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sábado, 3 de diciembre de 2011

Modelos de CapacitaciónMisionera: Un Modelo Asiático

 
Un modelo asiático
LA iglesia coreana ha celebrado recientemente su centenario y ya es reconocida como una de las diez naciones del Tercer Mundo que envían más misioneros. Diversas fuentes de información han confirmado que los coreanos tienen en el presente más de mil misioneros sirviendo alrededor del mundo.24 Esto aun está por debajo del porcentaje esperado en términos del potencial de su servicio misionero, ya que la iglesia coreana envía solamente un misionero por cada diez mil de sus miembros.
Se espera que en el futuro la iglesia coreana expanda su fuerza misionera por tres razones principales. Primero, las iglesias locales se están dando cuenta paulatinamente de la necesidad de enviar misioneros al exterior. Segundo, la iglesia coreana está trabajando arduamente para encontrar vías creativas hacia nuevos campos misioneros. Tercero, la situación política y económica está más favorable para el envío de misioneros. En vista de este desarrollo la capacitación misionera no es solamente crucial, sino también una creciente demanda.
Desarrollo actual en la capacitación misionera coreana
Arriba se ha dado un panorama general sobre la necesidad de capacitación misionera desde la perspectiva de la iglesia coreana. Pero ¿qué tipo de capacitación misionera se necesita en la actualidad?
Primero, en esta etapa pionera del movimiento misionero coreano es recomendable una capacitación más completa. Normalmente los misioneros tienen que tomar muchas decisiones difíciles. A menudo deben establecer una infraestructura en el campo, con muy poca guía u orientación de un líder misionero con experiencia. Esto pone una carga muy pesada sobre un nuevo misionero. Por eso, mientras más entrenamiento tenga, mayor será la posibilidad de completar su trabajo satisfactoriamente.
Segundo, cuando se ha establecido un buen liderazgo en el campo, aun las personas con menos capacitación pueden funcionar normalmente. Como nuevos miembros de muchas de las organizaciones misioneras establecidas internacionalmente, un período de orientación breve e intensivo puede ser suficiente. Usualmente ellos deberán tomar dos o más años para el estudio del idioma bajo un líder bien capacitado en el campo. Este período puede funcionar como un sustituto para el entrenamiento adicional que necesita el misionero.
Tercero, para aquellos coreanos que optan por servir en una agencia misionera internacional es recomendable un entrenamiento más extenso. Aunque esté establecido un buen liderazgo en el campo, cada cual deberá hacer frente tanto a la cultura del misionero como a la cultura que se desea alcanzar.
El movimiento misionero coreano se encuentra en una etapa en la que aún se necesitan de muchos obreros pioneros, tanto como los que trabajan en agencias misioneras internacionales. En ambos casos, ya ha sido indicado que se requiere de un entrenamiento más extenso y detallado bajo un capacitador competente. Pero ¿qué programas de entrenamiento están disponibles en Corea del Sur? Como está indicado por la investigación del doctor Marlin Nelson, existen actualmente once agencias de capacitación misionera.25
Añadiendo seminarios que procuran impartir dicha capacitación, el número aumenta a trece. Estos pueden ser divididos en las tres categorías siguientes:
Capacitación misionera basada en un seminario
Se ha pronosticado el incremento, en un futuro cercano, de seminarios que ofrecerán grados académicos en misionología, aunque en el presente sólo existen dos de este tipo. Uno de ellos, ACTS, ofrece programas de maestría y licenciatura en misionología, mientras que el seminario presbiteriano de Tonghap ofrece un curso adicional en misiones a los que tienen una maestría en divinidades.
Para que funcionen como programas de capacitación misionera, el entrenamiento debe seguir un patrón complementario de educación informal y no formal. En el seminario presbiteriano, por lo tanto, todos los candidatos a obtener una subespecialización en misiones deben asistir a cierto número de seminarios y tener vivencia comunitaria.
Capacitación misionera por módulos
Esta es una manera muy conveniente de capacitarse a corto plazo, ya que uno puede ser entrenado mientras desarrolla su propia vocación o ministerio. Si este tipo de programa puede proveer un plan de estudios balanceado y dirección en el aprendizaje así como en el desarrollo del carácter, ha cumplido su propósito. Pero este tipo de programa puede ser muy efectivo sólo para quienes ministran bajo un liderazgo bien establecido. Para los misioneros pioneros y para los que buscan servir en agencias misioneras internacionales, ha de ser más apropiado un programa de capacitación más estrechamente controlado.
Institutos de capacitación con vida comunitaria
Las diferencias básicas entre una capacitación tipo seminario y una tipo instituto están en que esta última es para el estudiante más que una experiencia de salón de clases, ya que abarca la totalidad de su persona y vida, aunque también utiliza la solidez del aula. Para hacer efectivo este tipo de entrenamiento es necesario considerar por lo menos los siguientes cinco factores:
»     Una homogeneidad de candidatos con alta motivación para las misiones transculturales.
»     Buenos maestros que puedan servir como entrenadores y guías.
»     Una experiencia transcultural en las diferentes etapas del aprendizaje.
»     El marco de vida comunitaria no debe ser demasiado lejano de la vida real.
»     La cantidad de estudiantes no debería superar los diez alumnos por maestro.
Además, existe otro tipo de programa: el que es ofrecido en el mundo anglosajón. Los estudiantes que van a este tipo de centros indudablemente reciben muchos beneficios. No obstante, también se presentan algunas críticas. Estos centros están diseñados para entrenar anglosajones con sus propios objetivos (entre ellos el Instituto Asiático de Capacitación Transcultural, en Singapur, puede ser una excepción). A menudo éstos no coinciden con las necesidades de los coreanos que están siendo preparados.
