaro llevaba cuatro días de haber muerto  y  su  cuerpo  estaba  en descomposición,  pero  el  Señor Jesucristo lo levantó (Jn. 11:25, 12:1).

Este es un ejemplo del energema del Padre actuando en la época del Hijo.

iii. Eutico, Hechos 20:9-10
Eutico estaba escuchando  al apóstol Pablo  desde  una  ventana,  pero  se durmió, se cayó desde el tercer piso y murió;  sin  embargo,  Pablo  con  el poder  del  energema  del  Padre,  se tendió sobre él para volverlo a la vida.
En este ejemplo vemos el energema del Padre actuando en la época del Espíritu Santo.

2. Prodigios, Hechos 2:22
La  palabra  “prodigios”  se  traduce  del  griego “teras”  que se refiere a algo extraño que hace que el observador  se  maraville  y  le  provoque  asombro; significa prodigio, presagio y maravilla.

Este tipo de operación se manifiesta para evidenciar  el  poder  de  Dios  para  anunciar futuros acontecimientos.

a. Deteniendo la lluvia, 1 Reyes 17:1; 18:1
El  Señor  dejó  ver  su  poder  sobre  las condiciones  atmosféricas  del  clima  (Mr. 4:41);  primero,  para  detener  la  lluvia  y luego, para  dejarla caer  nuevamente  por medio  de la  palabra  que Elías, haciendo uso del don del Padre, declaró (Job 37:6)

b. Deteniendo el sol, Josué 10:12-14
Este prodigio afectó la actividad de todo el planeta  tierra.  Josué  le  ordenó  al  sol detenerse  y  a  la  luna,  y  el  Señor respaldando  esa  orden  los  detuvo  (Job 38:31-33; Jer. 31:35; 33:25)

Un evento similar ocurrió cuando el Señor hizo retroceder diez grados el sol, atendiendo a la oración de Isaías (2 R. 20:9-11)

c. El  Señor  camina  sobre  el  agua,  Mateo 14:24-25
El Señor Jesús caminó sobre el mar hacia los discípulos que estaban en la barca en medio del mar, mientras ésta era azotada por las olas.

3. Señales, Hechos 2:22
El  término  “señales” se  traduce  del  griego “semeion” que  indica  algo  sobrenatural y,  entre otros,  significa:  Milagro,  señal,  símbolo,  marca, prenda  y  signo;  está  relacionada  con  “semaino”: que  significa:  Dar  una  señal, y  “sema” que  es: signo;  se deriva de  ”semaino” que se utiliza para dar una signo público o señal; significa dar una señal, indicar y dar a entender.

El propósito de las señales es indicar y dar a entender el camino a seguir y en consecuencia conocer su final; por ello es necesario observarlas y  discernirlas  para  conocer  su  procedencia, porque  hay señales  de  parte  de  Dios  y  del enemigo (Jn. 2:11, 4:43-49; Dt. 13:1; 2 Ts. 2:1-9)

Hay  tres  períodos  en  el  caminar  del cristiano, en los que se manifiestan las señales, veamos:

a. Señales  en  Egipto,  Éxodo  7:9-12;  20-21; 8:5-6; 8:16-17; 24; 9:2-6; 8-10; 18-25; 10:12-15; 21-23; 12:29-30
El Señor mostró su poder a través de las plagas que envió a Egipto con el propósito de  que  Faraón dejara  libre  a  Israel  para que le celebrara fiesta en el desierto.

Esto  nos  enseña  que cuando  no éramos  cristianos, el  Señor  mostró  sus señales con el propósito de sacarnos del mundo  por  medio  del  sacrificio  de Jesucristo.

b. Señales en el desierto, Éxodo 13:21-22
El desierto es un período de prueba y de definición para los hijos de Dios, en donde debe  ser  liberado,  restaurado  y  debe madurar para conquistar Canaán. Veamos:

i. La columna de fuego y la nube, Ex. 13:21-22
La columna y la nube representan la protección  del  Señor  y  la  guianza del Espíritu Santo.

ii. La apertura del mar rojo, Ex. 14:21-27
Esto representa el bautismo en agua para el nuevo nacimiento del alma.

iii. La vara de Aarón que retoñó, Nm. 17:1-10
Nos habla de la obra de restauración que el Espíritu Santo hace en la vida del cristiano.

c. Señales en Canaán, Josué 3:14-17
En Canaán se disfruta de la abundancia de Dios (Dt. 8:8-10), veamos dos ejemplos:

i. Cruzan el río jordán, Jos. 3:14-17
Esto  es  figura  del  bautismo  del Espíritu  Santo  que  todo  cristiano necesita para disfrutar de la vida en abundancia.

ii. Cesa el maná, Jos. 5:12
Concluye la provisión del maná, por lo  que  en  adelante  el  pueblo  debe trabajar  para  obtener  el  alimento sólido (1 Co. 3:1-2) es maravilloso saber y comprender que desde el Antiguo Testamento  el Padre ha dado de sus dones, energemas u  operaciones  a  su  pueblo para mostrar su poder; éstos actuaron con propósitos como  manifestar  su  respaldo  a  sus  siervos,  la protección  y  la  provisión  material  a  su  pueblo,  su poder sobrenatural, incluso sobre la muerte.

Las  operaciones  actuaron  haciendo  maravillas, señales y prodigios para glorificar el nombre del Señor,
manifestarse a su pueblo, bendecirlo y liberarlo.


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