sábado, 31 de enero de 2009

UN LLAMADO A LA PUREZA


Existe un inmenso dolor entre los que dicen ser seguidores de Cristo: familias desintegradas, esposas maltratadas, hijos descuidados o abusados, y relaciones pecaminosas. Sin embargo, en vez de una fuerte protesta, sólo hay indiferencia. ¿Cuándo despertaremos y nos daremos cuenta de que nuestra apatía nos está destruyendo?Más que nunca, debemos volver a un entendimiento de la Iglesia como un cuerpo viviente de personas entregadas, que comparten la vida con hechos prácticos de amor. Sin embargo, primero debemos comenzar con nosotros mismos y luego ver cómo podemos animar a los que viven a nuestro alrededor.

No hay comentarios:

https://story.ad/site/file_download/smartpublicity1467919561neTNIrOs.html