El lenguaje es otra barrera. Alguien puede argumentar que se pueden matar dos pájaros de un solo tiro. Pero frecuentemente, cuando se trata de aprender el inglés, —a la vez que se toman apuntes en un grupo donde los anglosajones predominan—, puede ser que uno esté arriesgándose a perder ambos pájaros: el idioma y la capacitación.
También existen limitaciones por parte del profesor anglosajón en el entendimiento de la cosmovisión coreana y su cultura. La barrera del idioma hace más difícil el llegar al centro del problema que un estudiante pueda estar confrontando, especialmente si se tratara de un problema psicológico profundo, u otro similar.
Por todo esto, no se debe subestimar el valor de los centros nacionales de capacitación, con maestros bien preparados que poseen conocimientos misionológicos actualizados y amplia visión en muchos de los problemas del enlace cultural. Estos pueden ser de tremenda ayuda si ofrecen un programa bien balanceado. Hasta aquí hemos examinado el actual movimiento coreano de capacitación misionera, y hemos sugerido que un sistema de entrenamiento apropiado sería el de una prolongada duración unido al de vivencia comunitaria.
A continuación enfocaremos nuestra atención en los factores que están afectando la capacitación misionera.
Factores que afectan la capacitación misionera en Corea del Sur
La cultura coreana sufrió grandes cambios durante el siglo pasado. El coreano promedio no está seguro ahora de qué es realmente la cultura coreana. Tres alternativas son posibles. Primero, abandonar todo lo que sea coreano y adoptar una cultura anglosajona u otra. Esto provocará un desajuste cultural y el resultado final será una crisis de identidad. Segundo, adherirse indiscriminadamente a la cultura coreana. Esto es muy peligroso porque puede hacer que uno inconscientemente se convierta en un imperialista cultural. Tercero, una mejor opción es hacer que el estudiante tome conciencia de su propia raíz cultural, cualquiera que esta sea. Además, se pueden enseñar otras varias teorías transculturales. Esto proveerá una mejor oportunidad para que la persona sea bicultural, o hasta tricultural si fuese necesario.
Al entender el sistema educativo de una nación, uno comprende mejor las necesidades culturales y de entrenamiento que ésta tiene. El sistema educativo coreano puede caracterizarse como centrado en el maestro, dominado por un aprendizaje de memoria, el cual está enfocado en la aprobación del examen de ingreso a la universidad. Esto puede tener tremendas repercusiones en la capacitación misionera. El entrenador no solamente tiene que cambiar el método de aprendizaje, sino también tratar con el área completa del estilo de vida, las interrelaciones personales y el desarrollo del carácter.
La educación teológica coreana ha tomado prestado mucho del Occidente. Debe ser revaluada para contextualizarse y naturalizarse. La capacitación misionera coreana debe desarrollar herramientas para contextualizar el aprendizaje teológico en diferentes entornos culturales. Temas tales como exégesis cultural, homilética, discipulado transcultural y otros son ejemplos de tales esfuerzos.
Ya considerados en forma general trasfondos y factores que afectan la capacitación misionera coreana, intentaremos presentar una filosofía de capacitación misionera apropiada para la actual situación de Corea del Sur. A tal fin, tomaremos como ejemplo al Centro de Capacitación para el Ministerio Global.26
El Centro de Capacitación para el Ministerio Global
Este centro fue fundado en 1986. Actualmente está capacitando a su cuarta promoción de alumnos. Este modelo de capacitación misionera está construido sobre la presuposición de que el movimiento misionero coreano aún necesita de misioneros pioneros tanto como de aquellos que servirán en agencias internacionales. Para lograr su objetivo, este modelo tiene las siguientes metas, métodos de capacitación, plan de estudios, materias y maestros.
Metas generales
Este modelo de capacitación tiene como meta formar a la persona en su totalidad. Se busca el balance entre el aprendizaje académico (teórico) y la práctica. También enfatiza el servicio verdadero. Esto va de acuerdo con la necesidad del contexto coreano y de los países del Tercer Mundo.
La experiencia del aula y la convivencia comunitaria en una situación de vida real, con la familia entera, proveerá de terreno fértil para el entrenamiento. Más específicamente su meta es llevar a cabo lo siguiente:
1. Una comprensión general de lo que son las misiones.
2. Capacidad para el evangelismo transcultural, el discipulado, la capacitación y la implantación de iglesias.
3. Aprendizaje de prácticas básicas como higiene, vida devocional, vida familiar, mayordomía y crecimiento personal.
4. Lingüística e inglés.
Método de capacitación
Los coreanos, como ya hemos visto, tradicionalmente siguen una educación centrada en el maestro. Los misioneros que reciben preparación bajo este método pueden resultar deficientes en cuanto a resolver problemas en la práctica. Además, esta es una manera inadecuada de promover cambios significativos en el carácter del individuo, y tampoco desarrolla habilidades para trabajar en equipo. Así que la meta de nuestro modelo es adiestrar usando el método que Jesús utilizó. Este método ha sido ilustrado por el doctor Ted Ward y Guillermo D. Taylor27 como se muestra en el gráfico 7 de la página siguiente.
Jesús, sin menospreciar el método formal de enseñanza (ejemplo Mateo 5:7, etcétera), se movía de la educación formal a la no formal y a la informal. Dicho modelo toma forma en el gráfico 8 de la página 76. Es este tipo de entrenamiento el que traerá un balance entre el aprendizaje académico y la práctica.
Diseño del plan de estudios
Una cosa es diseñar un plan de estudio y otra, que el estudiante lo lleve a la práctica fielmente. El éxito de un programa de capacitación depende mucho de cómo se lo conduzca en el contexto del compañerismo fraternal. Actualmente existen dos niveles de plan de estudio.
Plan de estudio explícito
a. Bases misionológicas: Mediante el estudio introductivo a las misiones, teología de las misiones, otras religiones, la

Gráfico 7:     Los tres diferentes tipos de capacitación y sus características.
importancia de la iglesia y el ministerio transcultural, el individuo adquiere un concepto general de misiones.
b. Ministerio transcultural: Por lo menos, las cuatro áreas claves que se enfatizan a continuación:
– Exégesis y homilética transcultural
– Capacitación en el discipulado transcultural
– Plantación transcultural de iglesias
– Comunicación y evangelismo transcultural
c. Vida misionera.
d. Aprendizaje de idiomas.
e. Tareas misioneras específicas. Este punto trata las áreas más particulares que equiparán al misionero con mayor amplitud.
Gráfico 8:     Aspectos que abarcan los distintos tipos de capacitación.
Plan de estudio implícito
Habiendo ya mencionado las áreas explícitas (lo más obvio), ahora nos tornamos a algunas de las áreas implícitas (lo menos obvio).
Primeramente, uno puede experimentar crecimiento personal y espiritual a través de una intensa adoración semanal, enfocando temas tales como el servicio, la vida sacrificada, la obediencia, la fe y el poder del Espíritu Santo. Un día especial de oración cada mes también ayuda a los estudiantes como comunidad a confiar en Dios. Los devocionales personales son uno de los intereses primarios.
En segundo lugar, se puede aprender sobre el liderazgo a través de un sistema tipo “padrino”, mediante el cual cada familia toma un turno para liderar a la comunidad entera durante cierto tiempo.
Gráfico 9:     Esquemas del plan de estudios utilizado por GMTC.
La tercera área propone un énfasis en la vida familiar, lo cual prepara a las familias para la vivencia transcultural.
Este plan de estudio está siendo regularmente evaluado con la retroalimentación proveniente del campo y los cambios que se producen en el panorama de las misiones coreanas. El gráfico 9 muestra cómo funciona.
Materias
1.     Materias generales
a.     Introducción a las misiones
b.     Teología misionera
c.     Historia de las misiones
d.     Antropología
e.     Religiones no cristianas
f.     Crecimiento de la iglesia
2.     Ministerio transcultural
a.     Exégesis y homilética transcultural
b.     Comunicación y evangelismo transcultural
c.     Plantación transcultural de iglesias
d.     Capacitación transcultural en el discipulado
e.     El misionero como un educador
f.     El ministerio del misionero
g.     Estudios por áreas
3.     Vida misionera
a.     Práctica de la agencia misionera
b.     Filosofía ministerial
c.     Discipulado
d.     Batalla espiritual
e.     Habilidades prácticas
f.     Estudio de casos
4.     Lingüística
a.     Adquisición de aptitudes lingüísticas
b.     Inglés
5.     Cursos adicionales (optativos)
a.     El movimiento ecuménico
b.     Misiones en Asia
c.     Educación teológica por extensión (ETE)
d.     Planes de desarrollo de la comunidad
e.     Teología de la liberación
f.     Cultura coreana
g.     Teología del Tercer Mundo.
Maestros y liderazgo
Lo maestros son expertos que se adhieren al entrenamiento para lo siguiente:
1. Ser un ejemplo a los estudiantes siguiendo el modelo de Cristo (1 Pedro 5:2–3).
2. Reproducir las siguientes funciones: dar prioridad al ministerio del estudiante, ser una persona de recursos y un consejero, motivar al estudiante a aprender mediante estudios personales, cultivar un ambiente espiritual donde el compañerismo pueda desarrollarse.
3. Dar la debida prioridad a la vida espiritual personal, a la familia y al ministerio.

Gráfico 10:     Las características del profesor.
4. Poner como meta la multiplicación.
5. Enfocar la totalidad de la persona.
6. Motivar a los estudiantes a tener iniciativa.
Implementación
Administración
Selección de candidatos. Se da prioridad a quienes ya han sido aceptados por una junta misionera responsable, sea esta interdenominacional o denominacional. Aún así, una extensa entrevista tiene lugar antes de que el estudiante sea aceptado.
Principios administrativos. Se espera que casi todo el personal y los profesores vivan como misioneros, a excepción de unos pocos miembros del personal de oficina. Esto significa que deben buscar su propio sostenimiento económico y tener un estilo de vida simple hasta donde le sea posible. También deben tener una lista de personas que les respaldan con oración.
Casi todo el trabajo de mantenimiento es hecho por los estudiantes y por obreros voluntarios. Semanalmente los voluntarios participan en las tareas de cuidado de los niños y la cocina, según su llamado. Cerca de doce personas trabajan sobre estas bases cada semana. Este tipo de servicio sacrificial añade solidez al efecto modelador.
Principios financieros. Se espera que tanto el educador como el futuro misionero sigan principios misioneros de fe, aunque no dogmáticamente. Esto quiere decir que los entrenados, entrenadores y los que respaldan en oración, juntos, miren hacia el Señor para que supla toda necesidad.
Respaldo de oración. Además de iglesias e individuos que respaldan en oración, hay un grupo de damas que se reúnen dos veces al mes para orar. Ellas no solamente oran por el centro sino también por otras necesidades de la obra misionera. Ellas se llaman Asociación de Damas para las Misiones.28
Vivencia comunitaria
Esto puede ser uno de los puntos fuertes de este programa. Se espera que los estudiantes vivan en una comunidad íntima dividida en tres casas por más de nueve meses. En la orientación inicial, se da especial atención a las siguientes áreas:
1. Relaciones interpersonales.
2. Mantenimiento de la propiedad.
3. Vida familiar: matrimonio, instrucción y crianza de niños.
La vida comunitaria puede tener un efecto perjudicial si no se le da la atención apropiada. Por otro lado, es a través de estos medios que los estudiantes se capacitan los unos a los otros permitiendo que los maestros den amplia atención a los problemas que no se ven a simple vista.
Una vez al mes se le da el liderazgo a cada familia. El líder es responsable de todos los asuntos del hogar. Para el tiempo en que el estudiante se gradúa, se ha formado una relación permanente.
Administración del plan de estudios
Desde el comienzo hasta el tiempo de graduación, el estudiante habrá experimentado un total de 582 horas de clases, formales e informales, en aulas o fuera de ellas. Una experiencia misionera foránea por un mes, una semana de práctica vocacional en Corea del Sur, una semana de evangelismo en los suburbios coreanos (misiones nacionales); un seminario intensivo sobre predicación durante una semana (para aprender los principios y práctica de la predicación exegética).
Las cuarenta semanas que se requieren están distribuidas en las siguientes categorías:
Conferencias: 22 semanas y un día
Lecturas (estudio personal): 8 semanas
Viaje misionero: 1 mes y 2 días
Días de oración: 10 días
Evangelismo doméstico: 1 semana
Involucramiento social: 1 semana
Seminario matrimonial: 4 semanas
Evaluación de la comprensión: 1 semana
Días feriados: 1 semana
Las conferencias formales toman veinte semanas y las otras veinte son dedicadas a diferentes formas de aprendizaje.
Vida devocional y motivación para las misiones
Se espera que los estudiantes tomen diariamente tiempo para su devocional personal. Un día completo al mes se utiliza para la oración por las misiones y trabajos domésticos. Además, todas las tardes los estudiantes oran por las necesidades del mundo. Los miércoles por las noches son la columna del programa devocional. Se ha extendido un tiempo para la adoración, exposición de las Escrituras enfocada a varios tópicos como el servicio, la vida sacrificada, la fe, el gozo en servir, el fruto del Espíritu, el crecimiento, etcétera.
Cada domingo es separado para que los estudiantes ministren en sus propias iglesias. Los sábados son días de descanso de sus estudios y para dedicarlos a la familia. No obstante, algunos sábados también se usan para la evangelización al aire libre.
Conclusión
La capacitación misionera en Corea del Sur se inició oficialmente en 1973 por decisión de la Asociación Misionera Asiática. El Centro de Investigaciones y Desarrollo Este–Oeste fue el primer programa de capacitación establecido para llevar a cabo este trabajo.
Desde entonces han surgido numerosos modelos de capacitación misionera. Uno de ellos es el expuesto anteriormente. No está definido aún por cuánto tiempo más se requerirá de este tipo de entrenamiento minucioso. Sin embargo, en este momento de nuestro movimiento misionero coreano, cuando más misioneros pioneros (o los que quieren servir con agencias internacionales), están en búsqueda de capacitación, yo estoy convencido de que este modelo servirá a sus propósitos.

23 Doctor David Taiwoong Lee: coreano, es presidente de la Fraternidad Misionera Mundial y director de su Centro de Capacitación para el Ministerio Global; miembro del comité ejecutivo de la Comisión de Misiones de la Alianza Evangélica Mundial. Este capítulo fue presentado en 1990 en la Consulta sobre Capacitación Misionera del Congreso Misionero de Asia, en Seúl, Corea del Sur, y revisado para su publicación.
24 Larry D. Pate, From Every People , op. cit., p. 36.
25 Marlin Nelson, Directory of Korea Mission Societies, Mission Training Institutes and Missionaries , Basillae, Seúl, Corea del Sur, 1989, pp. 181–199.
26 Global Ministry Training Centre (GMTC).
27 Ted Ward, Non–formal Education: What is It? , p. 4, modificada y presentada por Guillermo D. Taylor en History of Religious Education, seminario en Trinity Evangelical Divinity School, 1983.
28 Ladies for Association for Missions (LAM).
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sábado, 29 de octubre de 2011

Bases Bíblicas de la Misión: Perspectiva Latinoamericana - Documento de uso Ministerial


Bases Bíblicas de la Misión: Un Documento de Uso Ministerial

Tipo de Archivo: PDF | Tamaño: 29MBytes | Idioma: Spanish | Categoría: Capacitación Ministerial
Información
Contenido 
Autores 
Prefacio C. René Padilla 
Abreviaturas 

I. Introducción 
1. La búsqueda histórica de las bases bíblicas de la misión 
Sidney Rooy 

II. Las bases de la misión en el Antiguo Testamento 
2. La misión de Isreal a las naciones: Pentateuco y Profetas anteriores 
Edesio Sánchez Cetina 
3. La misión en los Salmos 
Esteban Voth 
4. La vocación profética: un acercamiento misionológico 
Mariano Avila Arteaga 
5. La misión en Isaías 
Mervin Breneman 
6. La misión en Jeremías 
Norberto Saracco[Pág. iv]  

III. Las bases de la misión en la apocalíptica y en el Nuevo Testamento 
7. La misión en la literatura apocalíptica 
Carlos Villanueva 
8. La misión liberadora de Jesús según Lucas 
Darío López 
9. La misión en el Evangelio de Lucas y en los Hechos 
Pablo Davies 
10. La misión en el Evangelio de Juan 
Pedro Arana Quiroz 
11. Pablo y la misión a los gentiles 
Samuel Escobar 
12. La misión en el Apocalipsis 
Juan Stam B. 

IV. Estudios temáticos 
13. La misión en el sufrimiento y ante el sufrimiento 
Nancy Elizabeth Bedford 
14. Los «laicos» en la misión en el Nuevo Testamento 
Catalina F. de Padilla 
15. La misión cristiana en un contexto de corrupción 
Arnoldo Wiens 
Guía de estudio

Es importante subrayar que, mientras que miles de misioneros han ido hasta lo último de la tierra para hacer su tarea, muchísimas personas del mundo «occidental y cristiano» han abandonado su militancia como discípulos del Señor. Como consecuencia, pronto el Tercer Mundo se convertirá en el sector geográfico donde se congrega el mayor número de cristianos.

La imposición de este paradigma cultural sobre el Tercer Mundo tiene efectos impredecibles para el futuro de la misión y del progreso del evangelio. Son estos la pregunta y el desafío más grandes que la iglesia cristiana tendrá que confrontar en el futuro inmediato. 

Las sociedades voluntarias llevaron a cabo la mayor parte de la obra misionera desde fines del siglo 17 hasta principios del siglo 20. La primera, establecida en 1649 por Baxter, a quien mencionáramos arriba, fue seguida por la Sociedad Bautista establecida por Guillermo Carey en 1792 y continuada por docenas de otras a comienzos del siglo 18. Fueron muy distintas entre sí. Se destacan las sociedades bíblicas para distribuir ejemplares de la Biblia, las sociedades para la publicación y distribución de literatura cristiana, las asociaciones para el establecimiento de la educación popular y las agrupaciones para la evangelización de otras naciones. 

En América Latina, al margen de las incursiones temporarias de los protestantes en el período colonial, las sociedades bíblicas establecieron una obra constante y por toda la región en el siglo 19. Los colportores, la Sociedad Bíblica Británica y la Sociedad Bíblica Americana desempeñaron un papel muy importante. A finales del siglo 19 y comienzos del presente siglo las sociedades voluntarias dentro de las denominaciones de los Estados Unidos y las organizaciones de composición ecuménica, como la Misión Centroamericana y la Misión Latinoamericana, impulsaron las misiones. 

Estos agentes e impulsores diversos de la misión trabajaban por diferentes motivos. En primer lugar, había algunos grupos que estaban directamente influenciados por el paradigma cultural. [Pág. 28] Entre ellos influyó el espíritu optimista de la época con su confianza en los esfuerzos realizados en los campos de la educación, la medicina y el mejoramiento social. «Con cada capilla, una escuela» era el lema de esos días. Pronto surgieron clínicas, centros de traducción y publicación, granjas, fábricas. 

Por supuesto, junto con todo este acercamiento comprensivo funcionaba el factor civilizador. En parte, puede haber sido inconsciente. Pero en otros momentos resulta muy explícito. El Congreso de Panamá (1916) confirma este espíritu de confianza. La sociedad latinoamericana sufría el oscurantismo medieval y feudal impuesto por la Iglesia Católica Romana. La luz moderna y civilizadora corregiría esta situación para el bien de todos los habitantes. 

En segundo lugar, estaban los herederos de los movimientos de avivamiento que sacudieron el mundo anglosajón. Entre ellos primaban el apocalipticismo y la preocupación por la santidad, típicos de grupos disidentes del marco eclesial y social en el cual estaba insertos. Esta obra misionera a América Latina reaccionó contra muchos de los estilos misioneros del primer grupo. Comenzando en la última década del siglo 19 y durante la primera mitad del siglo 20, estas sociedades misioneras tendieron a establecer islas evangélicas separadas de la cultura dominante. El resultado fue la incorporación de modelos importados y civilizadores, como en el primer grupo, aunque no intencionalmente. 

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